Mercè i Felip, un legado de amor y lucha

Carlos Galve Farré (activista i peixater)

El PSUC fue más que un partido. Mercedes Olivares y Felipe Gómez, también son más que dos militantes comunistas. Tuve el privilegio de encontrarme con ellos hace casi cincuenta años en la agrupación del partido de Collblanc- La Torrassa de la calle Llançà.

Fue en la campaña de las segundas elecciones municipales en l’Hospitalet, entre marzo y mayo de 1983, cuando tuve mayor un vínculo con los dos. Mercedes era concejala y el primer recuerdo que mantengo vivo de ella fue el puerta a puerta que hicimos juntos, durante varias tardes, por el barrio de Collblanc.

Era un remolino de simpatía, su facilidad de conectar, su capacidad empática y sobre todo la energía positiva que emanaba, dejaba encandilados a vecinos y vecinas. Explicaba nuestro programa electoral con una sonrisa cautivadora. La aureola de Mercedes me maravillaba por el empoderamiento que en aquel tiempo evidenciaba. Ella fue la primera mujer feminista que me hizo ver que la igualdad de género era y es imparable. Son de esas impresiones que se convierten en inolvidables.

Con Felipe mi primera experiencia fue, podría decirse, esencial para explicar el paso de mi militancia de pasiva a activa en el partido. La personalidad de Felipe me cautivó. Era el paradigma del trabajador que tiene en su ADN, como principio, el trabajo bien hecho. Conocía a la perfección la colocación de carteles de campaña. Supongo que me eligió, además de por mi juventud, por mí inexperiencia. Colocar carteles con Felipe era un ejercicio de responsabilidad militante. Sabía dónde colocarlos. Un cartel era un impacto valioso para convencer de nuestra intención de cambiar el mundo.

Nos faltaba solo la escuadra y el cartabón para que el cartel quedará perfectamente bien colocado. Felipe hacía de la colocación de un cartel electoral un acto de militancia responsable. Descubrí un camarada serio, de pocas palabras. Discreto y profundamente sabio. A Felipe siempre lo he visto como el autodidacta, el hombre hecho asimismo que acierta y brilla con prudencia en sus análisis.

Con el tiempo descubrí que, tanto Mercedes como Felipe, además de ser militantes excepcionales, estaban dotados de un criterio político sólido. Felipe, desde su discreción, como he dicho a veces, desde sus silencios, decía más que otros con largas intervenciones.

Mercedes era el reverso de la moneda. El positivismo personificado. Muy ágil y aguda, tenía la habilidad maternal de arreglar las tensiones que a veces aparecían entre nosotros. Felipe observaba a su compañera con respeto. En aquel tiempo descubrí también al primer hombre feminista que he conocido en mi vida. Cuando he pensado en parejas ideales he pensado en ellos.

Tanto Mercedes como Felipe son diferentes, pero se relacionan como iguales. Es una historia de amor y lucha. Esa propiedad siempre me ha generado admiración y aunque nunca lo he dicho, además de respetarles les tengo un gran cariño personal. Hasta la adversidad más cruel de la vida han podido llevarla con la máxima dignidad posible. Son un ejemplo. Siento una gran ternura por ellos.

El jueves 5 de Junio, en la Sala de la Biblioteca Tecla Sala, a las 18h, les vamos a hacer algo más que un acto de reconocimiento o de homenaje: va a ser un acto de justicia por su dedicación y su empeño por mejorar las condiciones de vida de las trabajadoras y ciudadanas de l’Hospitalet y de Cataluña.

Su legado es un camino a seguir hacia una sociedad más justa e igualitaria. Gràcies per tant Mercè i Felip.

Una teoría sobre el Manifest de FIC para el 2026

Carlos Galve (activista i peixater)

Paseaba por la arteria que más ayuda a mantener la salud en nuestra ciudad. Tanto es así, que la voz popular la llama “la ruta del colesterol”. Une Bellvitge con el Centre. Dos ramblas unidas por el “Pont de la Llibertat”, Rambla Marina con Rambla Just Oliveras. El boulevard tiene dos virtudes, la salud y la relación perfecta entre dos barrios diferentes.

Caminando en clave paseo, encontré un conocido, creo que vive en Can Serra o en La Torrassa. De estas personas que a veces saludas, aunque conoces poco. Lo curioso,  esta vez establecimos una interesante conversación. Lo habitual era un saludo y está vez me sorprendió diciéndome: “¿te puedo hacer una pregunta?. Por pura cortesía hacia él y hacia nuestro amigo en común que nos acompañaba, acepté con normalidad.

La pregunta trataba sobre mi opinión acerca del Manifest del FIC. Mi sorpresa fue mayúscula. El amigo en común le había proporcionado algún enlace con L’Estaca a través del whassap y había leído algún artículo del “Peixater”, que es como él me conoce. Lo interesante fue su pregunta. En concreto, sobre el Manifest de FIC. Conocía la entidad y, sin ser socio ni cercano a ningún grupo afín, me explicó su sensación sobre el tal Manifest.

Le expliqué previamente mi opinión. Lo Intenté sintéticamente: Es una propuesta abierta especialmente a la ciudadanía a entidades y a grupos políticos. Tiene un objetivo claro, fomentar y ayudar de modo crítico a participar en el diseño de nuestra ciudad, en aspectos claves. Ayudar a rediseñar, de la mejor manera posible, las carencias y perfilar un proyecto de ciudad más participativa, plural y democrática.

Escuchó mis argumentos. Tenía su opinión preparada.

La síntesis de su lectura del redactado del Manifest también lo sintetizó con una claridad meridiana. Pensaba en una sutil manera de plantear una plataforma de cariz político electoral para próximas convocatorias. Vino a decir, sin decirlo: eres un inocente que no te enteras de nada. ¿Cómo es posible que no veas clara la intención de este Manifest?.

Reaccioné, recomponiéndome, de la mejor manera posible. Me cogió con el paso cambiado. Confieso que no se me había pasado ni remotamente por la cabeza semejante posibilidad. Como nuestros caminos iban en dirección contraria, lo aprovechamos para  continuar nuestro paseo, no sin antes quedar para continuar hablando otro día, de esa cuestión. Me pareció, aunque descabellada, una opinión interesante y sugerente para explicarla en una de mis notas en L’Estaca. Releí el documento y está vez con más detenimiento. No encontré esa percepción en todo el redactado del Manifest.

Confieso que animó mi curiosidad. Ayudar a despertar sospechas produce posibilidad de generar debate. El Manifest de FIC no genera indiferencia y eso estoy seguro, sin exagerar, que es positivo para l’Hospitalet.

Solo hace falta voluntad política para reflotar los mercados de la ciudad, afirma Jordi Delgado, presidente del mercado 1 de Bellvitge.

“Es de extrema urgencia que Administración, paradistas y expertos se encuentren para recuperar los Mercados, evitar que se hundan, y mueran de abandono e incompetencia”.

Tarde de abril, dos cafés en la La Flama de Bellvitge para hablar de comercio. Jordi Delgado Roca (50 años) es un joven charcutero y presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado 1 de Bellvitge (el primero).

Jordi posee el valor innato de lo que ahora llamamos “ser emprendedor”. Le viene por genética, sus padres eran charcuteros y Jordi, de niño, empezó a ayudar en la tienda que tenían en la Avda. Miraflores de Pubilla Casas.

Agradezco a Jordi dedicar un tiempo de su descanso para conversar sobre algo que a los dos nos apasiona: el comercio en los Mercados Municipales de l’Hospitalet. Cuando le pregunto cómo ve la situación de los Mercados, su respuesta es instantánea y contundente: “mal. No mal, muy mal.”

Jordi se levanta a las 2 de la madrugada para elaborar, en su obrador, el producto fresco que venderá al día siguiente en la parada del mercado. Me produce una gran admiración. Es evidente que el trabajo es esfuerzo, pero las personas que poseen la capacidad de disfrutar con su trabajo son unos privilegiados. Jordi es uno de ellos.

Para él, su clientela es sagrada, lo aprendió y lo “mamó” de sus padres. Todo requiere un sacrificio: “si quieres que cuenten contigo tienes que trabajar para que vuelvan a comprar al día siguiente”. La parada la regenta Anabel Márquez su mujer-compañera. Ella es una pieza clave en el buen trabajo y el éxito de Jordi. Tiene una teoría clara: “si tú negocio va mal déjalo”. Viene a decir, “que la mediocridad perjudica al conjunto de los colectivos, en este caso de los Mercados”.

Jordi se manifiesta en algún momento de forma pesimista. Domina más en nuestra conversación, sin embargo, el factor optimista. Compartimos dos aspectos claves que operan en lo que nos ocupa. Está la responsabilidad de los paradistas y la responsabilidad de la Administración.

Es verdad que los pequeños comerciantes nos deberíamos de unir más y trabajar juntos colectivamente y no siempre pasa, pero los dos estamos de acuerdo que “la Administración es la máxima responsable del estado actual de nuestros Mercados”.

La profesión de charcutero es un oficio, muy demandado, y él ha tenido y tiene ofertas de empresas que le ofrecen trabajo y buena remuneración, pero prefiere continuar con su negocio y ser autónomo. Jordi es vital, quiere ser dueño de sus decisiones.

Cuando hablamos de su relación con el Ayuntamiento, Jordi también responde rápido: “los políticos navegan en la ambigüedad, no quieren invertir, solo ponen parches. Vienen a pedir el voto y luego hacen ver que se preocupan, pero en realidad no hacen nada. Una vez uno me dijo: no invertiremos nunca en los mercados”. Jordi reconoce, no obstante, que su director de mercado, Jordi Aznar, es el funcionario próximo que le ayuda cuando tiene un problema.

Él considera que los técnicos hacen lo que mandan los políticos y están bloqueados por las normas. Normas obsoletas, que se deberían de renovar para desbloquear la paralización que tienen nuestros Mercados.

Cita el mercado de la Florida como el único renovado y que tiene un cierto aire de esperanza. “Muy pocas veces hemos sido convocados todos los presidentes de las asociaciones de comerciantes para hablar del problema de los Mercados en l’Hospitalet”.

Lo último que han hecho ha sido “alargar la agonía con 15 años más de renovación. Eso va a servir de poco, más bien de nada. Nos venden la moto y nos hacen callar, pero el problema continúa”.

Se queja de los horarios de los Pakis y de la falta de inspección sanitaria que el ayuntamiento no ejerce por falta de personal. Cuando le pregunto sobre qué le parece la apertura de dos grandes superficies cerca de los dos mercados, Jordi responde que se siente impotente, no entiende como pueden ser tan insensibles. Cree que una buena medida sería una moratoria por parte del gobierno de la ciudad para no permitir nuevas grandes áreas.

Su propuesta sería hacer nuevo el mercado con paradas más grandes y cómodas. Tener un espacio diáfano que sirviera como lugar multidisciplinar para acciones y actividades que generarán vida atractiva al mercado. “Que los que mandan hablaran con nosotros y entendieran nuestras necesidades y facilitarán, y promovieran, el interés de los vecin@s para acudir a nuestros mercados.

La formación es otro de los aspectos que considera muy importantes para que hubiera continuidad. Para eso, Jordi está de acuerdo que es de extrema urgencia que la administración y los paradistas, asesorados por expertos en comercio, arquitectos, sociólogos y juristas, se encuentren con la voluntad política de reflotar, buscar alternativas y no permitir que los Mercados en nuestra ciudad se hundan y mueran de abandono e incompetencia.

Jordi Delgado es un diamante en bruto que entiende perfectamente el estado de lo que hablamos. El Ayuntamiento, el gobierno de la ciudad, los técnicos, el alcalde, tienen la obligación de escuchar y cuidar a Jordi Delgado y a todos los Jordis que hoy están trabajando en nuestros mercados. Deberían de hablar y escuchar con máximo respeto y consideración a un joven que se levanta casi cada mañana a las dos de la madrugada para dar un servicio de calidad a los vecinos y vecinas de nuestra ciudad.

Gracias Jordi, por ayudar a explicar un problema de ciudad.