A ver si decimos la verdad, “hospitaletencs” todos!!!

Firma de un acuerdo entre PSC y Comuns.

Lo más nuevo del nuevo equipo Quirós es llamar hospitaletencs a los hospitalenses de toda la vida, hospitalencs en català correcte. Así se lo oí el otro día al gran Husillos en la entrevista que la tele local ha estado haciendo estas semanas a todos los portavoces de los grupos municipales. Nos quieren hacer creer a los hospitaletencs que las cosas están cambiando sobre todo porque hay mucho interés en que lo parezca, pese a que, en la más estricta realidad, todo sigue absolutamente igual que en la época Marín. Si, ya sé que saldrá alguien que lo niegue. Que diga, como dijo el portavoz de los Comunes en la última entrevista de la serie, que es evidente que hay cambios, que el señor Quirós piensa muy distinto que su antecesora y por eso se ha acordado congelar el IBI, se han paralizado las licencias de pisos turísticos, le han arrebatado a Renfe el proyecto de Albert Germans y se van a producir más novedades apasionantes que llevarán finalmente a la imprescindible aprobación de los presupuestos.

No hace mucho, un digital de confianza decía que el acuerdo de gobierno PSC-Comunes estaba a tocar. Ahora ya no se atreven a tanto. Por lo que dijo el portavoz Domínguez en la comentada entrevista, el acuerdo no está a tocar, pero no se descarta. Hay que ir xino xano, porque la puerta de entrada al gobierno está en el ático y los andares se pasean todavía por el semisótano. Ah! y el edificio no hace más que crecer y ya debe estar por los 200 pisos de altura. De modo que no hay nada descartable, pero primero tienen que venir los acuerdos, después que esos acuerdos sean de verdad y no la fantasmada de siempre y finalmente que los Comunes puedan participar de la governança de los presupuestos que debe ser una cosa muy nueva porque resulta incomprensible, es decir, de difícil comprensión para cualquier mortal.

¿Participar en la gobernanza de los presupuestos no es participar en su gestión? Y ¿participar en la gestión de los recursos no es gobernar? Entonces, ¿de qué estamos hablando? Quizás habría que empezar a ser claros y dejar de marear la perdiz. Porque una perdiz mareada no sabe a dónde va y además no para de vomitar bilis.

Para empezar a decir la verdad, habría que decir que la congelación del IBI no merecía ningún acuerdo porque era lo mínimo que se debía de esperar de un gobierno que se veía obligado a colar la tasa de residuos por ley. Lo feísimo fue todo lo que pasó y, que al final se pudiera reparar mínimamente, algo de lo que nadie debería vanagloriarse. O sea que, si esto ha sido un logro, un cambio de rumbo, un gesto distinto, vamos fatal… Ha sido la reparación de una barbaridad que cometieron a medias el gobierno y los Comunes y menos mal que estos últimos acabaron moviendo ficha. Y ya no digamos lo de Albert Germans. Si se leyera más L’Estaca se sabría que fue Renfe la que dijo que lo de Albert Germans no le interesaba. Me ha caído en las manos el documento emitido por la Dirección de Organización y Talento de la compañía donde comunican al Ayuntamiento la decisión de no presentar oferta para la concesión demanial de la Finca de Albert Germans, por lo carísima que le salían las obras de adecuación.

Lo que se publicitó al respecto no era que Renfe desestimaba el proyecto, sino que el gobierno Quirós “acababa” con la cesión de Albert Germans a Renfe. Un signo evidente de cambio, con respecto a las rutinas del gobierno Marín.

O todo eso lo ignoraban los Comunes o algo está fallando en ese ingenio. Y si lo que falle es simplemente la información, tiene fácil arreglo: que lo expliquen de una vez porque si no lo explican, pensaremos que nos están enredando en su propia madeja.

Para concretarlo de algún modo. Con lo que se ha visto hasta ahora, no hay cambio alguno en el equipo de gobierno. Ni en el fondo, ni en las formas. Es más, ni siquiera cambian en la forma de mentir. Mienten igual que antes, porque no se acercan a la oposición porque consideren que las opiniones distintas en momentos de crisis enriquecen, sino porque necesitan un voto más para hacer lo que han hecho siempre: lo que les da la gana, al margen de lo que piensen todos los que no sean ellos. Es más: ni siquiera entienden que están en crisis. Para ellos, la única crisis consiste en tener que dar explicaciones. Y todavía no han llegado a eso.

Pero llegarán. Llegarán si se pone orden en los asuntos de fondo y se dejan de lado las cuestiones de forma. Por lo que se ha visto hasta ahora y que L’Estaca destacó en su información del viernes, los presupuestos del 2025 no aguantan ni siquiera una mirada misericordiosa. Parecen un auténtico desastre, y dar pábulo al desastre es someterse a sus mismas consecuencias. El mismo Domínguez de los Comunes decía que los presupuestos debían enfocarse hacia los espacios libres, la vivienda, la seguridad, la cultura y la emergencia educacional, exactamente todo lo que los presupuestos del 2025 parecen despreciar. Participar en la gobernanza de unas cifras desastrosas que evidencian una gestión que no ve más allá de su ombligo, arrastra al descrédito. Los Comunes y los no comunes, o sea todos, deberían abandonar la filigrana y enfrentarse a la realidad. O se gobierna por consenso o no habrá manera de avanzar de verdad. Gobernar por consenso siempre es más lento. Pero teniendo en cuenta que la lentitud es endémica con este equipo, la ciudadanía no lo notará.

Me temo que no hay otra salida inteligente. Pero teniendo en cuenta que el panorama está lleno de inteligentes, cualquier cosa puede ser posible. Y nos va a costar a los hospitaletencs ser optimistas.

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