Siguen cerrados y están afectados centenares de ancianos. Este servicio les facilitaba una alimentación adecuada, les ayudaba a combatir una soledad no deseada y resolvía situaciones de vulnerabilidad económica
A veces se toman medidas urgentes y se saltan todos los trámites necesarios, o se buscan argucias administrativas para encontrar mecanismos administrativos de urgencia que resuelva unos problemas que la urgencia cuestiona.
¿No es urgente abrir los comedores de los Casals de Gent Gran que llevan cerrados desde la pandemia? ¿Y de los cuales se beneficiaban centenares de personas mayores con una alimentación poco equilibrada, que además debían comer solos en muchos casos y que tenían, no digamos, economías muy sensibles?
Algunos grupos municipales (ERC y PP) ya hicieron visible este grave problema con mociones presentadas donde se requería precisamente recuperar el servicio de comedor para estos centros con carácter urgente, con el compromiso municipal de iniciar la licitación en tres meses como máximo.
Esta moción que se presentó en noviembre del año pasado, fue contestada por la regidora Laura García, cuatro meses después, manifestando que la contratación del Servicio de Comedor en los Casals municipales estaba ya prevista en el Plan de Contratación del ayuntamiento: los pliegos estaban en proceso de elaboración por parte de los servicios técnicos. Aunque se precisaba que se habían de priorizar los servicios de carácter obligatorio, lo que supone que otros contratos se hayan de licitar antes…
Los comedores siguen sin abrirse después de ocho meses, y no sabemos ahora mismo dónde estamos. Un buen número de personas han realizado ya instancias solicitando la apertura de estos comedores. Y no hay respuesta.
Como consecuencia de la pandemia provocada por el Covid-19, y en atención a las medidas y restricciones que se produjeron en aquel momento, el servicio del comedor en los Casals se vio paralizado, junto con el resto servicios como podología, peluquería y otras actividades. Una vez vuelta la normalidad siguen sin funcionar.
Todo parece indicar que esta situación viene provocada por los problemas relacionados con el proceso de tramitación y de licitación del contrato. Algo incompresible para un servicio de este tipo destinado a personas muy concretas con déficits de nutrición, soledad e incluso económicos.
En l’Hospitalet, un 20 por ciento de las personas tienen más de 65 años, unas 54.000, y de éstas, el 35% viven solas. Si hablamos de personas mayores de 80 años, hay unas 5.700, la mayoría mujeres. Y esta es una tendencia que cada vez irá a más.
El servicio de los comedores de la Gent Gran es un servicio básico y esencial, que implica aspectos como “la socialización, el acompañamiento, la detección de necesidades, el abordaje de la soledad o de la feminización de la pobreza, la mejora de la autonomía personal, la salud mental y un envejecimiento digno y activo. Un servicio que nuestros mayores merecen y necesitan, y que hay que recuperar con carácter urgente”, tal como requería la moción presentada por los grupos municipales.
Este servicio municipal garantiza a las personas mayores que lo deseen, al menos una comida en compañía y nutritivamente equilibrada. Una actividad imprescindible, que contribuye a combatir la soledad no deseada y las carencias que a menudo sufren las personas de edad avanzada en situación de vulnerabilidad.
Éste es un servicio de copago, pensado para personas de más de 65 años con rentas bajas, con precios adaptados a las rentas de los usuarios. Es de gran importancia que se devuelva al funcionamiento de este servicio en los Casals de Gent Gran de la ciudad en un contexto, además, de subida generalizada de precios de los alimentos y de incremento de las situaciones de pobreza energética, que dificulta la garantía de una alimentación adecuada y de climatización de los hogares, pasando a ser los Casals espacios de refugio climático para muchos mayores.