El Hospital de Bellvitge ha recortado 11,5 millones de su presupuesto y no ha podido contratar sustituciones en verano. Los grupos municipales han insistido para que intervengan ante el deterioro de la asistencia sanitaria en la ciudad.
L’Hospitalet sufre desde hace años un caos sanitario importante. Cada día los Centros de Asistencia Primaria (CAP) se encuentran más masificados con un incremento de los tiempos de espera. De igual manera, se hallan los Centros de Urgencia de Asistencia Primaria (CUAP) con largas horas de los pacientes (más de tres de promedio) para ser atendidos
Y no hablemos de los centros hospitalarios, los dos que existen en la ciudad, también se encuentra sobrepasados. Y en algunos casos obligan a los enfermos a trasladarse a otro municipio para ser atendidos como es el caso de los usuarios de la parte norte de la ciudad que se han de desplazar hasta el Hospital Moisés Broggi en Sant Joan Despí. Denuncias de todo tipo ponen en evidencia esta situación.
Uno de los ejemplos más evidentes es el del Hospital de Bellvitge. La dirección del centro mantuvo a mediados de junio una reunión con representantes sindicales para anunciarles la reducción del presupuesto en 11,5 millones de euros y un imprescindible ajuste de personal, ya que no se podrían hacer nuevas contrataciones de sustitución en este periodo.
Estos recortes no solo han afectado al Hospital de Bellvitge. También a otros centros como el Hospital de la Vall d’Hebron (250 camas cerradas), el Arnau de Vilanova de Lleida o el Doctor Trueta de Girona. En todos ellos se ha reducido el número de camas y también la actividad quirúrgica.
La Conselleria de Salut ha atribuido esta situación a la prórroga presupuestaria tras no conseguir el Govern apoyo a sus cuentas para este 2024. Este hecho desembocó en el adelanto electoral del 12-M.
Els Comuns, que efectuaron al efecto una pregunta parlamentaria, explican que, según otras fuentes, el Departamento no incluyó en la propuesta de presupuestos el aumento de 320 millones del nuevo convenio laboral del Institut Catalá de la Salut, informaciones que son corroboradas por el hecho de que en algunos centros como el Vall d’Hebron los trabajadores conocieron estos datos antes del debate de presupuestos de principios de marzo.
Más de 180 camas en total sin servicio
Maribel Ramírez, delegada de CGT del Hospital de Bellvitge explicó a los medios de comunicación que “en total se cerrarán unas 180 camas durante todo el verano, pero debemos tener claro que ya hemos sufrido en el último mes cierres anticipados”.
Doce camas para pacientes críticos ya están cerradas y la previsión era que cerraran otras 8 más, mientras que el hospital ya tiene cuatro cerradas de semi-críticos. Además Ramírez remarca que, del total de camas disponibles para pacientes críticos, ocho ya han dejado de estar activas desde la pandemia.
Aparte de las camas, Maribel explicó que también se cerrarán 25 butacas que sirven para adecuar a los pacientes antes de entrar en quirófano, algo que los sanitarios no pueden entender teniendo en cuenta que en Catalunya hay casi 164.000 personas en listas de espera para operaciones quirúrgicas.
Los grupos municipales ya denunciaron esta situación en el último pleno
Els Comuns ya plantearon, con motivo de la celebración del Dia Mundial de l’Atenció Primària, que la situación deficitaria de la sanidad se venía arrastrando desde hacía tiempo, especialmente desde la crisis del 2008 con los recortes entonces realizados.
Por otro lado, los estragos de la pandemia sobre el ya mermado estado sanitario de los ciudadanos, deterioraron aún más la respuesta a las necesidades y han originado una serie de afectaciones que se han traducido en una pérdida de la calidad del servicio en nuestra ciudad, que lejos de solucionarse se ha ido agravando con el tiempo.
Las listas de espera superan en mucho la accesibilidad de 48 horas en la atención primaria, llegando a quince días en algunos barrios de la ciudad y de siete días para pruebas diagnósticas de prioridad preferente y, en el resto de pruebas, en un máximo de 30 días. El colapso de la asistencia primaria provoca saturación en los servicios de urgencias, tanto los prestados en los CUAP como en los hospitales de la ciudad.
Según recuerda la diputada Núria Lozano de els Comuns, en los acuerdos presupuestarios para el 2023 se habían fijado algunos objetivos mínimos como 48 horas en la atención primaria, atención telefónica inmediata (y no los más de 10 minutos de media que soportan los usuarios cuando llaman a los CAP) o dos o tres meses para que la asistencia de un especialista.
Como ejemplo, cabe mencionar los casos del CAP y del CUAP del barrio de Sant Josep, del que se ha anunciado el comienzo de las obras en varias ocasiones y el de la zona Sur de La Florida, ya terminado pero vacío desde hace meses. Al respecto, una anécdota. Cuando se promocionaba la construcción en el solar de Cosme Toda, se anunció la construcción de un nuevo CAP en Bellvitge. Hasta ahora todo humo.
Otra de las preocupaciones de los grupos municipales es el reciente anuncio de la ampliación del Hospital Clínic de Barcelona en los próximos terrenos de la zona deportiva de la Universidad de Barcelona: “nos hace temer que la promesa hecha hace casi veinte años de la construcción de un nuevo Hospital General de l’Hospitalet sea olvidada definitivamente”, afirman els Comuns en la moción presentada al respecto.
Esto provoca que la mitad de la población tenga que desplazarse a menudo a un hospital de fuera de la ciudad, en concreto al Moisés Broggi, contribuyendo al colapso de este equipamiento pensado para atender especialmente a los residentes de otros municipios del Baix Llobregat.
Otro de los déficits que tiene la ciudad es la falta de un servicio de atención pediátrica de 24 horas y de proximidad a todos los centros de atención primaria.
Diferentes mociones de los grupos municipales de oposición han venido solicitado reiteradamente al gobierno de la ciudad que intervenga y que actúe tanto ante el Departament de Salut como ante el Consorcio Sanitario del propio Hospital de la Cruz Roja para que se agilice la construcción de un nuevo centro que sea referente para la parte norte de la ciudad y que substituya las derivaciones actuales hacia el Moisés Broggi.