
Los peatones de la calle Floridablanca denuncian el incumplimiento continuo de los conductores que circulan sin problema alguno por una zona declarada libre de coches
Ya he escuchado en más de una ocasión que a las personas hay que decirles la verdad, aunque a veces no les guste oirlo, porque lo peor de todo es sentirse engañado. Y esto es lo que ha pasado con los vecinos de la calle Floridablanca de Pubilla Casas. Les prometieron una calle pacífica y lo único que han conseguido con la transformación es convertirla en más peligrosa que antes, cuando era una calle más de las miles que hay en l’Hospitalet. Los vecinos han denunciado el caso sin que nadie les haga ni caso.
El proyecto aprobado e informado a los vecinos era idílico. Una zona restringida al tráfico en la calle Floridablanca entre Belchite y Tomás Giménez. El propio proyecto ya justificaba la viabilidad del cambio puesto que el tráfico que debía pasar por esta calle se podía desviar por otras, concretamente por Belchite/Amadeu Vives y por lo tanto “era factible cerrar este vial al tránsito de paso”.
El proyecto señalaba que para el corte del tráfico era necesario crear zonas de estancia. Además, tenía facilidades, como que no existía ningún vado en la misma por lo que no habría ningún impedimento para hacer todo el tramo escogido pacífico, libre de coches.

Una de las sugerencias era que para hacerlo efectivo y libre de aparcamiento, se había que ocupar el espacio con mobiliario urbano. Podría contarse con la colaboración de la escuela para llenar la zona. El único problema era buscar la reubicación de los contenedores.
Los vecinos están indignados. Desde hace años se han quejado al ayuntamiento y a las diferentes organizaciones políticas “pero no sirve para nada”. “Los vecinos fuimos engañados. Se nos prometió que fuera una calle pacífica, libre de circulación, pero los coches siguen pasando como antes. Un proyecto inútil, incluso. El mismo grupo municipal que gobierna esta ciudad nos ha contestado, ante las reclamaciones de los vecinos por el paso del camión de la basura, que este tenía que pasar sí o sí por esa calle habiendo otros posibles recorridos”.
La calle tienes dos señales que impiden la circulación, pero los coches y las motos siguen pasando a menos de un metro de las personas que se sientan en el mobiliario urbano, precisamente con la intención de hacerlo más inaccesible. “Algunos conductores se permiten aparcar e insultan, incluso, a los que caminamos por la calle”, dice uno de los vecinos afectados.
Pero los coches y motos siguen pasando a menos de un metro de las personas que se suelen sentar en los dados que hacen de bancos. “En l’Hospitalet existen algunas calles con la misma problemática que la nuestra, pero los vecinos no se quejan”, se lamentan los vecinos.

Una situación indignante por el incumplimiento de los conductores que circulan por la calle cuando lo tienen prohibido sin que nadie les diga nada. “Es la zona por donde salen los niños de la escuela y donde juegan de manera general. Los fines de semana sobre todo, hay muchos niños que se ponen a jugar a la pelota en esta zona, pero los coches siguen pasando sin que nadie los sancione”, dice un representante de los vecinos.
“Es un escándalo que esto pase, pero es más escándalo que no tenga respuesta política”, sentencia este vecino. “Ya hubo un accidente el año pasado y seguramente en el futuro habrá más porque esta situación se repite de manera habitual y nadie le pone remedio. Lo peor es el dinero que se gastó el ayuntamiento para nada y encima está claro que nos engañaron y ahora no se quieren hacer responsables de la situación”.
