L’Hospitalet sin hospitales: el futuro del Hospital General centra el debate sobre el sistema sanitario de la ciudad
La norma en l’Hospitalet es el retraso en los nuevos equipamientos que repercute en demoras para ser atendidos tanto en los CAP, CUAP y hospitales
El antiguo Hospital de la Cruz Roja exige una rehabilitación inmediata y no su desaparición
Un solo CUAP para una ciudad de más de 300.000 habitantes lo explica todo sobre la negligencia municipal
La operación urbanística del nuevo Clínic de Barcelona obvia que en la zona estaba previsto el Hospital de l’Hospitalet
Los CAPS de la ciudad son incompletos en muchos casos y eso perjudica la calidad asistencial de los vecinos
Un alcalde dispuesto a cambiar la ciudad exigiría los equipamientos indispensables para garantizar la calidad de vida
Uno de los graves problemas que padece la población en l’Hospitalet es el sanitario. El crecimiento demográfico no ha ido acompasado con la creación de nuevos Centros de Atención Primaria. Al contrario, lo único que se ha conseguido es incrementar el número de pacientes que tienen los médicos para atender en primera instancia, porque lo que potencia el gobierno local es la construcción de nuevas viviendas y no la previsión de nuevos equipamientos.
Todo ello repercute en la demora en la atención. Tanto en el CAP, donde están dando visitas en algunos casos de hasta un mes, como para solicitar ser atendidos en las consultas de los especialistas o bien para realizarse las pruebas médicas necesarias. Visitarse en el único CUAP de la ciudad (Centro de Urgencia de Asistencia Primaria) tiene demoras de hasta 3 horas y estamos hablando de un servicio de urgencias. Existe uno sólo para toda la ciudad con más de 300.000 habitantes reales (282.299 censados con un incremento respecto del año anterior del 2,1%).
Uno de los grandes debates que existe hoy en la ciudad es el futuro del actual Hospital General de l’Hospitalet, conocido como el antiguo hospital de la Creu Roja, que es el referente para los ciudadanos de la parte norte de la ciudad. Todo se ha puesto en cuestión a raíz del anuncio de la construcción del nuevo Hospital Clínic de Barcelona y la urbanización de todos los terrenos adyacentes que van desde la masía de Can Rigalt hasta la Diagonal. El Hospital General de l’Hospitalet reclama una urgente rehabilitación desde hace muchos años. Una rehabilitación que no se ha emprendido porque se especuló en su momento que se construiría en la zona de Can Rigalt, mucho antes de que Barcelona despertará con el nuevo Clínic, justo en la misma zona.
Por muchas de estas y otras razones, el Hospital General, que debería ser el punto de referencia de la zona norte de la ciudad, ya se ha vaciado de una gran parte de sus funciones y los pacientes han de ir al Moisés Broggi (en Sant Joan Despí) para ser atendidos e incluso para ser intervenidos cuando es necesario.
Un alcalde que renuncia al nuevo Hospital General
El propio alcalde, David Quirós, en unas declaraciones realizadas a la TV local manifestó que “no sería lógico continuar pidiendo un nuevo hospital si llega el Clínico y, por otro lado, tenemos el Hospital de Bellvitge” (L’Estaca,15 abril 2025). ¿Pero, cuál será el futuro? ¿Una remodelación del existente? Lo que sí está claro es que el nuevo Hospital Clínic todavía tardará como pronto 10 años en prestar servicio. Mientras tanto, los ciudadanos de la parte norte deberían de tener el viejo Hospital de la Creu Roja, remodelado y en condiciones, como referente.

La oposición municipal (ERC-EUiA, Comuns i PP) ya han solicitado inversiones para reformar el actual hospital y adecuarlo para que sea el punto de referencia para esta zona de la ciudad donde viven 150.000 habitantes. Todos tienen la misma opinión: esta población de los barrios más densos del norte necesita ser atendida correctamente ya que la sanidad pública es un derecho. Y aseveran: “renunciar a un hospital propio de l’Hospitalet por la proximidad del nuevo Cínic es renunciar a una necesidad, a garantizar un derecho”.
El movimiento Marea Blanca también ha sido tajante sobre el futuro del Hospital General: “hace 20 años que se nos prometió un centro nuevo”. Quien no se definió sobre el futuro del antiguo Hospital de la Creu Roja fue la ahora consellera de Salut Olga Pané en una reciente visita a l’Hospitalet.
Los equipamientos que nunca llegan
El déficit sanitario sigue patente. En febrero del 2025 ya se anunció, por parte de la consellera de Salut la licitación de las obras para la construcción del nuevo CAP de Sant Josep pero hay que tener en cuenta que se viene esperando su inauguración desde finales del 2023. Los vecinos, un poco incrédulos ya, manifestaron en su momento: “a ver si ahora es verdad porque hace dos años ya se presentó el proyecto”. Recuerdan que, entonces, fueron Nuria Marín y el entonces conseller Josep Maria Argimon quienes hicieron la promesa eternamente incumplida.
El edificio nuevo del CAP de Sant Josep se levantará en un solar municipal cedido a la Conselleria de Sanitat situado en el cruce de Josep Tarradellas con Isabel la Católica y donde está previsto además que se construya un nuevo CUAP, que sustituya al actual, y también un centro logístico del SEM. Actualmente el CAP de Sant Josep se encuentra situado en el edificio del CAP del Centre, situado en el edificio de la Rambla Just Oliveras.

Por cierto, los vecinos de Bellvitge no quieren que desaparezca el actual CUAP situado en la Rambla Marina con la calle Cobalto y con toda la razón. Precisamente, uno de los grandes déficits de l’Hospitalet son los equipamientos de este tipo.
No hace muchos meses, en septiembre del año pasado, se inauguró un nuevo ambulatorio, el de Florida Sud que estaba ubicado en el existente en Florida Nord que ahora ha quedado menos saturado. Sin embargo, ha nacido con déficits, ya que no cuenta con servicios de especialistas en geriatría, cardiología o dermatología. Tampoco cuenta con servicio de pediatría que solo está presente en el CAP Florida Nord. En algún momento se puede dar el caso de que una madre tenga que ir al médico para ella y para su hijo, y tendrá que desplazarse dos veces a dos lugares distintos. Tampoco existe un departamento de diagnosis por la imagen. Este centro hace diez años que el barrio lo espera.
La Marea Blanca harta de denunciar los recortes
La barriada de Pubilla Casas también comparte el CAP de Can Vidalet, en el término municipal de Esplugues. Ya en su día, el movimiento de Marea Blanca, con la perspectiva de la desaparición del antiguo Hospital de la Creu Roja, propuso la construcción del nuevo CAP de Pubilla en los terrenos que quedaran libres.
El sector Sanfeliu con su CAP en la calle Emigrant tiene la peculiaridad que en periodos estivales deriva sus servicios a otros centros como el de la Gavarra en Cornellà e incluso al de Rambla Just Oliveras, en el centro de l’Hospitalet, bastante lejos de donde viven los pacientes.

Ante tanta incertidumbre, movimientos como la Marea Blanca de l’Hospitalet se vienen manifestando cada miércoles desde hace varios años en defensa de la Sanidad pública y reclaman más inversión para todos los centros. Otra de las peticiones es la reducción de las listas de espera: “los últimos años de recortes han supuesto una degradación general del sistema sanitario y pensábamos que solo afectaba a los hospitales, pero luego se ha demostrado que los Centros de Atención Primaria también lo han sufrido”.
En una de las protestas que realizó la Marea Blanca, Toni Barberà, uno de los médicos activistas de este movimiento, afirmó que “los presupuestos reconocen una venta de los servicios externos del 44%”. La financiación también se va a través de Fundaciones y Consorcios lo que significa que “un 70% del dinero se va fuera del sistema”.
Se reclama, pero no se exige
Todo esto afecta a la sanidad en su conjunto, pero la responsabilidad inmediata corresponde al Ayuntamiento de la ciudad y a su alcalde que es quien debiera insistir hasta la saciedad para cubrir las necesidades de la población. En lugar de ello, lo único que se sabe es que Quirós ha renunciado al nuevo hospital en Can Rigalt pero, a cambio, no se sabe nada de la rehabilitación del Hospital General en su actual ubicación. En este ámbito sanitario hay muchísimo por hacer en la ciudad y no es suficiente con insistir. Lo que cuenta es no transigir y obligar. La ciudad está tan precarizada en cuanto a los equipamientos y a los servicios, que sean de ámbito municipal o supramunicipal, un alcalde de nivel no se contentaría con pedir: probablemente exigiría.