El teatro hospitalense lo tiene todo en su contra

Fachada del Teatre Joventut de L’Hospitalet/ Fuente: Viquipèdia Teatre Joventut.

Actualmente el Teatre Joventut es el único establecimiento público que ofrece una programación exclusiva de comedias, dramas, tragedias, monólogos y demás en L’Hospitalet de Llobregat

30 de enero, 2021

Con 269.382 habitantes, L’Hospitalet de Llobregat es el segundo municipio más poblado de Cataluña. Es por ello por lo que la ciudad cuenta con un amplio abanico cultural, que debido a la reciente pandemia por el covid-19 se ha visto sometido a importantes perdidas económicas y adaptaciones para su funcionamiento.

Si lo que queremos es disfrutar de música en directo, L’Oncle Jack, The Void o La Salamandra son los lugares idóneos para hacerlo. Si somos unos apasionados de la lectura, tenemos más de una decena de bibliotecas repartidas por el municipio a nuestra disposición. La ciudad cuenta también con varios museos como L’Harmonia o el Museo de historia local, salas de exposiciones y centros cívicos y culturales para disfrutar de experiencias enriquecedoras junto con los más pequeños de la casa. 

Una oferta teatral limitada

Sin embargo, si atendemos a la oferta teatral, la realidad es mucho más acotada. Actualmente el Teatre Joventut es el único establecimiento público del municipio donde podemos encontrar una programación exclusiva de comedias, dramas, tragedias, monólogos y demás. Otro de los lugares donde, a pesar de predominar los espectáculos musicales, podemos también disfrutar de obras de teatro de tanto en tanto es el Auditori Barrades. En ambos se ofrecen además espectáculos vinculados a proyectos educativos, de carácter social, de acción comunitaria y del calendario cultural local.

El Teatre Joventud es una de las ofertas culturales y de difusión artística más importantes de L’Hospitalet. La calidad es una de las más potentes que hay en la ciudad”, asegura Josep Lluís Marcè, director del teatro desde 2002 y durante los dos primeros años de su nacimiento en 1991, tras abrir por primera vez el telón con la obra El cántaro roto. De hecho, anteriormente el edificio había sido un conocido cine de barrio, hasta el que el Ayuntamiento municipal decidió comprarlo. Fue en el año 1997 cuando el Grupo Focus se hizo cargo de su programación, pero únicamente hasta 2002, cuando se optó por no renovar esta concesión a una empresa externa.

La ubicación, principal punto débil del teatro hospitalense 

Uno de los principales puntos débiles del Teatro Joventut es su ubicación, lejos de la zona centro o de los barrios de San José o Santa Eulàlia, donde sería de más fácil acceso. El edificio está situado en Collblanc en una calle muy estrecha. La línea 5 de Collblanc o la línea 1 Torrassa son las más rápidas para acceder a él. 

El Teatro Joventut, además de estar alejado del centro de la ciudad, se encuentra en una calle donde no se puede aparcar y por la que no pasa nadie. La estructura del local tampoco permite muchas maravillas a pesar de que se hicieron obras. Cuando el ayuntamiento compró el Teatre Juventut, se gastó un dineral en algo que no respondía a las necesidades de la gente que estaba haciendo teatro en aquellos momentos en la ciudad de L’Hospitalet. Para nosotros ha sido una cosa ajena al movimiento teatral en la ciudad”, reivindica Jesús A Vila, quien en el año 69 empezó un grupo de teatro, el Grupo de Acción Teatral, en el Casino de Santa Eulalia. Este grupo mantuvo su actividad durante unos años, pero finalmente, igual que otras cooperativas del barrio, sobre los años ochenta se disolvió ya que en la ciudad nunca hubo salas donde se pudiera llevar a cabo su profesionalización. Añade también que “durante el franquismo el ayuntamiento no se ocupó de esa cuestión y no hubo recuperación de salas nuevas”.

La mala situación del teatro conlleva, además, que mucha de la población asistente sea de otros lugares distintos a L’Hospitalet. “Al rededor de un 40% del público es de los alrededores de Barcelona, Sants, Les Corts y de otros sitios. También depende mucho de la programación que haya en el teatro, que muchas veces se nutre de lo que ya se ha hecho en Barcelona y ha funcionado allí. Aun así, normalmente hacemos funciones únicas. Por consiguiente, un 60% del público si que es de L’Hospitalet”, asegura Josep Lluís Mercè, quien también afirma que es mas complicado que asista gente a las funciones de teatro porque, a diferencia de los conciertos, la gente se guía por la obra y no por la persona a la que van a ver. El teatro, en definitiva, tiene un público mucho más local y selecto.

Muchos habitantes, pocos teatros, pocos amantes y el covid-19

Además, aún el teatro ser un edificio emblemático y de referencia para los habitantes de L’Hospitalet, la propuesta de cara al público sigue siendo limitada para una ciudad que en los últimos cinco años ha ido creciendo en número de habitantes y que es la segunda más poblada de Catalunya. Si atendemos a Barcelona, la primera localidad con mayor población de la comunidad autónoma, esta cuenta con más de 50 teatros con espectáculos para todos los gustos y públicos. La capital catalana es, por lo tanto, la segunda población española con más salas de espectáculos, solo por detrás de Madrid. Ocurre lo mismo con Badalona, cuarta localidad más poblada de Catalunya con 223.166 habitantes, la cual cuenta con tres teatros municipales y de referencia, el Zorilla, el Principal y el Blas Infante. Además, en el caso de Sabadell, quinta ciudad más poblada, el Teatro Principal, La Faràndula, Estruch y La Sala Miguel Hernández suman también una mayor cantidad de teatros municipales que en L’Hospitalet. 

Por otro lado, y según la memoria de artes escénicas elaborada por el Teatre Joventud y el Auditori Barrades, en 2019 y dentro de la temporada profesional asistieron entre ambos un total de 4.258 personas a espectáculos teatrales, 1650 a L’H fa teatre (teatro para compañías aficionadas) y 6.987 niños a Teatro- Escuela para centros educativos. Si sumamos estas cifras nos da que un total de 12.895 personas (apenas un 5% de la población total contando que todos fueran de l’Hospitalet) disfrutaron de espectáculos íntegramente teatrales en estos establecimientos. Se trata de un número muy bajo y que se intentó mejorar gracias a una campaña de comunicación y difusión con la presentación de la temporada y su respectivo cartel, anuncios en los medios de comunicación locales o el envío de la newsletter semanal a través del correo electrónico. Además, antes de la pandemia por el covid-19, se implementó un vínculo con la Biblioteca Josep Janés, donde los asistentes al club de lectura leían las obras y luego las comentaban con los actores, además de conversaciones post-función con los artistas, visitas guiadas al teatro o Escena 25, impulsada por el Departamento de cultura de la Generalitat para fomentar el acceso de los jóvenes al teatro. 

Actualmente, y a causa del coronavirus, desde el teatro han estado viviendo en una continua montaña rusa con todos los cambios de normativa desde que empezó la pandemia a principios del año pasado. Su actuación actual se ciñe a las normas que marcan desde el Pla Terriorial de Protecció Civil de Catalunya (PROCICAT) con un aforo máximo del 50%, respetando la distancia entre los asientos, identificando a todo el mundo con entrada anticipada, evitando grandes aglomeraciones en las colas de entrada y salida, entre otras muchas más cosas. Sin duda se trata de una situación crítica para el teatro hospitalense, entre el covid, los escasos sitios donde disfrutar de las artes escénicas, el poco interés de la población y la mala ubicación del Joventut.

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