La anomalía de l’Hospitalet: combatir la covid-19 con la mayor densidad de población de Europa

Vista área parcial del barrio de La Florida, el de mayor densidad de Europa

15 de septiembre 2020

La ciudad de l’Hospitalet supera los 21.365 habitantes por kilómetro cuadrado (km2), una concentración que en algunos barrios se dispara, como es el caso de La Florida, donde viven en 0,38 km2 un total de 29.671 ciudadanos, lo que arroja una densidad de 78.082 personas por km2. Le van a la zaga los barrios de Torrassa, Collblanc y Pubilla Casas. Distritos en los que el denominador común son viviendas pequeñas, con escasa ventilación y donde el prolifera el hacinamiento. Una situación que no mejora cuando se sale a las estrechas calles, ya que resulta imposible mantener la distancia social de prevención de la pandemia. De ahí que esos barrios de la zona norte de l’Hospitalet sean las zonas de Cataluña con mayor tasa de contagios.

En los 12,4 kilómetros cuadrados de superficie total que tiene l’Hospitalet, viven 264.923 personas, según el censo de 2019. La división para calcular la densidad bruta arroja una media 21.365 habitantes por km2, pero a los efectos de la salud pública hay que calcular la densidad habitada, concepto que acuñó Alasdair Rae, profesor de estudios urbanos en la Universidad de Sheffield, y supone el número de habitantes por km2 habitado, dejando fuera de la ecuación todos los km2 sin habitar. En el caso de l’Hospitalet, para calcular la densidad habitada habría que restar los escasos espacios verdes, la zona industrial a ambos lados de la Carretera del Mig, así como las vías férreas y los espacios que por ejemplo rodean Can Trabal, la última zona agrícola de la ciudad, con 415.899 metros cuadrados.

Entre los muchos factores que influyen en la transmisión del coronavirus, la densidad de población juega un papel importante. Los expertos coinciden al afirmar que el principal factor para evitar los contagios es la distancia social, además de la higiene y el uso de mascarilla. También influye la situación de los servicios sanitarios, tras los recortes, la ausencia de rastreadores, los hábitos socioculturales, la pirámide de población y la dependencia económica del sector servicios. La densidad de población no sería entonces una ventaja para l’Hospitalet y sus ciudadanos, sino una auténtica anomalía.

Factores de riesgo

Al ser la trasmisión del virus un fenómeno multicausal, establecer una relación directa entre densidad y Covid-19 no es fácil y no abundan estudios al respecto. “Al principio hubo intentos para ver la influencia, pero la relación no aparecía clara”, ha explicado el epidemiólogo Pedro Gullón a TVE. “No es tanto la densidad de población como las condiciones de hacinamiento; y en ciudades con una alta segregación ocurre con bastante frecuencia”, apostilla. Por su parte, Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, asegura que “vivir en un lugar con elevada densidad de población es un factor de riesgo”.

L’Hospitalet está repleta de puntos calientes demográficos. Según los expertos, los puntos calientes son los kilómetros cuadrados con más hacinamiento y que son auténticas bombas de relojería, puesto que el virus tiene gran facilidad para la transmisión. La densidad de población tiene muchas derivadas implicadas (estructuras familiares, edades, hábitos de relación, costumbres culturales, medidas laborales, etcétera). Que los ciudadanos interactúen mucho entre sí parece inevitable en los barrios de l’Hospitalet, sobre todo en la zona norte, repletos de viviendas minúsculas y juntas, con escasa ventilación y habitadas por muchas personas. Y en la calle, el bullicio es constante. Evidentemente, en barrios residenciales o con más dispersión, el riesgo de contagio es menor, concluyen los especialistas.

Por Juan Carlos Valero

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