Pese a que durante la época de Franco muchas calles de l’Hospitalet cambiaron su nombre, especialmente aquellas de honda significación democrática o catalanista, hubo una, dedicada a un personaje nacido en la ciudad, que se mantuvo, si bien se castellanizó el nombre. Nos estamos refiriendo a la calle de Pau Sans, en el distrito de Sant Josep, entre Prat de la Riba i Avinguda Carrilet. Entre 1939 y 1988, la calle Pau Sans se llamó oficialmente Pablo Sans, pese a que Pau Sans i Guitart fue un político catalanista de reconocida entidad.
Nacido en l’Hospitalet en 1836 y muerto en Barcelona al albor del siglo (1901) fue ingeniero industrial especializado en redes ferroviarias y a la vez político y poeta. Pudo estudiar gracias a la relativa estabilidad familiar puesto que su padre regía una taberna en la calle Mayor, donde vivió con sus padres y hermanos hasta el fallecimiento del padre, hacia 1850-55. La madre, era originaria de Sant Feliu y él era el mayor de ocho hermanos. Convertido en ingeniero, residió un tiempo en Zaragoza como técnico de la compañía de los Ferrocarriles de Zaragoza a Pamplona y Barcelona y más tarde se convirtió en ingeniero-jefe de movimiento de la Compañía de Francia, donde tuvo que abandonar el cargo en un conflicto obrero por dar la razón a los maquinistas que tenía bajo sus órdenes. Fue el primer director de La Tracción Ferroviaria Ilustrada, revista de contenido obrerista en defensa de los intereses de los ferroviarios y ya con cincuenta años fue nombrado ingeniero municipal de la ciudad en un momento de considerable flujo de nuevas instalaciones industriales. Vinculadas con esta temática del ferrocarril fueron sus primeras obras: La locomotora en acción (1868) para uso de maquinistes y fogoneros, Guia de maquinistas y fogoneros de ferrocarriles (1888), Preguntas y respuestas relativas á la conducción y conservación de las locomotoras (?), Colección de problemas de aritmética con aplicación a la industria (1887), y Detalles elementales de la construcción y funciones de la locomotora (?). También escribió la memòria económica El porvenir industrial de Zaragoza (1885) y multitud de artículos técnicos en revistes especializadas del sector hasta 1896.
Vinculado estrechamente a l’Hospitalet durante toda su vida, participó activamente en la fundación del Casino de l’Harmonia (1866) entidad de configuración progresista muy activa durante el sexenio revolucionario (1868-1874) y dio clases de aritmética y geografía en el Ateneu Obrer por lo menos durante los años 1886 y 1887.
Además de ingeniero y escritor de libros técnicos destacó por su numerosa producción poética, en muy buena parte inédita y compilada en el fondo a su nombre, del Arxiu Municipal. Algunos poemas fueron publicados en La Renaixença, donde fue redactor desde 1866, firmados como Pau de Provençana (1882) y otros en La Il·lustració Catalana (1866). Varios de esos poemas (Festa Major, Enyorament…) están dedicados a la ciudad, y hay otros como Un trist record, 1714 (1885) a la efeméride del 11 de septiembre de 1714. Escribió entre 1854 y 1895 también relatos y diversas piezas teatrales, una de las cuales, Lo dia del cop (1889), fue estrenada en dos de las entidades más vigorosas de la ciudad, el Casino de l’Harmonia y el Casino del Centre. En la Fiesta Mayor de 1890, la Societat Coral La Campestre estrenó una de sus canciones más conocidas, La locomotora, con música de Antón Vaqué.
Su prestigio literario le llevó a formar parte del Jurado (como secretario y mantenedor) de los Juegos Florales de Barcelona de los años 1887 y 1888 junto a personalidades de las letras como Jacint Verdaguer, Àngel Guimerà o Marcelino Menéndez y Pelayo.
Como político fue el primer presidente de la Lliga de Catalunya (1887) y más tarde de la Unió Catalanista. Fue el primer firmante del “mensaje” a la Reina Regente en mayo de 1888 hecho por la Lliga y que se considera, por su dimensión histórica y por el listado de reivindicaciones, uno de los textos fundacionales del catalanismo político, a la vez que participó activamente como representante de l’Hospitalet en la elaboración del documento de Les Bases de Manresa (1892).
Esta activa participación supondría uno de sus últimos actos públicos. A partir de 1894, los achaques de la vejez y sus penalidades familiares (en pocos años mueren un hijo de 13 años, una hija de 19 y su mujer), le mantienen recluido hasta que fallece en octubre de 1901.
Curiosamente, habrá que esperar hasta 1923, unos meses antes del golpe de Estado de Primo de Rivera, para que l’Hospitalet le dedique una calle. Es en junio de 1923 y la decisión incluye la autorización bilingüe del rótulo, aunque en la Guía Oficial de 1928-1929, la calle Pau Sans se encuentra rotulada en catalán. Se mantiene como carrer Pau Sans hasta 1939, en que se castellaniza el nombre sin que, curiosamente, desaparezca del nomenclátor. Se ve que pesó mucho más el carácter local del personaje que su trayectoria pública. Por una vez se impuso el sentido común. En octubre de 1988 se oficializó el nombre que mantiene en la actualidad.
Por Luis Berbel y Jesús A.Vila