Fatal tienen que estar las cosas en el seno de la organización socialista de l’Hospitalet para que uno de los políticos con más peso en la organización, el secretario segundo de la Mesa del Parlament, el diputado David Pérez, vecino de Santa Eulalia, se haya negado a responder a unas cuantas preguntas sobre cuestiones de actualidad, unas de ellas relacionadas con el rumor que circuló la semana pasada sobre su futuro como diputado electo y otras sobre su posición frente al conflicto desatado en el ayuntamiento del que formó parte entre 1991 y el 2003.
En el instante en que tuvimos noticia de la posibilidad de que David Pérez fuera elegido president del Parlament de Catalunya en la legislatura que ahora comienza, como consecuencia de las negociaciones que se están llevando a cabo para que tanto Salvador Illa como Pere Aragonés, cada uno por su lado, puedan conseguir apoyo para sus respectivas investiduras, nos pusimos en contacto vía telefónica con el diputado electo para recabar su opinión al respecto. Nos comentó que se trataba simplemente de un rumor pero insistimos en hacerle cinco preguntas por escrito via mail sobre la actualidad, para que pudiera contestarlas con tiempo suficiente, garantizando así la exactitud de las respuestas que nosotros reproduciríamos en L’Estaca.com. Como parecía obvio, íbamos a aprovechar la oportunidad de que nos contestara por escrito para pedirle su pronunciamiento no sólo acerca de la posibilidad de su elección como presidente del Parlament sinó en todo lo relacionado con el conflicto subyacente en el Ayuntamiento en lo referente al Consell Esportiu.
Obtenido su permiso para enviarle el cuestionario así lo hicimos, nos aseguramos de que le había llegado en un contacto telefónico con la secretaria segunda del Parlament y dos horas después la secretaria de esta oficina nos informó de que el diputado Pérez no iba a responder el cuestionario, no tenía interés alguno en hablar con la persona que le había enviado el cuestionario de la redacción de L’Estaca y solo estaba dispuesto a hablar con el redactor que le contactó en primer lugar. Tras muchos intentos de ese mismo redactor que le contactó al principio para poder hablar con el diputado, se ha obtenido la callada por respuesta, pese a que se le hizo llegar que la redacción de L’Estaca estaba elaborando una información sobre este tema y que la publicaríamos igual.
Las cinco preguntas que pedíamos que nos contestara el diputado Pérez iban desde recabar detalles sobre la posibilidad de que fuera elegido president del Parlament, información sobre la estrategia socialista para componer un gobierno con ERC y Comuns con apoyo de la CUP, así como su opinión sobre lo que podría ocurrir en el eventual caso de que la alcaldesa de la ciudad fuera finalmente imputada en su declaración ante el juez a primeros de abril próximo, su posición sobre un eventual traspaso de poderes en el caso de que la alcaldesa tuviera que dimitir y su opinión sobre la relevancia, en lo que concierne al Ayuntamiento de l’Hospitalet que, de cara al futuro, van a tener diputados de relieve como él mismo o la diputada en el Congreso, Mercé Perea.
Su negativa a responder a estas sencillas preguntas y su absoluto silencio a partir de ese momento, en lugar de despejar dudas y arrojar luz sobre el inmediato futuro, ha contribuido a oscurecerlo y a provocar mayores nubarrones sobre estas cuestiones.
Es evidente que el diputado Pérez no se ha querido definir, lo que pone en evidencia la fragilidad de la organización socialista en l’Hospitalet, dividida entre los partidarios del primer secretario local y segundo teniente de alcalde imputado del Ayuntamiento, entre los que el diputado Pérez se encuentra según ha podido saber esta redacción, y los partidarios del primer teniente de alcalde, rival del segundo teniente de alcalde y previsible sucesor de la alcaldesa si finalmente la juez imputa a Nuria Marín justo después de Semana Santa. Lo que podría haber sido una manera tranquila de poner claridad en este turbio asunto, se ha convertido en un nido de sospechas sobre la complejidad de la sucesión en la alcaldía, si ocurre lo que muchos se temen.