Francisco González, portavoz de Vox : “Siempre hemos pensado que en todo aquello que sea beneficioso para los ciudadanos y la ciudad, es posible llegar a acuerdos al margen de las posiciones ideológicas”

El líder de Vox en l’Hospitalet junto a un tenderete de su organización.

Vox consiguió en las pasadas elecciones de mayo del 2023, casi 8.500 votos de la ciudadanía, algo más del 10% de los votos válidos, se convirtió en la cuarta fuerza, tras el PSC, ERC/EUiA i el PP y tiene tres concejales de 27. El PSC no tiene mayoría absoluta, de modo que los 14 votos de toda la oposición tienen fuerza suficiente para obligar al gobierno local a tener que negociar sus propuestas, algo que muchos coinciden que resulta urgente en esta ciudad después de años de imposiciones. Por eso hemos querido conocer la opinión de este partido de derecha extrema, en lo relativo a su estrategia de ciudad.

¿Es consciente su grupo municipal de que con su voto pueden impedir que durante 50 años —dos generaciones—, una parte importante del patrimonio municipal hospitalense en un enclave central de la ciudad se quede en manos de un fondo de inversión privado que ha tenido estrechas relaciones con el PSC?

Imagino que se refiere usted al proyecto para la antigua fábrica Godó i Trias. Nuestra posición al respecto la hemos dejado clara en nuestras intervenciones en los plenos en los que se ha debatido este tema.

En primer lugar, estamos hablando de un edificio histórico, una joya de la arquitectura industrial modernista, que, por la incompetencia de los sucesivos gobiernos municipales socialistas, lleva lustros en el más completo abandono. De continuar así, Hospitalet corre el riesgo de acabar perdiendo uno más de los pocos elementos de su patrimonio histórico que aún sobreviven.

Ante la incapacidad del gobierno socialista para mantener y aprovechar los inmuebles de valor histórico y arquitectónico que atesora, siempre nos manifestamos a favor de explorar posibles vías de colaboración público-privada que permitan salvar el patrimonio y darle un uso que beneficie a la ciudad. Esa es la razón fundamental por la que no nos hemos opuesto al proyecto de Stoneweg para rehabilitar la fábrica Godó i Trias e instalar en ella un equipamiento cultural y docente.

El argumento esgrimido por algunos de que la ciudad no puede «perder» ese espacio porque está muy necesitada de equipamientos es totalmente falaz. Para empezar, Hospitalet no va a perder ese espacio si finalmente el proyecto sale adelante, sino que va a ganar un edificio emblemático que lleva décadas cerrado y que, a día de hoy, amenaza ruina y es un inmenso nido de ratas. Por otra parte, la evidente falta de equipamientos que padece Hospitalet no se debe precisamente a que el ayuntamiento no disponga de inmuebles para instalarlos, sino a la inoperancia del gobierno municipal. De hecho, tenemos decenas de miles de metros cuadrados en las antiguas fábricas de Can Trinxet, Cosme Toda, Albert Germans, o en los pabellones del antiguo cuartel de la Remonta, edificios todos ellos de gran valor histórico tan abandonados como el de Godó i Trias, en los que el Ayuntamiento podría desarrollar grandes proyectos culturales y sociales. Por ejemplo, si Hospitalet sigue a día de hoy sin un auditorio y un teatro dignos de la segunda ciudad de Cataluña no es por falta de espacio para construirlo; es por la desidia del PSC.

Su actitud reflexiva en algunos temas trascendentales para la ciudad ha hecho que el voto de su grupo municipal se haya alineado con el de otros grupos muy distantes ideológicamente a ustedes, sin que esa coincidencia en la votación implique otra cosa que su interés por los derechos de los ciudadanos de l’Hospitalet. ¿No cree usted que, en demasiadas ocasiones, los pronunciamientos ideológicos en lugar de acercar posturas, que de otro modo serían próximas, lo que hacen es crear distancias simplemente retóricas?

Me halaga que considere que VOX actúa de manera reflexiva. Es justamente lo que hemos buscado siempre: obrar guiados por la reflexión en busca del bien común. Por supuesto, nos hemos podido equivocar, pero en tal caso, tenemos la conciencia bien tranquila, porque desde que VOX entró en el ayuntamiento de Hospitalet, hemos actuado pensando en qué era lo mejor para la ciudad, para Cataluña y para España. A diferencia de otras formaciones políticas, VOX tiene muy claro eso que siempre recalca nuestro presidente nacional, Santiago Abascal: VOX es un instrumento, no un fin en sí; el fin es defender los intereses de España y de los españoles.

Y en la política municipal esto adquiere más sentido que en cualquier otro ámbito, ya que aquí nos movemos en lo que yo suelo describir como «picar piedra». Los políticos que trabajamos en el ámbito local lo hacemos en el terreno de lo inmediato y cotidiano, en lo que toca al día a día de los ciudadanos. Por eso siempre hemos pensado que, en todo aquello que fuese en beneficio de los vecinos de Hospitalet, era posible y beneficioso llegar a acuerdos más allá de las diferencias ideológicas. Por desgracia, los partidos de la izquierda y el separatismo, empezando por el PSC, en el gobierno de la ciudad, y siguiendo con En Comú Podem y ERC-EUiA, no lo entienden de la misma manera. No hay más que ver que cualquier iniciativa promovida por VOX, por más que sea de sentido común, sobre temas de interés vecinal y carente de todo contenido ideológico, es sistemáticamente votada en contra por esos tres grupos sin ni siquiera entrar a debatirla.

Ustedes se han quejado en diversas ocasiones de que, especialmente la izquierda, pone de manifiesto sus, a su juicio, déficits democráticos, estableciendo cordones sanitarios con el objetivo de aislarlos. ¿No será que, en el fondo, ustedes están satisfechos con esta posición de excepcionalidad que les convierte en un foco de atención singular?

Es precisamente a lo que me refería en mi respuesta a su pregunta anterior. Hemos llegado a un punto en que, obviamente, VOX no puede permanecer impasible ante eso que usted llama «cordón sanitario» de unos partidos sectarios e incapaces de admitir la pluralidad política de nuestra ciudad. Lo contrario sería faltar al respeto a los miles de vecinos que confían en nosotros.

¿Satisfechos con estar en una posición de excepcionalidad? Si esa excepcionalidad consiste en defender los principios en los que creemos y que ningún otro partido defiende, no sólo estaremos satisfechos, sino orgullosos de hacerlo. Por otra parte, es una excepcionalidad en la que estamos muy bien acompañados: todos los sondeos nos sitúan como la fuerza preferida entre los jóvenes, y los más importantes líderes mundiales emergentes están de nuestro lado, empezando por el presidente Trump.

Lo digo porque, en ocasiones, algunos de sus posicionamientos formales se parecen más a una provocación para diferenciarse —conociendo como conocen algunas prevenciones también muy formales de la izquierda— que a la defensa concreta de cuestiones sobre las que seguro pueden existir diferencias en función del lugar que se ocupa en la sociedad.

No sé a qué posicionamientos se refiere. Como ya dije, en nuestro proceder intentamos siempre guiarnos por unos principios firmes, que vienen definidos por el ideario de nuestro partido. VOX es el único partido español que defiende lo mismo aquí en Hospitalet que en Madrid, en Vitoria o en Cartagena. Tenemos un programa único, claramente expuesto en documentos públicos que cualquiera puede consultar: las 100 medidas para la España viva y la Agenda España. El que esté de acuerdo con esas líneas programáticas sabe que puede contar con que no las vamos a cambiar por razones coyunturales, y hace unos meses lo demostramos con hechos, abandonando los gobiernos autonómicos en los que participábamos cuando el PP no aceptó nuestras condiciones en cuestión de inmigración ilegal. Nunca antes en España un partido había renunciado voluntariamente a parcelas de poder por mantenerse firme en sus principios.

En VOX no somos «federalistas» de salón, como el Partido Socialista; no somos un partido «de centro reformista», es decir, socialdemócrata, como se define el PP en sus propios estatutos; no somos republicanos hipócritas que viven muy a gusto cobrando del Reino de España, como ERC… VOX es una alternativa social y patriótica con una sola voz, y procuramos ser coherentes con eso.

¿No creen ustedes que, en el caso concreto de l’Hospitalet, con la actual correlación de fuerzas de un equipo de gobierno con 13 concejales y una oposición dividida, cualquier posición que ponga por delante las cuestiones formales ideológicas frente a las cuestiones trascendentes de ciudad que deberían ser consensuadas por todos cuantos representan a la ciudadanía, no es una postura políticamente poco inteligente?

Lo que creo es que esta pregunta debería formulársela a los otros tres partidos de la oposición: ERC-EUiA, PP y L’H En Comú Podem, que son los que se empeñan en presentar iniciativas excluyendo sistemáticamente a VOX. Imagino que saben contar y son conscientes de que, sin VOX, no salen las cuentas para alcanzar una mayoría. No me corresponde a mí decir si eso es poco inteligente.

Por otra parte, usted sabe mejor que yo que la posición en minoría del gobierno municipal no es real, desde el momento en que En Comú Podem actúa sistemáticamente de muleta para aprobarle al PSC las herramientas de gobierno fundamentales, es decir, ordenanzas fiscales y presupuestos.

¿No le parece que una postura políticamente inteligente en el actual contexto debería pasar por forzar los consensos, dejando al margen, en la medida de lo posible, las cuestiones ideológicas de principios que, en ocasiones, lo único que suponen es un lastre para el avance en la mejora de las condiciones sociales de los ciudadanos?

Me parece tan inteligente que eso mismo es lo que el grupo municipal de VOX ha venido haciendo a lo largo de este año y medio, al menos en lo que se refiere a temas de política estrictamente municipal sin mayor trascendencia ideológica. Pero, vuelvo a insistir: no es así como lo ven los demás grupos municipales, ni del gobierno ni de la oposición, que se mantienen en una posición excluyente con respecto a VOX.

Se suele decir que dos no se pelean si uno no quiere, pero igualmente cierto es que no se puede llegar a un acuerdo cuando una parte no quiere. En tal caso, ¿cabe esperar que la otra parte ceda siempre? Por supuesto que no. Eso sería pusilanimidad, no inteligencia. Y en ese punto estamos ahora mismo en la correlación de fuerzas en el pleno municipal.