¿Pero hay pisos vacíos en Hospi?

Doña Elsa y doña Núria, de acuerdo en todo.

15 de septiembre 2019

Hace ahora casi un año que la alcaldesa Marín y la que entonces era Consellera de Presidència de la Generalitat, Elsa Artadi, se reunían en l’Hospitalet para firmar un convenio por el cual el Ayuntamiento se encargaba de detectar e inventariar los pisos vacíos de la ciudad para que definitivamente en l’Hospitalet dejará de haber “casas sin gente y gente sin casa”. La propia alcaldesa reconocía por esas fechas que había en la ciudad un millar de casas vacías y más de 300 familias pendientes de una vivienda con alquiler social y que era urgente, lo más urgente, poner coto a esta injusticia. Cuando escribo estas líneas, hace 46 días que una mujer y su hijo de seis años viven y duermen en una tienda de campaña a las puertas del ayuntamiento, sin que la alcaldesa Marín y su flamante equipo de bien pagados concejales hayan resuelto el problema.

Ingrid y su hijo fueron desahuciados el 31 de julio porque la propietaria del inmueble donde encontró refugio, Kutxabank, se negó a facilitarle un alquiler social en un piso que llevaba vacío hasta que Ingrid y la PAH lo ocuparon tras otro desahucio por impago de alquiler. Ingrid se quedó sin empleo tras una subida de alquiler unilateral y no tuvo alternativa hasta que la PAH le consiguió un techo que ahora nuevamente la justicia le ha negado. Las leyes están para que se cumplan. Exactamente para que las cumplan algunos y las puedan incumplir otros, porque la Ley 24/2015 que nació tras los escándalos de la crisis, dice en uno de sus artículos que “las administraciones públicas tienen que garantizar en cualquier caso el realojo adecuado de las personas y unidades familiares en situación de riesgo de exclusión residencial que estén en proceso de ser desahuciadas de su vivienda habitual, para poder hacer efectivo el desahucio”. A la vez que impide que se abandone en la vía pública a cualquier familia con menores a cargo.

La verdad es que Ingrid está en la calle con un hijo de seis años y el Ayuntamiento, que ve el problema cada día, es incapaz de resolverlo. El teniente de alcalde de Espacio Público, Vivienda, Urbanismo y Sostenibilidad, Cristian Alcázar, de “la familia que nos gobierna” como pudimos leer este verano en estas mismas páginas y que tiene un sueldo de más de 70.000 euros brutos (por encima del salario de los ministros) sin contar dietas y suplementos por asistencia a reuniones y a plenos, afirmó que para el Consistorio la solución es imposible porque solo hay 326 pisos de alquiler social, todos llenos, y hay más de 300 familias en espera.

¿Y el acuerdo de hace un año para detectar pisos vacíos en manos de la banca?. ¿Y esos 1.000 pisos vacíos ya reconocidos y detectados sobre los que resultaría imprescindible un papel activo de mediación municipal para conseguir alquileres pagables?. ¿Y las multas que la propia ley prevé para las entidades que sustraen esos centenares de pisos al mercado libre de alquileres? ¿Y el compromiso municipal de 2016 de perseguir a esas entidades bancarias en la ciudad —“con contundencia”, dijo la señora Marín entonces— y obligarlas a la cesión forzosa y por tres años de los inmuebles vacíos de aquellas entidades que se cierren en banda a entregarlos, como prevé la ley de emergencia habitacional?

Para Alcázar, demostrar que un piso está vacío, no es tan fácil, como él mismo declaró a la prensa no hace mucho. Quizás que mire el piso donde vivía Ingrid, tapiado tras echarla a la calle el 31 de julio. Ese debe de estar bien vacío. Puede que eso de descubrir pisos vacíos sea un trabajo excepcional que es incapaz de detectar alguien que cobra más de 1.000 euros netos a la semana. Con menos de 40 años y toda la vida laboral vinculada al PSC (menos dos años de cajero en Carrefour, parece) al amigo Cristian le tiene que costar ponerse en la piel de un ciudadano que apenas puede pagar 300 euros al mes para vivir bajo techo.

Hace unos días, Ingrid y 30 activistas de la PAH, intentaron —sin éxito— entrar en el Ayuntamiento para reclamar una solución. La guardia urbana lo impidió, claro. A lo mejor, si en lugar de ser treinta fueran trescientos, o tres mil, el amigo Alcázar y la insigne Marín afinarían la vista y verían más pisos sin gente y más, a la gente sin piso.

La caldera hospitalense

15 de septiembre 2019

En diciembre de hace dos años el Ayuntamiento aprobó un proyecto previo de plan director de arbolado que se convirtió en un informe de más de 130 folios con un objetivo múltiple: beneficiar al arbolado de la ciudad mediante una planificación racional; preservar, mejorar y aumentar el patrimonio arbóreo, incrementar la cobertura vegetal y todo ello fomentando la biodiversidad, proteger los árboles y mejorar sus condiciones mediante un prediseño que permitiera hacerlos compatibles con la trama urbana. Se partía de la convicción de que, en un contexto urbano,  la masa vegetal y los árboles en particular, contribuyen a reducir la contaminación ambiental y acústica, reducen las enfermedades físicas y emocionales de la población, y contribuyen a la calidad de vida en las aglomeraciones demográficas, además de otras ventajas sociales y económicas que el propio informe se encarga de destacar.

Por eso, la OMS recomienda un estándar mínimo de zonas verdes en las áreas urbanas, de entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante. Un estándar que, en España, solo cumplen 9 capitales de provincia (Lleida la única catalana) y todas, excepto Madrid, León y Vitoria, por debajo de los 15 m2/hab. Si eso lo comparamos con los 5,57 m2/hab de zonas verdes de L’Hospitalet, y su peso demográfico, por encima de los 53.000 hab/Km2, veremos enseguida que esta urbe es cualquier cosa menos una ciudad saludable, de modo que vivir en l’Hospitalet se está convirtiendo en un riesgo cierto para la salud, especialmente en las condiciones de cambio climático en que nos encontramos.

Si esto ya es dramático por definición, la aplicación práctica del plan de arbolado está contribuyendo a sentar las bases para un descontento cada vez mayor en los barrios. Este verano, vecinos de La Florida soliviantados por la actuación de la brigada municipal con su Asociación y la entidad ecologista La Saboga al frente, se opusieron tajantamente a la aplicación de un proyecto que prevé la tala de 6.700 árboles en todos los distritos porque producen interferencias con los edificios y la trama urbana. En La Florida se estaban talando numerosos árboles, pero esta matanza de especies se ha producido desde hace meses en todos los barrios de la ciudad porque es evidente que hay árboles que molestan en aceras inferiores a tres metros y otros causan problemas con sus ramas y alturas, a muchas viviendas de la ciudad. O sea, los árboles molestan —eso es constatable—, en la ciudad donde probablemente harían más falta.

Lo que nos lleva a una conclusión lógica: quizás la trama urbana de l’Hospitalet ha perdido la batalla del verde y precisamente por eso, no se debería permitir bajo ningún concepto ocupar más suelo libre para cualquier cosa que no fuera esponjar el territorio, plantar árboles, hacer zonas verdes y oxigenarlo.

Pues bien, como según el Ayuntamiento ya hay en l’Hospitalet 38.200 árboles en las calles y plazas de la ciudad, debe asumirse la tala de árboles molestos para ser substituidos por otros nuevos, necesariamente más pequeños y mejor ordenados, que se irán plantando a medida que se talen los existentes.

El domingo 15 de septiembre FIC celebró el primer aniversario de este digital que estáis leyendo, en la Plaza de la Libertad de La Florida, rescatada durante la Transición por la lucha de los vecinos contra la especulación inmobiliaria y a la que ellos mismos pusieron nombre. Lo que hoy es la Plaza de la Libertad y los dos inmensos bloques que la circundan, de 180 viviendas cada uno, ocupan el solar de una antigua bóvila que se vendió para especular con el terreno. Debían edificarse tres bloques y los vecinos consiguieron paralizar el del centro y convertirlo en una plaza que urbanizó el primer ayuntamiento de la democracia. Hubiera podido ser una plaza verde, pero otro de los ayuntamientos de la democracia horadó el terreno para convertirla en un párking subterráneo. Hoy, los únicos árboles de la Plaza de la Libertad están en maceteros. Por supuesto, ni dan sombra ni sirven para oxigenar. Son el ejemplo de la derrota de un proyecto de ciudad —si es que alguna vez existió— que ya apenas reivindica zonas verdes, que tímidamente reclama que no se construya ni un solo edificio más en el escasísimo espacio libre que queda. Que se limita a pedir, humildemente, que no le talen los árboles.

No hace falta decir que en La Florida, donde viven casi  30.000 personas en unos escasos 0,38 Km2 (lo que vendría a representar casi 80.000 habitantes por Km2, que no se superan ni en Bangla Desh) volvieron a ganar, como lo han venido haciendo desde 1979, los mismos de siempre. Los que hoy siguen pensando en ordenar la ciudad construyendo unos cuantos miles de viviendas más y dejándonos de momento con unos cuantos centenares de árboles menos. A la espera de las pandemias respiratorias de los próximos años, quizás el último mecanismo perceptible para esponjar la ciudad.

El sustituto

14 de septiembre de 2019

Hace tres años que los ciudadanos y funcionarios del Ayuntamiento de l’Hospitalet están acostumbrados a tener un sustituto al frente de la ciudad. Desde que Núria Marín accedió a ser la número 2 del PSC, la alcaldesa tiene reuniones constantes en Barcelona y viajes semanales a Madrid para asistir a las cumbres federales del PSOE, donde forma parte de la ejecutiva como secretaria de Área de Cohesión e Integración. Desde que es la presidenta de la Diputación de Barcelona, gracias a un pacto sociovergente, ahora las ausencias de Marín son más constantes y duraderas. En su toma de posesión en julio, la lideresa socialista proclamó que “gobernará para todos” en la institución provincial, lo que va a suponer un gran esfuerzo, puesto que la provincia de Barcelona tiene 311 municipios y 5,6 millones de ciudadanos.

Afortunadamente, la ciudad tiene a Francesc Josep Belver, conocido popularmente como Fran. Es el primer teniente de alcalde y actúa desde hace muchos años como portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, y ahora más que nunca ejerce las funciones de “jefe” ante las frecuentes y largas ausencias de la alcaldesa. El papel de Fran Belver me recuerda la película “Los sustitutos” (2009), de Johathan Mostow, con Bruce Willis en el papel protagonista, un film que se ha emitido en varias cadenas de televisión. En la película futurista, las personas viven en comunidad con robots que representan sus yo, pero mucho más fuertes físicamente y más guapos. Un día, uno de esos “sustitutos” asesina a su yo original y Willis tendrá que descubrir qué se esconde detrás. Matar al “alter ego”, padre, prócer o padrino, ocurre mucho en política. El ex alcalde hospitalense, Celestino Corbano, tiene experiencia en eso de ser liquidado por su sustituta al frente del Ayuntamiento. Todo empezó cuando él también fue presidente de la Diputación de Barcelona y la puntilla definitiva le vino tras ser nombrado ministro.

Fran Belver ya sabía que tendría que desempeñar el papel de sustituto de Marín (detrás) cuando juró el cargo el 15 de junio.

Evitar que el pueblo se entere

En el tráiler de “Los sustitutos” se dice que los dobles robóticos que reemplazan a las personas en las funciones comunitarias combinan la solidez de las máquinas con la elegancia y la belleza del cuerpo humano para hacer la vida de sus propietarios más segura y mejor. Fran Belver es un político de altura, no solo física, sino también política. Demuestra que tiene la ciudad en su cabeza en cada sesión plenaria y vendría a ser “the surrogate” de Núria Marín. “No podemos permitir que el pueblo piense que usar un sustituto puede ser fatal, sobre todo si es cierto”, se proclama en la película de género distópico. Los hospitalenses todavía no han apreciado suficientemente este cambio de roles porque Fran Belver se encarga de mantener engrasada la maquinaria municipal, hasta el punto de que ahora todo el mundo se dirige directamente a él para tratar los asuntos y así evitar perderse en la apretada agenda de la alcaldesa.

Quien sí se ha dado cuenta de la subrogación del cargo de la alcaldesa es la ciudadanía implicada en el movimiento asociativo.

La plataforma Espai de Ciutadanía, que agrupa a las entidades de L’Hospitalet, y Foment de la Informació Crítica (FIC), entidades organizadoras del único debate electoral que se celebró el 8 de mayo en el auditorio de Tecla Sala, pudieron comprobar el papel sustitutorio de Belver, pues fue este edil quien asistió en representación de la alcaldesa, liada en otros menesteres del partido después de que ERC vetara a Miquel Iceta en la presidencia del Senado. Ese día, FIC pidió a Núria Marín que accediera a participar en otro debate poniendo ella la fecha, el lugar y la hora, con la única finalidad de que la ciudadanía pudiera tener más criterios para decidir su voto. La callada fue la respuesta a esta nueva invitación de contraste de pareceres con el resto de candidatos. Todos nos quedamos sin un verdadero debate que ayudara a conocer el proyecto de ciudad y los puntos de controversia entre las candidaturas a la alcaldía, porque Marín prefirió evitarlo.

Belén Esteban de la política

Ciudadanos y entidades no entienden por qué les ha abandonado la “mamma” Marín, precisamente después de haber cosechado su mejor resultado electoral el pasado 26 de mayo. Asisten cariacontecidos a las apariciones mediáticas de la flamante presidenta de la Diputación, que se ha lanzado a una intensa actividad, propia de su cargo, que le obliga a relacionarse con los 311 municipios de la provincia. La Belén Esteban de la política catalana, que proclamaba hasta hace poco que por su ciudad “maaaato”, ha escalado un notable peldaño en su carrera política con la presidencia de la Diputación, lo que le va a dar más proyección y visibilidad, quizás con aspiraciones más altas, siguiendo los pasos de su prócer y padrino político, Celestino Corbacho, a quien ahora tiene que “soportar” en el pleno de la institución provincial como diputado en representación de la ciudad de Barcelona.

También habría que plantear una objeción dialéctica: ¿por qué el alcalde de una gran ciudad, como es l’Hospitalet, se tendría que ocupar del día a día municipal? A Manuel Valls, que fue primer ministro francés, se le criticaba en las recientes elecciones locales que no conocía suficientemente Barcelona, a lo que él respondía que, de ganar la alcaldía de la capital catalana, no se iba a ocupar de los asuntos cotidianos para centrarse en la proyección de la ciudad. Y es que los franceses tienen vicealcaldes en todas las poblaciones importantes. En ese sentido, no sería una mala idea nombrar a Fran Belver vicealcalde, porque, de hecho, lo es.

Después de 24 años cobrando sueldos de las arcas municipales de L’Hospitalet como política, Marín cobra desde el mes de julio 7.469 euros mensuales por 14 pagas al año a cambio de su ingente trabajo al frente de la Diputación de Barcelona, ya que ha renunciado al sueldo de alcaldesa de l’Hospitalet de 5.715 euros mensuales. Una dedicación exclusiva que, sin embargo, le permitirá cobrar las dietas por asistencia a las reuniones de todos los organismos de los que forma parte en representación de la ciudad: el pleno del Ayuntamiento (1.625 euros por sesión) y el consejo metropolitano del AMB (265 por reunión). Teniendo en cuenta que se celebran un mínimo de una reunión mensual en cada organismo, además de las extraordinarias, las dietas a añadir a su nómina de dedicación exclusiva subirían a más de 25.000 euros anuales a sumar a los 104.566 euros de su retribución como presidenta de la Diputación, lo que arroja la cantidad de 130.000 euros anuales. Su sustituto, Francesc Josep Belver, solo cobra 75.012 euros anuales. Mirado así, sale barato tener “surrogate” particular. Máxime si paga el pueblo.

Por Juan Carlos Valero

El escándalo de los sueldos municipales: el tema recurrente

 Qué razón tiene Forges.

15 de julio 2019

Vamos a empezar con el tema recurrente, como dijo Belver en el primer pleno de la temporada en el ayuntamiento de l’Hospitalet. El tema recurrente de cada comienzo de mandato es el que da de comer durante cuatro años seguidos, es el que eleva el nivel económico para esa etapa de la vida del elegido, es el que fomenta que no se acaben los aspirantes a concejal, especialmente si tienen la agudeza de vincularse al partido socialista y es el que permite fundir dos placeres existenciales: tener una miaja de poder y vivir a cuerpo de rey. El tema recurrente es, claro, el de los sueldos de los electos que se convierte por tradición en el primerísimo aspecto que tratan las corporaciones locales después de la toma de posesión del cargo.

Y no es un tema baladí porque se trata de autoadjudicarse lo que se va a cobrar cada mes, más allá de cualquier análisis de rendimientos o de beneficios. Los electos no necesitan madrugar, ni jefes, ni sindicatos, ni controles de entradas y salidas y no han de aguantar, en general, ninguna bronca en el desempeño de sus funciones, ninguna mala mirada por si se entretienen más de la cuenta en sus tareas, cuando las tienen, ningún expediente por llegar algo tarde, ninguna evaluación sobre el resultado de sus gestiones. No han de pasar un solo examen, una sola oposición, ninguna entrevista con un contratador. Nadie va a evaluar objetivamente si están preparados para el desempeño de su cargo. Nadie va a considerar si tienen capacidad de trabajo, voluntad de servicio, don de gentes, condiciones para la labor en equipo, inteligencia emocional, empatía suficiente. Nadie va a pretender que tengan los estudios imprescindibles, un currículo más o menos brillante, el espíritu de sacrificio que comporta prepararse intelectualmente, la capacidad de esforzarse para desarrollar mejor sus objetivos.

Y, sin necesidad alguna de demostrar nada de lo anterior, autodeciden tener un salario más elevado que un auxiliar administrativo, que un periodista, que un investigador de laboratorio, que un fisioterapeuta, que un farmacéutico, que un psicólogo, que un médico especialista o que un neurocirujano con experiencia, como ejemplos, y por este mismo orden.

Debería entender el primer teniente de alcalde y portavoz del gobierno socialista por qué este suele ser un tema recurrente. Porque este acto tan sencillo de autofijarse salarios a cuenta del erario público puede asimilarse a una lotería. Una lotería que toca por el simple hecho de estar en unas listas, sin arriesgar absolutamente nada y sin tener que abonar a Hacienda casi la mitad de lo que te cae en suerte.

Es un tema recurrente porque es una estafa social, así, sin subterfugios. Otra más. Una estafa que exige una regulación por ley que tenga en cuenta valores objetivos de remuneración como los que existen en todos los capítulos de la administración pública y para que no se convierta en el mismo escándalo de todas las primaveras cada cuatro años.

Precisamente porque el salario mínimo interprofesional no está a los niveles que debieran garantizar la dignidad de los ingresos, y porque si han luchado por ello en algún momento de sus vidas ha sido en vano —palabras que empleó Belver para justificar por qué cobran tantísimo—, es por lo que supone un escándalo sublime que se adjudiquen los sueldos que se adjudican sin que nadie valore sus méritos.

Y ahora, atención a los datos: para la alcaldesa 5.700 euros brutos cada mes por 14 pagas, dietas y dietas y dietas aparte. Para los tenientes de alcalde, —nueve al menos—, 5.350 euros brutos al mes por 14 pagas, dietas y dietas y dietas aparte. Para el resto de concejales del gobierno, adjuntos o con delegación especial, otros nueve al menos, 5.000 euros brutos al mes por 14 pagas, dietas y dietas y dietas aparte. Lo mismo que los portavoces de los otros grupos, cuatro al menos. (Y se desconoce si dietas y dietas y dietas aparte). El resto de concejales de la oposición, con dedicación parcial (20 horas semanales para hacer no se sabe qué), 2500 euros brutos al mes por 14 pagas.

La lotería no termina aquí. Aparte de esos emolumentos oficiales fijos, cada concejal, por el hecho de asistir al pleno, una vez al mes —para muchos la principal dedicación municipal: asistir y asentir o asistir y disentir— 1.625 euros por sesión y los grupos municipales (cinco en total) por el hecho de serlo, 12.000 euros anuales de libre disposición y 12.940 euros cada uno de ellos por el número de concejales que tengan.

Un dineral sin control, a todas luces escandaloso, que produce sonrojo si los comparamos con los precios medios del mercado: el salario medio de un investigador en España son 1.350 euros brutos al mes. El de un médico especialista, 4.070. El de un neurocirujano, 5.350. El de un fisioterapeuta, 1.785, el de un auxiliar administrativo, 621. El 30% de los periodistas cobran entre 15 y 25.000 euros brutos al año y el 23% menos de 15.000. Para facilitar que retornen algunos de nuestros mejores cerebros investigadores en el extranjero se ha propuesto un salario medio de 3.785 euros brutos al año por 14 pagas.

¿Estamos frente al escandaloso tema recurrente de cada cuatro años, si o no? Pero les siguen votando…

La família que ens governa

La alcaldessa i el seu marit en un acte de FIC.

15 de juliol 2019

Digueu-me atrevit, però la meva sensació és que la majoria absoluta de l’Ajuntament de l’Hospitalet per part del PSC, malgrat les aparences de fomentar el diàleg amb l’oposició, de predicar flexibilitat i mà estesa, els està portant ja a una política de gestos que té més a veure amb l’ús resolutiu de la seva majoria que no pas amb l’enteniment i el pactisme.

Hi ha resolucions que només es prenen perquè es té una acusada sensació d’impunitat o una seguretat màxima en el poder de la majoria absoluta. I hi posaré un parell d’exemples.

Fa temps va aparèixer a la premsa l’estret lligam, familiar en molts casos, que existia al consistori hospitalenc —aleshores sense majoria absoluta—, entre regidors, funcionaris, alguns tinents d’alcalde, càrrecs assessors, etc. Semblava que allò no aniria a més i que a poc a poc aquesta realitat es dissoldria sense gaire soroll, però vet aquí que en la composició del nou consistori això s’ha incrementat qualitativament. I ho ha fet, justament en l’àmbit que s’espera més controvertit en el proper mandat: el de l’urbanisme i la construcció d’habitatges. Sembla que és molt evident que hi ha hagut en aquest darrer periple una concentració del poder en poques mans i en mans que no només tenen lligams formals i ideològics. Destaquen una vegada més els lligams personals i familiars. La cúpula pensant i executiva que ja ha explicat a tort i a dret que en aquests quatre anys propers es desenvoluparà la perllongació de la Gran Vía, la plaça Europa 2 a Collblanc , el Biopol i les promocions de la Rambla Marina i dels solars de l’antiga Cosme Toda, s’ha blindat i s’ha bunqueritzat. Els quatre personatges claus tenen tot el poder a les seves mans i compten amb la lleialtat absoluta dels altres 10 regidors, la majoria novells i amb escassíssim pes, i alguns altres desplaçats però agraïts.

L’alcaldessa i els dos primers tinents d’alcalde compten amb la calculada perícia del coordinador de Regesa Aparcaments que no és altra que José Luis Hernández, marit de Núria Marín. Els dos primers tinents d’alcalde són Francesc Belver responsable de Planificació i Projectes estratègics i el que fins ara era només regidor d’Esports i Joventut que ha ascendit sobtadament a responsable d’Espai Públic, Habitatge, Urbanisme i Sostenibilitat (ostres quina conya!), Cristian Alcázar. El cap de Belver és, naturalment, l’alcaldessa i el cap de José Luis Hernández a Regesa és precisament Francesc Belver que és el president d’aquesta societat que penjava del Consell Comarcal del Barcelonès on Belver actuava de president i que està encara pendent d’aclariment davant del Tribunal de Comptes per uns deutes certament opacs.

Alhora, Cristian Alcázar, ara regidor d’Urbanisme a l’Ajuntament de l’Hospitalet és el gendre de Belver, de manera que tots quatre, Marín, Hernández, Belver i Alcázar, fan un tàndem precís, gairebé impossible de fissures i molt especialitzat en el totxo.

Aquests quatre personatges són els que decidiran en breu el futur de la ciutat i res ens fa pensar que el resultat deixarà tranquil·la la majoria d’hospitalencs.

La constitució d’aquest nucli de poder a l’entorn de la matèria urbanística i de planificació estratègica, deixa molt poca esperança al consens. Amb els 14 vots del ple es farà el que el sanedrí familiar determini i que ja tenen coll avall.

L’altra prova de ma dura no s’ha fet esperar gaire: els plens es faran al matí que és quan la ciutadania està més ocupada. Es tracta —com ja ha fet també Barcelona i l’Hospitalet en altres ocasions— d’evitar molèsties de ciutadans emprenyats perquè l’important és anar al gra: decidir al marge de la gent —el vot representatiu ho suporta tot— i esperar cada quatre anys a que una ciutadania endormiscada renovi la confiança.

Només ens resta avisar que estarem atents. I que no es confïin.

Una nueva jefa de Alcaldía con mucha mili

Montse Pérez es la nueva jefa de gabinete de Alcaldía de L’Hospitalet/JCV

8 julio de 2019

La alcaldesa de L’Hospitalet no contempla los próximos cuatro años como unas vacaciones políticas, aunque la mayoría absoluta cosechada en las últimas elecciones municipales facilita la vida al grupo socialista en el Ayuntamiento. Núria Marín me ha recordado el concepto trotskista de revolución permanente al confesar a este pobrecito escribidor que ella está en campaña permanente. Y así se lo ha hecho saber a su equipo.

En mi última cita con los lectores de l’EstrellaLH les conté que la alcaldesa se había quedado sin jefa de su gabinete porque Rosa Alarcón, que estudió periodismo, había sido elegida concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. La vacante ha sido rápidamente ocupada por una política que había ejercido el periodismo en Cornellà. Se trata de Montse Pérez, hasta ahora teniente de alcalde del Ayuntamiento de la vecina ciudad y delegada de Educación y Política Social en ese municipio tan parecido a L’Hospitalet en tantas cosas.

Montse Pérez, que nació en Montgat en 1962, figuraba en las elecciones locales de 2015 en el número 6 de la lista del PSC de Cornellà, y en el número 4 en las de 2011. Pero ella decidió el año pasado que dejaría el ejercicio de la política y le comunicó al alcalde Balmón que no quería seguir. Sorprendió en Cornellà que su nombre no figurara en las listas de los comicios del 26 de mayo, cuando había sido uno de los puntales del ayuntamiento de la vecina ciudad en las últimas tres décadas.

Aunque ella lo niega, allegados suyos señalan que se quemó mucho durante los dos últimos mandatos de ocho años que estuvo al frente de tenencias de alcaldía difíciles, primero al ser la responsable de Bienestar Social precisamente en plena crisis, por lo que tuvo que lidiar con ese morlaco con escasos recursos para atender las innumerables necesidades de miles de familias del vecino municipio. Montse Pérez también fue en junio del año pasado la cara visible y portavoz municipal tras el suicidio de un vecino de Cornellà minutos antes de que una comitiva judicial intentara desahuciarle de su piso en la décima planta de uno de los bloques del populoso barrio de Sant Ildefonso.

El equipo de asistencia social que dirigía Montse Pérez había redactado hasta tres informes para pedir al juzgado la suspensión del desahucio, ante lo que consideraban un claro caso de emergencia social. El primer desahucio pudo pararse, pero el último informe de los servicios municipales fue enviado al juzgado exactamente un día antes de que se produjera el suicidio del vecino, que hacía once meses que no podía pagar el alquiler del piso.

Núria Marín ha fichado a una jefa para su gabinete de formas amables, pero que está muy curtida en las trincheras de la política municipal, aunque también en la alta política, puesto que fue jefa de gabinete de Joan Rangel cuando fue delegado del Gobierno en Cataluña. Montse Pérez sintió la soledad de los ayuntamientos ante la crisis y los desahucios, además del poco margen que tienen estas administraciones para parar situaciones de emergencia. Comprobó las dificultades para negociar con un gran banco o fondo de inversión, porque si el propietario es un particular resulta más fácil ganar tiempo, mediar y llegar a acuerdos. De modo que la nueva jefa del gabinete de la alcaldesa de L’Hospitalet tiene mucha mili en política municipal en una ciudad muy parecida a la nuestra.

Con el grado de Humanidades, estudios de Sociología y diplomada en marketing, antes de empezar en 1989 en el Ayuntamiento de Cornellà, Montse Pérez fue una excelente productora en Radio Minuto de Barcelona. Fue directora de Radio Cornellà durante diez años y, de los micrófonos, ascendió al pleno de la mano del PSC. En su haber político destaca que puso en marcha el Consorcio para la Promoción y Dinamización del Comercio de Cornellà, al lograr unificar las seis asociaciones de comerciantes locales existentes en la vecina ciudad. Y otro mérito: la organización de clases de refuerzo gratuitas para los niños cuyas familias padecen dificultades económicas o sociales. Porque la verdadera igualdad consiste en que todos, especialmente los niños, tengan las mismas oportunidades.

Le deseo suerte en su nueva singladura a la diestra de la alcaldesa de la segunda ciudad de Cataluña y presidenta in pectore de la Diputación de Barcelona.

Por Juan Carlos Valero

Políticos contra la contaminación: no hay quien se los crea

15 de junio 2019

No deja de ser paradójico que, como señala nuestro compañero Daniel Pueyo en la crónica de este mismo digital sobre el despertar hospitalense, al mismo tiempo que 400 ciudadanos conscientes se manifestaban en la ciudad contra la política de saturación urbana que defiende el equipo de gobierno, la alcaldesa, en tanto que presidenta de la Diputación, participaba dando consejos medio ambientales en la cumbre de gobiernos locales y regionales de Durban.

Cualquiera que no fuera la alcaldesa se sonrojaría por el atrevimiento porque no es presentable, por incoherente, defender como una hazaña climática la propuesta de un sistema de alquiler de vehículos eléctricos en l’Hospitalet, a la vez que se alienta en su ciudad la construcción de miles de nuevos pisos en espacios libres u ocupados por antiguas naves industriales sin prever un solo palmo más de espacios verdes o de reserva de suelo para los futuros equipamientos.

Golpea sobre tamaña iniquidad, además, la inconsecuente política de la reciente tala de árboles en las calles o la propuesta de rebajar en 2.000 metros cuadrados uno de los escasos parques urbanos de la ciudad, en este caso el de la Alhambra en Santa Eulalia, porque no cabe el polideportivo previsto en otro lugar del barrio.

Parece que en las ciudades del área metropolitana de Barcelona lo que ahora cuenta es reducir la contaminación sobre la base de eliminar vehículos de combustión para cambiarlos por eléctricos en lugar de ir al origen del problema: la depredación absoluta del espacio público para construir, como si la única solución fuera reducir la movilidad contaminante en lugar de esponjar el territorio para que sea la propia vegetación, los árboles, la que purifique el ambiente.

Hasta ahora, los escasos parques urbanos se han conseguido mediante políticas de compensación recalificatoria o por catalogación histórica y apenas existe experiencia de inversión urbana en este ámbito, que supondría destinar una parte del presupuesto público a la adquisición de espacio libre para esponjar el territorio y favorecer la zona verde ciudadana. Esta es una cuestión que ni siquiera se plantea. Antes al contrario, espacios libres preservados históricamente por su utilización como servicios estatales, como el Parc de la Remonta por ejemplo, se han reconvertido en espacios de masiva nueva construcción con la excusa de incrementar mínimamente el parque de vivienda protegida, antes que mantenerlos como zonas verdes en lo que supondría una apuesta de futuro para la ciudad. Es decir, se vuelve a hipotecar el futuro del municipio más hipotecado del área metropolitana, con la exclusiva intención de conseguir nuevos recursos para engrosar un presupuesto que, por ejemplo, se gasta en sueldos y asesores una barbaridad.

Muy al contrario, los mensajes para evitar la contaminación se dirigen a los aspectos más coyunturales: acuerdos con empresas para mejorar la movilidad eléctrica, para instalar servicios de bicicletas, para hacer carriles bus, etc. Hace ya un cierto tiempo, el AMB impulsó una política de fomento de la utilización de bicicletas privadas con el incremento de los carriles bici y los depósitos de parkings de alquiler. Durante años vimos como todas las ciudades del área se llenaban de esos depósitos de bicicletas en calles y plazas que en la mayoría de ocasiones permanecían vacíos durante días, semanas y meses, sin que nadie se preguntara a qué tipo de demanda correspondían, puesto que jamás fueron solicitados por ningún colectivo de usuarios. Es más, lo habitual era que el usuario de bicicleta se llevara la bicicleta a casa y la instalara, como lo más normal del mundo, donde podía, en los balcones, incluso.

Pues bien, era evidente que la demanda correspondía a un interés muy concreto: el del fabricante de depósitos de bicicletas que se debió poner de acuerdo con el político de turno para favorecer una medida que incluso podía venderse como progresista y de futuro. Y así se hizo. Por la profusión de depósitos en muy poco tiempo, alguien debió de ganar mucho dinero con todo ello, claro está…

No hay duda de que esas medidas son interesantes. Algunas, probablemente necesarias. Lo extraño es que políticos que desprecian el aspecto clave, como es la preservación del territorio, nos hagan creer, a lo simple, que sus medidas coyunturales tienen el único objetivo que nos venden: contribuir al bien común y al descenso de la contaminación.

De listas e indigestiones

15 de mayo 2019

Me falta Corbacho. Me falta Corbacho en esa lista de ex concejales que le dan apoyo a la alcaldesa Marín y que abren con un manifiesto que se equivoca de fechas porque los ayuntamientos democráticos llegaron el 3 de abril y no el 3 de marzo.

Yo no soy de redes sociales como saben quienes me conocen. Sobre todo porque no sé como funcionan y no hay nadie que me quiera enseñar con pasión, que es el único requisito que necesito para aprender. Pero me han enviado una nota diciendo que los socialistas andan buscando firmas de exconcejales para apoyar a la Marín. (Para que querrá más apoyos la señora alcaldesa cuando calcula por lo bajini una docena de concejales en esta ocasión). Firmas, además, de exconcejales de todos los colores que es lo que viste. Y sí, hay exconcejales de todos los colores que se resumen en uno: el coloraete del posibilismo que es un color que se lleva muy bien porque impide sonrojarse con el chaqueteo. Los hay de aquel psuc despistado de cuando Franco se moría, los hay de iniciativa y hasta de convergencia, para que no sea dicho. Todos acabaron muy mal, en el olvido absoluto, pero sobre todo demuestra que los que estaban muy mal eran los partidos que los pusieron en las listas. La gente tiene derecho a evolucionar. Pero hay algunos que evolucionan en la dirección de los favores, los sueldos y un pelín de poder. Nunca fueron nada y ellos lo saben. Por eso, aparecer en la lista resulta de hecho un aviso para navegantes. Si esos de la lista son los que apoyan, vamos bien. Dime como eres y te diré a quien vas a apoyar…

Ya me lo dicen algunos. Candelas, tu siempre haciendo amigos… Yerran. Uno hace amigos porque le satisface la amistad que le brindan. Hay que reconocerse en el otro. El Candelas no se reconoce en el oportunismo. O sea, no es que yo lo tenga mal para ser amigo de alguno. Es que hay algunos que nunca serán amigos míos porque no me da la gana. Conocidos, saludados y referidos puede que si, pero la amistad es una cosa muy peculiar, bastante más potente que el ji, ji, ja, ja.

Y otrosí. No estuve, pero los chicos de FIC (también las chicas) me han dicho que el acto del miércoles en la sede del CELH, fue más que bien. Me alegro por ellos, que son optimistas y cualquier cosa les parece un jolgorio. Estuvo el director de los medios públicos de comunicación, al que no tengo el gusto, y otros dos colegas del mismo aparato. Estaban algo dolidos y los chicos del FIC me hacen responsable porque un día hablé de periodistas funcionarios y se sintieron aludidos, dolidos y ofendidos. Coño, me quieren echar… O me retracto, o se me acaba la colaboración (es broma). Pues me retracto.

El caso es que parece que hubo al final del acto un simulacro de enfrentamiento porque alguien preguntó si la línea editorial de los medios la pone el director o le viene soplada desde las alturas. La duda estaba porque unos cuantos de los presentes afirmaron que el material de algunas informaciones del Diario de l’Hospitalet se hacía desde los despachos de alcaldía. Me comentan que el director dijo muy seriecito que estaba mal poner en duda su responsabilidad. O sea que él es el responsable de todo, incluso de permitir que la alcaldía meta baza en la información ciudadana. Ah, no!. Luego otro aclaró que no, que en el Diario mete baza la que manda porque es la que manda y el Diario es suyo. El director marca la línea editorial en todo lo demás. O sea, el digital, modestito él, la radio, que no existe, y la televisión, que apenas tiene recursos. Con el Diario de l’Hospitalet —dicen los que estaban— que se comentó que hay 33 personas en nómina. Una mediana empresa, vaya, que trabaja sobre seguro porque jamás tendrá pérdidas. Se mueve con nuestro capital, pero no tenemos derecho a ni siquiera interrogarnos sobre si la productividad es la que corresponde o quien marca la línea editorial. Esa que reunió tantas quejas en el acto de FIC y que asumió, inocentemente, el jefe de la cosa.

¿Periodistas funcionarios? Quiá! A veces no lo cubren todo no porque no quieran, sino porque hay que cumplir el horario laboral. Les obliga la ley o los convenios, o lo que sea. Porque esta ciudad es muy grande: la más densa de Europa no lo olvidemos, y pasan muchas cosas. Y solo hay uno que decide qué es lo más importante. Y hay muchas cosas que parecen importantes pero no lo son y nadie tiene la culpa que quienes deciden qué es importante y qué no lo es, compartan ese mismo criterio con la alcaldesa y con los que mandan. Ejemplos a cientos…

Candelas, recapacita, me insisten los chicos (y las chicas) de FIC: “perro no come carne de perro”. Pues eso, que tomen nota. Nuestra carne es más indigesta porque algunos somos viejos y lo único que reclamamos es un poco de respeto.

Así que vamos a respetarnos. Que sea mutuo, si. La primera obligación del periodista es la neutralidad informativa. No se puede contentar a todo el mundo, claro, pero no se puede cabrear por sistema siempre a los mismos.

Prenguin nota, representants electes…

Acte a la seu del Centre d’Estudis per parlar dels mitjans públics de comunicació.

15 de maig 2019

És veritat que han canviat moltes coses en els darrers anys i és previsible que encara en canviïn moltes més a jutjar per les dinàmiques que es van imposant a poc a poc. S’han acabat les majories absolutes gairebé a tot arreu i és molt possible que vagin equilibrant-se les forces en presència fins i tot allà on ha estat més difícil, com són els ajuntaments. A l’Hospitalet és previsible que els socialistes segueixin sent la força majoritària després del 26 de maig i mantinguin el poder en les seves mans com passa des de l’any 1979, però cada vegada els costarà més governar sense la ciutadania. Per això, l’actitud prepotent de l’alcaldessa renunciant al debat públic amb els altres candidats que s’ha viscut des del 8 de maig i fins el mateix dia de les eleccions, és un error que van calcular molt malament els estrategues de la candidatura.

Va resultar un menyspreu a la ciutadania i si aquesta fos una ciutat moderna, estructurada, avençada i conscient del seu pes, el PSC pagaria l’error amb uns quants vots de menys. El més previsible, però, és que la xarxa clientelar, una ciutadania que exigeix relativament poc sobre l’entorn on viu, l’efecte d’una militància consolidada i extensiva que fa d’altaveu de les millores i l’absència d’una alternativa de ciutat amb pes específic sobre la realitat dels barris, no faci trontollar una majoria consolidada que li garanteixi mantenir el poder sense fissures en els propers quatre anys. El que si sembla garantit, no obstant, és que haurà de governar amb unes altres maneres, tenint en compte molt més als representants polítics elegits per l’electorat, molt més a les entitats, i molt més a l´exigència de participació social que reclama la ciutadania. Tot això serà bo per la ciutat, de manera que si el PSC vol servir la ciutat i els seus ciutadans, haurà d’actuar en conseqüència.

No era esperable que l’error de la inassistència de l’alcaldessa el dia del debat i el menyspreu dels dies següents a repetir convocatòria, comportés el que es va veure dimecres al vespre a la seu del Centre d’Estudis. Per primer cop en temps, una representació d’una quinzena llarga d’entitats, partits, sindicats i membres de candidatures —en alguns moments es va arribar a calcular a prop de 50 persones entre els que van venir i van marxar abans—, es van aplegar per debatre sobre la importància dels mitjans de comunicació públics en la construcció de la ciutat i sobre la necessitat que la informació a la ciutadania mantingui la neutralitat política indispensable per no passar d’informació a propaganda. Els convocants pretenien, per sobre de tot, convertir el dret a la informació en un valor de ciutadania i fer que els partits polítics que hauran d’estar al govern i a l’oposició es prenguin aquest dret i la vocació de servei públic de l’aparell informatiu municipal com un element de construcció del futur de la ciutat. Els socialistes, previsiblement, no podran governar sols i la reunió del Centre d’Estudis pretenia també que aquells que hauran de sumar energies per compondre una majoria municipal estable, considerin la informació municipal com un servei públic que ha de ser plural, neutral i de qualitat. I la posin en un ordre prioritari de negociació i de realitat en el termini més breu possible.

Es va comentar que el dret a una informació contrastada i lliure sustenta la majoria dels altres drets. Només per la seva fragilitat entre la societat hospitalenca s’entén per què algunes qüestions que marquen el futur de la ciutat tan greument com la pèrdua de patrimoni o el col·lapse del sol dedicat a la construcció de nous habitatges, s’hagin pogut aplicar sense una intervenció dinàmica de la ciutadania. Tots plegats ens hauríem de preguntar —i d’una manera específica tots aquells que treballem en qüestions informatives a la ciutat— com és possible que uns temes d’aquesta importància no hagin estat més debatuts i finalment consensuats per la majoria de la població a través de les seves entitats i estructures de participació social. I per què una majoria de govern precària és capaç de dirigir la ciutat cap a la pèrdua progressiva dels bens materials del seu passat i a la saturació demogràfica més absoluta, precisament allà on és imprescindible preservar el nostre escassíssim patrimoni —i donar-li utilitat social—,  i esponjar al màxim el teixit urbà.

És evident que els mitjans de comunicació públics no han complert el paper per el qual havien d’haver estat dissenyats, de manera que si no compleixen el paper de suport informatiu per la ciutadania es converteixen acte seguit en instruments de la propaganda municipal. Cal revertir aquest procés, sobre la base de convertir la informació en un element prioritari de cara al proper mandat municipal, amb la participació de tothom interessat a preservar el dret i a convertir-lo en un servei municipal útil i de qualitat.

El partit socialista ha d’entendre que la única manera de governar sense conflicte és consensuar i que actuar com ha estat clàssicament, mitjançant un corró que lamina discrepàncies, ni enriqueix la democràcia, ni afavoreix la ciutat i la ciutadania, ni serveix per avançar. Serveix per conservar el poder, però no la dignitat.

S’hauran d’anar acostumant a la crítica i a la rendició de comptes permanent i no només els representants polítics. També tots aquells que treballen per a la funció pública. Hauran d’entendre que els recursos són de tots i que estarem tots vigilant que es gastin adequadament, amb objectivitat i criteri i exigint les responsabilitats precises en relació directe a la inversió i els resultats de la inversió. S’hauran d’acostumar també a exercitar la voluntat política que moltes vegades s’ha amagat sota l’excusa de la burocràcia, com es va assenyalar ahir. Si hi ha voluntat política de fer les coses i d’arribar a terme, els municipis tenen recursos sobrats per aconseguir-ho. Ja no valen les excuses. Sempre hi ha obstacles, però amb voluntat política els obstacles acaben desapareixent.

Caldrà determinar què es fa amb el Diari de l’Hospitalet i amb el digital. Com es reobre la ràdio i amb quina dimensió i com s’organitza la tele local i amb quina programació. Caldrà dotar aquests instruments dels recursos necessaris, dels controls indispensables i de la productivitat exigible. I s’hauran de tornar a posar sobre la taula les enormes operacions inacabades: les grans promocions immobiliàries, el projecte difús del districte cultural, la política de recuperació del patrimoni històric, natural i d’edificis públics. La política turística i de promoció de la ciutat, la fira de l’Hospitalet i els grans equipaments cívics. L’extensió dels altres serveis per equilibrar la ciutat i eliminar la pobresa endògena. I tot això caldrà fer-ho no com fins ara, amb la direcció executiva reservada al govern, sinó amb una participació efectiva i no retòrica dels instruments dissenyats per intervenir en els assumptes públics.

Es pot iniciar la dinàmica, o es pot pensar que el govern tornarà a ser molt fort i podrà fer el que feia… i com ho feia. Ja aventurem des d’aquí que la realitat és tossuda i es trobarà amb dificultats creixents. La ciutat ha canviat, la gent ha canviat i les entitats també. Caldrà que el govern municipal en prengui nota.

El agujero negro de L’Hospitalet

Primera imagen de un agujero negro obtenida en la historia y que viene a confirmar la teoría de la Relatividad de Einstein.

15 abril 2019

La revolucionaria primera fotografía de un agujero negro que se ha publicado en todo el mundo ha proporcionado la única evidencia visual directa de que existen estas zonas del espacio-tiempo. El fenómeno fue imaginado hace cien años por Albert Einstein y teorizado en los 70 por el también físico Stephen Hawking. Los agujeros negros son como L’Hospitalet en Cataluña, una masiva concentración de materia comprimida en un área pequeña que genera un campo gravitatorio que engulle todo lo que le rodea, incluida la luz.

La luz en ciencias sociales es la información, la comunicación libre de ataduras entre la ciudadanía. En L’Hospitalet, el campo gravitatorio de los medios municipales propiedad del ayuntamiento engulle toda la comunicación en la ciudad y, al ejercer de monopolio, fagocita toda posibilidad de generación de luz independiente, porque, además de ser sostenidos con el dinero de todos, también se traga toda la publicidad que genera la que es segunda ciudad de Cataluña, de forma que, como el caballo de Atila, impide la posibilidad de que surjan medios de información autosuficientes, autofinanciados y, por lo tanto, libres.

El título de segunda ciudad catalana lo ganó L’Hospitalet en la segunda mitad del pasado siglo al acoger-engullir a la masa de migrantes que llegaron a Cataluña procedentes del resto de España en busca de un futuro mejor. Las oleadas de migrantes siguieron durante el boom inmobiliario previo a la crisis, cuando ciudadanos, ora procedentes de todo el mundo, habitaron las viviendas de los hospitalenses que prosperaron y optaron por vivir en otros lugares que consideraron mejores. Ahora, la ciudad vuelve a engullir-acoger a los expulsados del mercado inmobiliario del rey sol-Barcelona.

Buena salud de la prensa de proximidad

En el mapa de la prensa local de Cataluña, L’Hospitalet también es un agujero negro, puesto que desde cerró el semanario L’estaca, hace 41 años, no existe ningún medio de comunicación independiente editado en la ciudad y expresamente dirigido a sus habitantes. Las grandes auditorías de medios obvian las publicaciones locales y comarcales desde que en el año 2016 el Estudio General de Medios (EGM) dejó de analizar los datos de estos medios de proximidad.

La Asociación Catalana de Prensa Comarcal (ACPC) ha presentado un estudio encargado a la empresa Audimedia, con la conclusión de que la prensa local y comarcal en catalán y de pago lidera todos los rankings de audiencia en Cataluña frente a la prensa generalista: 1,1 millones de lectores mensuales en papel (565.000 lectores diarios, de media) y más de 5 millones de usuarios únicos a través de Internet. Este año 2019, además, la prensa de proximidad ha alcanzado un récord histórico en el ámbito digital: 27 millones de páginas vistas cada mes.

La prensa comarcal es líder en Cataluña sin tener ningún medio en Barcelona capital, ni en la ciudad de Tarragona, ni tampoco en la segunda ciudad catalana, L’Hospitalet. La ACPC reúne la gran mayoría de empresas editoras de prensa comarcal y local de Cataluña, escritas en catalán y con difusión de pago: 137 publicaciones, 94 de las cuales son en formato papel y 43 eminentemente digitales. El consultor Enrique Yarza, autor del estudio, ha remarcado en la presentación del informe la buena salud de la prensa comarcal y ha recordado que estas publicaciones “siempre están presentes en la vida local asumiendo un papel de dinamizadoras de la vida social” y que, en prueba de ello, “aporta un contenido de proximidad que no ofrece ningún otro medio”, ya que llega “donde los otros no pueden”. Una afirmación que se sustenta también en la gran cantidad de actividades en que se involucra la prensa de proximidad, ya sea como organizador o participante.

Emular a TVE

Apreciado lector, el soporte donde está leyendo estas líneas es el germen de un medio de comunicación local independiente en L’Hospitalet, basado en el altruismo de los periodistas que lo impulsamos. No queremos estar a sueldo del Ayuntamiento. Queremos ser autosuficientes, sostenibles, y poder contratar a jóvenes periodistas para que construyan un diálogo permanente con los hospitalenses desde postulados profesionales y libres del Ayuntamiento. Pero nos encontramos en un agujero negro que todo lo engulle. Hasta la luz. Por eso es imprescindible que el gobierno que surja de las elecciones municipales del 26 de mayo emule al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que suprimió la publicidad en TVE, y deje de incluir publicidad comercial en los medios de comunicación propiedad del ayuntamiento. Sin ese monopolio, sin esa distorsión del mercado publicitario, las posibilidades de existencia de medios independientes como la EstrellaLH será un poco más posible. Y L’Hospitalet brillará con luz propia en el panorama de la comunicación de proximidad de Cataluña.

Por Juan Carlos Valero