Es hora de revitalizar los mercados municipales

Carlos Galve Farré (Activista i peixater)

En nuestra ciudad hay ocho Mercados Municipales. Reiterar su importancia social y económica es, en mi opinión, una realidad evidente. No me cansaré de subrayar lo necesarios que son.

La dura realidad en l’Hospitalet es el estado de salud de nuestros Mercados Municipales. El diagnóstico es preocupante y muy grave. Hay quienes sugieren, con cierta reticencia, que la evolución de las sociedades conlleva cambios inevitables, un precio que debemos pagar por la modernidad. Esa opinión no me convence.

Este mismo discurso también resuena cuando se habla de la Inteligencia Artificial y se afirma que las escuelas y maestros serán poco necesarios. Quizás algunos consideren que este ejemplo es exagerado al compararlo con el caso de los Mercados, pero creo que no es tan descabellado.

Es obvio que en nuestra ciudad coexisten diversas posiciones y sensibilidades sociales y políticas, y el grado de responsabilidad varía según la postura. Los partidos de izquierda han tratado al pequeño comerciante, al “botiguer”, como un elector cautivo de CiU o la derecha. Esto no solo es un error, sino también una nefasta praxis electoral. Asumo mi responsabilidad por no haber luchado adecuadamente contra esta incongruencia y, por ello, hoy quiero abordar este tema sin complejos, reconociendo también mi propia miopía. Mi objetivo es contribuir a mejorar el crítico estado de los Mercados en nuestra ciudad.

Es importante destacar que en l’Hospitalet ha gobernado el mismo partido durante 45 años. No tengo interés en satanizar a nadie políticamente ni en criticar de manera estéril hechos del pasado; lo que me preocupa es el futuro.

En la Barcelona socialista de Maragall, la situación de los mercados en la ciudad vecina se abordó de manera diferente, y sus resultados son manifiestos. La calidad comercial de sus mercados es indiscutible. Sin intentar ser injusto, tanto en las épocas socialistas como en la de CiU, los republicanos de ERC trabajaron y entendieron qué hacer para reformarlos y revitalizarlos.

Los Mercados enfrentan dificultades en todas partes. Los cambios en los hábitos de vida y las nuevas maneras de alimentarnos han dado lugar a nuevas propuestas. No voy a ignorar esta realidad. Sin embargo, hay una gran diferencia entre reconocer las dificultades y actuar como si no hubiera nada que hacer más que dejar que mueran de inanición. Un ejemplo reciente en nuestra ciudad es la aprobación de la apertura de dos grandes superficies a escasos metros de los Mercados Municipales en el barrio de Bellvitge. Esto es una clara muestra de doble moral e irresponsabilidad.

Los supermercados son una competencia inevitable, y debemos aceptarlo, pero eso no excluye la defensa del modelo de mercado como algo esencial para mantener el equilibrio y la calidad social y económica de la ciudad.

Es válido mi empeño en demostrar que vale la pena trabajar para revitalizar nuestros Mercados. Comenzaré recordando a nuestra vecina Cornellà, donde también hay un gobierno socialista, que cuenta hoy con uno de los Mercados Municipales más emblemáticos y referentes de toda Cataluña e incluso de España: el Mercado de Sant Ildefons. Funciona de manera ejemplar.

No me refiero al PSC como tal, sino que considero a los socialistas de l’Hospitalet como responsables de la decadencia que hemos vivido durante sus 45 años de gobierno. La voluntad política es clave; no se puede echar la culpa a los técnicos. Los políticos son quienes eligen las decisiones, y los técnicos actúan de acuerdo a lo que se les ordena. Por lo tanto, no voy a entrar en discusiones con los técnicos, ya que rápidamente se escudarán en las normas y leyes que deben cumplir.

El debate es claro: si las normas y leyes dificultan la reforma de los Mercados y del pequeño comercio, es de sentido común reconocer que el problema es político, no solo técnico. Si las normas están obsoletas y no ayudan a abordar las nuevas necesidades para reactivar los Mercados, vamos por mal camino.

Los Mercados Municipales son indicativos de la salud del municipio y reflejan si están funcionando correctamente o, por el contrario, están en decadencia. El trabajo de los operadores, los llamados paradistas, y las políticas del Ayuntamiento son claves. Por ejemplo, los horarios son una dificultad evidente, pero solo generar frustración entre los paradistas, sabiendo que su estructura les impide trabajar 16 horas, no es positivo. Debemos buscar soluciones constructivas.

Hay tres grupos que definen el Mercado: Ciudadanos/Consumidores, Comerciantes/Paradistas y Administración/Ayuntamiento. Lo más común es que la Administración/Ayuntamiento cargue la responsabilidad del fracaso de la gestión comercial sobre los Comerciantes/trabajadores autónomos. Al mismo tiempo, muchos Comerciantes creen que la Administración es la única responsable de encontrar soluciones al deterioro de los Mercados. No entraré en el grupo de Ciudadanos/Consumidores para no extender demasiado mi reflexión. Las responsabilidades son compartidas; solo el grado de poder las diferencia y, sobre todo, les emplaza a tomar decisiones políticas. Todos sabemos que las Asociaciones de Paradistas son clave para facilitar la interlocución entre los implicados y la Administración. Por ello, es fundamental reforzar las Asociaciones de los Mercados.

Un Mercado configura un espacio económico de intercambio, pero, sobre todo, crea un espacio social y cultural que articula hábitos saludables, promueve la sostenibilidad y fomenta una economía de calidad, alejada de las trampas manipuladoras de las técnicas de merchandising de las grandes empresas. No solo son un ejemplo de arquitectura comunitaria pública, sino también el lugar donde las personas se conocen e interactúan para decidir qué comprar y cómo alimentarse. La competencia para los mercados proviene indudablemente de los grandes lobbies que desarrollan sofisticadas técnicas para manipular el consumo, especialmente en el ámbito alimentario.

No es suficiente trabajar en Promoción Económica solo con buena voluntad. Debemos llegar a una conclusión: necesitamos establecer un foro de debate profundo, apoyado por expertos especializados en comercio y economía social pública.

La magnitud de la situación de nuestros Mercados no permite paños calientes. Creo que es momento de asumir su complejidad, por no decir gravedad, y buscar expertos que nos ayuden a reformular la dinámica de revitalización. Ellos deberían ser capaces de presentar propuestas útiles a los partidos políticos y a la sociedad civil, especialmente a los pequeños comerciantes y a la Administración. Es fundamental debatir y llegar a conclusiones para situar nuestros Mercados en el siglo XXI. No podemos permitir que sigan muriendo.

Alcalde Quirós: además de darte a conocer, que está muy bien, es prioritario que enfoques tu atención en este tema si no quieres pasar a la historia como el enterrador de nuestros Mercados. Aunque creas que los pequeños autónomos no te votan, los ciudadanos te lo agradecerán. Quien avisa no es traidor.

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