Sonia Esplugas (Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de l’Hospitalet)
L’Hospitalet es una ciudad insegura, una ciudad hostil donde los delincuentes actúan sin miedo. Un miedo que, sin embargo, sí sienten los vecinos: de salir a la calle por la noche, de ser víctimas de un robo, de ver okupadas sus viviendas y un largo etcétera de hechos delictivos que se dan a diario en nuestro municipio.
El gobierno municipal socialista ha perdido el control de las calles. El alcalde, David Quirós, sigue noqueado por la reciente y multitudinaria manifestación que no se esperaba y que coreaba al unísono: ¡Alcalde dimisión, alcalde cobarde!
Están sobrepasados, se les nota. Y el negacionismo es su errática respuesta al problema: “No tenemos un problema de inseguridad, tenemos un problema de incivismo”, decía el alcalde hace tan solo unos meses, mientras los datos de la criminalidad se disparan cada trimestre. Según el último informe del Ministerio del Interior, la criminalidad ha aumentado un 9,7% en el último trimestre, los robos con violencia se han disparado un 28,3% y los delitos sexuales han crecido casi un 10%. Es injustificable.
Y no, no compramos la excusa de que Quirós lleva poco más de un año al frente de la alcaldía. No la compramos porque no heredó el cargo a ciegas: es concejal de gobierno desde hace nueve años y, por lo tanto, corresponsable de las malas decisiones que los gobiernos socialistas han ido tomando y que nos han traído hasta aquí.
El hecho de que los vecinos recurrentemente nos expresen su deseo de marcharse a vivir fuera de L’Hospitalet solo puede ser interpretado como un fracaso de las políticas socialistas, que han llevado a la ciudad a un punto de decadencia que solo podrá revertirse con un cambio de rumbo en la gestión municipal. Ese cambio pasa, necesariamente, por el fin de la era socialista al frente del gobierno local.
Y si todo esto no fuera suficientemente inquietante, el Ayuntamiento ningunea a la Guardia Urbana, manteniendo un conflicto laboral latente hace años, por mantenerles en condiciones materiales, tecnológicas, laborales y salariales precarias. Hasta ahora se han negado a solventarlo, y ha tenido que ser como consecuencia de la convocatoria de un Pleno Extraordinario de Seguridad -impulsado de manera conjunta por el Partido Popular y ERC- cuando finalmente los socialistas se han abierto las negociaciones con nuestra policía local.
Lo que está claro es que si la seguridad es un problema, la policía es parte de la solución. La receta es clara: se necesita más presión policial en la ciudad y trabajar la seguridad de manera preventiva. Para ello, es imprescindible una convocatoria ambiciosa de plazas de Guardia Urbana. Actualmente, solo contamos con un agente por cada mil habitantes, una proporción claramente insuficiente. Necesitamos, como mínimo, 140 agentes más.
Desde el Partido Popular hemos presentado en reiteradas ocasiones mociones al Pleno municipal proponiendo recuperar la Unidad de Proximidad: el agente que patrullaba a pie era el referente en la seguridad del barrio y conocía palmo a palmo sus calles. Sin embargo, pese a que estas propuestas fueron aprobadas, el PSC decide no llevarlas a cabo. ¿Qué podemos esperar de un gobierno municipal que ni tan siquiera respeta los mandatos del Pleno de la institución a la que representa?
Pero nosotros no vamos a cesar en la defensa del derecho que supone la seguridad. Por eso forzamos una sesión extraordinaria de seguridad, para que el alcalde y los responsables municipales pudieran dar explicaciones sobre la situación actual y, asimismo, poner sobre la mesa una vez más medidas concretas: recuperar la policía de proximidad, reforzar la plantilla de Guardia Urbana, instalar cámaras de vigilancia, combatir la okupación y luchar contra la multirreincidencia.
Y cuando nos reunimos todos los representantes municipales, de todos los partidos, de todas las sensibilidades, para votar propuestas concretas de seguridad, es cuando VOX, optó por montar un ‘teatrillo’ y abandonar la sala de plenos durante las votaciones, impidiendo que se aprobaran medidas en favor de la seguridad, alineándose así con las políticas fallidas del PSC. Flaco favor a los ciudadanos.
Lo que tengo claro es que yo, Sonia Esplugas, portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular, no voy a dejar de trabajar por la seguridad de los vecinos, escuchándoos a todos, porque creo que un L’Hospitalet más seguro es posible.