Continúa el culebrón de la crisis política en el seno del Ayuntamiento de L’Hospitalet

Fotografía de Cristobal Plaza, Cristian Alcázar y Jaume Graells.

22 de junio de 2020

El culebrón en el Ayuntamiento de L’Hospitalet y en el seno del Partido Socialista (PSC) de la ciudad sigue con nuevos capítulos, como si fuera una serie de Netflix. Hay que recordar que la crisis se inició la semana anterior (del 8 al 14 de junio) con la detención de dos concejales socialistas del Gobierno Municipal : Cristian Alcázar, segundo teniente de alcalde y primer secretario del PSC local; y Cristóbal Plaza, concejal de Deportes. Junto a ellos, la Policía también detuvo al director del Consell Esportiu, Eduard Gali. Todos ellos fueron puestos a disposición del juzgado número dos de l’Hospitalet y posteriormente en libertad, acusados de una trama de presunto desvío de subvenciones públicas tras una denuncia realizada por otro regidor socialista, Jaume Graells.

Aunque todos ellos han dimitido de sus responsabilidades políticas en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de L’Hospitalet, se han mantenido con sus actas de concejales en el Pleno del Consistorio. Parece que dejar los cargos definitivamente hasta que la justicia aclare el asunto es más costoso que volver a reaparecer con una imagen nueva y clarificada.

Mientras tanto, la alcaldesa Nuria Marín, que tiene que atender una ruptura tremenda en el seno de su organización política y municipal, ha decidido tirar por la calle del medio y situarse por encima de la crisis para colaborar con la Justicia con el fin de esclarecer los hechos. Hay que tener en cuenta que la mayoría absoluta que obtuvo el PSC en las elecciones municipales de hace un año va de un concejal, puesto que ahora los socialistas tienen 14 frente a 13 de la oposición, de modo que va de uno perder esa mayoría.

Cronología de la semana

Lo que ha pasado esta semana pasada explicada de forma cronológica ha sido así:

La portavoz parlamentaria del PSC, Eva Granados, ha explicado que no apartarán por ahora a los concejales socialistas de L’Hospitalet que han sido detenidos, porque el código ético del partido contempla la suspensión cuando se abra juicio oral por corrupción, no antes. Igualmente, Nuria Marín se manifiesta a favor de la transparencia absoluta y “que se aclare” cuanto antes este caso de presunta corrupción.

Parece que el concejal del PSC que presentó la denuncia, Jaume Graells, ha alegado este lunes que lo hizo por motivos “éticos” y ante la “ralentización” de la auditoría interna encargada y prometida por Nuria Marín.

Al día siguiente (el martes) Jaume Graells decide dejar Marín,desu cargo como teniente de alcalde del Ejecutivo Municipal “hasta que no se depuren responsabilidades”, pero no así de su acta de concejal. La decisión de la alcaldesa y presidenta del PSC, Núria Marín, mantener en sus puestos a los dos ediles bajo sospecha ha sido el detonante que ha motivado la renuncia de Graells de sus responsabilidades.

Graells pidió la expulsión de los dos concejales denunciados

Graells, docente de profesión, militante del PSC desde hace 37 años, vinculado a las áreas de Cultura y Educación, estalló poco después. Sostiene que las imputaciones por malversación, desvío de fondos públicos, falsedad documental y blanqueo de capitales deberían haber bastado para expulsar del Gobierno Municipal a sus dos compañeros, Cristian Alcázar y Cristóbal Plaza. Pero, sin embargo, es el denunciante el único que dimite como consecuencia de esta presunta trama de irregularidades que salpica a una de las federaciones más poderosas del PSC.

El dimisionario recrimina a su formación “no haber actuado con firmeza ni con una verdadera voluntad de aclarar los hechos”. Tras haberse sentido en los últimos días “profundamente solo, sin apenas apoyos” institucionales ni del PSC, Graells ha expresado su “perplejidad” ante la decisión de los dirigentes socialistas de mantener en sus cargos a los dos concejales detenidos.

A su juicio, existen “indicios suficientes” que evidencian la existencia de “graves irregularidades” que, más allá de lo que pueda determinar la Justicia, resultan “inadmisibles política y éticamente”. En un comunicado, Graells tacha de “palmarias” unas evidencias que no han desembocado en ningún cese ni en ninguna dimisión salvo la suya.

El ya ex teniente de alcalde abogaba por expulsar a los dos imputados hasta la celebración del juicio oral. Graells dice que, al presentar una denuncia contra ellos, actuó para no incurrir en un posible delito de prevaricación. El veterano edil socialista asegura que no volverá al cargo “hasta que no se aclaren los hechos”, pero no ha mencionado que vaya a entregar su acta.

ERC pide una comisión de investigación

Graells ha explicado que informó a la alcaldesa de la posible trama antes del inicio del estado de alarma, pero “se decidió no intervenir el Consejo de Deportes ni apartar a sus responsables”. Marín pidió una auditoría interna a la dirección de la entidad. Las conclusiones fueron la prueba definitiva, según el ya ex teniente de alcalde denunciante. “Presenté la denuncia para no incurrir en un delito de prevaricación”, insiste. “Como responsable político, tengo la obligación de denunciar ante la Justicia cualquier irregularidad que haya detectado”, ha añadido.

Mientras tanto, el grupo municipal de Esquerra Republicana ha entregado hoy en un juzgado una documentación anónima que alguien les hizo llegar sobre el caso del Consejo de Deportes. Hace unos días, cuando la alcaldesa se reunió con todos los portavoces del Consistorio, los republicanos exigieron transparencia al equipo de gobierno, liderado ininterrumpidamente por el PSC desde hace 41 años.

En un comunicado, ERC ha anunciado que en el pleno municipal del mes de junio, que probablemente se celebrará este jueves, presentará una propuesta para poner en marcha una comisión para estudiar los hechos y las presuntas irregularidades.

“Respetando la presunción de inocencia, tenemos la obligación como representantes públicos de actuar con la máxima transparencia y rigor para defender los intereses de los vecinos”, ha subrayado el portavoz municipal de ERC y jefe de la oposición, Antoni Garcia.

Los concejales acusados se declaran inocentes

Los dos concejales del PSC, Cristian Alcazar y Cristóbal Plaza, se han declarado inocentes y han dejado su cargo en la entidad Consejo de Deportes y también sus responsabilidades en el gobierno municipal. En dos comunicados individuales muy similares han asegurado que están colaborando “plenamente con la justicia para esclarecer rápidamente los hechos”.

Pero Jaume Graells ha continuado con su denuncia y se salta el secreto de sumario, entregando a Nuria Marín una copia de la documentación que sostiene la denuncia. La alcaldesa, inmediatamente, ha puesto al corriente de lo sucedido a la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la ciudad, que mantiene el secreto del sumario.

Según ha anunciado elllobregat.com, la alcaldesa ha remitido una carta a la juez en la que se informa de que el pasado de junio Graells le hizo llegar con archivos adjuntos en dos correos electrónicos “documentación que guarda relación con las diligencias previas 930/20” que se siguen en el juzgado contra los dos concejales y contra el presidente del Consell Esportiu, Eduard Galí. Se da la circunstancia que días antes de que Graells pusiera la demanda contra sus compañeros, el Consell de l’Esport denunció el robo de un ordenador que podría contener la información que ahora se está distribuyendo.

Continuará…

Guerra sucia

Los protagonistas del conflicto.

15 de junio 2020

Coño, me dije, si solo han pasado cien días. Y en efecto, solo cien días que deben esconder cien maniobras para que parezca que no ha habido ninguna. Cien días es el margen que en política se da al rival sin tocarle las bolas o lo que sea, pero al que se va avisando para que sienta el aliento en el cogote. Al día 101 le estalla el pastel en los dedos. Veamos: el 22 de febrero hay primarias en el PSC de l’Hospitalet. El primer secretario tenía que ser el primer teniente de alcalde que tiene que ser el primer presidente de Consistorio cuando la Marín sea ministra o embajadora. Es una ley no escrita pero asumida. Corbacho puso a la Marín y la Marín al Belver y el Belver podría haber puesto a su yerno dándole tiempo a que le saliera alguna cana y a perder algo de barriga y ganar algo de flexibilidad, pero no, el yerno le salió impaciente y se le subió a la chepa. Y el 10 de marzo ganó las primarias y se puso a la cola el primero. Entre aquel 22 de febrero y este 10 de junio van 100 días, más o menos. Contarlos, porfa.

¿Que importancia tiene este 10 de junio en relación con aquel 22 de febrero?. Pues que este 10 de junio pasa una cosa que hacía décadas que no pasaba en Hospi. Desde la clamorosa pelea entre otro aspirante impaciente y el dueño del cortijo. El combate del siglo. En una esquina, Iñaki el golfillo, el fajador de Bellvitge. En la otra, Celestino el hábil, el tieso de Extremadura. Ganó el hábil, claro está, y eso que la trupe del golfillo trabajó a fondo el desgaste del adversario, con escándalos en prensa y todo eso…

Pues bien, el 10 de junio se desató en Hospi la cólera de los dioses y la policía detuvo a un director de instrumento y a dos concejales vinculados. Uno de ellos, uno de ellos, vale la pena repetir, el primer secretario del PSC local, el que se anticipó a su turno. A mi lo que hay detrás de la noticia me trae al pairo. Ahora resultará que en 40 años de poder absoluto no ha habido corrupciones, corruptelas y engaños miles. Lo que no ha habido, ha sido guerra sucia, guerra interna, y si no hay guerra no hay denuncias, no hay filtraciones, no hay exaltados que se cabrean porque temen que les acusen de prevariaciones, de estafillas o de estafilococos. La señora Marín ha salido enseguida a decir que esto no puede ser. Que se va a investigar a fondo. El señor Belver está desaparecido en combate sin enseñar mucho las manos no se vaya a descubrir que las tiene desolladas de tanto frotárselas y el señor Alcázar anda desconcertado porque a estas alturas no debe de entender nada o, bien al contrario, lo debe de entender todo. Lo que desconcierta todavía más.

Pero hay que fijarse en los detalles. El miércoles la policía detiene al director del Consell Esportiu, el jueves a Alcázar (y Pedrín) y el viernes sale el señor Graells para revelar que ha sido él el denunciante. Pero bueno… ¿quién le pidió al señor Graells que hiciera pública su traición? Y sobre todo ¿por qué? Y, además, ¿por qué el señor Graells escuda algo tan gravísimo como denunciar a un colegui, en su inmaculada honradez, cuando es evidente que eso no se estila, que los trapitos siempre, siempre, entre políticos afines se suelen lavar en casa, en silencio y sin puñales. A no ser que haya alguien que considere que es la hora de los puñales y que está muy feo que los jovencitos se salten el escalafón.

Graells ha sido la pieza perfecta porque es el concejal de Deportes, porque es el vicepresidente de esa entidad rara y porque su señora actual parece que llevaba la gestión económica del ente, lo cual ya es chocante. Pero todavía resulta mas chocante que reconozca que denunció la sospecha a la alcaldesa el 4 de febrero —con el proceso de primarias en su salsa— y que la alcaldesa le pidiera al presidente del Consell d’Esports (uno de los dos detenidos el jueves) una auditoría, sin siquiera apartarlo cautelarmente del cargo. Como que pasaron dos semanas sin que se hiciera nada, dice Graells, volvió a insistir ante la alcaldesa. Y ya estábamos en la semana de elección del primer secretario del PSC local. Pese a que la denuncia lo implica, no ocurre nada y Alcázar es elegido, aunque Graells —que dice que estaba dispuesto a apoyarle— opta por apartarse en el último momento.

Mientras tanto, se encarga la auditoria externa el 10 de marzo, más de un mes después de la primera denuncia a la alcaldesa —con bastante tiempo para maquillajes y camuflajes— y todo queda en el aire por la pandemia. Pese a que no hay datos externos, Graells no se espera porque en el Consell no se toman medidas y ni corto ni perezoso se va a la policía porque sus sospechas se ven reforzadas cuando recibe la documentación que se envía al auditor. Graells lleva 37 años en el PSC y no está dispuesto a que le acusen de prevaricación a su edad y, por supuesto, él no tiene nada que ver con la batalla interna. Le dijo a Alcázar en su día que estaba muy decepcionado y se mantuvo al margen en la elección. O sea: cuando recibe los papeles que el auditor debe estudiar a partir del 10 de marzo se reafirma en que ha habido caudales distraidos en beneficio de alguien. Y eso que tiene muy cerca a la persona que parece que lleva la gestión económica del organismo. Pero desde el 10 de marzo hasta el 10 de junio no hay la primera detención, 90 días más tarde. Si que tardan las denuncias… Y además, desde el 22 de febrero hasta el 10 de marzo hay un par de semanas largas durante las cuales todo el mundo felicita al flamante nuevo primer secretario pese a las sospechas de Graells, necesariamente de la alcaldesa y bien posiblemente, por lo menos, del primer teniente de alcalde Fran Belver.

Se diría que alguien ha estado cocinando a fuego lento para que al señor Alcázar se le derritan las mantecas. Y de paso, para que todo vuelva a su cauce.

En la época del combate del siglo entre el niño de Bellvitge y el león de Extremadura, salió el sonado caso del fraude en la recaudación de la Diputación, donde entonces trabajaba la señora Corbacho. Aquello hizo renquear un poco al púgil de acero inoxidable, pero se rehizo enseguida con un crochet letal en forma de denuncia de corrupción porque la prensa no es como la judicatura: aquí hacemos bromas pero los jueces carecen de sentido del humor. Graells que hacía de árbitro se ha subido al ring y el señor Belver aplaude desde la primera fila, bien calentito en el regazo de la alcaldesa, mientras Alcázar parece resoplar desde el suelo. Podría salvarle probablemente algún escupitajo insolente de última hora. Recuerde, señor Alcázar, la prensa se nutre muy a menudo de salivazos… Estamos aquí para lo que se tercie.