La decimoséptima edición de la Mostra de Cinema Espiritual es un certamen que tendrá lugar en diecisiete municipios de Cataluña, entre ellos l’Hospitalet de Llobregat, de la mano del Fòrum de l’Hospitalet. Por motivo de la pandemia, las películas se transmitirán a partir de este domingo 15 de noviembre hasta el día 30 del mismo mes de forma virtual a través de las plataformas Sala Virtual Verdi y FilminCAT.
Este año, la fecha de la Semana de la Solidaridad 2020 coincide con el tiempo en que se está realizando el certamen, por lo que se transmitirán películas relacionadas con la eliminación de la violencia hacia la mujer por segunda vez consecutiva, especialmente por aquellas mujeres que padecieron esta situación durante el confinamiento. Hay dos películas organizadas desde l’Hospitalet de Llobregat que se presentarán de forma online. La sal de la Tierra (20 de noviembre a las 18:30), por el Centro Municipal la Florida, y otra más que todavía está por definirse. Ambas acabarán con un coloquio en streaming realizado por los mismos ponentes.
En l’Hospitalet del Llobregat se seguirá prácticamente el mismo sistema de organización que en el resto Cataluña. Para este año se tenía pensado realizar el certamen en el Centro Cultural Collblanc-Torrasa y en el Centro Municipal Ana Díaz Rico de La Florida, pero la duración de las limitaciones impuestas por el coronavirus ha forzado el cambio de escenario.
En 2019 en el barrio de la Torrassa se proyectaron las películas El reverendo y Una razón brillante. “De hecho la gente se quedó con ganas de más coloquio y tal” cuenta Josep Mª Pujol i Boira, miembro del Fòrum de l’Hospitalet “y el debate fue bastante interesante también”. La tercera proyección fue Buda explotó por vergüenza, la cual también introdujo, según Pujol, “una reflexión interesante sobre el tema del Afganistán y el derecho a la educación de las mujeres”.
La principal asociación educativa de L’Hospitalet continúa dando apoyo a las familias más desfavorecidas y en riesgo de pobreza ante la amenaza por la crisis del coronavirus
13 noviembre, 2020
Dedicada a proyectos de acción social y educativos para jóvenes, infantes y niños con alta vulnerabilidad en el barrio de Collblanc – La Torrassa de L’Hospitalet, la Asociación Ítaca no está pasando por su mejor momento. Además de las dificultades técnicas y de organización, la pandemia por el covid-19 está afectando gravemente a esta entidad dedicada a ayudar a personas en riesgo de exclusión social y pobreza. “La problemática que nos encontramos en la primera ola fue el tener que acompañar a muchas familias que estaban perdidas y que no sabían a dónde podían ir para encontrar una respuesta. Además, la administración pública tardó mucho en tener espacios de comunicación fluida”, declara Felipe Campos, director general de la asociación acerca de los primeros meses de pandemia.
A partir de marzo y hasta prácticamente final del verano, Ítaca se dedicó como nunca a sus vecinos y puso a su disposición toda la información sobre el coronavirus que iba saliendo. También participó activamente en el chat de apoyo vecinal, donó una importante cantidad de dinero para la alimentación, hizo refuerzo educativo a través de redes sociales y un canal de YouTube, facilitó tarjetas monedero y habilitó un teléfono de apoyo para cualquiera que lo necesitara.
Videoconferencia con Los Reyes
Por otro lado, en abril, Felipe Campos, Diana Calderón (responsable de captación de fondos y calidad y coordinadora del programa CaixaProinfància y técnica de finanzamiento) y Laura Candelario (relaciones institucionales y redes y coordinación laboral) se reunieron telemáticamente con Los Reyes para hablar de toda la problemática a raíz del Covid-19 y exponer todas las acciones que se estaban llevando a cabo desde Ítaca para ayudar a las familias más desfavorecidas y en riesgo de pobreza. “Nosotros fuimos muy críticos porque no todas las familias tenían los dispositivos, ni la conectividad, ni las habilidades para para estar al lado de sus hijos”, dice Campos sobre su labor como portavoz de la asociación ante los medios de comunicación y demás escaparates.
Ítaca al lado de sus vecinos desde 1977
Para llevar a cabo su labor, Ítaca atiende a más de 1500 personas semanalmente desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde, de lunes a sábado. Además, cuenta con una plantilla de más de 50 trabajadores a disposición de los vecinos. La asociación nació en 1977 y en los últimos 20 años ha sido cuando se ha convertido en una entidad socioeducativa. A través de proyectos educativos, sociales y comunitarios pretende dar apoyo a sus vecinos, poniendo énfasis en la defensa de derechos y en la garantía de la dignidad de infantes, niños y jóvenes.
Por la mañana ofrece proyectos de inserción y formación. Hay también terapias familiares y cuenta con una oficina de derechos sociales y jurídicos para ayudar en temas como la pobreza energética o el alquiler. Por las tardes imparten proyectos socioeducativos con escuelas públicas y concertadas
La asociación colabora en un proyecto con Obra Social la Caixa
Por otro lado, la asociación es la coordinadora de un programa en colaboración con Obra Social la Caixa y que gestiona anualmente alrededor de 900.000 euros para ofrecer ayudas a casi 800 familias del barrio de Collblanc – La Torrasa y alrededor de 1.500 niños en situación de pobreza, además de coordinar la red social comunitaria de ayuda en el barrio para la detección de necesidades. Cabe destacar que este barrio cuenta con familias de 122 nacionalidades distintas, muchas de ellas en situación precaria. Se trata de un barrio con una densidad de población muy alta y donde viven más de 50.000 personas en menos de un kilómetro cuadrado.
Una mirada hacia el futuro
El pasado mes de octubre se celebró también un acto de constitución enmarcado en el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) en el que la Asociación Ítaca tuvo un relevante papel junto con la Diputación de Barcelona, el Ayuntamiento de l’Hospitalet de Llobregat y la Fundació La Caixa. Con este convenio, también firmado por la Generalitat, el Consorci Sanitari Integral y Càritas, estas instituciones se comprometen a “facilitar, alinear y coordinar las actuaciones que se desarrollen en el distrito en el ámbito de la convivencia inclusiva y se concreta con un plan integrador de la convivencia y el abordaje de la diversidad desde el eje intercultural”.
Por Lara Ballesteros García
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