Carlos Galve (activista i peixater)
Creo que deberíamos tener más en cuenta la manifestación del día 1 de octubre en l’Hospitalet. Fue la manifestación más política y multitudinaria, aparentemente no partidista, desde hace más o menos cuarenta y seis años. Los convocantes eran la Asociación de Comerciantes de Pubilla Casas y vecinos anónimos.
En política, como en muchas otras actividades humanas, analizar es fundamental para conocer la raíz de donde nacen los movimientos y sus consecuencias. El lema, aparentemente, en la pancarta reivindicaba seguridad en nuestros barrios. Había diferentes lemas, algunos contra el equipo de gobierno. El aspecto más interesante: ninguna formación política aparecía en ningún papel ni pancarta. Creo que asistieron todos los representantes de la oposición en el Consistorio. Más tarde, el alcalde inclusive reconoció y compartió el lema de la manifestación, afirmando que se comprometía a solucionar estas carencias.
Desde hace varios meses sigo grupos de L’H en Facebook que van relatando aconteceres o hechos que, bajo mi punto de vista, tienen el objetivo no solo de informar, sino de crear con distintos relatos la opinión de que nuestra ciudad es insegura, incómoda y sucia. Curiosamente, cuando se describen personas, normalmente siempre suelen ser emigrantes.
Lo más interesante de esta manifestación es la aparente neutralidad. Manifiestan que no son políticos, confundiendo partidismo político con política. Por supuesto que han hecho política, y de la buena: la que la gente cree que es auténtica porque no hay partidos detrás de ella. Eso es sutil, pero sobre todo útil, y una de las razones del éxito de la convocatoria.
Esta manifestación tiene una clara característica: es como una bomba de efecto retardado. Ningún partido la ha criticado frontalmente o públicamente. Nadie se atreve. Todos tienen miedo. Nadie dice la verdad. Creo que es un embrión para el cambio del futuro político de nuestra ciudad.
No voy a cometer el error de juzgar a mis vecinos por sus sensaciones frente al miedo, sus conceptos ideológicos y menos por sus creencias de distinto rango. Tanto es así que, como he dicho, desde el alcalde hasta el último concejal de los veintisiete, todos aceptaron que los vecinos tenían sus razones. Unos de una forma, otros de otra, pero todos se apuntaron a la manifestación.
De lo que no tengo duda es de quién se beneficiará electoralmente en los próximos comicios. También voy a utilizar la discreción: no quiero pensar en apriorismos y correr el riesgo de no respetar a los miles de vecinos que fueron desde la Bòbila a la plaza del Ayuntamiento, la mayoría de buena fe. Me faltan datos, pero tengo miedo de equivocarme y por eso elijo la prudencia para dar mis opiniones.
Reitero otro aspecto muy de moda actualmente, pero claramente sospechoso: confundir fácilmente el partidismo político y la política. Cuando alguien dice que es apolítico, tengo claro meridianamente cuál es su característica política.
Eché en falta saber qué opinaba la AAVV de Pubilla Casas. Por cierto, una de las más activas del pasado reciente.
Hospitalet no es insegura. Lo que produce inseguridad es el miedo al diferente. La ola migratoria es imparable y no es difícil entender el porqué: los humanos buscamos la mejor manera de sobrevivir. El eslogan “Date cuenta primo, todos somos clase obrera” es magistral y útil para explicar qué está pasando. Los que somos inseguros somos las personas pobres que nos creemos que somos ricos. El racismo surge generalmente entre pobres y más pobres. Los ricos tienen sus barrios/guetos para ricos. Allí no tienen inseguridad: existe la valla de los precios del coste de sus viviendas. Allí los emigrantes solo entran para servir.
La cara del capitalismo aparece claramente en una sociedad desigual, empeñada —y lo consigue— en hacer desaparecer o diluir el concepto de la lucha de clases.
Hay diversas miserias sociales. La primera, como ya he dicho, el conflicto entre pobres y más pobres: el racismo. La segunda, la inactividad o, mejor dicho, la indiferencia de los responsables y poderosos: el neoliberalismo. La tercera, el desprecio al sistema, aunque deficitario, el más evolucionado: la democracia está en juego.
El otro día, apoyado en un árbol en la avenida Isabel la Católica, quise ver quién participaba en la manifestación significativa y multitudinaria después de tantos años. Eran buena gente cabreada. Me preguntaba las razones de fondo. No es lo mismo la agresión violenta de un chico en patinete eléctrico, robando y tirando de una cadena o un monedero a una señora mayor con el riesgo de herirla, que el volumen de la música o la práctica de bailes en los parques públicos haciendo barbacoas. No es lo mismo zonas con bolsas de basura rotas y enseres junto a los contenedores, que creer que los comerciantes “nou vinguts” —que, por cierto, evitan la desertización urbana de nuestras calles— se crean dueños exclusivos de los contenedores.
Tengo edad de tener miedo de la inseguridad ciudadana y de un montón de cosas más, pero sobre todo me inquieta la estupidez humana.
Desde el máximo respeto a las personas que piensan diferente, no voy a dejar de decir lo que considero una trampa: la convocatoria, sin decirlo, asociaba inseguridad con emigración. Este binomio es el argumento para segregar, expulsar, rechazar, sospechar, temer y, sobre todo, reprimir.
Al alcalde le acusan de falta de policía, por eso no para de hacerse fotos con la policía. Recuerdo que le di un sobresaliente. No le acusan de la falta de programas sociales que investiguen y analicen qué está pasando en nuestros barrios. Nuestros problemas son el reflejo de la sociedad. Si un rey emérito está implicado en casos de corrupción y robo y solo pasa que tiene que vivir en Abu Dabi, y algunos ricos poderosos y políticos roban y corrompen y tampoco pasa casi nada… ¿De qué manera podemos aumentar la paz social con semejantes ejemplos?
La violencia y el robo son un tema claramente policial, no tengo duda, pero sobre todo también es de responsabilidad social. Igual que tenemos que reivindicar más policía, tenemos que hacer lo mismo exigiendo que el delito se reprima y, al mismo tiempo, exigiendo más educadores de calle, más trabajadoras/es sociales que expliquen a los nuevos vecinos —que han llegado para quedarse— que el civismo y el respeto por lo comunitario en nuestros barrios es indiscutible: todos somos clase trabajadora. Educación y reinserción de grupos de jóvenes.
¿Cuántos pequeños pero violentos delincuentes tenemos? Los grandes, algunos salen en los telediarios.
Hablar del pasado puede ser anecdótico, pero ayuda al análisis. La gran diferencia es que en nuestros barrios existían AAVV que atenuaban y evitaban las reacciones de los que proponían patrullas vecinales. En eso sí veo una clara responsabilidad. En nuestros barrios tenemos muchas entidades que trabajan cada una por problemas diferentes, y el pulso social —salvo excepciones— de nuestros barrios en la sociedad civil, no lo tiene nadie. Las entidades domesticadas y clientelares no hacen nada más que desmovilizar.
Va a resultar que los que creen que se debe repatriar, expulsar, repudiar si están indocumentados, tienen hoy la sartén por el mango. Tenemos leyes y normas obsoletas y estúpidas que benefician a los poderosos, manteniendo una multitud de personas que acusan de ilegales para abaratar los costes de la mano de obra y tener un mercado negro laboral y económico de proporciones más altas de lo que imaginamos.
Bajemos de la nube de nuestro bienestar y analicemos que el tsunami que viene o lo paramos con argumentos radicales y profundamente democráticos, o el futuro de nuestros barrios será mucho peor.
Los amantes de la política estamos aletargados, divididos y discutiendo si son galgos o son podencos. ¿Tendremos que sufrir la propuesta reaccionaria para proponer algo con sentido común?
No tener en cuenta y leer la música de la manifestación del otro día no es solo ser sordo y ciego: es no ser responsable. Esto es un clarísimo aviso. A ver si somos capaces, entre todos, de entender de qué va el tema.
L’ESTACA VOL MOSTRAR LA SEVA SOLIDARITAT AMB EL POBLE PÀLESTI I S’ADHEREIX A LA VAGA DE AVUI DIA 15 QUE S’HA CONVOCAT PER DIFERENTS ORGANITZACIONS PER LA FI DE L’OCUPACIÓ A PALESTINA I DELS ATACS A LA LLIBERTAT DE PREMSA