Flames a les cases

Incendi al carrer Sauri.

Aquest any una pel·lícula catalana, La Casa en Flames, està tenint força èxit. Però, ara i aquí, toca escriure d’altres flames i, sobre tot, d’altres cases. Primer va ser un baix al carrer Mestre Carbó a Santa Eulàlia, poc després un entresòl a la avinguda Miraflores de La Florida, dijous un local al carrer Sauri del Centre. Tres incendis a infrahabitatges que han afectat a famílies vulnerables. Tant li fa si les arrels d’aquestes famílies estan a l’Hospitalet, a Berga o a Sofia, a Tànger o a Oruro; totes elles eren veïnes de la nostre ciutat.

Tots els casos son una mostra del que implica viure en infrahabitstges, en locals que massa vegades ni tant sols disposen de cèl·lula d’habitabilitat; que no tenen els serveis bàsics ni la ventilació necessària per un habitatge o que desborden la superfície habitable de l’edifici o del sector.

Son subproductes de la especulació immobiliària que s’estén com una teranyina pels barris de l’Hospitalet. En molts casos els propietaris d’aquests locals o d’aquests baixos els lloguen o els venen sabent que, segons les normes, no s’haurien d’habitar. L’absència d’inspeccions municipals fa que puguin operar amb total impunitat. En altres casos es tracta de baixos abandonats que son ocupats per famílies amb un grau ampli de vulnerabilitat. Aquestes famílies, moltes vegades surten d’un o de diversos desnonaments. Son situacions en les que administracions no ofereixen recursos ni sortides viables per disposar d’un sostre en mínimes condicions.

Segons Habitatge de la Generalitat: “La cèdula d’habitabilitat és un document administratiu que acredita que un habitatge és apte per ser destinat a residència de les persones i té les condicions tècniques d’habitabilitat, segons la normativa vigent. La pot sol·licitar el propietari de l’habitatge, l’administrador o un representant autoritzat. És necessària per: transmetre un habitatge en venda, lloguer o cessió d’ús, en primera transmissió o en transmissions posteriors. Donar-se d’alta dels serveis d’aigua, electricitat, gas, telecomunicacions i altres serveis…

No cal fer una recerca especialitzada per saber que la majoria o molt bona part dels locals o baixos utilitzats com habitatge no disposen d’aquesta cèl·lula i, tot i així, tenen accés als serveis d’aigua, electricitat i gas. Moltes de les altes a aquests serveis es fan com si els locals i els baixos tinguessin alguna activitat comercial o industrial. En altres, pocs casos, l’accés a aquests serveis bàsics es fa fraudulentament. En cap d’aquestes possibilitats arriba cap mena d’inspecció per part de la Generalitat o del Ajuntament.

En la pràctica, aquesta especulació immobiliària que ara s’ha pogut apreciar amb claredat, compta amb el sobreentès d’una impunitat manifesta. No per casualitat en els portals immobiliaris l’oferta de locals és molt amplia. Per exemple, en el mateix carrer Mestre Carbó s’oferia un local pel 242 euros de lloguer mensual Els propietaris que lloguen o venen aquests locals son conscients de la escassa legalitat de tot plegat, però tenen la experiència d’una llarga impunitat. La manca d’habitatge social, els elevats preus dels lloguers d’habitatges legals i la pressió sobrevinguda dels habitatges turístics, estan en la base d’aquesta ja no tant nova forma de barraquisme urbà.

El secretario en su laberinto

Me temo mucho que el laberinto es un recinto sinuoso donde el objetivo es liar al que se adentra y eso es lo que le está pasando al secretario del Ayuntamiento de l’Hospitalet, que lo lían y él se deja liar. No es que sea un inexperto porque el hombre ejerció de lo mismo en el Ayuntamiento de Sitges, pero allí las cosas debían de ir de otra manera porque en solo tres meses ya ha conseguido ser protagonista de un par de decisiones que se podría haber ahorrado. Recuerdo una de octubre, cuando el señor Aragonés Seijo, don Fernando (FAS), se ve que dijo, según me han dicho porque no estaba, que él emitiría el informe preceptivo de evaluación de la capacidad, el mérito y la idoneidad de los candidatos del Consell Executiu de los medios de comunicación públicos que se debatía en el Consell Consultiu de esos mismos medios, cuando él no tiene ninguna atribución al respecto porque ésta le compete, según el propio Reglamento de Organización y Funcionamiento de los medios de comunicación públicos, al plenario de ese organismo y no al secretario. Por decirlo llanamente: el señor secretario se metió donde no le tocaba y, naturalmente, no hubo informe (no lo hizo) y mejor que no lo hubiera, porque en el siguiente pleno la idoneidad de los propuestos saltó por los aires porque la oposición se opuso como debe ser y derrotó al gobierno. Y de paso, al susodicho Aragonés.

Y ahora una segunda, porque el secretario de marras acaba de hacer un informe donde parece argumentar que la entidad Foment de la Informació Crítica no tiene como objeto nada que haga referencia a favorecer que cualquiera pueda tomar la palabra en su nombre en cualquier instancia. Es curioso, porque entre las obligaciones de un secretario municipal —que para eso cobran algunos 100.000 euros brutos al año, y no quiero mirar a nadie— están las del asesoramiento legal preceptivo y para ello lo principal es leerse los textos normativos. Por ejemplo, leerse, antes de hablar, el Reglamento de Organización y Funcionamiento de los medios de comunicación públicos, o los Estatutos de una entidad que se acoge al Reglamento de Participación Ciudadana en virtud del artículo 10 del mismo, donde las entidades debidamente inscritas en el registro podrán pedir la palabra en relación a temas de interés general de la ciudad.

Es verdad que FIC ya hace unos cuantos plenos que permite —y no solo permite, sino que fomenta y avala— que hablen, en nombre de la entidad, personas que representan a parte de la ciudadanía que quiere expresar temas de interés general que les afectan, y al que pone trabas un Ayuntamiento tan deslumbrantemente democrático como el de l’Hospitalet. Es verdad también que hace meses que al alcalde humanista no le gustan según qué clase de humanismos y que ya ha intentado recabar por qué “esta entidad de la que usted me habla” da la palabra en su nombre a todo aquel que quiere sencillamente expresarse con libertad en el espacio más representativo de su municipio sobre temas que le incumben y que tienen relevancia comunitaria. Y es verdad que finalmente Triple Q, ha metido a su secretario en un berenjenal laberíntico usándolo para lo que más le satisface que es salirse con la suya.

Decidme lectores, en qué complica la existencia, que unos vecinos expliquen sus reivindicaciones o sus sugerencias en el pleno, con un tiempo tasado de 5 minutos máximo, como no sea que es un instante incómodo en el que se evidencia que hay mucha insatisfacción social respecto de quienes debieran estar ahí para responder a las demandas ciudadanas. Que para eso cobran. Y mucho.

Lo vi el otro día en el pleno, desde el mismo rincón de siempre. Los vecinos venían pitando desde la calle y a mí me recordaron otros tiempos de vecinos con pito y alcaldes con respeto porque les temblaba la silla.

Ahora echan mano de los secretarios corporativos no avezados a las operaciones de silencio. Y naturalmente se equivocan porqué, además, los estatutos de FIC lo dejan muy claro, según me han mostrado los que mandan ahí. Parece que el artículo 2 afirma que los fines de la asociación y a los cuales se comprometen sus socios y socias son, entre otros muchos, “defender la libertad de información, la libertad de expresión y el derecho a la información de los periodistas y de los ciudadanos y ciudadanas”. Y defender la libertad de expresión de los ciudadanos y las ciudadanas pasa por ceder la palabra siempre que se pongan obstáculos, aunque sean obstáculos reglamentados, a esa libertad de expresión. Cosa que el susodicho FAS no ha tenido en cuenta para satisfacer a su alcalde, cuando lo que debiera es satisfacer al conjunto de la ciudadanía que es quien le paga.

Es verdad que don FAS se quejó a la oposición, afirmando que había sido el alcalde el que insistió tanto, que tuvo que intervenir. Justo lo contrario que dijo Jesusillos el otro día en el Consell de Ciutat, que había sido cosa del secretario porque chirriaba bastante que una entidad que se denomina Foment de la Informació Crítica, pidiera la palabra en el pleno para explicar que la Escuela de Adultos de Can Serra tiene problemas con los lavabos y con los ascensores del centro.

O sea, que hay que decirle al secretario FAS, que deje de confiar en los políticos que le atosigan, que utilice la autonomía que le permite el cargo y que se ponga al servicio de la ciudadanía que es la que no le va a liar nunca. Y que se lea las cosas, sobre todo que se las lea y que se ajuste a la lectura sin interpretaciones, porque hasta ahora se le ha dado muy bien interpretarlas de manera que el alcalde y los suyos se pongan contentos.

El laberinto es un lugar inhóspito propicio a las críticas. Y ya le asegura el Candelas que, si no sale del laberinto, no se las vamos a ahorrar.

Mis Navidades de los 50-60

CARLOS GALVE (peixater i activista)

La Navidad debe ser una de las fiestas que más nostalgia deben generar en el recuerdo. La edad es determinante y el contexto social aún más.

Aquella España ha cambiado más para lo bueno que para lo contrario. Solo el tiempo no juega a favor, pero es cuestión de aceptar y aprender que eso es la vida.

Aunque nací en Poble Sec mi infancia vital la pasé en una portería del eixample de Barcelona.

La evocación de mi casa en Navidad no solo me produce recuerdos y ternura, me produce sobre todo sensación de luz. Mi abuelo era generosidad en estado puro, era tan pobre como digno, tan tozudo como clarividente. En casa siempre había comida caliente para quien llegara. Aquel edificio de 28 vecinos fue mi República, yo estaba y participaba en la cabina o la torre de control de las 28 realidades.

Les repartía su correspondencia y ayudaba a bajar las basuras desde sus pisos a la calle. Hice una licenciatura por inmersión en Ciencias Políticas que me ayudó a ser, entender y distinguir entre el rico y el pobre, y entre lo que aprendí de los míos y lo que yo decidí, pronto diferencié entre lo que está bien y lo que está mal.

En aquellos tiempos de sotanas y braguetas de mil botones, en que la Iglesia jugaba un papel preponderante, la Navidad, excepto el Belén y algún villancico que otro, era fiesta, era familia, era comida y por ello muy laica. No íbamos a misa del gallo ni tampoco había regalos. Por supuesto que no conocía ni los abetos ni mucho menos el Caga Tió. Eso apareció ya crecido y con hijos.

Pasaba un poco como la Semana Santa andaluza. Es tradición, cante y mucho cachondeo, pero poca misa.

Lo esencial era matar el gallo, la preparación de la comida por parte de mi tía María para que al día siguiente nos la zampáramos en un visto y no visto. Beber y cantar toda la tarde. Recuerdo mi primera mona infantil en Navidad: ahora sería motivo de responsabilidad civil por parte de mis padres.

Siempre, en los recuerdos, te invaden imágenes que son difíciles de explicar porque las tienes grabadas en tu retina. Una de ellas es curiosa.

La luz Azul indirecta que mi abuelo Jaume instalaba dentro de la cueva del nacimiento del Pesebre, me estremecía, y aún hoy lo vínculo a un sentido místico casi celestial. La molsa verde fresca, los caminos con arena, y los trozos fantásticos de corcho haciendo de montañas, eran un juego y una tradición fantástica. Las figuras de barro, algunas mutiladas, tenían vida propia. Aquel rincón con mi hermano Jorge, lo recuerdo como un espacio de introversión inolvidable.

Aunque ya los he citado, los gallos llegaban vivos en una cesta de mimbre desde Oliete (por un transportista exprés), el pueblo de mis antepasados paternos, aragoneses del Teruel también existe.

Mi tía María era la encargada de matar y desplumar, yo era el ayudante que debía sujetar sus patas para que no se escaparan.

El desmontar camas y muebles para colocar la mesa en la habitación de mayor tamaño…  Pedíamos sillas a los vecinos. Éramos como una multitud. Siempre recuerdo que los niños para salir o entrar teníamos que hacerlo por debajo de la mesa. Toda la tarde era un constante entrar y salir de amigos y familia que venían a felicitar al abuelo Benito. Las jotas aragonesas y la guitarra del abuelo y mis tíos, no paraban en toda la tarde.

La comida familiar del 25, comiendo juntos todos y todas, seguimos manteniéndola exactamente igual como la heredé de mi abuelo y de mi padre: bebiendo y cantando durante toda la tarde.

Siempre el 25. Mi familia, tanto la aragonesa como la catalana, lo celebramos ese día que me ha resultado siempre muy especial. Estar toda la familia junta ese día, tampoco se mucho por qué pero me sigue emocionando.

El tiempo, la sociedad, el consumo configuran otro tipo de Navidades.

No pienso resignarme, mientras pueda, a que sea encuentro, fiesta, amistad y motivo para celebrar la vida.

De la irrellevància a la inexistència

David Quirós, el dia de la seva possesió com alcalde de la ciutat.

Diumenge passat va fer sis mesos que l’alcalde és alcalde i la setmana anterior va fer sis mesos que aquest digital li va demanar una primera entrevista —quan encara no ho era— sense resposta, que ara hem tornat a reiterar, amb menys resposta encara que fa mig any. Mentre tant, l’alcalde ha donat entrevistes a diversos mitjans i s’ha abocat a la finestra de la tele local també reiteradament, de manera que no és una qüestió de temps ni d’agenda. És una qüestió de prevenció. No li agrada la informació crítica, les preguntes que li pugui fer un mitjà —segurament l’únic en tot el panorama mediàtic de l’entorn— que no rep un sol cèntim del pressupost públic. En això no es diferencia gens ni mica del govern anterior, que tampoc no volia saber res de L’Estaca, ni de l’entitat que l’edita, el Foment de la Informació Crítica, com es va posar de manifest reiteradament.

El pretès humanisme que l’alcalde cita cada vegada que té oportunitat, deixaria de ser un simple recurs dialèctic expressament genèric i sense contingut explícit, si s’apliqués, per exemple, en un aspecte que rep crítiques sistemàtiques fins i tot dels més propers: la participació ciutadana. Son tan evidents les mancances i restriccions, que el mateix equip de govern ha impulsat la reforma del Reglament de Participació que regula la intervenció de veïns i entitats. Però alhora que reconeix que caldria millorar-lo, restringeix la participació dels veïns en el ple municipal, com es veurà en el d’aquest divendres on havien de parlar representants de l’Associació de Veïns de Bellvitge, de l’Escola d’Adults de Can Serra i de l’Associació de Comerciants de Pubilla Casas i Can Serra, però on se’ls ha denegat el permís. En això no es diferencia gens ni mica de l’equip anterior, que també posava tantes restriccions com podia a la lliure expressió de la ciutadania allà on legalment tenia el dret d’expressar-se: al ple municipal, als Consells de Districte, a les Taules Sectorials…

L’arbitrarietat en la presa de decisions afecta a una gran part de la vida política del municipi. L’equip de govern està acostumat a decidir sense consensos perquè així ho ha fet tota la vida, des de l’any 1979 fins ara mateix, excepte quan no gosava de les majories absolutes que ha anat repetint des de l’any 1983, amb poquíssimes excepcions. Ara mateix ha decidit acabar amb la Cavalcada del Pare Noel que formava part de la tradició de barri des de feia 8 anys, impulsada per l’Associació de Comerciants i iniciada de manera voluntarista per ells mateixos fins que l’Ajuntament se’n va fer càrrec. Quan l’entitat es va assabentar que la Cavalcada no es faria aquest any, van intentar organitzar-la ells mateixos ni que fos improvisadament, però la setmana passada l’Ajuntament la va prohibir al·legant problemes de mobilitat i transport. Uns problemes que semblen superats quan la Confraria 15+1 organitza la Processó de Setmana Santa tan ben vista per l’Ajuntament socialista o quan s’organitzen les rues de Carnestoltes també impulsades des de l’Ajuntament. En tot això no es diferencia gens ni mica de l’equip anterior, que decidia unilateralment, sense tenir en compte les raons alternatives.

L’autèntica realitat és que aquest alcalde conserva els mateixos tics que la predecessora Marín, que no dona senyals reconeixibles de voluntat de canvi ni en les formes ni, molt menys, en el fons, i que presenta les mateixes singularitats fantasmals de fer servir les paraules per no dir res, com quan parla d’humanisme i de ciutat verda perquè volen plantar 3.000 arbres, o assegura que tot va molt bé perquè manté una fantàstica relació amb els Consellers de la Generalitat. O quan explica, com va fer a la darrera entrevista a la TV de l’Hospitalet, que confia que els pressupostos s’aprovaran el 30 de desembre en un ple extraordinari, perquè hi ha hagut molt de diàleg amb els Comuns amb els que hi ha un històric de 15 anys de governs conjunts tan beneficiosos per la ciutat. Caldria explicar a qui no ho sàpiga, que —tret del primer mandat: 1979-1983— tots els governs que s’han fet amb els Comuns —amb els diferents noms amb que s’ha anat presentant l’esquerra alternativa— han estat governs col·laboratius, és a dir, governs de suport que no resultaven imprescindibles als socialistes per governar, perquè ho haurien pogut fer en solitari. Han estat, per tant, governs on el PSC ha fet el que ha volgut, si da cas permetent algunes opinions complementàries, però en cap cas disruptives. Ara és molt diferent. Per primera vegada, l’equip socialista necessita el suport dels Comuns per governar amb una certa tranquil·litat. Això sol ja seria suficient per fer una anàlisi reflexiva de la nova situació.

Els Comuns semblava que ho podien haver fet l’any passat quan van donar el seu suport a canvi d’un document signat amb 46 mesures, de les quals, un any més tard, no n’hi una sola que s’hagi portat a terme de manera exhaustiva i completa. La darrere informació que aquest digital tenia sobre el pressupost d’enguany és que s’havien iniciat negociacions amb totes les forces, però que només es mantenien amb els Comuns. I es mantenien perquè els Comuns semblaven confiar amb les noves formes i els nous fons de l’equip Quirós. Aquell acord de 46 mesures signat amb Núria Marín va ser un fracàs, però l’humanisme, la ciutat per les persones, els 3.000 arbres i els contactes amb els Consellers de la Generalitat, obren enormes perspectives.

En realitat només queden 4 dies hàbils per tancar acords i, a quatre dies de tancar acords, l’alcalde confia que el vot dels Comuns serà favorable. Molt haurien d’haver canviat les coses perquè fos comprensible per la ciutadania l’aprovació final dels pressupostos. Els 15 anys de governs conjunts col·laboratius han convertit l’esquerra alternativa en la cinquena força municipal, amb menys vots que Vox. És possible que, si continuen els errors, aquesta esquerra alternativa acabi desapareixent per complet del proper Consistori.

El comercio de la alimentación en L’Hospitalet: la moratoria necesaria

Imagen del mercado de Collblanc.

Carlos Galve (activista i peixater)

Para explicar por qué me parece que el pequeño y mediano comercio de perecederos es necesario, utilizaré una experiencia a modo de ejemplo. Durante los años 2012-2016, fui presidente del Gremi de Peixaters de Catalunya y vicepresidente a nivel estatal. Dos datos relevantes a tener en cuenta: en Catalunya éramos 1.400 empresas que generaban cerca de 5.000 puestos de trabajo. En España, esta cifra se multiplicaba por cinco. Éramos el tercer país en consumo mundial de productos de pesca, por detrás de Japón y Portugal. Japón consume 95 kg por persona al año y España, 45 kg. No quiero pasar por alto el hecho de que Japón es el país de mayor longevidad del mundo, lo cual se relaciona con su alta ingesta de productos del mar.

Hacia 2013, tuvimos muchas quejas y reclamaciones de nuestros agremiados/asociados e incluso de hosteleros sobre el vínculo de una empresa de distribución de origen valenciano con una empresa asociada a la lonja de Blanes, donde el Patrón Mayor era el presidente de la Federación de las Cofradías de Cataluña. Denunciamos y nos enfrentamos a la Generalitat gobernada por Convergencia i Unió, por permitir que en un espacio de utilidad pública se desarrollara un monopolio y se facilitara la competencia desleal  —que es algo diferente a la desigualdad—, a la empresa de distribución alimentaria más grande de nuestro país. Utilizaban las instalaciones e información privilegiada de las Cofradías de la Costa Catalana.

Un auténtico despropósito y una injusticia. Este relato intenta ilustrar la actitud de determinadas administraciones que han permitido, mirando hacia otro lado, que el pez grande se coma al pequeño. Han facilitado la destrucción del ecosistema social y económico de miles de pequeños comerciantes que daban armonía a barrios, pueblos y ciudades, y en este caso, también a los pescadores productores.

En el caso de la pesca, la mayoría de políticas se han trasladado a Europa y se deciden en Bruselas. En esa administración supranacional están operando y controlando los lobbies de las grandes corporaciones pesqueras. Recuerdo perfectamente a Julio Anguita cuando denunciaba la Europa de los mercaderes frente a la Europa de los ciudadanos. Su presagio se ha cumplido; muchos decían que era muy exagerado, pero la evidencia es innegable.

Las campañas mediáticas generan alarmas sanitarias sistemáticamente. Confunden la seguridad alimentaria con la manipulación y el miedo. Las empresas multinacionales de pesca de cultivo aumentan sus producciones exponencialmente. El consumo de pescado es mayoritariamente de producción intensiva de piscifactoría. La pesca extractiva, la de siempre, la que ha existido desde hace 2000 años, nos ofrece la alimentación más saludable por su calidad proteica, pero está en claro retroceso.

¿Por qué el producto más saludable está en retroceso? Hay múltiples argumentos. Dos son clave: las grandes empresas de distribución, líderes en ventas, están modificando y condicionando nuestros hábitos de consumo, y no controlan la pesca extractiva, a diferencia de las de pesca de cultivo. La segunda es el modelo productivo actual de las familias, que conlleva modos alimenticios de cocina rápida, que priorizan precio sobre calidad.

Han pasado 10 años desde el ejemplo que he utilizado, y los datos son demoledores para describir la situación actual. La mitad de las empresas han desaparecido y el consumo de productos del mar ha descendido a menos de 22 kg por persona al año. Hay familias que no comen pescado nunca. Indiscutiblemente, las grandes operadoras de distribución alimentaria están forzando a desaparecer a las pequeñas empresas y logran sus objetivos plenamente. Monopolizan nuestro consumo y, en consecuencia, nuestra salud. Comemos lo que a ellas les resulta más rentable.

Los mercados, y me refiero a los municipales, sabemos que además de economía, son territorio; han sido el nacimiento de pueblos y ciudades. Son cultura y evolución. Los mercados son también comunicación, desarrollo, tendencia e iniciativas y, en consecuencia, forman parte de la sociedad. Los mercados cubren necesidades. El mercado de siempre regula; el mercado es servicio. Una ciudad sin comercio y sin mercados es una ciudad gris; no diré muerta porque hay ciudades dormitorio, pero son lugares sociológicamente lóbregos donde los habitantes apenas se relacionan.

El comercio, junto a la industria y a la agricultura, ha sido siempre uno de los motores de las economías de las ciudades y de sus ciudadanos. El comercio está o, mejor dicho, estaba configurado por miles de ciudadanos que se preocupaban por vivir de las necesidades de sus conciudadanos. La diversidad del comercio repartía la economía del negocio en ambos sentidos, por capilaridad económica. El ferretero compraba fruta al frutero y el ferretero vendía herramientas al frutero. El intercambio, al ser local, generaba que la riqueza producida quedara en el mismo entorno donde se generaba.

A principios del siglo XX en Estados Unidos ya apareció un nuevo modelo de comercio. En los años sesenta en nuestro país, empezaron a formarse lo que llamamos supermercados. Los supermercados están inspirados en los mercados de siempre; la idea fue copiada de los mercados clásicos. Son muy parecidos, y las diferentes propuestas comerciales son las secciones que estratégicamente se implantan en el interior de las grandes salas de ventas de los supermercados o hipermercados.

Utilizan dos elementos determinantes: el ahorro en la mano de obra de la gestión comercial y la sensación de libertad en la acción de compra. Cada uno elige sus productos sin necesidad de pedirlos a nadie y, además, los acarrea hasta pagarlos. Los puede adquirir y dejar tantas veces como quiera, antes de pagarlos. Es una ilusión de poder.

Lo más relevante del éxito de esta propuesta es la aparente sensación de libertad, como ya he mencionado. Poder elegir la compra sin que nadie condicione su elección. Sin embargo, esta aparente libertad rompe generalmente la “compra premeditada”, es decir, la idea preconcebida de lo que necesitas en función de tus necesidades o posibilidades.

El estudio previo del comportamiento humano en la acción de compra demuestra que la psicología humana vinculada al consumo genera un aparente bienestar, a pesar de que estamos permanentemente controlados por diferentes técnicas y nuestra propia economía, lo que hace que la “compra compulsiva” sea más habitual de lo consciente y razonable.

Las diferentes técnicas de merchandising o técnicas de venta, utilizan los cinco sentidos primarios, incrementando el consumo y, en consecuencia, las rentabilidades. Nadie te aconseja, nadie te pone límites, nadie te informa de las características de tu elección ni de cómo cocinarlas. Tú eres el único responsable; si no te gusta, lo siento, ha sido tu elección. Esto produce la alienación del falso sentido de libertad, similar a la de ir en coche a gran velocidad.

Aceptar la evolución del comercio es inevitable. El motor a vapor, la energía atómica, la digitalización son ejemplos de evolución que han cambiado la humanidad. El comercio también cambia. La particularidad es cómo cambia. Podríamos hablar de varios elementos de consumo, pero me centro en la alimentación porque incide de modo transversal en nuestras vidas. También es equiparable a otros productos de consumo de características diversas.

Hoy en nuestra ciudad, L’Hospitalet, en el barrio de Bellvitge, se está desarrollando a mi juicio una grave negligencia. Se están construyendo dos grandes supermercados de dos grandes cadenas de distribución, esencialmente alimentaria, con superficies superiores a los dos mercados, a pocos metros de ellos. Mercados en crisis, con una parte de sus paradas cerradas que tienen infraestructuras obsoletas y que tenían, o tienen, como objetivo principal, llegar a unos 25.000 habitantes del barrio.

Los nuevos estarán casi en el centro de la trama urbana, a muy pocos metros de los dos mercados de Bellvitge, lo que impactará de forma contundente contra los pequeños operadores. La administración municipal ejerce una actitud pusilánime, de “no puedo hacer nada”. Mira hacia otro lado, diciendo con la boca pequeña que no se puede estar contra la modernidad. Las políticas de regeneración de los mercados están abocadas al fracaso y justifican que el que manda es el “mercado”, no el municipal de siempre.

El mercado de los poderosos, no el mercado de los ciudadanos. No me resigno a denunciar que es un grave error. Esa política es pan para hoy y hambre para mañana. Creo que los ciudadanos no acertamos al abandonar los mercados y que las administraciones están ciegas e indiferentes a un hecho importante para la salud económica, cultural y social de nuestra ciudad. Sin ningún lugar a dudas, debemos exigir una moratoria inmediata para frenar este desequilibrio y despropósito que atenta contra el sentido común

Tornar a Can Trinxet

Can Trinxet ha de ser pel barri.

Cal tornar una altra vegada a Can Trinxet i al seu futur. Després del desistiment de Renfe per ocupar els espais d’Albert Germans i de l’acord entre el PSC i els Comuns de dedicar aquest espai a equipaments públics, no seria sobrer tornar a parlar de Can Trinxet i situar-lo en l’agenda veïnal.

De fet, el futur d’aquest espai segueix estant ple de boires. L’Ajuntament explica que, ara, té previst ocupar la nau frontal del recinte amb la nova seu de la regidoria del districte i de la corresponent àrea de serveis socials, mentre que les altres dues naus, una vegada rehabilitades al 100% acollirien el Centre Cultural de Santa Eulàlia. A la vegada, les instal·lacions de l’actual regidoria i del Centre Cultural serien ocupades pel retorn de la biblioteca al barri.

Tot plegat, però, no sembla haver passat de les paraules al projecte. De fet, no es coneix cap resolució ni document oficial que expliciti aquesta proposta que, segons diuen, seria assumida per l’Àrea Metropolitana. Mentre tant, la nau que es va rehabilitar durant la pandèmia i el confinament, només s’utilitza de tant en tant. Ara, tornarà a ser el lloc del taller de joguines dels Reis, fa poc va acollir una instal·lació del Manifesta 15 i, fa uns mesos, va ser cedit una setmana a l’associació veïnal Som Santa Eulàlia per instal·lar l’exposició dels 50 anys de moviment veïnal.

Cal tenir present que aquesta nau només està rehabilitada en, aproximadament, un 75%. Les dues puntes de la nau segueixen en un estat precari. Cal recordar també que, malgrat totes les promeses de l’alcaldessa Núria Marín, la plataforma Can Trinxet Viu que utilitzava l’espai més proper a les vies com a un hort comunitari, va ser expulsada de l’espai, amb diverses excuses i sense un motiu clar, aprofitant el confinament i, durant les obres de rehabilitació parcial de la nau, l’hort va ser arrassat per les màquines de l’obra.

El recinte de Can Trinxet és una mostra més de la desídia del govern municipal pel que és el patrimoni de la ciutat. A hores d’ara, només Can Vilumara, que acull un centre educatiu i la Tecla Sala quer acull una biblioteca i un espai d’exposicions, han trobat una vida útil per la ciutadania, malgrat que tampoc en aquests dos casos existeixi cap mena de placa o memòria del que han significat aquests espais en la història de l’Hospitalet.

L’espai de Can Godó i Trias, un altre espai de gran valor patrimonial i històric de la ciutat, està en mans de l’empresa Varia Investment Cultural, SL que n’ha aconseguit la concessió demanial per un cànon anual de 527.343,00 euros, per crear un centre cultural de caràcter innovador en l’àmbit de les arts visuals i els Media art. La concessió es efectiva des de l’abril del 2023 i, avui encara no s’ha iniciat cap obra en aquest sentit. Cal remarcar que el concessionari de Can Godó i Trias forma part del mateix fons d’inversió, Stonweg S.A. amb centre a Suïssa, que el dijous va presentar a Barcelona la transformació de l’antic cinema Comèdia en un Museu Thyssen. Entra dins del possible, que el projecte barceloní d’aquesta empresa passi per davant del que diuen voler crear a la nostra ciutat. Veurem…

En tot cas, el recinte de Can Trinxet, segueix en mig de boires i usos puntuals. De fet, no hauria de ser molt complicat retornar l’espai de l’hort comunitari a la plataforma que el va impulsar, ni obrir el recinte al veïnat mentre es realitza la rehabilitació de les dues naus laterals i de la nau que té façana al carrer Santa Eulàlia. Tampoc hauria de ser un somni que el futur i els usos de Can Trinxet for consensuat amb les entitats del barri, obrint un procés participatiu real. Seria una mostra de la existència d’un nou tarannà del govern municipal desprès del canvi en l’alcaldia.

Els plans d’emergències i les inundacions

L’Hospitalet ha de tenir el seu propi pla d’emergències.

Just en aquest final d’any s’estan iniciant els debats sobre els plans municipals d’emergències a la nostre ciutat. De fet, portàvem molts anys que aquesta revisió dels plans d’emergències anava acumulant pols en calaixos i despatxos. Ara, desprès de la catàstrofe de la DANA en moltes localitats de València, la previsió davantd’emergènciespossibles torna a situar-se en llocs d’actualitat.

Just el passat 22 de novembre d’enguany, la Comissió Municipal de Protecció Civil ha aprovat inicialment la revisió del DUPROCIM, el document únic de protecció civil municipal. Aquest document ha d’establir els mecanismes i les  línies d’actuació davant de riscos col·lectius a la ciutat. El document ha de definir la prevenció i les actuacions municipals i la seva coordinació amb els plans d’emergències i de protecció civil de la Generalitat.

 Aquest document s’haurà de concretar en l’actualització dels plans especials d’emergències sobre riscos d’inundacions, ventades, nevades, pandèmies, o temes com el transport de mercaderies perilloses, els riscos sísmics, químics o radiològics, el transport de persones, etc.

Com explica el document, “el responsable municipal de l’emergència és l’alcalde, que està assessorat pel Comitè Municipal de l’Emergència i el Consell Assessor, integrat pel coordinador i els caps dels grups actuants: Bombers de la Generalitat i Serveis de Salut, Serveis Municipals, Serveis Socials, Voluntaris de Protecció Civil i Guàrdia Urbana. En aquest organigrama també hi és la figura del/de la cap de premsa, que haurà de planificar la informació a la ciutadania

En el ple municipal d’aquest novembre s’ha sotmès a votació l’aprovació inicial d’aquest primer document del DUPROCIM local. També el grup municipal d’ERC-EUIA ha presentat una moció en la que exigeix l’aprovació urgent dels plans d’emergència pendents de revisió, així com l’actualització de les infraestructures de canalització fluvial i de drenatge per adequar-se davant de pluges intenses que puguin afectar a la ciutat.

Així, per exemple, al maig de 2018 es va aprovar un dels annexos que identificaven riscos en diversos equipaments, espais públics o activitats, com el Centre Comercial Granvia2, on s’identificava el risc d’incendi i el d’aglomeració de persones i robatoris, de la mateixa manera que en el CAP de Just Oliveras, es té en compte el risc d’incendi o en el Trambaix, el risc d’accident de tràfic o el risc d’aldarulls en els carnestoltes de Santa Eulàlia o Bellvitge. (podeu veure el document complert a https://www.l-h.cat/utils/obreFitxer.aspx?nlOvG9aC3ySqazAyZXl7ztPxb2MfPTeylZ4bWIyKrkY1u9vklLYmE7i5ZLqazA1v2tuGk8 )

Els tràmits per l’actualització i l’aprovació definitiva dels plans d’emergència municipal en el conjunt de riscos previstos per la llei semblen llargs: el ple de novembre va aprovar el DUPROCIM provisional que s’ha de sotmetre a 30 dies hàbils d’informació publica per rebre al·legacions i, desprès de respondre als possibles recursos o suggeriments, s’enviarà a la Comissió de Protecció Civil de Catalunya per la seva homologació. Tot plegat, pot fer arribar la seva aprovació definitiva a la propera primavera.

En qualsevol cas, els documents que coneixem no semblen contemplar qüestions que tenen a veure amb la prevenció d’emergències. Així, per exemple, no es diu res de fets preocupants com la inundació de la rotonda d’accés a l’Hospital de Bellvitge pels aiguats del passat octubre, que van dificultar el funcionament de l’hospital en un moment que podria haver estat crític. Tampoc es parla de l’estat del clavegueram a barris com Santa Eulàlia, on la manca d’inclinació provoca llargs episodis de males olors o, en el cas de Sant Josep, inundacions resseguint el camí de les rieres i torrents que travessen l’Hospitalet.

No per casualitat tenim la ciutat més densament poblada del continent, en el que l’acumulació de ciment i de blocs dificulten tant la recuperació del aqüífers com el correcte desguàs de les rieres i torrents en cas de pluges importants com les que provoquen les DANA.

La prevenció de molts dels riscos ha de tenir en compte la necessitat de renaturalitzar al màxim els espais urbans i, de manera evident, retirar definitivament els plans de noves construccions i projectes com els del PDU Gran Via-Biopol. Com escriu Genís Pascual Vives en un recent butlletí del Centre d’Estudis de l’Hospitalet: “L’actual llera del riu, que té una capacitat semblant a la del desviament del Túria a la ciutat de València, està dissenyada per absorbir un desguàs de fins a 4000 m3/s, que correspondria a les avingudes previstes en períodes de 500 anys. Els actuals estudis de les zones inundables continuen però considerant com a tals, els espais de l’hospital i del barri de Bellvitge i, des d’allà, tot l’espai sota la Granvia”.

Genís Pascual, en el mateix article acaba escrivint que: “No n’hi ha prou de saber com estem. Convé seguir actuant i reflexionar sobre on som. Podem mirar cap a un altre lloc, però el perill segueix existint. Els edificis que hi ha a les zones inundables corren perill d’inundació, encara que sigui en un termini llarg. No es pot seguir projectant construccions a les zones inundables ni tan sols fent obres de contenció de les riuades. Tard o d’hora s’inundaran”.

Així doncs caldrà seguir molt estretament el procés d’elaboració dels plans d’emergències municipals a l’Hospitalet i, també els plans que s’estan planificant en municipis propers, com Gavà, Cornellà, Esplugues, El Prat o Castelldefels, perquè també poden afectar-nos. Quan es vol ampliar l’aeroport malmetent encara més les zones humides del Delta; quan es projecten nous blocs i fins i tot nous barris en el que queda de la llera ampla del riu Llobregat, el veïnat de l’Hospitalet també en patirà les conseqüències. Caldrà doncs estar vigilants i ser solidaris. La discussió dels plans d’emergència poden servir també per repensar la ciutat, l’urbanisme i la vida que volem.

El día de las librerías, o como aprendí lectura

GUILLERMO MARTÍN (escribo, pinto y dibujo)

Anteayer, abotargado en el sofá por falta de chute y pensando en el día 11 de noviembre, día de las librerías, me vino a la mente Sor Rosario, una salesiana inteligente que cuando yo tenía casi siete años y a la vez que le decía a mi madre que era una tontería que gastara el dinero en clases de música para su hijo debido a que Dios me había provisto de unas hermosas orejas pero se había olvidado de dotarme de oído, me enseñaba a leer.


 Hoy, día de las Librerías, y en condiciones normales debido a la quimio de la mañana pero también echado en el sofá, se me ha aparecido “La puerta de Tannhauser”, librería de referencia en Plasencia, Cáceres, en la que he comprado una razonable cantidad de libros y que cuenta con una zona reservada para que los chavales se puedan revolcar ojeando literatura infantil y juvenil mientras padres, madres, y parientes varios de más estatura paseen sus yemas tranquilamente por las estanterías mientras degustan un café. Hay muchas más librerías con esta estructura y prácticamente todas tienen una sección de literatura infantil y juvenil. Siempre me ha parecido bien.


 Ayer fue el día de las Librerías, estoy perfecto, hay que ver lo que tiene la cortisona, pero el sofá me sigue pareciendo inmejorable. Sor Rosario me ha dicho al oído que ella me enseñó a leer y una voz grave con acento americano ha dicho: Pero yo te enseñé la lectura. La RAE no tiene una voz, tiene varias, pero una femenina me ha dado las definiciones de leer y de lectura, y claro, si lo miras bien no es lo mismo. Leer: Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados. Lectura: Interpretación del sentido de un texto. Nada que ver, leer es coser una letra con otra y saber pronunciarlas, eso y saber firmar fue el parámetro para medir el analfabetismo en este país, y viendo la definición actual de la UNESCO, no parece haber variado mucho.


 Lo de la sección de literatura infantil y juvenil ya no me parece tan bien. El mes de julio de 1966, de vacaciones en el pueblo, abrí el armario del despacho del abuelo, a un señor que tenía mucho dinero y no te daba una peseta para un refresco, era mejor no pedirle ni permiso. Dentro había un fórceps, dos bateas, pinzas, bisturíes, gasas y un montón de libros de obstetricia y cosas médicas, todos con cubiertas ocres y bien ordenados. En medio, como acostado, había un pequeño libro con cubierta de colores y que, en la primera página, escrito a mano, ponía J.M.O., era de mi padre. En la portada ponía El americano impasible y debajo Graham Greene. Fue mi primera lectura y esa voz grave con acento americano del otro día creo que era suya. Sí, yo sabía leer, pero con ese libro empecé a comprender la lectura. En el mismo despacho había una alacena cerrada con llave, allí guardaba medicinas y cosas peligrosas, nada más tentador para un niño que se fija, y la llave estaba en el segundo cajón de la izquierda de la mesa del despacho, cuya llave la escondía debajo del tintero. Pue allí estaban, gran sorpresa, los volúmenes en castellano de la Historia Natural de Louis Buffon. Sí aprendí la lectura ese año y el siguiente.

Bien es verdad que ese otoño vino el sarampión, que se quedó conmigo un mes, y que mi abuelo Ramiro, el abuelo de Barcelona, me trajo religiosamente cada dos días un ejemplar de Tintín, edición del 62, que me leí una y otra vez durante años, comprando todo lo que se publicaba sobre Hergé hasta ser casi un Tintinófilo. Pero ya había aprendido la lectura con Graham Greene y con Buffon.


 En casa me compraban el Pumby, un TBO que no me interesaba nada, pero mi padre leía mucho y consultaba una enciclopedia de doce tomos, aquello me llamó la atención y comencé a leerla con interés. Luego, de nuevo en el pueblo, frecuenté la casa de la alcaldesa, la primera de Extremadura y franquista que te cagas, pero no era mala gente, allí, en el salón, justo en la pared de enfrente de uno de los primeros televisores del pueblo, el suyo, el de tía Elisa y los dos bares, había unos tomos, bastantes, que rezaban Obras completas de Julio Verne, me sonaba el nombre y comencé a leerlo y acabé con ellos poco después de la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, de nuevo en el pueblo y en casa de la alcaldesa. Entretanto Barcelona se llenó de algunas ediciones de Verne de bolsillo, de Mortadelos, de Marvel en blanco y negro, los cuatro fantásticos, la patrulla X y todo eso, algo de los 5 y… sigo sin creer que Verne sea literatura juvenil, es literatura.

Vamos que la vida transcurre entre librería, sexo, librería, cerveza, más sexo, otra cerveza, si se puede sexo, librería y llega el momento de los agradecimientos. Agradecer al Cin d’oros que, en un día de lluvia de entonces, de esos de chubasquero de interior azul y exterior impermeable de amarillo chillón, permitiera que llevando en una mano La Peste de Camus para pagarlo en la caja, se cayera en un hermoso bolsillo Las Olas de Virginia Wolf. Un muy grande agradecimiento a la librería de la facultad de Ciencias de la Autónoma de Barcelona, que sin saberlo me obsequió con la Trilogía de las Fundaciones, de Asimov, y una guía de reptiles y anfibios muy útiles, y es que la confianza… Agradecer, también, a La Formigad’Or por su obsequio de Sin noticias de Gurb, a día de hoy he leído todo lo de Eduardo Mendoza, miento, todo lo publicado. Al final hacer una referencia a la Librería Perutxo de l’Hospitalet de Llobregat, donde vivo, y donde quise llevarme gratis el Péndulo de Focault de Humberto Eco, y me lo hicieron pagar. Quizás por eso tengo como penitencia pertenecer al único club del mundo que considera que esa obra es la mejor obra de humor jamás escrita, somos otro y yo.


 Y sí, me reafirmo, literatura es literatura, infantil y juvenil sobra. A mi edad no veo la sección de jubilados o senectud.

Conmemoremos reivindicando

Ahora resultará que el Ayuntamiento de esta ciudad va a celebrar una cosa insólita nada más comenzar el año. Parece que el 15 de diciembre del año del señor de 1925, el rey de España que quería mucho a l’Hospitalet, concedió a aquel pueblo de entonces algo más de 25.000 habitantes, el título de ciudad. Debía ser una cosa muy codiciada entonces porque no era lo mismo vivir en una aldea, en un lugar, en un poblado, en un pueblo o en una villa, que en una ciudad. Vivir en una ciudad debía dar más categoría y eso que según la Academia de la Lengua, una ciudad es solo un conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas. Ahora se entiende bien por qué razón el antepenúltimo Borbón hasta el momento, concedió el título: porqué l’Hospitalet empezaba ya a tener unas cuantas docenas de calles, unos cuantos cientos de edificios, un ayuntamiento instalado en un inmueble un poco masónico, y ya no se podía dedicar en adelante a la cuestión agrícola, porque Barcelona se había llevado el campo, así, por las buenas, sin consultar a nadie como no fuera al rey que permitió tamaño robo y que luego, como compensación, quiso hacer creer a los perjudicados que les daba el título de ciudad porque eran importantes. Resulta curioso además que se diga que una ciudad tiene que tener una población densa y numerosa. Entonces l’Hospitalet no tenía una población densa y numerosa, pero se ve que el Borbón ya era un poco pitoniso porque supo adelantar lo que nos esperaba: más densos y numerosos, imposible.

Tiene guasa el invento porque, según otras definiciones de ciudad, más allá de su carácter urbano en contraposición con el carácter rural de casi todo lo demás, una ciudad es bastante más que una villa. Lo cual no deja de tener su chiste porque Madrid no tiene el título de ciudad, sino que se conforma con ser la Villa y Corte. Lo de Corte, porque allí se arropaban los que le bailaban el agua al Alfonso que firmaba las leyes y, desde Franco, porque allí los que mandan no se cortan nunca, hasta ahora mismo.

Pues bien, a esta cosa que le llaman conmemoración de ciudad y que parece tan rimbombante, le va a dedicar unos esfuerzos y los consiguientes dineros el ayuntamiento. Se va a celebrar el qué, pero deberían explicarnos el por qué y a lo mejor entonces ya no celebraríamos nada. E incluso si celebramos el qué, deberíamos enlazar el qué con el porqué, y ponerle contenido a la conmemoración. 

Si, ya sé que es un lío, pero me voy a explicar. El qué, es lo que vamos a celebrar: el centenario de un favor personal a un alcalde primoriverista y seguramente bastante obstinado, que se empeñó en que el sitio donde gobernaba tenía que tener un cierto rango porque a él, que le gustaban mucho los entorchados, no le satisfacía nada ser alcalde de un mísero pueblo. Y encima, si se lo argumentaron, tenía justificación: resultaba que a aquel pueblo le habían robado no hacía más que un lustro la mitad de su territorio para convertirlo en un negociete públicoprivado en el que el mismo monarca que ahora hacía el favor, había estampado oficialmente su firma. Con la ocurrencia mataba dos pajarillos de un tiro: ponía contento a don Giménez y hacía ver que compensaba a aquellos pobres miserables que se dejaron robar sin levantar siquiera la voz.

Y ahora sus sucesores lo quieren celebrar… Por cierto, es verdad que en el gobierno del dictador el vicepresidente y ministro de la Gobernación era un viejo conocido de los barceloneses y muy especialmente de los anarcosindicalistas de La Torrassa porque había hecho de las suyas con los llamados Sindicatos Libres y el Somatén, que organizaron la represión contra la CNT y el movimiento obrero en general. Era el viejo general Martínez Anido que fue gobernador civil de Barcelona en la época en que se inventó la Ley de Fugas para asesinar directamente a los detenidos y que después acabaría siendo el primer ministro de Orden Público con Franco, cuando ya sabemos lo que quería decir Orden Público con aquel sátrapa. Debajo de la concesión del título de ciudad estaba, pues, la firma de aquel miserable.

Para más inri, el decreto afirma que se le da el título de ciudad a la villa de Hospitalet de Llobregat “por el creciente desarrollo de su agricultura, industria y comercio, así como su constante adhesión a la Monarquía”. Hay que joderse: creciente desarrollo de su agricultura cuando la cercenaron por la mitad. En fin… El por què, pues, está claro. Alfonso firmó un decreto concediendo el título de ciudad, por guasa, y por todo lo anterior.

De manera que lo que habría que conmemorar es lo que va del por què al què. O sea, aprovechar para pedir que se restituya, aunque sea simbólicamente, lo enajenado. Simbólicamente claro, porque no vamos a pedir que se lleven el puerto hacia Badalona y las fábricas de la Zona Franca al Vallès, que no sé de qué vivirían los enchufadillos del Consorcio de la ZF y la Autoridad Portuaria. Pero sí que se podría pedir que desde la Feixa Llarga de Bellvitge, a través del carrer Quatre, se llegara al carrer de la Farola, después al carrer dels Faroners i la Ronda del Prat, hasta la pastilla de La Farola. Y que esta pastilla se despejara de quienes la ocupan (la empresa Lacisa y Servicios Flotantes Schwandt Marpol) y se convirtiera ese entorno en un espacio de dominio público junto al mar. Ya no me atrevo a pedir que se rehabilitara lo que hoy es una escollera para convertirlo en una playa, aunque sería bien posible. Habría suficiente con rescatar unos pocos metros públicos en nuestra costa perdida, para que los hospitalenses tuviéramos algo minúsculo que celebrar.

Si este pobre escribidor le ha puesto imaginación a la idea sobre el mapa, qué no podrían hacer los técnicos si existiera voluntad política. De modo que celebrar lo que sea es bonito, pero en lugar de celebrar un decreto ley, mejor poner todo el acento reivindicativo en el año cien para conseguir unos metritos de costa. Es más complicado que la tontería del titulito, pero puede mover muchísimas más voluntades. Triple Q, Jesusillos, a ver si somos valientes…

Recuperant la memòria industrial de l’Hospitalet: la fàbrica Albert Germans com a llegat i oportunitat

Un dels cartels reivindicatiu dels veïns.

ANTONI GARCIA

El patrimoni industrial de l’Hospitalet és un element destacat i vertebrador de la història de la nostra ciutat, ja que reflecteix la transformació del poble agrícola en una ciutat industrial i urbana. L’Hospitalet va ser una ciutat marcada per la industrialització, un procés que va canviar radicalment la societat i el paisatge de l’època amb l’arribada de la indústria tèxtil. Aquesta va generar llocs de treball per a milers de dones i homes i va impulsar una transformació econòmica i urbanística que va modificar les formes de vida al territori.

A mesura que la indústria va començar a declinar, molts d’aquests edificis van quedar en desús i van desaparèixer degut a l’expansió urbanística i especulativa.  Tot i això, alguns edificis industrials han aconseguit sobreviure al pas del temps, passant de ser focus industrials a ser rehabilitats o reconvertits en espais culturals, socials i educatius, preservant el seu valor arquitectònic i històric. Alguns exemples d’aquestes reconversions són Vilumara, que es va transformar en un centre educatiu; La Tecla Sala, reconvertida en una de les biblioteques i centres culturals més importants de l’Àrea Metropolitana; o Can Trinxet, que després de les reivindicacions veïnals, està en camí de convertir-se en un espai d’exposicions, activitats culturals i equipaments municipals, amb la intenció de convertir-se en un nou epicentre del barri.

Una de les fàbriques a les quals més estima li tinc és, sens dubte, la fàbrica Albert Germans, que es trobava a pocs metres de la sastreria que regentava el meu pare, al carrer Rodes, que em va veure créixer. Era el mateix carrer on els infants d’aquella època passaven les tardes jugant a pilota al carrer, xutant-la contra la paret de la fàbrica, i contemplaven aquella imponent porta de ferro que, darrere seu, amagava un espai emblemàtic i arquitectònicament fascinant, desconegut per a molts veïns del barri.

Des de 2007, quan va cessar l’activitat econòmica, aquest espai ha rebut diverses propostes d’ús, des de la proposta d’acollir el Museu del Còmic de Barcelona fins a ser un hotel d’entitats o la creació d’un espai cultural. Especialment, van ser les propostes per recuperar l’espai per a entitats i equipaments les que es van posar sobre la taula quan la fàbrica va passar a mans de l’Ajuntament. Però aquestes van ser rebutjades sistemàticament en reunions per l’antic regidor de Districte i mà dreta de Núria Marín, actualment regidor d’un grup de l’oposició de l’Ajuntament. Si no haguessin estat menyspreades i ridiculitzades, possiblement avui el barri ja tindria un equipament des de fa anys.

Les propostes, des de les primeres impulsades per les associacions de veïns fins a les darreres de la Plataforma Recuperem Albert Germans, han estat diverses, però totes s’han trobat amb l’oposició de l’equip de govern. Aquesta situació ha donat un gir amb l’actual alcalde, David Quirós, que ha decidit revocar la cessió d’aquest equipament a un centre de formació de Renfe i destinar el recinte Albert Germans a un equipament pel barri, començant a recollir les opinions de les entitats sobre aquest espai.

Una decisió encertada que amb l’acord entre el govern municipal i els Comuns permetrà  recuperar pels veïns i veïnes del barri el recinte d’una obra de gran valor arquitectònic d’estil noucentista, signada per l’arquitecte Antoni Puig i Gairalt, dedicada a la producció tèxtil dels germans Albert Germans.

La recuperació d’Albert Germans ha de ser el punt de partida  perquè  les institucions municipals, de la mà de les entitats i la ciutadania,  treballin plegades per aconseguir que el patrimoni industrial es converteixi en un element més de la ciutat, de la seva cultura i del seu desenvolupament comunitari, social i econòmic amb diferents models de gestió. La preservació de la memòria industrial no només té un valor històric, sinó que és un patrimoni viu que contribueix a construir una ciutat cohesionada i conscient del seu passat, adaptant les seves instal·lacions a les necessitats ciutadanes i de ciutat del segle XXI.