Mes: desembre de 2025
El maestro que prometió el mar
Carlos Galve Farré (activista i peixater)
Es una obra de arte. Cuantas más veces visualizo está película, más me estremece. Antoni Benaiges, el maestro, es el paradigma y la explicación de por qué merece la pena, a pesar de todo, creer en los humanos como animales evolucionados.
Han pasado cerca de noventa años y de nuevo, no solo en nuestro país si no en la Europa civilizada, la occidental, la que disfruta del estado del bienestar, vuelve como una ola, la sinrazón, el miedo y la barbarie. Simplificando, da la impresión que en España vuelve el ciclo del dominio mayoritario, aunque sea por poca diferencia electoral, del fascismo anti social que considera el salvase quien pueda como escarmiento a los débiles y destaca las miserias y las debilidades humanas más primarias.
Occidente indiscutiblemente, en aspectos generales, ha evolucionado. La esclavitud tiene una característica más sofisticada. Los humanos creemos que somos dueños de nuestras decisiones y el concepto de libertad aparece esencialmente en la fantasía de creer que dominamos más nuestras decisiones y nuestros consumos.
Seguramente habrá tantas descripciones del concepto libertad como individuos dispuestos a opinar.
Las escenas en la película, del cura del pueblo cuestionando la ausencia del crucifijo en la clase de los niños de Brañuelos, se repiten. La Conferencia Episcopal es aquel cura de nuestros días, que propone avanzar elecciones en la mitad de la legislatura sin ningún pudor y a cara descubierta. Vuelven a tener la autoridad que creíamos habían perdido. La iglesia en España es un signo de que el retroceso está servido.
Nunca había desaparecido, el fascismo estaba aletargado enmascarado en formaciones políticas de distintos rangos.
La bestia antidemocrática, el mal sueño de las dos Españas, renace. La ignorancia, el sinsentido y el culto a la incultura vuelven a tener fuerza en sectores de momento minoritarios. Hay jóvenes que desconocen, no solo la historia reciente de nuestro país, sino que rechazan el pensamiento, la cultura y la información, del presente. Se burlan de la democracia y niegan lo que un día mi padre me dijo: “nunca aprendí tanto como en la época de la Republica”. Esas palabras las vinculo a la pasión de Antoni Benaiges por hacer un mundo mejor en el lejano pueblo de Burgos. El título de la obra describe por si sola el mensaje: “El maestro que prometió el mar”, me recuerda otra obra para mí muy especial. La insoportable levedad del ser, de Milán Kundera. Los títulos de las obras, a veces describen perfectamente, no solo el contenido, sino también el objetivo, la intención de la obra.
La estupidez de los valores pequeño burgueses de la fase pre-nazi alemana planean de nuevo por la Europa Ilustrada. Molesta el diferente, se mezcla la crítica despótica hacia el inmigrante y vuelve el miedo como justificación para el estigma de la seguridad. La música alta, una barbacoa y un atraco, es lo mismo para gentes que hace no mucho tiempo llegaron de otros lugares para buscarse la vida.
La memoria es insoportablemente frágil. Los humanos repetimos los ciclos del caos para quizás avanzar unos milímetros.
Viñeta 5 diciembre 2025
L’Hospitalet registra 63 delictes diaris de mitjana en el que portem de 2025 (fins al setembre), segons el balanç de criminalitat del Ministeri de l’Interior
Augmenta un 9,3% el percentatge de criminalitat a la ciutat en els 9 darrers mesos en comparació amb tot l’any 2024
La delinqüència a l’Hospitalet continua en augment segons posa de manifest el Balanç Trimestral de Criminalitat que publica el Ministeri de l’Interior de l’Estat central amb registre concret de municipis amb una població superior als 20.000 habitants. Del conjunt de municipis del Baix Llobregat superiors demogràficament a aquest nivell de població on incloem l’Hospitalet, tres municipis gairebé el mantenen (amb increments que no arriben a l’1%: Esparreguera, Molins i Sant Just) i uns altres cinc entre els que està l’Hospitalet l’incrementen notablement. Els que més, Esplugues i Sant Feliu amb increments del 15% i del 13% respectivament, mentre que la resta disminueixen l’índex, en especial El Prat, que el baixa gairebé un 22%.
A l’Hospitalet, el que veritablement fa augmentar l’índex acumulat (9,3%) dels tres primers trimestres d’aquest any (fins al setembre) son els robatoris amb violència i intimidació que passen de 1.556 registrats durant tot l’any 2024 als 1.870 comptabilitzats durant aquests 9 mesos del 2025. Això suposa un augment del 20,2 %, sense comptabilitzar encara els últims tres mesos d’aquest 2025. En concret, suposen una mitjana de 7 robatoris diaris amb violència i intimidació fins ara mateix, davant dels una mica més de 4 diaris de l’any 2024.
També han augmentat un 6% les denúncies per agressions sexuals amb penetració al llarg d’aquests primers 9 mesos de l’any; els furts, un 8,3%, i altres delictes de criminalitat convencional, un 8,7%.
Per contra, han disminuït els delictes greus i menys greus per baralles tumultuàries, els robatoris amb força a domicilis (tot i això n’hi ha hagut gairebé un, de mitjana, al llarg d’aquest any) i els robatoris amb força a establiments. D’aquests, que tant lamenten els comerciants i que tant s’han queixat reiteradament a l’Ajuntament n’hi ha hagut fins al setembre, gairebé 2 diaris de mitjana. Ha baixat una tercera part el tràfic de drogues i també la resta de delictes contra la llibertat sexual.
Malgrat aquests xifres comparatives, l’Hospitalet ha passat de 15.769 infraccions penals l’any 2024 a 17.230 en el que portem del 2025 fins a 30 de setembre. Això vol dir que hem passat de 43 delictes diaris a la ciutat l’any 2024, als 63 delictes diaris que s’han registrat en els primers 9 mesos d’aquest 2025.
Una part important d’aquest increment té a veure també amb els delictes d’estafes informàtiques (que han augmentat un 19,6%) i amb d’altres ciberdelictes que s’han incrementat un 109,3%. És a dir, la ciberdelinqüència a la ciutat ha crescut un 23,9% en els 9 mesos del 2025 en relació a la totalitat del 2024.
Aquestes xifres contrasten amb els esforços de les operacions policials, fonamentalment de Mossos d’Esquadra, que s’estan portant a terme a la ciutat en els darrers mesos i, molt especialment, amb la desídia que havia mostrat el govern municipal per afrontar d’una vegada la complexitat que existia a la ciutat amb la policia local. Ara, tot sembla indicar que les negociacions van per bon camí, de manera que és previsible que la solució del conflicte de la Guàrdia Urbana repercuteixi d’alguna manera amb els índex de delinqüència dels propers mesos.
Viñeta 4 noviembre 2025
Mañana, el popular Bar Córdoba de Pubilla Casas repartirá cien kilos de patatas bravas para inaugurar la comercialización de su legendaria salsa
Por el establecimiento pasaron importantes chefs de la cocina catalana y se ha convertido en un lugar de encuentro por la calidad de sus tapas y raciones
Uno de los bares más emblemáticos de l’Hospitalet, el Bar Córdoba, de la calle Luarca, 10 en Pubilla Casas, ha querido aprovechar la conmemoración del centenario del título de ciudad y su cincuenta aniversario, presentando oficialmente su salsa brava, una receta familiar que ha pasado de generación en generación y que, por primera vez en medio siglo, se comercializa para todo el público.
La salsa brava del Bar Córdoba ya puede comprarse en el propio local y a través de su web ( https://barcordoba.com/ ), con envíos a toda España y a un precio especial de salida de 4,95 euros el envase de 314 ml. Para celebrarlo, mañana jueves 4 de diciembre a partir de las 6 de la tarde, el Bar Córdoba –disponen de otro local en el Centro Comercial de La Farga– ofrecerá 100 kilos de patatas bravas gratuitas, una ración por persona, hasta fin de existencias. Una acción pensada para celebrar con clientes, vecinos y amigos un momento histórico: la presentación oficial de una salsa que ha costado más de un año de trabajo y que ahora se comercializará en envases.
La receta es un secreto familiar desde que el bar abrió sus puertas en 1975: solo dos personas por generación la conocen, y ni siquiera se comparte entre todos los miembros de la familia para evitar que se filtre. Una tradición, que comenzó con la abuela y que pasó a la madre, y después al tío del actual responsable del bar, Perico, que ha convertido este sueño de comercializar la salsa en realidad, después de décadas de peticiones de los clientes. Es una salsa versátil, pensada no solo para patatas, sino también para acompañar carnes, estofados, mayonesas, bocadillos y cualquier plato que necesite un golpe de sabor inconfundible.

El Bar Córdoba es una tasca de barrio auténtica, famosa no solo por sus bravas, sino también por sus tapas andaluzas como los calamares, el cazón en adobo, los boquerones fritos y unas ya míticas sardinas maceradas en salsa de soja. Tan sencillo en espíritu como fiel a la calidad de su materia prima, por el local han pasado chefs tan reconocidos como José Andrés o Ferran Adrià, y sus bravas triunfaron en el Bravas Fest (por eso Edu de Bravas Barcelona no se perderá la celebración). La incorporación de un food truck les permitió llevar la marca más allá del barrio, acercándola a nuevos públicos.
La presentación de mañana aspira a reunir a cientos de personas frente al bar y que se forme una buena cola, como en las grandes ocasiones. Una fiesta popular para celebrar medio siglo de cocina honesta y el sabor más icónico del Córdoba, que por fin se podrá disfrutar también en casa, o donde se quiera.
No es habitual celebrar el cincuenta aniversario de un bar de los más conocidos de la ciudad y por eso vale la pena el desplazamiento, en una efeméride que probablemente hará historia.


Viñeta 3 diciembre 2025
Los nuestros, los buenos
El 5 de octubre del 2004 hubo un crimen terrible en Bellvitge. Un psicópata con una triste historia asesinó a dos policías en formación, dos mujeres jóvenes de 23 y 28 años, originarias de León que compartían piso cerca de la Rambla Marina. La sanguinaria matanza, acompañada de violación, robo e incendio creó alarma en el vecindario y produjo arduo trabajo a las fuerzas policiales que lograron detener al asesino que pasará de los 80 años cuando salga de prisión, si es que sale algún día.
Ignoro por qué razón el grupo popular presentó ahora —en el pleno de noviembre—una moción reclamando que el pasaje donde se encuentra la vivienda lleve el nombre de las dos jóvenes asesinadas y por qué reclaman una placa conmemorativa en el lugar, pero a mí, personalmente, me da igual. Me da igual que se les haya ocurrido ahora, me da igual que lo proponga el partido popular y hasta me da igual que haya sido una iniciativa extemporánea sin consulta previa a nadie, ni a la comisión del nomenclátor de esta ciudad, ni a los vecinos, ni al resto de grupos municipales que siempre se han mostrado tan sensibles a la violencia de género. Me pareció, cuando la conocí, una propuesta con sentido. El crimen fue tan brutal, por el sadismo y por la juventud de las víctimas, que cualquier recuerdo debiera parecernos sensato y acorde con el dolor. No es posible poner un nombre a las víctimas en cada calle donde se producen los crímenes, pero tampoco me parecería mal un recordatorio escrito del estilo de las stolpersteine, que ahora fijan los lugares donde vivieron las víctimas del terror nazi. Cualquier cosa que recuerde una tragedia producida por el sadismo de los asesinos, para que jamás se olvide que la buena gente tiene que sentirse herida por el mal ajeno y difundirlo a los cuatro vientos, se me antoja razonable. Es una manera de no olvidarse de las víctimas que nos regenera como especie.
Pues bien, la moción del PP no salió adelante, porque 18 de los 27 concejales presentes votaron en contra y solo 8 votaron a favor. Faltaba uno en el recuento y eso pasa muchas veces. Los números solo se supervisan —solo los supervisa el alcalde que es quien puede hacerlo— si es que el gobierno municipal pierde la votación o le empatan, porque de este modo el alcalde puede desempatar gracias a su voto de calidad (a cualquier cosa le llaman calidad). Aquí la mayoría votó en contra y solo los cuatro concejales del PP y los tres de Vox lo hicieron a favor. Pero esos suman 7 y los votos favorables fueron 8.
Sé que L’Estaca preguntó a los responsables del grupo popular si sabían quien se atrevió a ir por libre. Y los populares explicaron que “debió ser alguien con algo de corazón y sentido común”, pero que no había trascendido nada más.
Podría ser que alguno de los 20 concejales de la llamada izquierda sintiera algo así como ternura en un caso tan conmovedor, aunque el Candelas que es un mal pensado de nacimiento, considere que en realidad se trató de un error a la hora de pisar la tecla. Conociendo el percal, cuesta de creer que alguien se salta a la torera lo que dicta la norma: a la derecha, ni agua, aunque a la derecha (con el apoyo de la derechísima) se le haya ocurrido algo tan sustantivo como recordar un crimen de salvaje violencia de género en una ciudad donde, como explicó la portavoz popular, han disminuido los fondos dedicados a la prevención de esta lacra.
Cuando la derecha se dedica a hablar del dictador Sánchez, parece normal tacharla de apocalíptica, extravagante y destructiva y cuando se le ocurre algo que no está tan mal, de lo que se trata es de llamarla oportunista y desde luego huir de sus propuestas, aunque sean cabales y fáciles de apoyar. El PP local también reniega del gobierno sanchista —solo faltaría— y es entonces cuando juega a una bipolarización lamentable que solo sirve para consolidar los parapetos: los propios y los de enfrente. Y así se justifican todos, los unos y los otros.
La moción del PP, pretendiera lo que pretendiera, proponía algo absolutamente defendible. El objetivo era justo, la propuesta viable y sencilla, y el resultado no podía hacerle daño a nadie y sí en cambio garantizaba el agradecimiento de los compañeros y de los familiares y hasta de los vecinos que sintieron el escalofrío de la barbarie hace más de 20 años.
A alguno de los portavoces de la izquierda se le ocurrió, como excusa, que la moción popular no había tramitado su propuesta a la Comisión del Nomenclator de la ciudad, que es quien tiene atribuciones para fijar homenajes en los rótulos de calles. Ignoro quien la compone, pero debieran estar trabajando todos los días para remediar la iniquidad que se mantiene en el nomenclator local. Desde un alcalde franquista de la primera época hasta un regente encargado de bombardear Barcelona cuando le apretaba la presión social; desde un alcalde de la dictadura de Primo, hasta el alcalde que se fue a celebrar junto al río Llobregat con el alcalde de Barcelona, el espolio de la Marina. Para ellos hay un sitio en el callejero que propusieron en su día unas cuantas derechas rancias, y de eso hace décadas sin que estas izquierdas tan radicales de ahora hayan puesto el grito en el cielo o hayan encargado a la Comisión del Nomenclator que revise las placas.
Si las propuestas se alejan del sectarismo y son capaces de tocar el lado bueno de la gente, debiera importar poco quien las promueve. Pero aquí ocurre lo contrario: lo que cuenta es quien propone. La propuesta es lo de menos. Es aquello de los buenos y los malos. Los nuestros, los buenos. El resto, los malos.
Viñeta 2 diciembre 2025
APOLOGIA DE LA COCA DE RECAPTE
Ma mare, en pau descansi, solia dir que la humanitat premiava persones que havien fet descobriments que donaven molts diners i que sovint eren perillosos i dolents i s’oblidava dels seus grans benefactors. Aquells que, en les coses quotidianes, ens havien fet un món millor. Sovint, no sabíem ni qui eren. Per a ella l’exemple paradigmàtic era l’inventor del llit. Qui havia estat? Quan? On? Ningú no ho sabia i, malgrat això, va haver-hi un abans i un després de l’invent. Després, les persones van poder descansar i procrear com Déu mana.
Sempre he pensat que, a la cuina popular, li passa exactament el mateix. No sabem el nom dels seus genis més importants, els que més han aportat al nostre gaudi i aliment. Quan parlem de cuina -en diuen gastronomia, ells- ens venen al cap quatre galls dindi que s’estarrufen amb el seu plomatge. Però les grans creadores de la cuina catalana -perquè estic segur que foren dones, perquè eren elles les que cuinaven- romanen anònimes, com si mai no haguessin existit. És una enorme injustícia.
Personalment, i amb comptadíssimes excepcions, és aquesta cuina popular la que m’agrada. Les collonades les deixo pels sofisticats, els esnobs i els rics. Jo soc qui soc: el fill d’uns flequers del Raval barceloní descendents de famílies de l’Urgell i del Bages.
I és aquí on sorgeix la coca de recapte, que, a Santa Coloma de Queralt, li diuen coc. És un menjar que jo venero. Tant que en preparo un parell la Nit de Nadal mentre moltes cases metropolitanes i de la
resta del país no celebren res (com mana la tradició catalana) o s’inflen d’un marisc dolent i caríssim.
Fer una coca de recapte em recorda la meva tradició flequera familiar. Diuen que la meva àvia Maria, d’Alentorn, el poble de les forques, en feia d’esplèndides. En aquella època -va morir quan jo tenia sis anys-no m’agradaven. Ja se sap: a la canalla es difícil que li agradi l’escalivada. I s’ha de reconèixer que el toc de l’arengada de tant potent és quasi wagnerià per canalla que ha crescut a base de macarrons, musiquetes i d’altres galindaines.
Per fer una coca de recapte es necessita pasta de pa, pebrot i albergínia escalivada, arengades i botifarra. Ja està. Òbviament és un plat de pobres -i tant pobres com som!, que diria el poeta- i els rics en poden fer totes les variants que vulguin. Poden canviar la pasta de pa per qualsevol pasta del súper, l’arengada per llagostins, la botifarra per entrecot agnus i tot el que se’ls vagi acudint per adulterar el plat. Això sí, l’escalivada més val que no la toquin.
El paral·lelisme entre la pizza i la roca de recapte és evident. M’imagino la inventora de la pizza -una senyora paupèrrima de Nàpols- intentant donar de menjar d’alguna manera al seu marit i als seus nou
fills. No podia imaginar, ni en el més creatiu dels seus somnis, que el que se li acabava d’acudir esdevindria universal i mouria milions de milions de milions de lires. O que seria espatllat de totes les maneres imaginables. Perquè els italians això sí que ho tenen: són capaços d’exportar arreu els seus productes, amb independència de la seva qualitat. Pots pensar en el lambrusco, en la pasta o en la pizza.
L’òpera o el cantenaccio o en el Papa de Roma o en el que sigui. Tot el que toquen es transforma en or. Són els mercaders més brillants de la història de la humanitat, uns genis del màrqueting. Mentrestant
els catalans, guardem els nostres tresors ben amagats: el pa amb tomàquet, la ratafia, els torrons o la coca de recapte.