El paro en L’Hospitalet se intensifica y excluye de la esfera económica a mujeres víctimas de la violencia de género, familias monoparentales y parados de larga duración
30 de abril, 2021
A L’Hospitalet de Llobregat parece gustarle ocupar el puesto de subcampeón. Si bien este municipio situado en la comarca del Barcelonés es conocido por ser la segunda ciudad con más habitantes de Catalunya con 269.382 personas, en contraste también se lleva la plata en ser la población más pobre de la comunidad autónoma, solo superada por Santa Coloma de Gramanet.
Según una nota de prensa sobre indicadores urbanos del INE (Instituto Nacional de Catalunya) la riqueza de L’Hospitalet queda en un extremo totalmente opuesto del espectro ante ciudades como Sant Cugat del Vallés, que se sitúa como la cuarta población más rica de España con 19.591 euros de renta media, por detrás de Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte y Las Rozas. Si nos centramos en la ciudad liderada por Núria Marín y perteneciente a la periferia catalana, su renta neta media es de tan solo 10.987 euros, lo cual la convierte en la segunda ciudad con menos recursos económicos de Cataluña.
Aumenta la tasa de paro
Uno de los principales motivos de este índice de pobreza es la tasa de paro. A pesar de que en todas estas ciudades predomina la ocupación en servicios, la brecha de desempleo sigue presente tanto en este sector como en el secundario y primario. En el caso de L’Hospitalet esta tasa es de un 13,93% con 39.344 personas desocupadas, bastante lejos del 7,08% que presenta Sant Cugat del Vallès. A pesar de que pueda parecer un número favorable si los comparamos con Santa Coloma de Gramenet con 16,19%, sigue siendo superior a la media de Catalunya que se establece en 12,6%.
Esta crisis se ha agravado por la pandemia del Covid-19 y supone una exclusión de ciertas personas de la esfera económica, además de un desplazamiento del entorno social. Algunas de los principales perfiles sin empleo en L’Hospitalet responden a parados de larga duración, personas discapacitadas, inmigrantes, mayores de 45 años, mujeres víctimas de la violencia de género, familias monoparentales, personas que han hecho un uso problemático de las drogas, beneficiarios de RGC y jóvenes.
El trabajo de Comunidad Activa
Una de las asociaciones hospitalenses más comprometidas con sus habitantes y que procura la inserción de las personas más afectadas económicamente en el mercado laboral es Comunitat Activa. Se trata de un proyecto comunitario de inclusión social integral impulsado por la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), que además de ayudar a las personas sin trabajo para que tengan garantizadas sus principales necesidades y encuentren una ocupación, ofrece también apoyo social, cuenta con una tienda solidaria y realiza tareas de participación comunitaria.
“Nosotros brindamos mecanismos para intentar que la igualdad de oportunidades sea una realidad y que la persona esté acompañada en todos los ámbitos”, explica Núria Mascuñán, coordinadora de Comunitat Activa, quien también recalca que durante el año anterior se insertaron laboralmente 198 personas a través de la entidad y 72 persones más de otras entidades de la Xarxa Incorpora de Fundación La Caixa, con quienes trabajan.
El Pacto Local del municipio
Actualmente, además de la responsabilidad directa que ejerce la Generalitat en la proporción de empleo, desde la misma ciudad también se ofrece un soporte local para ello en colaboración con los sindicatos y patronales, Foment del Treball de Catalunya y las PIMES. Estos están trabajando en un Pacto Local por la Ocupación para ayudar a las personas más desfavorecidas.
“Lo que pretendemos es formar, insertar o reciclar a los colectivos con mayor problemática para que tengan una mejor entrada en el terreno laboral”, cuenta Nicolás Cortés de la UGT de L’Hospitalet refiriéndose a las diferentes vertientes del proyecto. Estas consisten en apretar más en temas de formación y reciclaje de los trabajadores, en recolocar un mayor número de empleados en el eje sanitario del Hospital de Bellvitge con una especialización en temas de cuidado y, por último, en proteger la empresa propia de la ciudad.
Por Lara Ballesteros