La salida de Núria Marín de la ejecutiva federal del PSOE tras el congreso celebrado por el partido en Valencia, y la decisión del Consejo de Ministros de dar entrada a la Generalitat y a la patronal Pimec en el plenario del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) dejando fuera a la ciudad a la que le expropiaron los terrenos, son los últimos hechos que denotan la irrelevancia de la alcaldesa de l’Hospitalet, cuya caída a la sospecha entre los de su propio partido está arrastrando a la ciudad a la irrelevancia.
Y es que todo son problemas para Núria Marín desde que está siendo investigada judicialmente por participar activa o pasivamente en una presunta trama de desvío de subvenciones en el Consell Esportiu de l’Hospitalet, con una cantidad “distraída” que asciende a medio millón de euros anuales. Después de que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional detuviera e interrogara a alcaldesa en la comisaría de La Verneda y se quedara su teléfono móvil para acceder a su contenido, previa autorización judicial, Núria Marín tuvo que declarar en abril ante la juez del Juzgado de Instrucción número 2 de l’Hospitalet que investiga el caso. La juez imputa a la alcaldesa y presidenta de la Diputación por supuesta malversación de fondos públicos, apropiación indebida, prevaricación y omisión del deber de perseguir el delito que le fue comunicado por su compañero de partido y de equipo de gobierno, el concejal Jaume Graells.
Pedro Sánchez evita a Marín
Pese a que el PSC contará a partir de ahora con un miembro más en la dirección del PSOE que sale del 40º Congreso Federal del partido, al pasar de tres a cuatro, l’Hospitalet se ha quedado fuera de la mesa pequeña que manda en el principal partido del Gobierno de España. De la nueva ejecutiva federal se ha caído Núria Marín como colofón del ostracismo al que le ha sometido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en cada visita que ha realizado a Barcelona, evitando en todo momento ser fotografiado junto a la alcaldesa, cosa que hacía constantemente hasta que saltó el caso de presunta corrupción. El equipo de Moncloa ha preferido evitar esas imágenes si finalmente Marín tiene que abandonar sus cargos públicos en el caso de que sea procesada por la juez.
Al frente de la Diputación de Barcelona, podría sustituir a Marín el alcalde de Viladecans y miembro del comité federal del PSOE, Carlos Ruiz, que ya se hace cargo de las finanzas de la institución provincial. Harina de otro costal será el relevo en la alcaldía de l’Hospitalet, puesto que el primer secretario del PSC en esa ciudad y segundo teniente de alcalde, Cristian Alcázar, también está imputado en el mismo caso que la alcaldesa y ambos deberían dimitir si son procesados, en aplicación del reglamento del PSC. Esa circunstancia coloca a Fran Belver, primer teniente de alcalde, en buena posición para sustituir a “la jefa”, como se conoce a la alcaldesa en el Ayuntamiento. Pero Belver tiene muchos detractores en la agrupación local del partido, empezando por su yerno, Cristian Alcázar, además de llevar demasiados años en el Ayuntamiento. Una buena candidata para las elecciones de mayo de 2023 sería la diputada en el Congreso y miembro del Pacto de Toledo, la hospitalense Mercè Perea, que ya estuvo en el equipo de gobierno de la ciudad.
También descabalgada del PSC
Si el PSOE ya ha dejado a Marin en la cuneta, el siguiente escalón descendente de la alcaldesa será el abandono de los suyos del PSC, ya que el actual líder la oposición en el Parlament, el ex ministro Salvador Illa, prescinde de ella al frente de la presidencia del PSC en favor del ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta. Tras el congreso del PSOE celebrado este fin de semana en Valencia, se iniciará el proceso de primarias del PSC para que Illa releve a Iceta en la secretaria general en la celebración de un congreso extraordinario previsto para los próximos 18 y 19 de diciembre, congreso en el que Núria Marín se verá descabalgada de la presidencia de su partido.
Núria Marín estaba llamada a ser ministra y así seguir los pasos de su mentor, Celestino Corbacho, que también fue alcalde de l’Hospitalet y presidente de la Diputación de Barcelona antes de ser el titular de Trabajo en uno de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero en la renovación gubernamental emprendida en julio por Pedro Sánchez, el presidente optó por otra alcaldesa, Raquel Sánchez, mucho más joven y con una gestión impoluta al frente de la ciudad de Gavà. Como le ocurrió a Juan Ignacio Pujana, primer alcalde democrático de l’Hospitalet, la sombra de la sospecha acompañará a Marín durante todo el proceso hasta que se celebre el juicio.
La puntilla de la Zona Franca
Que sus propios compañeros del PSC y del PSOE prescindan de Nuria Marín de forma preventiva a la evolución del caso judicial, ha arrastrado también a la ciudad de l’Hospitalet a la irrelevancia política. La última prueba es que el Consejo de Ministros celebrado el 11 de octubre aprobó un real decreto que modifica la composición del plenario del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) para incorporar a la Generalitat y a la patronal Pimec, con dos representantes para el Govern, uno de ellos como vicepresidente segundo. Se ha desaprovechado así una oportunidad de oro para que un representante de l’Hospitalet entrara también en el plenario como tardía compensación de la expropiación de los terrenos, hace un siglo, donde se levanta el principal polígono industrial de Cataluña. En este punto recomiendo la lectura del libro de Jesús A. Vila, editado por FIC, titulado “Quan l’Hospitalet va perdre la platja. Espolicacio, impunitat i negoci: un segle de la segregació de la Marina” para contextualizar la “aportación” que la ciudad hizo al ente público que actúa de motor económico del área metropolitana.
Los dos miembros del Govern, junto al representante de la patronal de las pequeñas y medianas empresas, forman ya parte del organismo público estatal que dirige el delegado especial del Gobierno y antiguo secretario general del PSC, Pere Navarro. El plenario estaba hasta ahora integrado por el Gobierno central, el Ayuntamiento de Barcelona y las principales entidades económicas de Barcelona. Entra la Generalitat y Pimec, pero sigue fuera l’Hospitalet, que se vio obligada a aportar la mitad de su término municipal. Confiemos que la sombra de la sospecha que se cierne sobre Núria Marín no siga afectando negativamente a los hospitalenses, ahora que se van a repartir los fondos europeos Next Generation.
Por Juan Carlos Valero