La Generalitat tiene pendiente de aprobar el cubrimiento de una parte de la Gran Vía, reclamada por los vecinos desde hace más de 25 años

Los vecinos han colgado carteles en contra de los ruidos que produce la Gran Via.

Los afectados, cerca de 200, han invertido cerca de 30.000 euros para aislar sus viviendas

El cubrimiento de una parte de la Gran Vía, que viene siendo reivindicada desde hace más de 25 años por los vecinos de dos edificios colindantes a la gran avenida de la barriada Gran Vía Sur, está pendiente de que el Departament de Territori de la Generalitat le dé el visto bueno.

El proyecto de soterrar la Gran Vía y de bajar el nivel de la calzada central con el fin de unificar dos partes de l’Hospitalet totalmente divididas por la gran arteria de entrada a Barcelona se inició entre 1996 y 1997.

La Asociación de Vecinos del barrio al no estar de acuerdo con el proyecto, ya que una parte del barrio quedaba fuera del soterramiento, inició un Contencioso Administrativo. Tras varios años de negociación con el ayuntamiento se llegó a un compromiso, estando de alcalde  Celestino Corbacho, en el que el municipio se comprometía a hacerse cargo del cubrimiento de la parte que en el primer proyecto había quedado fuera. Esto fue en enero de 1998. La obra tenía que estar finalizada en el 2003.

La Asociación de Vecinos, con este compromiso, retiraba el contencioso interpuesto ante los tribunales. La obra de soterramiento de la Gran Vía y la diferenciación del nivel iba desde la plaza Cerdà hasta la plaza Europa, pero había 190 metros que quedaban sin cubrir y que afectaban a los dos bloques más próximos a la gran avenida. El total de vecinos afectados rondaban los 200.

Las obras de soterramiento del primer proyecto, finalizaron en 2006, después de diferentes retrasos y quedaron pendientes los 190 metros comprometidos con el ayuntamiento. En el 2021, la asociación de vecinos, después de centenares de reuniones con los responsables municipales sin éxito alguno, realizaron una denuncia ante el Síndic de Greuges por el incumplimiento del acuerdo de 1998.

El Síndic de Greuges, en febrero de 2022, emitió un informe, en el que de forma contundente insta al ayuntamiento a cumplir con los compromisos acordados en su día. A partir de aquí se retoman las negociaciones con el ayuntamiento y se elabora el proyecto definitivo de cubrimiento de la parte que reclamaban los vecinos, la más afectada por los ruidos que produce la circulación de los vehículos a su paso por la Gran Vía.

El proyecto fue refrendado por la asamblea de vecinos el pasado 23 de marzo de 2024 y en la actualidad está para su aprobación en el Departament de Territori de la Generalitat de Catalunya ya que la parte central de la Gran Vía está bajo su competencia. La obra está presupuestada en 5 millones de euros y el plazo de ejecución de 7 meses.

Los vecinos llevan años soportando un calvario. El ruido es ensordecedor y a pesar de que se han realizado cambios en el asfaltado de la Gran Vía utilizando materiales más insonoros, no se ha eliminado. La estructura actual de la gran avenida hace efecto cajón y el sonido sube hacia arriba de forma que donde más se percibe es en los pisos que tienen más altura.

Según representantes de la asociación de vecinos, la contaminación acústica que padecen los afectados está muy por encima de las recomendaciones dadas por la OMS. Los índices medidos hasta ahora oscilan entre 70 y 80 decibelios cuando la recomendación de la organización internacional es de 55. Los vecinos se han llegado a gastar cerca de 30.000 euros para aislar las viviendas.

Dramáticamente inexistentes

El poder quiere siempre controlar a los medios de comunicación.

Está claro que la información le interesa a todo el mundo, pero cuando entramos en detalle no le interesa a casi nadie. Ni siquiera a los periodistas. Yo diría que, a una gran parte de los periodistas, lo que les interesa de la información es que les dé de comer. Y yo diría que al público en general, lo que le interesa de la información es que le distraiga o le provoque chismorreos. Ya no hablemos de los políticos. A los políticos, en general, y naturalmente siempre hay excepciones en todos los ámbitos porque no conozco ni a todo el mundo ni a todos los periodistas ni a todos los políticos, lo que les interesa de la información es que no les cause conflictos y especialmente que no les cause conflictos fortaleciendo el empoderamiento de los subalternos. Una prensa que da argumentos a los desfavorecidos es una prensa enemiga del poder y una prensa que se entromete más de la cuenta y que rasca donde se le antoja, es una prensa que disgusta a la clase política, por modesta que sea y del color que sea.

La clase política, en general, no acepta que le den lecciones y ni siquiera tolera a gusto que le den consejos. Cuando lo único que hace es informar de lo que pasa, reflexionar en voz alta y expresar opiniones, también es una prensa incómoda. La buena prensa, la prensa que le gusta a todo el mundo, es aquella prensa que pasa desapercibida, como si no existiera.

Hay muchos tipos de información, pero solo parece haber dos tipos de prensa: la privada y la pública. La pública, busca en exclusiva el beneficio de quien la dirige, no de quien la financia. La privada, todo lo contrario. Busca en exclusiva el beneficio de quien la financia y por eso no tiene inconveniente alguno en vender a quien la dirige. Esto es: pone a los periodistas y al periodismo, al servicio del que paga y, en demasiadas ocasiones el que paga es el poder público, la Administración. O sea, todos. O sea, todos, todos sin excepción, acabamos pagando cualquier prensa, la pública y la privada, por eso hay tan poca prensa incómoda, porque a una prensa la compra el poder y a la otra la vende su propietario. Y por eso es tan dramático el papel de la ciudadanía, que lo termina pagando todo y, desde luego, no controla nada. En medio, los profesionales, quieren vivir de su oficio. Y para vivir de su oficio, en la privada o en la pública, lo más aconsejable es no molestar. Por eso hay tan poco periodista incómodo.

Hay poca prensa incómoda y poco periodista incómodo y poca información que sea capaz de meter el dedo allí donde los dedos siempre molestan. Ahora, desde que a Pedro Sánchez lo sacrifican con mentiras contrastables, todo el esfuerzo está en descubrir y poner en la picota esa prensa que incomoda porque miente. Hasta ahora, esa otra prensa que incomodaba porque decía verdades, era duramente olvidada por todos, especialmente por el poder y sus adláteres, cuando no directamente proscrita. Es decir, condenada por el poder y la clase política en su conjunto.

Son mis opiniones, claro está. Producto de muchos años de moverme por este inframundo de la violencia silenciosa y la humillación constante que es el universo perruno de la prensa y de la información.

La percepción es general pero ahora viene a cuento por la noticia que leí ayer en L’Estaca sobre el engrasado reciente de los dos instrumentos colectivos de los medios de comunicación públicos de la ciudad y sobre la aparente resurrección de la radio muerta. Valga decir que, sobre la radio fiambre, la clase política local aprobó una moción para resucitarla en febrero de este año, con una intervención en el pleno del presidente de FIC, porque fue FIC quien llevaba tiempo enarbolando la bandera de ese medio local que el poder mató porque le salía poco rentable. Ni siquiera porque le resultaba molesto. En el mismo terreno, FIC hace tiempo que viene pidiendo un control exhaustivo de los medios de comunicación públicos, porque son medios financiados por todos y controlados solo por el poder. En su día pidió en solitario un Estatuto público elaborado desde la sociedad civil para que fuera refrendado por el poder local y desde los propios medios públicos se avisó de que ya existía un Reglamento orgánico que debía elaborar un Contrato-Programa, capaz de gestionar con garantías de neutralidad la línea editorial de los medios públicos. Unos días antes de caducar el mandato del anterior ayuntamiento, el pleno aprobó un Contrato-Programa que tiene vigencia hasta 2025, basándose en los instrumentos que el Reglamento orgánico aprobado ya hace diez años por el pleno, definía.

A los lectores, todo esto les sonará a guasa. Un reglamento, un contrato-programa, un director y dos consejos, uno ejecutivo y otro asesor, para garantizar neutralidad, pluralidad y eficacia. Los chicos de FIC ya hace tiempo que vienen diciendo que, para garantizar la neutralidad, la pluralidad y la eficacia quizás deberían ser imprescindibles un reglamento orgánico que no haga trampa, dos consejos que tengan poder de reflexión, debate y resolución, un Contrato-Programa que responda a los retos de la garantía pública de la información y un director que aplique, no que disponga, lo que la normativa indique. O nada de todo eso tan complicado. Un simple comité ciudadano rotativo, transversal, representativo y con capacidad ejecutiva.

Los chicos de FIC ya hace tiempo que vienen diciendo que el Reglamento que aprobó hace diez años el pleno es una filfa, que el Contrato-Programa del año 22 es un instrumento ad hoc que solo beneficia al status quo y que los consejos resultantes de su aplicación son puros decorados sin capacidad ejecutoria. Y que el director tiene que dirigir, basándose en lo que se decida, no decidir basándose en lo que ya dirige.

Y nadie, absolutamente nadie, los ha escuchado. Nadie ha escuchado a los únicos que se han molestado en desmenuzar los instrumentos que el poder utiliza para mediatizar la información que pagamos todos. Y eso solo puede tener una única explicación. Ya les va bien la información que se ofrece y les importa un pimiento que no la controle la sociedad civil: ya la controlan ellos. Todos ellos. Aunque la vean pocos ciudadanos, aunque la sigan los de siempre. Es útil para enviar notas de prensa y hacer declaraciones que justifican por lo menos la voluntad de quejarse o la voluntad de deslumbrar. Así, parece que todo el mundo hace algo. Aunque eso sirva para bien poco. Habrá que seguir insistiendo en una prensa que sirva para resolver los problemas y para potenciar la participación ciudadana y controlada por los que no se conforman con las apariencias.

Un ejemplo más de la distancia entre la clase política, de todos los colores, y la ciudadanía. Un acicate más para defender y afianzar este periodismo que no se deja subyugar, que sabe que trabaja en solitario, con todos los que se sientan en el Consistorio de espaldas, cuando no directamente en contra. Otra oportunidad para explicar a la gente de bien, que es imposible confiar hoy en las supuestas alternativas. Inexistentes. Dramáticamente inexistentes, aunque nos pese.

Un solar o una plaça?

No fa gaire dies els veïns i veïnes de la plaça Verge de Montserrat del barri Centre, coneguda tradicionalment com la Plaça del Bacallà, per la seva peculiar forma, van manifestar-se demanant que després d’anys de promeses, l’Ajuntament remodeli d’una vegada una plaça que s’ha convertit en un erial. Mai en tota la seva història, des que es va urbanitzar, havia estat tan abandonada, mostra de la desídia municipal pel que fa al verd urbà. La foto no pot ser més expressiva de la política municipal envers l’urbanisme: una plaça convertida en un solar impracticable amb un horitzó de bloc de pisos.

La Neteja i l’incivisme: reptes per a una ciutat neta

L’últim ple de l’Ajuntament va aprovar una nova ordenança de gestió de residus.

ANTONI GARCIA

La neteja, o millor dit, la brutícia, és el segon problema que més preocupa els veïns i veïnes, segons les dades del baròmetre municipal. Aquesta preocupació ha augmentat en els darrers anys, malgrat l’esforç pressupostari, possiblement insuficient, de l’Ajuntament per millorar la neteja dels nostres carrers, places i jardins, així com el servei de recollida de residus.

Com se sol dir, no és més net qui més neteja, sinó qui menys embruta, i l’Hospitalet té un greu problema d’incivisme, a més de mancances en la neteja de la ciutat. Aquest incivisme s’ha convertit en un problema seriós que no només afecta la imatge de la ciutat, sinó també la qualitat de vida dels seus habitants. A més, impacta en la percepció de la convivència i el benestar col·lectiu quan alguns ciutadans no respecten les normes bàsiques de convivència i higiene, creant un efecte que afavoreix el deteriorament de l’espai públic.

La percepció de la brutícia i de l’incivisme és diversa. Hi ha qui s’irrita amb les caques i les pixades de gos o les pintades a les parets, mentre que altres es molesten pel desbordament dels contenidors i l’acumulació de deixalles i mobles a la via pública, tot i que existeix un servei de recollida municipal eficient que ofereix recollida domiciliària. També hi ha qui es queixa de l’ús inadequat dels espais comuns, com ara parcs i jardins. En qualsevol cas, hi ha diverses veritats incòmodes a afrontar.

Millorar la neteja, però sobretot combatre l’incivisme, ha de ser una prioritat. La nova ordenança aprovada pel ple, que fixa i incrementa les sancions per abandonar deixalles fora dels contenidors, deixar mobles o electrodomèstics al carrer, o dipositar bosses d’escombraries a les papereres, és una bona mesura. No obstant això, aquesta normativa necessita de recursos humans per garantir-ne el compliment així com establir campanyes de sensibilització per informar els ciutadans sobre la importància de la neteja, la correcta gestió dels residus i la responsabilitat ambiental.

També és necessari que la nova contracta, actualment en procés de licitació, serveixi per modernitzar la flota de vehicles, la maquinària i per reforçar i augmentar la freqüència de la neteja als barris de la nostra ciutat.

Un dels grans reptes que tenim és revertir la situació pel que fa al reciclatge, ja que l’Hospitalet és una de les ciutats que menys recicla. Com gairebé tots els municipis, estem incomplint els objectius de reciclatge marcats per la Unió Europea. Segons la normativa, el 2020 hauríem d’haver reciclat el 50% dels residus, mentre que a l’Hospitalet no arribem ni al 30%. Això ens deixa molt lluny d’assolir la taxa del 55% de reciclatge que s’ha fixat per al 2025, fet que implicarà sancions de la UE que acabaran afectant els ciutadans.

Necessitem amb urgència un model de gestió de residus que ens permeti assolir aquests objectius. Tenim exemples de ciutats europees com Milà, amb 1.400.000 habitants i una taxa de reciclatge del 65%, que podríem prendre com a referència per millorar la nostra gestió.

La nova ordenança aprovada pel ple té aspectes positius que van en la bona direcció, però cal anar més enllà i impulsar un pla ambiciós, dotat de recursos, que gaudeixi d’un consens social i ciutadà per reduir la quantitat de residus i incrementar la recollida selectiva i el reciclatge. Aquesta ordenança s’ajusta a les directives europees, però no està exempta de polèmica i debat, ja que obliga els municipis a crear una taxa que ha de cobrir íntegrament el cost del servei. Aquesta taxa, imposada pels organismes europeus, generarà malestar ciutadà, tal com ja ha succeït en altres municipis de tots els colors polítics.

El que és necessari incorporar en aquest debat és que aquells ciutadans que reciclen i fan bé les coses des del primer moment tinguin bonificacions i beneficis amplis respecte a aquells que no ho fan. Si no ho fem així, el que estarem fent és desmotivar les persones que compleixen amb les normes.

Per aconseguir una ciutat més neta i sostenible, cal el compromís de les institucions i la implicació activa de tota la ciutadania. Només treballant conjuntament podrem fer de l’Hospitalet un exemple de convivència i respecte pel nostre entorn.

Elegits el Consell Consultiu i Assessor i el Consell Executiu i de Programació dels Mitjans de Comunicació Públics

Seu de la Televisió de l’Hospitalet.

El 17 d’octubre s’encarregarà un informe que, en sis mesos, ha de determinar la reobertura de Ràdio l’Hospitalet

Per al proper dijous 17 d’octubre esta convocada la primera reunió, amb caràcter extraordinari, del Consell Consultiu i Assessor dels Mitjans de Comunicació Públics, que va ser aprovat en el darrer ple, a la seu de l’empresa municipal que els gestiona: La Farga, Gestió d’Equipaments Municipals. L’ordre del dia de la reunió té un notable interès especialment pel que fa al punt tercer “acceptar l’encàrrec de l’acord tercer de la moció Reobertura de Ràdio l’Hospitalet”, que es va aprovar en el ple ordinari de febrer d’aquest any.

En el primer punt de l’ordre del dia hi ha la pròpia constitució oficial del Consell Assessor que estarà format per cinc representants dels grups polítics amb presència al Consistori, deu membres dels que integren el plenari del vigent Consell de Ciutat i tres professionals acreditats en l’àmbit de la comunicació general o local. En concret, el Consell Assessor estarà format per les següents persones: els regidors David Gómez (PSC) i Coque Garcia (ERC) com a president i vicepresident, respectivament, i Fernando Aragonès com a secretari (secretari de la Junta de Govern local). En representació del Consell de Ciutat: Felipe Campos, Eugenia Delgado, Helena Cerrato, Daniela Vilarasau, Ahmed Yafou, Pedro Pérez, Maria Hilda López, Javier Garrigós, Celia Valero i María Labernia i els professionals de mitjans de comunicació Soledad Domínguez, Álex Salmon i Joan Carles Valero. Aquest darrer, fins al mes de maig passat president de Foment de la Informació Crítica i elegit per aquesta entitat a primers d’any, va rebre l’informe d’idoneïtat i va ser informat per unanimitat en la Junta de Portaveus del 22 de novembre de 2023 en substitució de l’actual director d’El Llobregat, Javier Adell, que havia estat proposat inicialment.

El segon punt de l’ordre del dia de la reunió, informarà de la composició del nou Consell Executiu i de Programació dels Mitjans que va ser aprovat en la Junta de Portaveus del 23 de setembre passat i que s’ha mantingut en reserva absoluta durant aquests darrers 12 dies. Aquest instrument, que hauria d’haver-se constituït igual que el Consell Assessor, fa més d’un any, depèn en exclusiva de l’alcaldia donat que és a l’alcaldia a qui correspon la candidatura de la seva composició. De tota manera, és un organisme format exclusivament per professionals dels mitjans de comunicació, cinc en representació dels grups municipals, que ells mateixos determinen, tres periodistes que s’escullen directament des de la direcció dels mitjans i una tècnica del Departament de Comunicació, amb un secretari amb veu però sense vot que és el mateix secretari del Consell assessor.  El president d’aquest organisme executiu és el director dels mitjans, Òscar Sánchez, i els vocals, que elegeix cada grup polític, Mario Ruiz (PSC), Jordi Vera (ERC-EUiA), Concepció Estévez (PP), Sonia Motos (VOX) i Francisco Javier Rodríguez Baena (Comuns). A banda, hi figuren com a vocals, el director adjunt de El Mundo Deportivo, Fernando Polo; José Carlos Sorribes. d’El Periódico de Catalunya i Javier Adell, director d’El Llobregat.

Pel que fa al tercer punt de l’ordre del dia, es proposa acceptar l’encàrrec que figurava en el punt tercer de la moció aprovada al febrer. El punt tercer deia el següent: “Instar al Consell Consultiu i Assessor a elaborar, en un termini màxim de sis mesos, un informe sobre les diferents opcions per la reobertura de la ràdio municipal, així com les plataformes d’emissió, i els seus costos”. Això vol dir que abans del 17 d’abril del 2025, hauria d’existir un informe per valorar-ne la reobertura, si es complissin els terminis, cosa que tractant-se de mocions municipals, resulta molt dubtós.

L’entitat editora d’aquest digital, Foment de la Informació Crítica, és la única associació de la ciutat estretament vinculada al món de la informació i, en aquest sentit, caldria destacar que entre les persones que figuren en el Consell Assessor i en el Consell Executiu dels Mitjans de Comunicació Públics hi ha un soci de l’entitat en cadascún d’ells, cosa que resulta, com no podia ser de cap altra manera, clarament destacable. Com sembla obvi, el fet que siguin socis de l’entitat no compromet per res la seva actuació, que respondrà amb tota seguretat al que determinin en el seu moment en funció dels seus propis criteris.