Aranzels

Amb això dels aranzels
l’economia fa figa:
afecta a fondes i hotels,
el fuet i l’oli d’oliva.
Quasi tothom està espantat,
ningú dona peu amb bola
i el sector més emprenyat
vol prohibir la coca-cola.
Els xinesos que eren grocs
ara s’estan tornant negres.
Diuen que no estan per brocs:
ianquis us tocarà el rebre
Europa, el crit al cel.
En Trump li fa pam i pipa,
li endinyarà els aranzels
que li surtin de la tita.

Carta abierta al alcalde David Quirós

Por: El hijo del portero

Estás cerca de cumplir un año de alcalde, David Quirós. 15 de junio 2024. Desde que te conocí, tu expresión no verbal me generó confianza y esa sensación me resulta positiva. Otro aspecto que me genera aprecio y consideración es que comparto la afición contigo por el básquet. Es un deporte que ayuda a desarrollar armónicamente al individuo.

Más aspectos positivos. Te has criado en Pubilla Casas, el mismo barrio al que un día llegué en 1970. También por eso me caes bien. Eres de Pubilla, no del Centre.

Hice, o hicimos, hace más de 50 años, lo que tú dices “una ciudad más amable”, yo digo más justa, partiéndonos la cara y el pecho en la AAVV para evitar que construyeran en la Bóvila. Soy de esos anónimos que sin ningún interés en figurar hemos trabajado por l’Hospitalet.

Alcalde, soy de los que aún habiendo nacido en el Poble Sec de padre aragonés y madre catalana, me enamoré de l’Hospitalet desde el principio. Fue un flechazo. L’Hospitalet es una ciudad diversa. Una ciudad complicada. Hay varios l’Hospitalets dentro de nuestra ciudad. Es una ciudad apasionante que he observado que le han faltado políticos que la entiendan, la cuiden, y la amen. L’Hospitalet es como una mal querida y vosotros sois como un mal marido.

Los socialistas lleváis 45 años gobernando y yo llevo 45 años esperando. Es verdad que habéis ganado democráticamente pero también es verdad que vuestro poder ha enquistado la dinámica política, social y cultural de la ciudad. No puedo ni quiero obviar decir que habéis hecho cosas que valoro positivamente, como las Aulas de Cultura en los 80. Seguro que me dejó alguna, pero no muchas más.

Habéis tenido la habilidad de controlar la mayoría de entidades de nuestra ciudad. Las habéis domesticado. Las políticas clientelares no son la mejor manera para hacer crecer a las entidades con buena salud, para que aumente la participación. Estamos, en cuanto a participación, en horas bajas. La sociedad civil está desmovilizada. No todo es culpa vuestra, pero vosotros no hacéis nada para reactivarla. Ya os va bien.

Casi siempre he sido crítico con los que tienen el poder, pero hoy, con el paso del tiempo, me siento con la autoridad moral para escribirte está carta y decirte unas cuantas verdades sobre lo que pienso. Con un solo objetivo: ayudar a nuestra ciudad.

Lo primero y esencial para ser un buen alcalde es pensar en tu ciudad, en sus barrios y, sobre todo, en su gente, pero no solo para que te vuelvan a votar, que también, si no para romper esa frialdad y el vacío que hay entre los gobernantes y los gobernados.

Los socialistas de l’Hospitalet en general tenéis una capacidad corporativa y una soberbia política de enormes proporciones.
Tenéis habilidades que en política son importantes. Sois tan simpáticos como sectarios. Si los partidos a vuestra izquierda tuvieran la mitad de sentido y de responsabilidad de partido por su organización como vosotros, otro gallo cantaría en l’Hospitalet.

Pero no es así. Los partidos de izquierdas se han ido dividiendo mientras vosotros os manteníais compactos electoralmente como una roca. En eso os felicito, aunque lo lamente porque esa actitud no ayuda a mejorar la salud y la diversidad política de ninguna ciudad.
Aterriza alcalde, no dejes que te lleven por donde quieren que vayas. El partido, normal que lo tengas en cuenta, pero en su justa medida. Lo primero son los ciudadanos. Todos, los que te votan y los que no te votan. Trabaja para erradicar la mediocridad que tienes a tu alrededor.

L’Hospitalet necesita un Alcalde que diga basta a la construcción especulativa, que abra puertas y ventanas en la Casa Grande y que entre aire nuevo, gente que cumpla con las nuevas formas de hacer política con luz y con visión de futuro, que trabaje para que en nuestra ciudad baje la densidad demográfica, no para dejar de ser acogedora si no para hacerla más humana y habitable.

No podemos aumentar más la densidad y tú lo sabes. Tienes que escuchar a los que no te hacen la pelota, a los que tienen opiniones diferentes y luego llegarás a tus propuestas de consenso y de racionalidad.

No voy a citar barbaridades que se han hecho recientemente en nuestra ciudad, pero igual que en los 70 cuando seguramente aún no habías nacido unos cuantos locos luchamos —y solo lo pongo como ejemplo—, en la Bovila de Pubilla para conseguir un barrio y una ciudad más digna y habitable.

Hoy te ánimo a que rompas y demuestres que eres valiente, que hay otras maneras de hacer política. Pide minuto y cambia jugadores de tu equipo. Cambia la táctica. No veo que cambies la dinámica gris del anterior equipo. Por eso me atrevo a decirte que tú eres el director y por tanto el que puedes cambiar la dinámica del partido. Los equipos los dirige el entrenador y tú eres el responsable. En política, como en la vida, hay muchos aduladores, pelotas y guías espirituales que viven de eso. No les hagas caso. Ten en cuenta a los que te criticamos. Nunca nos atreveremos a pedirte una contrapartida.

La imagen la trabajas muy bien, lo haces genial, pero ahora ya hacen falta hechos. Democratiza la ciudad. Ser alcalde es un honor; ser hijo de Pubilla Casas también. No te olvides. Los hechos son lo que cuenta. Estoy seguro de que el programa de tu partido te da posibilidad de cumplir el compromiso contra los poderosos que insisten y persisten en mantener a l’Hospitalet como una ciudad de segunda.

Sólo una actitud valiente determinaré el cambio y el desarrollo de nuestra sociedad, de nuestra ciudad y ganarás el partido. Hazla más participativa y la harás más humana y digna. Ganarte los votos de esta manera te hará ser el alcalde de la mayoría. Te voten o no te voten.
No te hagas trampas al solitario, sabes a lo que me refiero. Se que no es fácil, por eso te aconsejo que lo intentes. Saca lastre.

Queremos una ciudad como tú dices tantas veces “amable”, yo digo justa, participativa, racional, abierta con espacios para respirar, para habitar, para aprender, para disfrutar. Para nacer, vivir y morir dignamente. Con futuro, moderna, con identidad, que sus vecinos y vecinas se sientan orgullosas de haber nacido en l’Hospitalet.

Aunque ya no es fácil porque ya te conocen, te aconsejaría como ejercicio básico que, de incógnito, te pasees y escuches en los bares y entidades no pro-ayuntamiento y en los mercados y en las colas de las escuelas y en las escaleras de los vecinos, lo que realmente piensan del Ayuntamiento. Comprobarás que mis caborias tienen sentido. El único objetivo de toda esta reflexión son las personas de l’Hospitalet. Como decía el viejo slogan: ¿cuento contigo?.

La memòria històrica i el centenari del títol de ciutat

Manuel Domínguez (portaveu De L’Hospitalet en Comú Podem)

L’Hospitalet va ser pionera en rescatar de l’oblit la lluita antifranquista, alguns anys abans que es popularitzés el concepte “memòria històrica”. Es tractava de posar en valor la història del bàndol que havia perdut la Guerra Civil, que es considerava injustament ocultada pels pactes polítics de la Transició.

La “memòria històrica”, per tant, quedava limitada als fets relacionats amb la Guerra i l’època franquista. En ocasions, també, s’incorporava l’època de la Segona República. Tanmateix, si veiem la trajectòria dels protagonistes del període 1936-1975 veiem que també són molt importants en la seva formació les dècades anteriors.

La majoria dels militars franquistes, començant per Franco, eren “africanistes”, formats en el genocidi en la Guerra del Marroc (1909-1927). El règim polític liberal es va posar en mans del militars a partir de 1917 davant les cada vegada més majoritàries mobilitzacions camperoles i obreres i de les demandes democratitzadores i del catalanisme.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) és la reacció dels militars i de la classe burgesa a les demandes populars, amb un fort aparell repressiu i una no dissimulada admiració pel feixisme italià, al que van intentar imitar. És aquest el context de l’atorgament del títol de ciutat a l’Hospitalet.

Aquest títol no va servir per res, tret de fer propaganda a l’alcalde i líder local del partit únic, la Unión Patriótica, per reforçar-lo en el poder, atès que la majoria de la població de l’Hospitalet era republicana o anarquista.

El centenari d’aquest fet podria servir per fer reflexions, debats o divulgació, però mai en un to festiu, de celebració, perquè si no, ens fem còmplices d’aquella maniobra propagandística d’un règim dictatorial i, potser, atemptem contra la Llei de Memòria Històrica.

El desembre de 2015, amb motiu del 90 aniversari, vaig escriure que siguem poble, ciutat o el que siguem, ho som per nosaltres, pels nostres mèrits, no per la concessió d’una colla de paràsits i criminals”.

Falten bressols i sobren diners: la paradoxa de la pèssima gestió

Sílvia Casola Salvatella (regidora d’ERC-EUiA)

Ben aviat començarà el termini de prescripció a les escoles bressol, i un any més, tot continuarà igual, o fins i tot pitjor. L’Hospitalet tenim el deshonrós mèrit de ser la ciutat de Catalunya amb menys places públiques de bressol municipals, 1.356 places, entre públiques i subvencionades i gràcies a l’aportació de 3 bressols que són gestionades directament per la Generalitat. Sols perquè us feu una idea, l’any 2024 es van oferir 781 places i 850 infants es van quedar en llista d’espera.

Un any més amb sensació de “déjà-vu”. 5 escoles pendents de passar a la xarxa pública, amb una situació precària i d’inseguretat per les treballadores i famílies, i 6 escoles que actualment ja formen part de la xarxa pública amb el contracte encara pendent de licitar i ja caducat que posa en perill, un any més, la seva estabilitat. Gairebé 3 anys més tard d’un anunci fet en plena campanya electoral, continuem igual.

Les escoles bressol poden ser públiques o privades. Les públiques tenen un sistema de copagament entre famílies, municipi i Generalitat a parts iguals, i dins de les públiques existeixen dos models de gestió: el directe, és a dir, que tota la gestió la faci l’ens públic responsable, o indirecte, que vol dir que es treu a concurs la seva gestió. En el cas de l’Hospitalet, a més, ens trobem amb una anomalia. 6 escoles que malgrat estar situades en espais municipals, i comptar amb part de subvenció municipal, no de la Generalitat, són privades. I aquestes són les 5 que l’equip de govern es va comprometre a passa a la xarxa pública el gener del 2023.

I en el cas de l’Hospitalet la tria del model ens ha portat a aquest bloqueig absurd que afecta directament famílies i professionals. Tal com la mateixa regidora reconeix, “No s’ha de confondre el nostre projecte d’integració amb el d’altres Ajuntaments que han municipalitzat la gestió de les escoles bressol. El nostre model és el de la titularitat municipal de les escoles bressol, amb gestió indirecta del servei, a través d’una contractació externa.” I aquí està el quid de la qüestió. 

Un cop estudiats molts municipis i models, continuem convençuts que la millor solució per la nostra ciutat és la creació d’un Institut Municipal d’Educació. Una empresa pública que permeti municipalitzar les 11 escoles bressol de la ciutat i impulsar la creació de noves. Els avantatges en són múltiples, especialment també per les treballadores. Fer-ho permetria garantir estabilitat als projectes educatius, millorar les condicions laborals i cobrir molt millor la demanda perquè seria més senzill crear places noves.

I malgrat que hem demanat en més d’una ocasió que s’estudiï seriosament passar a la gestió directa, convençuts que això és la millor sortida, l’equip de govern s’hi nega. I com pot ser que el nostre municipi s’hi negui, quan ha estat l’aposta de molts municipis aquests anys? És manca de valentia potser? És manca de creença amb el sistema públic? És manca de projecte de ciutat que posi al centre les famílies? Sigui com sigui, no s’entén, menys quan precisament el nostre municipi no és àgil amb els contractes públics.

També, perquè, com hem vist, amb la incorporació d’aquestes 6 bressol a la xarxa pública no n’hi ha prou. Ens fa falta construir escoles noves a la ciutat, i no entenem per quin motiu no s’ha fet, especialment aquests darrers anys que hi havia diners disponibles dels Fons Next Generation per crear noves escoles bressol, i que cobrien pràcticament el 100%. Tampoc per quin motiu ara sembla que no es projecta fer cap escola bressol a Bellvitge, tal com van prometre fa uns anys. Per no parlar dels 54 milions d’euros de superàvit del pressupost 2024. Us imagineu quantes escoles i projectes per les famílies podríem fer amb aquests diners?

A més, el sistema de gestió indirecta, és a dir a través de contracte, especialment per les dificultats del govern municipal de tirar endavant els contractes públics, no garanteix que quan finalitza el contacte no es generin situacions de bloqueig com la que actualment viuen les 6 escoles bressol que formen part de la xarxa pública a la nostra ciutat i que es troben en una situació d’inestabilitat econòmica i de molta inseguretat perquè el seu contracte ja va caducar, però encara no s’ha fet el concurs del nou.

Les famílies de l’Hospitalet mereixem una ciutat per viure-la en família i això vol dir que necessitem un govern que tingui en compte les nostres necessitats, amb una estratègia clara i definida sobre quina política familiar vol impulsar. Ens hi va el futur de la nostra ciutat.

Centenari del títol de ciutat: res a celebrar, molt a recuperar l’autoestima de ciutat

Josep Ferrer (Gent pel Canvi)

Enfocar el centenari del títol de ciutat de L’Hospitalet com una celebració festiva és ignorar la indignitat i la inutilitat d’aquella concessió, alhora que blasmar la memòria dels qui amb els seus esforços l’han fet efectivament una ciutat. Tanmateix, pot ser una oportunitat per reflexionar sobre el nostre passat i per reivindicar un futur millor.

El proppassat dia 10 l’Ajuntament va fer una pas més cap una commemoració essencialment festiva i descontextualitzada de la concessió del títol de ciutat, ara fa 100 anys, per part del règim dictatorial d’aleshores. La Plataforma “res a celebrar; molt a reflexionar i reivindicar” vam manifestar novament, mitjançant una silenciosa exhibició de cartells, la nostra discrepància amb aquest enfocament i la nostra demanda d’actuacions alternatives.

Una primera acció a considerar seria la renúncia institucional a aquella concessió. Rebutjar un premi o retornar una condecoració és una forma clara i contundent de denunciar la indignitat del donant. En el nostre cas, la indignitat d’una monarquia dictatorial que, en particular, reprimia durament el moviment obrer d’aquí i d’arreu. De ben segur la nostra ciutadania donaria suport a aquest gest de denúncia. Més encara en uns moments en que  les dretes autoritàries semblen revifar per tot. Seria un gest per mostrar públicament que l’Hospitalet s’alinea en el bàndol de la democràcia i dels drets humans.

En segon lloc, és una magnífica oportunitat per recordar i difondre la nostra història recent. Es una de les iniciatives que l’esmentada Plataforma vol desenvolupar, amb les naturals limitacions dels nostres escassos recursos. Cal explicar que al 1900 l’Hospitalet era una població rural i dispersa, d’uns quants milers d’habitants, que encara es veuria més disminuïda uns anys després per l’espoli de gairebé la meitat del seu terme municipal. Cal explicar que diverses onades immigratòries, atretes per la industrialització, han fet que hores d’ara ens acostem als 300.000 habitants, amb una saturació urbana que ens fa una de les ciutats més denses del mon. Cal explicar que els poders públics van deixar aquest creixement desmesurat en mans de la especulació immobiliària, només atenuada per la resistència de les associacions de base i les consegüents mobilitzacions ciutadanes.

D’aquesta història es deriva que el creixement quantitatiu no ha anat acompanyat, ni de bon tros, del corresponent creixement qualitatiu. Doncs, el nostre pla de futur no ha de ser continuar creixent com fins ara, sinó prioritzar la qualitat de vida de la nostra ciutadania, rectificant i fins i tot revertint les actuacions passades. L’Hospìtalet ha de créixer en verd, en equipaments, en serveis, en lleure, en transport, en neteja i en un llarg etcètera ben oposat al que ha viscut en aquests cent anys i escaig.

L’Ajuntament encara és a temps de reorientar el centenari en aquestes direccions. No volem carrosses ni banderetes, sinó reflexions i plans de futur engrescadors. Amb això aconseguiríem potser el més important: aprofitar el centenari per recosir la ciutat, per aplegar totes les forces vives en una reflexió col·lectiva sobre el passat i el futur, per integrar tots els sectors socials en un projecte compartit. En altres paraules, per autènticament FER CIUTAT.

Mala gestión del PSC en la plantilla municipal

Javier Díez Crespo (Grupo municipal PPC)

En el pasado pleno de febrero se aprobó la plantilla de personal del Ayuntamiento de l’Hospitalet, y pudimos constatar lo que los sindicatos hace tiempo vienen denunciando: la falta de personal y mala praxis en la gestión de los recursos humanos del Ayuntamiento.

Hay muchas áreas con carencia de personal, lo que se traduce en un retraso en la tramitación de los expedientes, en un mal servicio a la ciudadanía, y en departamentos colapsados.

Los datos son reveladores: en una plantilla de 1.929 trabajadores teóricos, hay 550 vacantes.

Algunas áreas están bajo mínimos, como por ejemplo en Serveis Socials: de una plantilla teórica de 95 trabajadores sociales hay 29 vacantes. La falta de trabajadoras y trabajadores sociales es uno de los déficits más graves en nuestra ciudad, ya que tenemos una de las más altas tasas de pobreza y exclusión social del Área Metropolitana de Barcelona. En l’Hospitalet, tenemos 1 trabajador/a social por 3.183 habitantes, lejos de la ratio de 1 trabajador/a social por cada 1.700 habitantes que recomienda el Consejo General de Trabajo Social.

Con respecto a los educadores sociales, hay 29 vacantes de una plantilla de 68 personas, casi la mitad de las plazas.

La gestión del personal en las bibliotecas es otro ejemplo evidente del despropósito municipal, la falta de trabajadores ha provocado que el jueves 13 de marzo,  se haya tenido que cerrar puntualmente la biblioteca de la Florida, y el  sábado, día 16,  suceda lo mismo en la de la Plaza Europa; situaciones que seguirán repitiéndose mientras el consistorio no de solución. 

Ello se traduce en una sobrecarga de trabajo, en una plantilla desbordada y desmotivada en un área que no es que necesite cubrir las vacantes, sino que además requiere una ampliación urgente de los profesionales que atienden a los ciudadanos.

Y lo mismo sucede de la Guardia Urbana: de una plantilla teórica de 443 agentes, hay 99 vacantes. Esta es una de las causas (aunque no la única) que agrava el problema de inseguridad que padecemos los ciudadanos de l’Hospitalet.

Tenemos una Guardia Urbana desmotivada, maltratada por el equipo de gobierno del PSC, que sufre una constante perdida de efectivos por la marcha de profesionales a otros ayuntamientos donde tienen mejores condiciones de trabajo y están más valorados.

No solo desde el Partido Popular hemos denunciado esta situación: como es lógico, los sindicatos también llevan tiempo manifestando la mala praxis en la contratación. UGT denuncia “la falta de personal, sobrecarga, “ñapas” y estrés de los trabajadores municipales”. CCOO ha denunciado “la falta de personal generalizada en RRHH, regidorías, cultura, educación, servicios sociales y Guardia Urbana”.

Y es que el problema es grave: en todo el Ayuntamiento hay 62 plazas vacantes de administrativos, 113 de auxiliares y 26 de subalternos. Esta falta de previsión y la mala gestión en la cobertura de las vacantes está afectando gravemente no solo a la calidad y eficiencia de los servicios municipales, sino también a la ejecución de proyectos e inversiones clave para el municipio.

Un ejemplo claro es la tramitación de las subvenciones Next Generation. La falta de personal, unida a la desidia y dejadez del PSC, supuso la pérdida de 3.202.000 euros de subvenciones Next Generation.

En septiembre de 2022, el Ayuntamiento solicitó la subvención para la reforma de diversas calles para mejorar la movilidad sostenible y la reforma de las escaleras mecánicas del metro de Santa Eulalia. Estas ayudas se adjudicaron en el BOE de julio de 2023. Sin embargo, no fue hasta cinco meses más tarde que el Ayuntamiento aceptó estas ayudas, y volvieron a dejar pasar cuatro meses para la aprobación de la contratación y apertura del proceso de licitación. 

Es decir, desde que a este Ayuntamiento se le concedió la subvención hasta que abrió el proceso licitatorio, pasaron nueve meses que hicieron imposible cumplir con la fecha tope de ejecución de los proyectos subvencionados (31 de diciembre de 2024). En consecuencia, el Ayuntamiento se vio obligado a asumir estos proyectos con fondos propios en lugar de con fondos europeos.

Otro de los aspectos a destacar es la proliferación de comisiones de servicio internas, “a la carta” en la que se nombra a una persona que luego consolida ese puesto. Como ha denunciado CCOO, es vergonzoso que estos procesos de comisiones de servicio se resuelvan en menos de tres meses, mientras que las convocatorias de bolsas de urgencia se eternizan. 

Es lamentable la premura que hay para cubrir a dedo las plazas de directores, o asesores o altos cargos, que se convocan y se cubren rápidamente. Todo lo contrario sucede con las convocatorias de ordenanzas, auxiliares o agentes de Guardia Urbana.

En definitiva, vemos un gobierno municipal con unas prioridades equivocadas en la gestión de los recursos humanos, puesto que está más pendiente de dar cobertura a la convocatoria de plazas de altos cargos, que de hacerlo en la plantilla que realmente da servicio a los vecinos de la ciudad: trabajadores sociales, educadores, bibliotecarios, o Guardia Urbana, entre otros muchos ejemplos. 

La estupidez en mi espejo

Carlos Galve Farré (activista i peixater)

Acabo de salir de una reunión de expertos. De una “taula” del Ayuntamiento de l’Hospitalet, mi amada ciudad. Estoy indignado. Por la ventana, desde mi caja de cristal, veo las Urgencias del Hospital de Bellvitge y del mundo. Mientras pienso en mi ciudad, conecto las noticias y reiteran que setenta y tres millones de ciudadanos han votado a favor de un individuo sospechoso de ser un pseudo fascista que cuestiona los derechos humanos de millones de seres humanos.

Aunque parezca que no tenga nada que ver, me preocupa que durante cuarenta y cinco años gobierne el mismo partido en mi ciudad. La situación política de EEUU no es igual que la de l’Hospitalet. Siempre he defendido que los votantes tienen sus razones y reitero mi respeto a la democracia. No la considero igual porque la degradación política que nos llega de América está ya consolidada y es de una incongruencia política y social de dimensiones abismales. 

Volviendo a l’Hospitalet, me preocupa la impasibilidad de los ciudadanos frente a la política, pero me preocupa mucho más la indiferencia o la prepotencia de los que la gobiernan. En la puerta del edificio consistorial es como si hubieran instalado una cortina invisible que impide considerar el Ayuntamiento como la casa de todos. En los bares crece la tesis: “todos los políticos son iguales”. Los grupos políticos te escuchan como posibles clientes y, mientras tanto, la extrema derecha aprovecha perfectamente la apatía y la indiferencia de la gente por la política.

Sueño que l’Hospitalet continúe siendo la ciudad acogedora con los nuevos ciudadanos que día a día configuran el nuevo vecindario. Hay mucho trabajo para explicar qué hacer con el nuevo l’Hospitalet del siglo XXI. Quizás es por la edad, pero me gusta compartir con gente crítica, la inocencia de la utopía.

Como decía Lenin “qué hacer” contra la distopía, contra el absurdo de una sociedad que camina hacia lo contrario de la justicia social. Pensar en global y actuar localmente. Sin saber muy bien por qué empiezo a escribir esta reflexión: la probabilidad de que una persona determinada, incluido yo, sea estúpida, es independiente de cualquier otra característica de la misma persona. Sinceramente, creo que la estupidez es tan humana como la sabiduría. Se puede ser iluso o incauto, reflexivo o inteligente, cabrón o malvado y, finalmente, se puede ser bobo o estúpido.

Las cuatro categorías son susceptibles de emerger en el mismo individuo en diferentes momentos de su vida. Son la cara y la cruz de la misma moneda. La estupidez es directamente proporcional a la incapacidad y a la falta de voluntad de mantener la nitidez del espejo donde nos vamos mirando cada día de nuestra vida. Me resisto a la tesis: hay seres que nacen y mueren estúpidos. La evolución se centra bajo mi punto de vista en ir intentando minimizar, al máximo posible, la estupidez. A veces, la lentitud se hace desesperante pero no es nada frente a la inmensidad del tiempo.

Los humanos vemos, fácilmente, “la mota en el ojo ajeno, y no vemos la viga, en el propio”. El viejo proverbio bíblico de San Mateo es una antiquísima lección/acción que las personas vamos repitiendo durante el transcurso de nuestra historia. El relato de los siete pecados capitales es sugerente para creer que la estupidez podría ampliarlos a ocho. Es cierto que la soberbia cruza todos los siguientes. Antes decíamos pecado y ahora creo que hemos evolucionado y decimos, actitudes o comportamientos. 

Considero esencial contextualizar el entorno para pensar en los aspectos estúpidos de los comportamientos humanos de nuestros días. Reiteradas veces me cuesta entender, por qué un gran número de conciudadanos en Occidente y sobre todo en mi ciudad, eligen opciones económicas, políticas y sociales que marcan la tendencia precisamente hacia la debilidad y el riesgo de pérdida de derechos humanos, que son básicos. 

La Salud y la Educación son esenciales, hay otros derechos opcionales importantes como el divorcio, el aborto o el derecho a elegir tu sexualidad entre muchos más. Uno de los más trascendentes es el de la igualdad de género. Parece como si hubiera sido fácil. Esos derechos parecían banales y utópicos, pero hoy, en Occidente, están irradiados en la mayoría de la sociedad. Derechos que han costado sangre sudor y lágrimas.

Me inquieta y por ello me atrevo a hablar del aumento de la estupidez, el aumento del desprecio a la democracia y, sobre todo, la intransigencia y la fragmentación de lo que llamamos —para entendernos— la izquierda a la izquierda del partido socialdemócrata.

Las diferencias entre ideologías creíamos que habían superado el riesgo de perder la democracia. No es así. La pseudo dictadura tanto política como económica de la democracia capitalista, limita los derechos básicos, los individuales y los colectivos. Los medios actúan con características gobbelianas. Una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad.

Me llamaron la atención y comparto, varias reflexiones de sendos pensadores. Einstein decía: “hay dos cosas infinitas: una es el universo y la otra la estupidez humana”. Borges pensaba que “las tiranías aumentan la estupidez”, y otro decía: “Son más peligrosos los estúpidos que los malvados”.

Uno de los aspectos que más me han llamado la atención a lo largo de mi vida ha sido la reiterada evidencia de la utilización del currículum académico para enmascarar la estupidez. Si observamos el mundo, está gestionado generalmente por individuos formados en prestigiosas universidades llenas de luz y sabiduría. Es muy excepcional que un individuo inteligente y sin formación académica, llegue a tener reconocimiento para ser el que decida y proponga estrategias políticas o económicas.

Hoy tenemos en las presidencias de países poderosos a individuos indiscutiblemente muy bien formados, pero radicalmente estúpidos. Es muy grave, pero lo más grave es que están elegidos aparentemente a través de un ejercicio democrático; aunque la democracia sea de dudosa calidad, es democracia. Las votaciones son públicas. No me imagino un fraude colectivo, parece ficción, pero con la IA un día quizás podría llegar a ser posible. Lo evidente del siglo XXI será la tendencia de las próximas opciones políticas de un indiscutible retroceso en libertades individuales y colectivas.


Solo las de los poderosos serán mayores. Aunque parezca un contrasentido, los débiles, los esclavos, son los que consolidan al poder económico para retroceder y despreciar avances que ineludiblemente se volverán a reivindicar en el futuro.

Los avances son dos pasos adelante y uno atrás. Es una indiscutible actitud o comportamiento social estúpido. Estamos en el paso atrás. Manifiestamente estúpido e inexorablemente humano. Así es la evolución. ¿Igual será verdad el proverbio, que un tonto echa a perder a un pueblo? ¿O es una estupidez?

Es hora de revitalizar los mercados municipales

Carlos Galve Farré (Activista i peixater)

En nuestra ciudad hay ocho Mercados Municipales. Reiterar su importancia social y económica es, en mi opinión, una realidad evidente. No me cansaré de subrayar lo necesarios que son.

La dura realidad en l’Hospitalet es el estado de salud de nuestros Mercados Municipales. El diagnóstico es preocupante y muy grave. Hay quienes sugieren, con cierta reticencia, que la evolución de las sociedades conlleva cambios inevitables, un precio que debemos pagar por la modernidad. Esa opinión no me convence.

Este mismo discurso también resuena cuando se habla de la Inteligencia Artificial y se afirma que las escuelas y maestros serán poco necesarios. Quizás algunos consideren que este ejemplo es exagerado al compararlo con el caso de los Mercados, pero creo que no es tan descabellado.

Es obvio que en nuestra ciudad coexisten diversas posiciones y sensibilidades sociales y políticas, y el grado de responsabilidad varía según la postura. Los partidos de izquierda han tratado al pequeño comerciante, al “botiguer”, como un elector cautivo de CiU o la derecha. Esto no solo es un error, sino también una nefasta praxis electoral. Asumo mi responsabilidad por no haber luchado adecuadamente contra esta incongruencia y, por ello, hoy quiero abordar este tema sin complejos, reconociendo también mi propia miopía. Mi objetivo es contribuir a mejorar el crítico estado de los Mercados en nuestra ciudad.

Es importante destacar que en l’Hospitalet ha gobernado el mismo partido durante 45 años. No tengo interés en satanizar a nadie políticamente ni en criticar de manera estéril hechos del pasado; lo que me preocupa es el futuro.

En la Barcelona socialista de Maragall, la situación de los mercados en la ciudad vecina se abordó de manera diferente, y sus resultados son manifiestos. La calidad comercial de sus mercados es indiscutible. Sin intentar ser injusto, tanto en las épocas socialistas como en la de CiU, los republicanos de ERC trabajaron y entendieron qué hacer para reformarlos y revitalizarlos.

Los Mercados enfrentan dificultades en todas partes. Los cambios en los hábitos de vida y las nuevas maneras de alimentarnos han dado lugar a nuevas propuestas. No voy a ignorar esta realidad. Sin embargo, hay una gran diferencia entre reconocer las dificultades y actuar como si no hubiera nada que hacer más que dejar que mueran de inanición. Un ejemplo reciente en nuestra ciudad es la aprobación de la apertura de dos grandes superficies a escasos metros de los Mercados Municipales en el barrio de Bellvitge. Esto es una clara muestra de doble moral e irresponsabilidad.

Los supermercados son una competencia inevitable, y debemos aceptarlo, pero eso no excluye la defensa del modelo de mercado como algo esencial para mantener el equilibrio y la calidad social y económica de la ciudad.

Es válido mi empeño en demostrar que vale la pena trabajar para revitalizar nuestros Mercados. Comenzaré recordando a nuestra vecina Cornellà, donde también hay un gobierno socialista, que cuenta hoy con uno de los Mercados Municipales más emblemáticos y referentes de toda Cataluña e incluso de España: el Mercado de Sant Ildefons. Funciona de manera ejemplar.

No me refiero al PSC como tal, sino que considero a los socialistas de l’Hospitalet como responsables de la decadencia que hemos vivido durante sus 45 años de gobierno. La voluntad política es clave; no se puede echar la culpa a los técnicos. Los políticos son quienes eligen las decisiones, y los técnicos actúan de acuerdo a lo que se les ordena. Por lo tanto, no voy a entrar en discusiones con los técnicos, ya que rápidamente se escudarán en las normas y leyes que deben cumplir.

El debate es claro: si las normas y leyes dificultan la reforma de los Mercados y del pequeño comercio, es de sentido común reconocer que el problema es político, no solo técnico. Si las normas están obsoletas y no ayudan a abordar las nuevas necesidades para reactivar los Mercados, vamos por mal camino.

Los Mercados Municipales son indicativos de la salud del municipio y reflejan si están funcionando correctamente o, por el contrario, están en decadencia. El trabajo de los operadores, los llamados paradistas, y las políticas del Ayuntamiento son claves. Por ejemplo, los horarios son una dificultad evidente, pero solo generar frustración entre los paradistas, sabiendo que su estructura les impide trabajar 16 horas, no es positivo. Debemos buscar soluciones constructivas.

Hay tres grupos que definen el Mercado: Ciudadanos/Consumidores, Comerciantes/Paradistas y Administración/Ayuntamiento. Lo más común es que la Administración/Ayuntamiento cargue la responsabilidad del fracaso de la gestión comercial sobre los Comerciantes/trabajadores autónomos. Al mismo tiempo, muchos Comerciantes creen que la Administración es la única responsable de encontrar soluciones al deterioro de los Mercados. No entraré en el grupo de Ciudadanos/Consumidores para no extender demasiado mi reflexión. Las responsabilidades son compartidas; solo el grado de poder las diferencia y, sobre todo, les emplaza a tomar decisiones políticas. Todos sabemos que las Asociaciones de Paradistas son clave para facilitar la interlocución entre los implicados y la Administración. Por ello, es fundamental reforzar las Asociaciones de los Mercados.

Un Mercado configura un espacio económico de intercambio, pero, sobre todo, crea un espacio social y cultural que articula hábitos saludables, promueve la sostenibilidad y fomenta una economía de calidad, alejada de las trampas manipuladoras de las técnicas de merchandising de las grandes empresas. No solo son un ejemplo de arquitectura comunitaria pública, sino también el lugar donde las personas se conocen e interactúan para decidir qué comprar y cómo alimentarse. La competencia para los mercados proviene indudablemente de los grandes lobbies que desarrollan sofisticadas técnicas para manipular el consumo, especialmente en el ámbito alimentario.

No es suficiente trabajar en Promoción Económica solo con buena voluntad. Debemos llegar a una conclusión: necesitamos establecer un foro de debate profundo, apoyado por expertos especializados en comercio y economía social pública.

La magnitud de la situación de nuestros Mercados no permite paños calientes. Creo que es momento de asumir su complejidad, por no decir gravedad, y buscar expertos que nos ayuden a reformular la dinámica de revitalización. Ellos deberían ser capaces de presentar propuestas útiles a los partidos políticos y a la sociedad civil, especialmente a los pequeños comerciantes y a la Administración. Es fundamental debatir y llegar a conclusiones para situar nuestros Mercados en el siglo XXI. No podemos permitir que sigan muriendo.

Alcalde Quirós: además de darte a conocer, que está muy bien, es prioritario que enfoques tu atención en este tema si no quieres pasar a la historia como el enterrador de nuestros Mercados. Aunque creas que los pequeños autónomos no te votan, los ciudadanos te lo agradecerán. Quien avisa no es traidor.