La ciudad sobre la mesa

Imagen del último pleno.

Estaba sucumbiendo a las cabezadas después de más de dos horas de letargo en la sala de plenos municipal cuando me sacaron del ensueño unas duras palabras de la portavoz del PP quejándose de la política barriobajera que acababa de practicar una de las dos concejalas de los podemitas o como les queráis llamar. No me quedó claro el percance porque la concejala de los comunes se refirió a unos pisitos que tiene la concejala del PP en la ciudad, a cuenta de las molestias que los vecinos vienen sufriendo en algunas zonas concurridas especialmente en verano.

Hay de todo como en todas partes, pero es cierto que hay vecinos de derechas de toda la vida y de izquierdas de cuando eso existía, que se quejan de las molestias ajenas, y no solo de las molestias ajenas sino también de las molestias propias que son las más lacerantes. Las molestias de un servicio que pagamos todos y que no se presta: el de la policía municipal, por ejemplo. Pues a cuenta de eso, se enzarzaron las concejalas y he de decir que cuando la popular habló de política barriobajera me vino a las mientes la madrileña ida —Isabel Díaz Ayuso—, para darme cuenta de que, en este caso, la popular tenía algo de razón: se habían metido con sus pisos con ánimo provocativo y todo el mundo, incluida la concejala popular, tiene derecho a tener pisos que, en este caso, además, por lo que he sabido después, son producto de la herencia paterna y materna.

En lugar de mirar los rostros de las peleantes, me dio por mirar las caras de los gobernantes y observé un cierto rictus sabrosón. En un ayuntamiento donde se gobierna en minoría, que la oposición se arree, resulta un alivio.

Llegué al pleno, justo cuando el portavoz republicano —que se cuida muy mucho, siempre, de arrastrar tras sus siglas las de EUiA— les dijo a los podemitas que votar con los socialistas el aumento del IBI no era nada de izquierdas, después de dar la noticia de una nueva tasa sobre residuos que deja muchísimo que desear y que resulta muy cara para las precarias economías de muchos hospitalenses (otro día hablaré de eso). Es decir, llegué con una trifulca en la oposición y casi me marché con otra. Se podría decir que el éxito del gobierno en este pleno hizo ídem, porque lo aprobó todo, porque prometió lo de siempre sin más compromisos y porque vio como los oponentes siempre votan a su aire, jamás todos juntos, y encima se pelean.

Cualquiera diría que es lo normal. Que es imposible que los podemitas coincidan en algo con los populares y que los espectros del pasado reflejados en Vox puedan tener alguna pequeña coincidencia con los independentistas republicanos. Dicho así, no ofrece dudas. Pero las dudas existen cuando pones el dron a volar bajo y en lugar de ver las grandes diferencias ideológicas desde la estratosfera, lo que ves son los actos irreversibles de quienes hace más de 45 años que gobiernan con mano autocrática llamándose reiterativamente de izquierdas, pero favoreciendo las grandes operaciones especulativas en todos los ámbitos.

Para los que vivimos por aquí, tiene muchísimo más valor la coincidencia sobre la moratoria urbanística que expresaron el miércoles 18 los portavoces de tres grupos de la oposición —y me gustaría saber qué opina Vox al respecto— que el sesgo que pueda tener en la cuestión de la seguridad ciudadana, poner el acento en más policía o en más prevención. Porque, en realidad, ambas cosas son necesarias en esta ciudad.

Para entendernos: no puedo entender por qué no se entiende, que hay seguramente en el ámbito local, muchas más cosas que podrían unir a los cuatro hospitalenses portavoces con idearios, no solo distintos sino distantes, que las que probablemente les podrían diferenciar. Viven en esta ciudad, sufren sus problemas y a lo mejor unos piensan que con Feijoó y Abascal España sería más feliz, pero en realidad en l’Hospitalet se vivirían los mismos conflictos de cada día. Los mismos que si en la Moncloa mandara más de lo que manda la señora Díaz Pérez y exactamente los mismos, porque aquí sí que no hay enmiendas, que si existe Illa en la plaza Sant Jaume o el listo Sánchez en su palacete.

A mí tampoco me ha parecido de recibo el enésimo cheque en blanco de los podemitas más comunes, pero la mejor manera para que reflexionen es ponerlos frente al espejo de su complicidad: ¿les parece una alternativa de izquierdas la intransigencia que se pone de manifiesto en la subida del IBI por la inflación? ¿Justo ahora que la inflación está camino de ser dominada y cuando una gran parte de los trabajadores de l’Hospitalet inmigrados y con salarios de risa van a tener muy complicado que se les incremente el próximo año ese mismo porcentaje en lo que cobran? ¿Puede parecer una alternativa de progreso aplicar ese aumento justo el mismo año en que se pone en marcha una nueva ordenanza —obligatoria y probablemente indiscutible en su esencia, pero no en su ejecución— que antes el propio gobierno socialista consideraba ya incluido en el recibo del IBI? ¿No hubiera sido más razonable, sensible y decentemente de izquierdas aplicar la nueva ordenanza obligatoria y bajar o quizás simplemente mantener estable un impuesto que siempre ha sido discutible por las diferencias entre el pago y los servicios recibidos? ¿Y todo ello en un Ayuntamiento con una deuda asumible, con superávits contables año tras año y con remanentes que se utilizan en parte para bajar deuda, es decir, para pagar a los bancos como muy bien puso de manifiesto el portavoz republicano?

No tengo demasiadas esperanzas en la reflexión interna, es cierto. Tengo más esperanzas en que el votante potencial de todas y de cada una de las fuerzas, los ponga a todos ellos frente al espejo. Poner el acento en lo que une y meter en el zurrón de las cuentas pendientes lo que separa. Poner la ciudad sobre la mesa y el ideario tópico donde está siempre: en las nubes.

Quan la llei no ajuda a la democràcia municipal: el cas de la “llei de grans ciutats” a l’Hospitalet

Un moment de l’últim ple.

Ara que el govern municipal sembla instal·lat en un període de canvis, iniciat amb la sortida de l’alcaldessa Núria Marin i del seu segon, Belver, un moment de canvis que no sembla encara finalitzat, pot ser d’utilitat recuperar un aspecte legal que, a hores d’ara, sembla mig oblidat.

El govern Aznar va aprovar una reforma de la llei de bases de règim local,  coneguda com la “llei de grans ciutats”, una llei que, a Catalunya, només s’aplica a la ciutat de l’Hospitalet i que suposa limitar encara més el caràcter democràtic del funcionament dels ajuntaments.

La Llei de Grans Ciutats o Llei de Mesures per la Modernització del Govern Local (Llei 57/2003, de 16 de desembre) va ser posada en marxa pel Govern Espanyol; va entrar en vigor l’1 de gener de 2004, i es va presentar com la  modernització de la gestió dels ajuntaments per desenvolupar i impulsar la participació dels ciutadans en la gestió dels assumptes locals.

El títol X d’aquesta llei, que és el d’aplicació a les ciutats com l’Hospitalet, preveu que el Ple municipal tingui funcions de control i de fiscalització dels òrgans de govern del municipi,; l’aprovació i modificació dels reglaments de naturalesa orgànica, com ara el mateix reglament del Ple; l’aprovació i la modificació de les ordenances municipals; l’aprovació dels pressupostos i de la plantilla municipal, així com la aprovació inicial dels plans urbanístics.

Correspon també al Ple l’elecció de l’alcalde que, en el cas de no obtenir majoria, serà atorgada a la candidatura amb més número de vots. De fet, l’alcalde, segons la llei, és la màxima autoritat i és l’encarregat de dirigir la política, el govern i l’administració municipal amb l’ajuda de la Junta de Govern local, que és nomenada lliurement per l’alcalde, així com també pot nomenar els Tinents d’alcalde que decideixi. De fet, la llei configura l’Ajuntament com una institució presidencialista en la que els regidors electes que formen el Ple tenen molt limitades les competències de decisió.

Aquesta configuració explica, també en el nostre cas, la escassa incidència pràctica de moltes de les mocions aprovades en els plens municipals. Correspon a l’alcalde i la seva Junta de Govern, decidir si els acords expressats en les mocions aprovades s’apliquen o no.

La llei determina també la existència d’uns funcionaris, com el Secretari municipal o l’Interventor que han de pertànyer necessàriament a un cos administratiu d’habilitació estatal. És a dir, els encarregats de fiscalitzar les actuacions administratives i econòmiques són, en tots els casos, funcionaris de l’Estat, encarregats de controlar des de dins el funcionament municipal.

La llei obliga també a la creació de districtes i dels respectius Consells de Districte, presidits obligatòriament per un regidor, que seran determinats per l’Ajuntament i que haurien de disposar d’un mínim de recursos pressupostaris. Finalment cal disposar d’organismes de participació veïnal, tals com el Consell de Ciutat i els consells sectorials que hi pengen.

En el debat parlamentari d’aquesta llei hi va haver un acord entre el PP i el PSOE per la seva aprovació, tot i que altres formacions polítiques es van posicionar en contra. Malgrat aquest consens entre els dos grans partits, sembla clar que aquesta llei —i la seva aplicació a l’Hospitalet—, redueix el caràcter democràtic dels ajuntaments i redueix el seu camp d’acció com a primera institució de representació política. A d’altres països es parla de les eleccions municipals com a “eleccions administratives” bandejant tota mena de representació política del veïnat per part dels ajuntaments.

A l’Hospitalet la manera com es va voler aplicar aquesta llei va reforçar encara més el seu caràcter estrictament presidencialista. Va suposar la desaparició d’instruments de gestió com els patronats, com el de Cultura, el d’Educació o el d’Habitatge i va obrir la porta a organismes com l’ADU (Agència de Desenvolupament Urbà) encarregats de facilitar la massificació especulativa com a model urbanístic de la ciutat.

Segurament caldria abordar una reforma profunda del funcionament de l’Ajuntament de l’Hospitalet, forçant si cal les escasses possibilitats de la llei en vigor. Així, per exemple, es podrien convertir el barris reals en districtes i dotar-los d’uns Consells realment representatius i amb capacitat de plantejar i resoldre problemes. Es podria millorar els mecanismes de participació en els diferents Consells i, especialment, es podrien delegar competències de l’alcalde i de la Junta de Govern local al mateix Ple municipal.

Semblen somnis, però no deixen de ser camins possibles per afrontar les emergències que l’Hospitalet pateix desprès de vint anys d’aplicació d’aquesta Llei a l’Hospitalet i de fer-ho d’una determinada manera.

La participació dels ciutadans en la vida política

Imatge del barri de Pubilla Cases

CARLOS GALVE (activista i peixater)

La polis és l’arrel del que entenem per ciutat i política. Està intrínsecament relacionada amb la manera com els éssers humans ens hem organitzat, segurament des d’abans de Grècia, en grups i territoris. Soc nascut al Poble Sec de Barcelona, a mitjans del segle XX, i probablement moriré a l’Hospitalet del segle XXI.

Un dels aspectes que sempre m’ha cridat l’atenció i també a la reflexió ha estat el sentiment de pertinença a un grup, a un lloc o a una classe social. Segurament aquest aspecte no implicarà tots els meus conciutadans de la mateixa manera. Conec alguns que prefereixen ser anomenats individus, d’individual, però des de jove he tingut clar que els considero veïns, i persisteixo en aquesta idea.

Per a un nen de la postguerra, criat entre el silenci i la farsa, la pertinença ha resultat gairebé essencial. L’any 1970, la meva polis va ser el barri de Pubilla Casas, a l’Hospitalet de Llobregat. Aquesta ciutat té una particularitat: sempre ha estat una mare. Els seus barris són com braços plens d’arteries que han abraçat i continuen abraçant, des dels seus carrers de terra, els seus espais abandonats de bòbiles o fàbriques, la construcció, la improvisació i l’especulació, per tal que milers de persones trobessin una nova pertinença, un lloc on viure i, sobretot, on aconseguir un nou arrelament.

Pensar, escriure o bé raonar i sentir sobre la participació, després d’haver viscut la transició entre la dictadura i la democràcia pactada, pot generar sentiments contradictoris. Soc un convençut que la raó sense sentiment, i viceversa, no són més que aparença. El coneixement sense praxis és un conjunt buit.

Ens trobem en una AVV que podríem dir que està en un estat d’erupció. El PSUC, del qual era militant passiu, havia abandonat l’associació de Pubilla Cases i la pluralitat de l’esquerra radical convivien amb veïns i veïnes de característiques diverses. Anarquistes de la CNT, comunistes del PT, UCE, Bandera Roja, ORT, trotskistes de la LCR, cristians, un important grup d’”autonomia obrera” i altres formacions de diverses característiques, però sobretot molts veïns i veïnes no inscrits en cap formació partidària. Aquest encontre va ser com l’Àgora de la meva joventut. Aquesta coincidència de trobar-nos en un barri eminentment obrer, en construcció urbana i social, va fer articular espontàniament, a més de l’espurna política, la flama de la participació social per aconseguir una vida més digna i justa, tant al barri com a la ciutat i a la societat en general. Ho confesso: em va dignificar.

Sentir-me de l’Hospitalet significa haver participat, haver ajudat i haver aportat el meu granet de sorra per aconseguir que la nostra ciutat, víctima d’un maltractament urbanístic i social, avui sigui una ciutat complexa, però viva; una ciutat que continua, com una dona imbatible, acollint milers de persones que arriben de llocs molt més llunyans que aquells d’on veníem nosaltres en aquells anys.

El fenomen de la participació política i social dels anys 70 és percebut avui amb la perspectiva del temps, i resulta impressionant. Segurament avui només es recorda en alguns racons de textos històrics, i m’imagino que anys després serà oblidat. La memòria és molt fluida. La constatació que som les persones les que generem canvis socials és indiscutible i, potser, és el més rellevant.

Aquella experiència històrica i les vivències que la van acompanyar ens van configurar com a persones que, sense pretendre-ho, ens vam dotar d’una característica humana de gran qualitat. No per la nostra especial brillantor, sinó perquè teníem una força centrífuga que generava majoritàriament solidaritat.

A risc d’ésser injust, esmento només dues persones que van ser clau en el meu vincle sociopolític en els inicis: Francesc Pedra i Pepe Gutiérrez. Podria estar tota la nit parlant d’ells. Només diré que, mitja centúria després, ja a la tardor de la vida, tant un com l’altre, així com molts altres, són un exemple clar del que vaig viure en aquells temps. A risc d’ésser idealista i una mica il·lús, tenien el do de l’honestedat, la generositat, la bondat, la saviesa i, sobretot, una tremenda tendresa.

Segurament tenien i tenen els seus defectes personals com qualsevol de nosaltres. En el context que ens ocupa, per explicar els aspectes teòrics dels quals els veïns i veïnes ens unim i participem tant en l’àmbit social com en el polític, ambdós em semblaven líders innats malgrat les seves diferències radicals. Ens organitzàvem en assemblees interminables, amb un entusiasme gairebé obsessiu. Però, mirant-ho amb la perspectiva del temps, aquesta mateixa obsessió pel que és assembleari va ser, paradoxalment, el que debilitava l’acció i la participació.

Els lideratges existien inevitablement, però eren de tal prudència i innocuïtat que, si la memòria no em falla, ningú va emprendre una carrera política en la democràcia que va venir després; encara que, de fer-ho, ho hauria considerat absolutament legítim.

Òbviament, continuo considerant la participació social i política tan necessària com quan tenia 20 anys. Defenso que l’ésser humà és intrínsecament polític, i que moltes persones confonen la política amb l’activitat política partidària. Aquest greu error ha contribuït al deteriorament de la democràcia i a l’ascens de l’extrema dreta, o millor dit, dels valors de la no participació. Han aconseguit fer-nos creure que la política i els polítics són els responsables de tots els mals.

Vivim temps incerts i apassionants que ens recorden moments passats, encara que en el conjunt de la història només sigui un instant; aquest és el nostre temps. Treballem i lluitarem per evitar repetir les ombres de la nostra història recent. Com? Vinculant-nos i participant.

No vull ser “competitiu”

Universitat de Barcelona

JOSEP FERRER (Gent pel Canvi)

Vull que els professionals siguin “competents” i les institucions, “eficients”. Però no pas, ni els uns ni el altres, “competitius”

La dreta neoliberal ha dedicat molts esforços a propagar el seu pensament únic mitjançant tergiversar el vocabulari. Sembla ser que resulta més eficaç que no pas les argumentacions o les campanyes de propaganda.

Per exemple, havien detectat que la gent jove no tenia interès en ser “empresaris” perquè sonava a explotació, egoisme… La solució va ser substituir aquesta paraula per “emprenedor”, que connota positivament (innovació, risc…). Poc importa que no siguin sinònims: molts empresaris no basen la rendibilitat en la innovació i el risc, sinó en escanyar als treballadors i proveïdors, en el domini de mercat o en la publicitat; a l’inrevés, a les universitats, hospitals, administracions, ONGs i altres institucions trobem molta gent emprenedora. El resultat ha estat que, malgrat aquesta evident tergiversació, han aconseguit propagar la “emprenedoria” entre el jovent, superant les seves recances inicials.

En el mateix sentit, han aconseguit convertir la “competitivitat” en paradigma de qualitat. D’aquesta manera l’èxit en el mercat esdevé l’objectiu prioritari i el principal criteri de qualitat. Tampoc en aquest cas importa que la història estigui plena d’exemples de magnífics productes que no han aconseguit comercialitzar-se, com també d’èxits comercials de baixa qualitat. Com dèiem abans, sovint importa més la publicitat, el domini del mercat o les disponibilitats financeres.

Fins i tot en una situació ideal de competència pura i neta, no tothom pot ser competitiu, ni tan sols convé que ho intenti. Per exemple, entre les universitats catalanes, és evident que les joves universitats territorials no són equiparables a les de llarga tradició. De fet, no només no poden, sinó que no té sentit que les universitats catalanes competeixin entre elles. Ben al contrari, han de cooperar i complementar-se per configurar un sistema universitari català complet i potent, al servei de les necessitats del país i en particular de l’equilibri territorial. Alhora, difícilment podrem competir amb les grans institucions internacionals, que acumulen segles de tradició acadèmica de primer nivell (aquí el franquisme va posar el rellotge pràcticament a zero) i que compten amb pressupostos per estudiant incomparablement superiors.

Més encara, poden haver objectius més importants que la competitivitat. Així, continuant amb l’exemple de les nostres universitats, un element clau per competir en el mercat internacional és oferir la docència en anglès. Tanmateix, per al nostre país és prioritari mantenir la docència universitària en català, com eina clau per conservar i promoure la nostra llengua, ben conscients que això ens fa perdre “clients”.

Cal doncs, avaluar la qualitat per altres criteris, ben distints a la confrontació amb el altri. Ni ser el primer és garantia de ple rendiment, ni no ser-ho és senyal d’insuficiència. Fins i tot en el futbol no sempre guanya qui millor juga. Com també en ciclisme, on corredors mediocres han aconseguit victòries per un cop de sort, mentre que ciclistes excel·lents s’han quedat sense premi per haver coincidit amb Anquetil, Merckx o Indurain. Els barems de qualitat han de ser autoconsistents, en lloc d’una simple comparació amb la resta d’actuants. Com es resumia al començament, no volem metges, mestres o paletes “competitius”, sinó competents. No volem universitats o hospitals “competitius” sinó eficients, és a dir, que assoleixin els objectius màxims, tot optimitzant l’ús dels recursos disponibles. 

Fins i tot els mateixos promotors de la competitivitat han començat a adonar-se del seu excés, ja que sovint la qualitat requereix cooperació i col·laboració. Llàstima que busquin la solució novament a través de jocs de paraules, inventant la “coopetició”.

En definitiva, no caiguem en el parany neoliberal del llenguatge: reconeguem els emprenedors, siguin o no empresaris; aplaudim l’esforç de superació i la cooperació, tot reservant la competitivitat per als casos en que l’èxit es mesuri estrictament per la competició.

Les percepcions sobre la seguretat a l’Hospitalet

Actualment no existeixen agents de la Guàrdia Urbana caminant pels carrers i les places dels barris.

Ja fa temps que les percepcions sobre seguretat que manifesta molta de la ciutadania de l’Hospitalet son força negatives. Però fins a quin punt es corresponen amb la realitat?

De forma repetida, en les enquestes d’opinió que es realitzen des de diferents institucions públiques, la sensació d’inseguretat personal apareix com una de les principals preocupacions, sinó la primera, per part de la majoria de persones enquestades. Així, en el darrer baròmetre fet des de la Diputació, la seguretat ciutadana apareix com el principal problema:

Dades del darrer Dibarómetre sobre l’Hospitalet

En el quadre que apareix més amunt es pot veure amb claredat el lloc que ocupa el tema de la seguretat en les preocupacions expressades en la enquesta. Supera en molt al segon dels temes, l’incivisme, l’absència de valors, falta d’educació, etc. i, encara més, a la tercera de les preocupacions: la neteja urbana. I tot sembla indicar que aquestes tres qüestions van molt lligades entre elles i formen part destacada de les sensacions d’inseguretat que es viuen entre el veïnat.

Les percepcions sobre la seguretat, com destacava la responsable de seguretat i convivència de l’Institut Metropoli, Marta Murrià a El Periódico: “la percepció de seguretat no té per què respondre a una fèrria realitat delinqüencial, sinó que influeixen altres factors com el civisme, la neteja i el manteniment dels carrers, així com casuístiques com la conflictivitat en les relacions de convivència a les escales de veïns, la presència de pisos okupats a l’escala o altres problemes d’accés a l’habitatge. Factors com la ruptura del teixit urbà per una infraestructura com una autopista, o el deteriorament del mobiliari viari, o la percepció de brutícia, són també importants per conformar la sensació de seguretat

En el cas de la nostra ciutat cal tenir present la incidència que el model de treball de la Guardia Urbana i les mateixes dificultats i conflictes en l’interior del cos, tenen sobre aquestes percepcions. Actualment no existeixen agents de la Guàrdia Urbana caminant pels carrers i les places dels barris i mantenint unes relacions de coneixement del veïnat. Les patrulles es mouen en vehicles, cotxes o motos, i el contacte amb ells no resulta fàcil. Com explicava Cristóbal Urbano en una reunió formal en la seu del districte: “per parlar amb la Guàrdia Urbana has d’aturar el trànsit i trucar a la finestra del cotxe patrulla”. Evidentment, no és la manera més pràctica d’adreçar-se a servidors públics, però el telèfon de contacte amb la Guàrdia Urbana no sempre és eficaç.

A més, l’ús generalitzat d’armilles antibales per part dels agents no ajuda tampoc a una relació de proximitat amb el veïnat. Tot i entenent la necessitat de protecció personal dels membres del cos, la seva imatge afavoreix més les sensacions de perill que les de protecció.

Tot i així, és cert que, de vegades, es poden veure desplegaments policials en alguns carrers. Aquest any s’han realitzat en diferents barris operacions policials conjuntes entre guàrdia urbana, mossos d’esquadra i policia nacional, anomenades “operacions brida” per la prevenció de robatoris amb violència. Els resultats però, han estat algunes denúncies per infraccions de trànsit o infraccions administratives i detencions o citacions per la llei d’estrangeria, i algun arrest o denúncies per tinença o consum d’estupefaents.

Es poden tenir dubtes sobre si aquest tipus d’operatius, amb desplegament dels cossos del ARRO, de la BRIMO i de l’helicòpter per part dels Mossos, de la policia d’estrangeria del CNP i les patrulles de seguretat ciutadana, serveixen més per millorar la seguretat ciutadana o si, pel contrari, ajuden a incrementar la sensació d’inseguretat.

Atenent a les dades oficials sobre delictes a l’Hospitalet, entre el 2022 i el 2023 els delictes penals que han tingut un major creixement són el que es coneix com a ciberdelictes, especialment les estafes informàtiques, que han crescut gairebé un 29% d’un any a l’altre, mentre els furts haurien crescut un 38% i, curiosament, el tràfic de drogues hauria disminuït un 33%.

Per tancar, de moment el tema, cal ressaltar que la immigració, la qüestió que en les últimes setmanes està aixecant tanta polseguera i que des de forces d’ultradreta de diferents colors es vol presentar com el problema número ú de la ciutadania, ocupa en el baròmetre de la Diputació el quart lloc de les preocupacions amb un 6,1% de les respostes. Aquestes dades, però, no poden deixar de banda els intents reiterats de sumar immigració a inseguretat. Caldrà seguir treballant des de diferents llocs a defensar el caràcter acollidor que ha de tenir la nostra ciutat. I tot plegat, el model de ciutat imperant, no ajuda a millorar.

Vincles

Una calle de Pubilla Cases

XAVIER ALMIRALL. (Exdirectiu municipal jubilat).

Vaig arribar a L’Hospitalet l’any 1973, al barri de Can Serra encara en construcció. A l’Hospitalet hi he viscut més de 40 anys, fins a l’any 2013. M’hi he casat, hi he tingut dos fills, hi he comprat dos pisos i m’hi he divorciat. Al llarg de 25 anys he treballat a l’ajuntament. He conegut molta gent. He viscut moltes experiències, bones i dolentes.

Un dels fills ha hagut de marxar al Vallès, perquè a L’H no trobava escola pública en condicions pels seus fills. L’altra, amb els fills més grans, hi segueix del tot, amb un pis dels que s’han fet amb les requalificacions de sol que va aprovant l’ajuntament.

Què en queda de tot això?. Molts records i molts vincles personals. Les lluites dels anys 70, per frenar l’afany especulatiu afavorit per l’ajuntament franquista, per esgotar el sòl de Can Serra construint al solar de la Carpa. Ho vam guanyar. Amb una associació de veïns de les pioneres, amb un rerefons de l’oposició antifranquista amb suports notables i la implicació de l’església progressista d’aquell temps.

L’ajuntament democràtic va néixer amb gent un punt mediocre, al meu entendre. La segona ciutat de Catalunya amb més de 250.000 habitants, es mereixia un ajuntament de nivell, no tant de títols universitaris, com de qualitat personal. Els partits van buscar i el que van trobar van ser sindicalistes amb formació bàsica, sense gaires llums i alguns arribistes buscant un sou, que en el món de la política és el que més abunda, malauradament. La mediocritat genera més mediocritat (ningú vol que li facin ombra).

Així hem anat passant anys i panys amb el Pujana, el Saura, el Corbacho i la Marin. Què hauria passat amb un ajuntament amb la direcció de persones de més nivell com l’Amadeu Joan, per posar un exemple?

Les grans estratègies polítiques han estat, bàsicament, l’instint de conservació del poder. Per sobre de tot, la fidelització del vot amb el suport econòmic a les entitats, amb bones subvencions, que en algun cas com l’esport van acabar en escàndol. També amb el clientelisme personal, fent favors i col·locant gent partidària a l’ajuntament.

La integració de país ha estat sempre una assignatura pendent en aquesta ciutat. L’ajuntament mai ha fet una aposta seriosa per la llengua i la cultura catalanes. Quan un grup de persones de L’H van intentar donar suport a Pasqual Maragall en el projecte de reforma de l’estatut (Ciutadans pel canvi), es van activar les alarmes del PSC més espanyolista, posant-hi dins observadors per controlar-ho (se’n podria parlar molt sobre aquest episodi). 

Hi ha una tasca en positiu que cal agrair als tècnics que en el seu moment van ser fitxats encertadament (potser una excepció del típic clientelisme de partit de col·locar militants fidels, en lloc de tècnics capaços). Va ser l’inici de l’ADU (Agència de Desenvolupament Urbanístic) amb el sanejament i promoció de la zona sud de la Gran via i el soterrament d’aquesta gran artèria de trànsit (L’H 2010, en deien). Però no van saber ser mesurats, no van tenir aturador: de les actuacions d’especulació urbanística amb finalitat principalment d’interès públic, van passar a generalitzar aquestes pràctiques amb noves actuacions de menys interès públic com Cosme Toda, Cobalt, Can Trabal… No han sabut frenar a temps, han perdut el nord.

He trobat un document de 2001 on es diu el següent sobre això: “El Pla L’Hospitalet 2010 s’emmarca en el conjunt de polítiques que l’Ajuntament porta endavant en tots els camps en què intervé l’Administració local per assolir l’objectiu genèric de convertir l’Hospitalet en una ciutat territorialment unitària i urbanísticament equilibrada, generadora de riquesa material i cultural, amb una personalitat consolidada i pròpia, i que exerciti en tots els fòrums la seva vocació de segona ciutat de Catalunya.” (el subratllat és meu).

Del 2001, quan L’H tenia 87.872 habitatges (alguns precaris, d’autoconstrucció del anys 60), hem passat el 2021 a 110.488 habitatges. S’han fet 22.616 habitatges nous, un 25’7% de creixement, i no precisament per renovar el parc d’infrahabitatges d’alguns barris de la ciutat.

Avui, la densitat de població a l’Hospitalet (2023) ha crescut encara més. És el primer municipi en densitat d’habitants de Catalunya amb 22.307 habitants per km2. El segon, Santa Coloma de Gramenet, té 5.000 habitants menys per km2 (17.027): un 22% menys. Una autèntica calamitat. Han conservat el poder, però han fet un pa com unes hòsties.

Si mirem l’històric recent de la densitat demogràfica, fa feredat:

Des de fora (del Maresme estant), seguint aquest gran municipi amb el que mantinc fortes vinculacions, tinc la sensació  de temps perdut, de que es podrien haver fet moltes més coses en aquests anys i que algunes de les que s’han fet podrien haver estat molt diferents de com han estat.

Quan passejo (sovint) per barris com Pubilla Casas m’entristeixo. Em diuen que el nou alcalde sembla més competent. Ja veurem. Feina, en té i molta. El primer, aturar tota l’especulació en curs i posar el focus en les zones deprimides (per allò de “unitària” i “equilibrada”). També cal canviar moltes de les formes de treball dels últims 40 anys. No sé pas!

I si comencem a comptar amb els i les joves?

Les membres d’Altaveu Jove a l’entrada de l’espai Pomezia, a la Florida. (2023)

LAURA ALZAMORA. Regidora de LHECP-C

La joventut per definició, és aquell procés a la vida que s’ubica entre la infància i l’adultesa. Però cal reivindicar que no és només un pas entre etapes, sinó una etapa amb nom propi, amb el suficient pes i influència per al desenvolupament vital de cada persona. Segur que si tirem memòria endarrere recordarem una etapa plena de descobriments, d’emocions vibrants, de qüestionaments constants, i de vitalitat absoluta.

És el moment de la vida on comences a desplegar les ales, on se’t diu que no ets suficient madur per assumir certes responsabilitats, però si per que se t’imposin d’altres. Per aquest motiu també és aquesta una de les etapes que es senten i es viuen com a més injustes.

Com a societat no podem veure a la joventut com a “adults en espera”, no podem infantilitzar-los i no podem exigir sense estendre la mà. Com a societat, és imprescindible entendre el paper fonamental de la joventut com a elements actius del canvi social, actual i de futur. Sempre ha sigut així, actuant el jovent com a subjecte amb  una gran capacitat transformadora.

I per tant, com a societat tenim l’obligació d’obrir i oferir espais de participació, per tal que els i les joves puguin implicar-se, tenir veu i construir projectes compartits com a part de la ciutadania que son.

Està molt estesa l’estigmatització de la joventut, relacionant jovent amb falta de compromís, amb una manca de respecte pels seus pares, avis i professors, se’ls acusa de no voler treballar ni estudiar, de no conèixer l’esforç, ni la responsabilitat. També de ser la generació de cristall i viure hipnotitzats per les xarxes socials. Però mai ens qüestionem quina part de responsabilitat tenim els adults per a tenir aquesta percepció dels joves, quins son els seus interessos, que els oferim i com es correlacionen.

Tot i el que pugui semblar, un terç dels joves a Espanya declaren tenir molt o bastant interès per les qüestions polítiques. També són la generació més formada i, a la vegada, la generació que més pateix la precarietat. Ni els seus pares ni els seus avis tenien a la seva edat una major consciència ecologista. Cap generació ha sigut més feminista que l’actual.

I de fet, son més de 1.800 milions les persones d’entre els 10 i els 24 anys. Qui pot negar que la llavor d’un món millor és a les mans dels i les joves? És evident, per tant, que el futur, la salut de la societat en general, i de la democràcia en particular depenen en gran part d’ells i d’elles.

Però la majoria senten una certa desconfiança cap als partits. Així doncs, quins són els espais en els que participen? Quines són les eines que tenen per fer sentir la seva veu? És indiscutible el paper i el lideratge dels i les joves en moviments transformadors com el “Fridays for Future”.

Però cal que des de les administracions també els oferim espais per tal que puguin articular respostes per a les seves inquietuds. Respostes que han de poder arribar. I així que sentin que la seva implicació es útil, que serveix per a construir col·lectivament un futur que és seu i que tenen dret a lluitar. I des del municipalisme tenim una bona eina per fer-ho.

Històricament, aquests espais han estat els caus, els casals, els ateneus, les aules de cultura. Les societats canvien, però quins son els equivalents a aquests espais en l’actualitat? Cal que els partits i els ajuntaments promoguem espais oberts, per a que els joves els puguin sentir seus, on puguin trobar-se, i on puguin compartir i reflexionar.

És durant el temps lliure on es produeixen aquestes interaccions, en els espais de lleure, els espais culturals, la musica… La conjunció perfecte es produeix quan participes i a més ho passes be.

Però troben les joves de la nostre ciutat una oferta d’oci divers? Oferim que puguin autoorganitzar-se col·lectivament, i impulsar accions i projectes, o els hi donem només espais on consumir temps i activitats? Fomentem que puguin prendre consciencia i responsabilitat o només els hi demanem la seva opinió per després no tenir-la en compte?

No oferir suficients espais de participació, en una ciutat amb la complexitat que te L’Hospitalet és hipotecar el futur. No promoure la implicació i l’autonomia de les joves en la construcció de la societat, implica tenir adults dependents. Ens hi va la salut de la democràcia. Obrim les portes ja.

De Marín a Rociíto, y un mundo que da muchas vueltas

Núria Marin y Rocío Ramírez, distintos destinos.

Nada más enterarme del nombramiento de la senadora Marín como delegada del Govern en Madrid, me acordé, como aquel rayo inesperado que ilumina una noche sórdida, del desmentido que hicieron llegar a L’Estaca sobre que alguien se había inventado lo del piso que la familia Hernández Marín se había comprado en Madrid. Y me lo ha vuelto a recordar ahora la noticia que leí ayer de la dimisión de la Rociíto, que también había sido pronosticada por estos periodistas estaqueños que empiezan a afinar las teclas con que tocan la actualidad. La noticia del piso de Madrid de la alcaldesa llegó entonces como llegan estas cosas, desde dentro, pero sin documentación, y explicando que las sesiones del Senado exigían mucha presencia activa en la capital, por lo que una buena manera de invertir justificadamente era comprar un piso en Madrid para no tener que tirar permanentemente de hotel o de alquileres a precios desorbitados.

Se desmintió la noticia también desde dentro y sin documentación, pero ahora resulta que la senadora Marín va a tener que vivir en Madrid, de manera estable y no a ratos, porque la delegación del gobierno no es el Senado, sino una cosa muchísimo más concreta. Ya veremos si también desmienten eso de que la Rociíto se ha ido escaldada y sin sueldo, o acaban de asumir que tienen un coladero en casa porque hay mucho cabreo escondido. A ver si aprenden de sus colegas de la dirección que jamás abandonan a los amortizados. Y si no, nada más hay que ver lo de la Marín y el Belver.

La senadora Marín fue ascendida el martes 3, hubo Comité Federal el 7 y ya se la vio chupando cámara pegadita a Illa y el miércoles 11 presidió en Madrid la Diada Nacional en Blanquerna. En estos casos todo se acelera, de modo que ser nombrada un martes, ir de delegada el jueves y presidir un acto oficial el miércoles siguiente, no supone gran esfuerzo si tienes infraestructura suficiente en la capital. Consultada su declaración patrimonial pública, no existe piso en Madrid, sino un piso y una vivienda heredada más una plaza de parking en l’Hospitalet, al 50%, y una casa en Altafulla también a medias, lo mismo que cuando tomó posesión de senadora.

Existe, eso sí, una nómina de la Administración pública, unas acciones, un plan de pensiones y un depósito bancario que dan, por lo menos, para poder arriesgar sin lágrimas una solicitud de hipoteca. Es igual, si Marín tiene o no piso en Madrid. Lo que tiene en Madrid es un premio por su intensa militancia en el socialismo patrio desde que tenía 18 años —la página oficial de su partido explica que era ya socialista, entre los 15 y los 17: a eso se le llama tener conciencia de clase y ella siempre ha tenido mucha clase— y ahora va a cumplir 61, el día de Sant Esteve. Y un premio añadido por su larguísima carrera en la Administración pública cuya primera nómina cobró cuando tenía 22 años con algo parecido a una diplomatura en ciencias empresariales, pero sin serlo. Se casó con el hijo de un viejo militante socialista de Collblanc, su barrio, y así consiguió, por méritos muy propios, ser muy prontito concejala, después alcaldesa, más tarde diputada provincial, luego presidenta de la Diputación, muy a tiempo vicepresidenta de su partido y de la AMB, cuando todo parecía terminar, senadora, y ahora, delegada del Govern.

Estuvo 16 años de alcaldesa en su ciudad natal y fue la primera alcaldesa mujer en toda la historia de su pueblo. Se la recordará por haber dejado que la ciudad se ganara a pulso el título de ciudad más densa de Europa, en plena competición con las ciudades universales más colapsadas, como Calcuta, a la que siempre se pone de ejemplo cuando se quiere hacer broma de un hormiguero humano infame y patético, y con la que debiera hermanarse, para por lo menos compartir desgracia.

La nueva delegada entró en política con 32 años y está decidida a mantenerse en el escalafón por lo menos 32 años más, que la política solo desgasta a quienes se la toman en serio. Como se ve, ha tenido paciencia, y se ha enfadado siempre poco con los que han ostentado poder… hasta que han dejado de tenerlo. Su predecesor en el cargo probablemente se sintió tan extraño y descolocado como le ocurrió a ella cuando en la sesión de investidura del nuevo alcalde, este se olvidó de darle un abrazo cuando saludaba a los más cercanos. La diferencia es que ella le dio la espalda a un exministro que ya no estaba para trotes, mientras que el nuevo alcalde no se podía permitir estos lujos con alguien que sigue trotando por las alturas. Pero todo se andará, porque los cargos no son eternos y los agradecimientos se mueren en el baúl de los recuerdos, cuando al benefactor solo le queda poder en su memoria.

Qué enormes diferencias entre la nuera del socialista Hernández de Collblanc i la concejala Rocío del Mar, la compañera del Peña. Dicen que la primera siempre se supo granjear amistades de relumbrón y en puestos clave y eso sirve más para hacer carrera que gastarse los codos en las salas de estudio. La segunda tampoco parece tener durezas en los codos y, hasta hace poco, ha vivido muy bien según los que la conocen, pero se hizo amiga de quien no debía: un socialista al que algunos le llaman Falete y que está señalado por la justicia, razón por la cual perdió poder en su misma agrupación norte. Los mismos méritos, pero destinos muy distintos y muy distantes. Es lo que tiene esta política nuestra tan destructora, que cualquiera puede ascender en una escalera de oportunismos cuyos escalones son tan transparentes que a veces dejan de existir y descubres que el suelo no es aquello que veías desde arriba, sino el lugar habitual de los humanos. Pero mientras tanto, cualquiera puede vivir en su piso de Madrid cerca de las estrellas o decir adiós desde el rincón de pensar que es un sitio lleno de humillación y desengaño. El mundo da muchas vueltas, tantas, que los hay que no salen nunca del mareo, y si no que se lo pregunten al exalcalde Pujana.

On va Correus a l’Hospitalet?

Oficina de Correus de La Florida

No sembla bon periodisme escriure d’un tema que afecta personalment a l’autor. Segurament, però, ja pot considerar-se periodisme quan el tema, el problema afecta a moltes persones molt més enllà del propi entorn. El tema és el desastre de servei que ofereix correus al veïnat de l’Hospitalet.

A molts sectors dels barris de la ciutat el veïnat veu com passen dies, setmanes i mesos sense que els arribi correspondència a les seves bústies. Al menys, des del més de juny, les cartes es deuen acumular en els magatzems de les oficines de correus de l’Hospitalet. El servei es concentra, en el millor dels casos, en el repartiment de paqueteria i de les cartes certificades. La resta està abandonada.

Segons informava un treballador de Correus, el serveis a la ciutat està repartit en 22 zones. A hores d’ara només hi ha en plantilla, setze treballadors, per cobrir aquestes vint-i-dues zones, i alguns d’aquests es troben de vacances o de baixa. La manca de personal és un fet que ha estat denunciat —no només a l’Hospitalet— pels sindicats de Correus de forma repetida però, al menys de moment, no sembla que hagin tingut gaire èxit.

Aquesta situació de falta de servei té efectes diversos, i cap d’ells bo, pel veïnat. Correspondència oficial com cites mèdiques o canvis de programació hospitalària, notificacions d’organismes com l’Imserso força esperades per gent gran, talonaris de receptes per persones usuàries de Muface, la mutualitat dels funcionaris, o correspondència bancària, com ara renovacions de targetes de crèdit o d’altres, així com les renovacions de carnets de conduir, etc. arriben fora de termini, amb els perjudicis i problemes corresponents.

Cal recordar que, avui Correus és la major empresa pública de l’Estat Espanyol. Integrada en el SEPI (Societat Estatal de Participacions Industrials) i depenent del Ministerio de Economía y Hacienda  és la responsable del servei postal universal a tot el territori de l’Estat Espanyol. Ja fa uns anys es va privatitzar el seu servei de banca postal i a hores d’ara disposa de diverses filials com Correo Express, Nexea Gestión Documental i Correos Telecom.

A més a més, de Correus existeixen treballant en el negoci de la correspondència i la paqueteria, diferents empreses privades de missatgeria, algunes d’elles de caràcter multinacional que, per estendre el seu negoci, s’aprofiten de les deficiències de servei que ofereix Correus.

Els problemes de personal que arrossega Correus a l’Hospitalet i les afectacions que això suposa pel veïnat hauria de ser una de les preocupacions del govern municipal de la ciutat, una de les qüestions a abordar des de l’Ajuntament exigint d’una empresa pública com aquesta que garanteixi el servei exigible pel conjunt de la ciutadania. És també un tema urgent.

La antipedagogía del nuevo gobierno de Catalunya, con agostismo y alevosía

JAVIER MARÍN VÁZQUEZ (Secretario General de la Alianza de la Izquierda Republicana de España)

Hace más o menos un par semanas se constituía el nuevo Ejecutivo de la Generalitat. Para los que vuelven ahora de las vacaciones, si se han aplicado la máxima de que esta breve etapa es para desconectar del mundanal ruido, se habrán encontrado con la sorpresa de que hay nuevos inquilinos en el Palau de la Generalitat, pero que la letra y música que sale por sus ventanales, aunque de distinta orquesta, sigue tocando las mismas canciones. Déjenme hacer un breve recordatorio pedagógico para poner al día a los que hoy se reconectan.

La cesión del voto es un compromiso contractual, por medio del cual los partidos piden el voto a la ciudadanía, a cambio de unas promesas de beneficios materiales, que presuntamente mejorarán su calidad de vida y que vienen reflejados en determinadas políticas públicas del programa electoral.

Cuando por medio de esos votos se accede al gobierno, y en vez de cumplir el compromiso prometido en el programa electoral, se hace justo lo contrario, se está produciendo una estafa electoral al ciudadano que otorgó su confianza a ese partido, al tiempo que una desconfianza generalizada en el sistema político del país, que debiera ser posible denunciar como incumplimiento de contrato por publicidad engañosa.

El programa electoral de ERC no engañaba a nadie. Prometieron:

1.       Financiamiento singular de la Hacienda Pública Catalana.

  • Creación de una Consejería de Política Lingüística

3.      Consolidar y reforzar el modelo de acción exterior

  • Conseguir la transferencia de todas las competencias y recursos sobre la gestión de las migraciones.

5.      Ejercer el derecho a la autodeterminación por medio de un referéndum sobre la independencia.

Por su parte, el PSC había prometido en su programa electoral:

  1. Pacto de financiación con el Gobierno Central en los primeros 100 días de administración.
    1. Inversión de 3.500 millones de euros para mejorar la infraestructura hídrica y combatir la sequía en Cataluña.
    1. Aumento de la plantilla de los Mossos d’Esquadra con 570 nuevos agentes cada año
    1. Modelo educativo con un sistema trilingüe en las escuelas para garantizar el aprendizaje del catalán, el castellano y el inglés.
    1. Incrementar el presupuesto destinado a la cultura en un 2%.
    1. plan de renovación para las viviendas de más de 50 años

El acuerdo PSC+ERC para la investidura de Illa recoge “fil per randa” los 3 primeros compromisos íntegros de ERC:

1.       Que Cataluña salga del régimen común y que la Agencia Tributaria Catalana gestione, liquide, recaude e inspeccione todos los impuestos

  • Creación de una Consejería de Política Lingüística. Pacto Nacional por la Lengua que cuente con 200 millones de € de financiación en su primer año. El catalán como lengua vehicular y de aprendizaje en el sistema educativo. (por lo tanto excluyente del idioma español)
  • Ampliación de la Consejería de Acción Exterior y UE y apoyo al programa del cuerpo consular establecido en Cataluña; así como reforzar la presencia de la Generalitat en organismos y agencias internacionales

Ni una palabra en ese acuerdo de investidura, sobre la rebaja del tiempo para la atención sanitaria en las listas de espera, lo que implicaría mayor inversión en nuevas plazas de profesionales sanitarios.

Ni una palabra sobre la mejora de la calidad en la Educación Pública. Su único interés es reforzar la Gestapo lingüística, por medio de la marginación absoluta del idioma español. Acabarán poniendo multas a los profesores o alumnos que sorprendan hablando español (denles tiempo).

Nada que ver con las declaraciones de Illa de febrero de 2023 en las que prometió su negativa radical a reeditar un tripartito en Cataluña, ni con la de algunos medios de comunicación subvencionados, que han intentado engañar a la ciudadanía diciendo que con su presidencia, acabarán 14 años de gobiernos independentistas. Es justo todo lo contrario, los hechos están demostrando que con su Govern se dará respiración asistida a la secesión.

Cambia la nomenclatura de los partidos y personas en el Govern de la Generalitat, para mantener las mismas políticas continuistas de los últimos 14 años. No es un cambio de ciclo, es simplemente un cambio de personas y siglas, que favorecerán los intereses personales de los nuevos gobernantes, al tiempo que seguirá perjudicando los intereses colectivos de la mayoría social.

¿Quien gana y quien pierde con este cambalache?

Con tan solo el 13 % de los votos del censo electoral catalán —425.000 votos—, ERC ha impuesto los 3 puntos principales de su programa electoral.

Gana, pues, ERC que ve cumplido su programa secesionista, el único que le importa, después de fracasar estrepitosamente con sus políticas en Educación, Sanidad, Vivienda y Seguridad Pública.

Viendo el organigrama de gobierno, es más que obvio que van a crear una ingente cantidad de puestos de trabajo como funcionario público en los ámbitos exigidos por ERC —Exterior, Inmigración, Política Lingüística— que están destinados a los militantes que mantienen el aparato de ERC, que probablemente asuma la dirección de esas Consejerías en un futuro inmediato.

Gana Salvador Illa y el PSC, que asumen en primera persona el poder institucional para aplicar el programa secesionista de ERC.

¿Quién pierde?

Pierden los ciudadanos catalanes que usan la lengua española de forma mayoritaria, ya que con este acuerdo se verá postergados en la Administración Pública y en la Enseñanza, a pesar de la obligatoriedad en la cooficialidad, que establecen la Constitución Española, el Estatuto de Cataluña y las numerosas sentencias judiciales que obligando al Govern de la Generalitat, han sido reiteradamente incumplidas por esta.

Pierde la ciudadanía de Cataluña que seguirá viendo cómo se desvían los recursos económicos de sus impuestos a la duplicidad de “embajadas en el extranjero” que ya están cubiertas por el Estado Español.

Pierde la ciudadanía del conjunto de los pueblos de España, que ve como el Gobierno Central, por el propio interés personal de su Presidente, permite que la segunda CC.AA más rica del país deje de contribuir a la caja común de solidaridad interterritorial.

Pierde el conjunto del pueblo español que comprueba con tristeza y rabia contenida, como se elimina el principio de IGUALDAD, que rige nuestra Constitución, para favorecer los privilegios de las regiones más desleales con España. Con evidente peligro de fracturar la unidad territorial, para invertir a marchas forzadas en una confederación que satisfaga a los partidos que sostienen a P. Sánchez –BILDU, ERC; BNG; JUNTS; PODEMOS, y SUMAR,— que son los que reclaman esa confederación, que presagia terribles enfrentamientos de imprevisibles consecuencias.

Perspectivas de futuro

Para seguir combatiendo a favor de la mayoría social, para conseguir mayores cuotas de calidad e igualdad en la Educación, en la Sanidad, en la Seguridad Pública, en respeto al uso normativo y legal de la lengua española, hace falta una izquierda consecuente, de ámbito estatal, que se comprometa a denunciar con fuerza el rumbo confederalizante que está siguiendo la política española, con la nave nodriza catalana al frente, y la vasca detrás. Una izquierda que esté en la calle, llamando a la movilización social por la mejora de las condiciones de vida.

Desde la humildad de un pequeño partido político, AIRES no cejará en hacer denuncias con mucha pedagogía social, impulsando esas protestas y llamando a la lucha activa.