La calle Martí Julià

La calle Martí Julià

Entre las pocas calles que, en l’Hospitalet, recuperaron el nombre que se había puesto durante la II República, hay una dedicada a un médico psiquiatra y político que se encuentra en la barriada de Collblanc. Se trata de la calle Martí i Julià que durante todo el período de la dictadura del general Franco homenajeaba a un militar golpista, el primero que pocos meses después de proclamada la República ya se alzó contra la legalidad vigente: el general José Sanjurjo. Parecía evidente que la calle del general Sanjurjo había de ser una de las primeras, junto con la del Generalísimo y General Mola que pronto cambiaran de nombre. Y así se hizo el 9 de mayo de 1979, cuando uno de los primeros plenos municipales de la democracia devolvió el nombre de la calle a quien la ostentó entre el 30 de abril de 1931 y hasta el 17 de noviembre de 1939.

La calle Martí i Julià, que nace en la carretera de Collblanc y va a morir a la Ronda de la Vía, en La Torrassa, atravesando el barrio de norte a sur, recuerda a Domènec Martí Julià médico psiquiatra y político catalanista, de tendencia socialista. Nacido en Barcelona en 1861 y muerto también en Barcelona en 1917, fue, entre 1903 y 1906 y más tarde entre 1914 y 1916, presidente de la Unió Catalanista, organización conservadora independentista que Martí Julià orientó hacia un socialismo conciliador en sus últimos años. Como psiquiatra, Doménec Martí fue director del Frenopático de Les Corts y presidió la Societat de Psiquiatria i Neurologia de Catalunya, introduciendo innovaciones que fueron muy elogiadas en la época. Cuando se instituyó la República, el consistorio republicano de l’Hospitalet le puso el nombre de esta calle (pleno municipal del 30 de abril de 1931) que existía desde el año 1902, cuando se abrió y parceló sobre terrenos de Climent Mas (el propietario del cual recibió el nombre la calle Mas) y de los hermanos Marcel y Pere Romaní Torrella, propietarios barceloneses.

A primeros del siglo XX, sobre esos terrenos entonces sin urbanizar, se abrieron 10 calles a medida que se iban parcelando y vendiendo. Parece que el primer tramo construido fue el que existía entre las calles Holanda y Ronda de la Torrassa, abriéndose posteriormente hasta la calle Goya en 1905. En el trazado de la calle, en su confluencia con Holanda se ven, todavía hoy, las irregularidades del trazado en virtud de las autoconstrucciones y las delimitaciones de las propiedades vendidas. Hacia 1907, la calle crece por el sur hasta la Ronda de la Vía y en la década de 1920 por el Norte, hasta la carretera de Collblanc. Un edificio en Marti Julià con Campalans que conserva la fecha de su construcción da testimonio de esos años: 1926. Hacia 1928 la calle se termina con el dibujo actualmente existente.

Desde que se fue abriendo la calle y hasta el advenimiento de la República —como sucede con muchas de las calles de Collblanc y La Torrassa trazadas sobre propiedades de terratenientes barceloneses—, adquiere el nombre de los propietarios, en este caso con una salvedad curiosa. La calle se llama Romanins, haciendo referencia plural a los hermanos Romaní.

Otra curiosidad que tiene mucho que ver con sus orígenes. Pocos vecinos de la zona ignorarán la existencia en esta calle, hasta no hace mucho, del popular cine Romero, llamado así por la castellanización del apelativo Romaní, nombre de los propietarios de los terrenos. El cine Romero, en el corazón de La Torrassa, tenía mucha historia entre sus paredes —cerró en 1974— porque fue testigo de muchos actos y mítines sindicales y obreros.  Entre sus muros se oyó, entre muchas otras, las voces de Federica Montseny en 1934 y de los anarquistas Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso  en 1936.

Por Lluís Berbel y Jesús A. Vila

La calle Roselles

La calle Roselles

Ningún nomenclátor —dícese del catálogo de nombres de las calles de una ciudad— es perfecto. En L’Hospitalet tampoco. Dicen, quienes lo han estudiado en detalle —El Centre d’Estudis de L’Hospitalet básicamente—, que hay 27 repeticiones. Hoy vamos a hablar de una de ellas.

Se trata de una calle que desemboca en la Plaza del Ayuntamiento y que nace tres travesías más allá, cerca de la Plaza Virgen de Montserrat popularmente conocida en el barri Centre como Plaça del Bacallà. Algún día explicaremos por qué. Roselles, rotulada en catalán, existe desde el 6 de octubre de 1988 cuando el ayuntamiento en pleno aprobó el nomenclátor oficial de la ciudad en catalán. Hasta esa fecha, con una única salvedad —la del plano oficial de la ciudad que editó el Ayuntamiento en 1970, que la rotulaba curiosamente en catalán— la calle se llamaba Rosellas, que en castellano americanizado apenas quiere significar unas aves, unos hongos o lo que es peor, unas polillas. Nada que ver con la idea del nombre original que en catalán significa exactamente esa flor roja de los trigales que en castellano llamamos amapola. Por lo que parece, al final de esa calle, cuando se abrió, habían campos y en primavera se teñían de rojo. La gente al citarla indicaba esa ubicación: “ a prop del carrer de les roselles…”, aunque en realidad ese fue un nombre popular, no su nombre oficial que tomó realmente en septiembre de 1939.

Cuando esa calle se abrió, el 4 de enero de 1879, tomó el nombre de la casa que hacía esquina con el nuevo trazado y la plaza del Ayuntamiento: Can Perutxo, ubicada sobre el número 40, en aquellos años, de la calle Mayor. Fueron los herederos de Josep Mestres i Riera quienes pidieron permiso municipal para parcelar su propiedad y abrir un pasaje de 34 palmos de anchura “por donde deberán transitar libremente a todas horas, personas, carros y carruajes”. En realidad se trataba de la primera calle que enlazaba la Vila Vella con la Marina, esto es, la zona urbana con los campos del sur. Y representó, en este sentido, el primer intento de ensanche, sobre el lado mar del trazado urbano del núcleo antiguo, aunque el que efectivamente se consolidó llegaría después, en 1883 con la apertura de las calles Rossend Arús, Príncep de Bergara, Sant Roc, Provença i Josep M. de Sagarra. Un poco antes, en 1867, ya se había abierto el carrer Nou de l’Església, en el lado montaña.

La calle se llamó oficialmente Pasaje Perutxo hasta junio del año 36 cuando el portavoz del Casal de ERC del distrito 1 de Barcelona, Pere Pié, pidió por carta al consistorio hospitalense cambiar el nombre del pasaje Perutxo por carrer Francesc Layret. Jaume Mateu, concejal de Foment del gobierno municipal republicano asumió la propuesta y elevó a la Comisión de Gobierno el cambio de nombre en julio del 36, un poco antes de la sublevación militar. Ya en plena guerra, el 2 de septiembre de ese mismo año, la calle Perutxo desaparecía y tomaba el nombre del abogado laboralista Francesc Layret, defensor de los obreros y asesinado en 1920 en Barcelona por miembros del Sindicato Libre a sueldo de la patronal.

Recién acabada la guerra y hasta finales de mayo, una de las primeras medidas del consistorio franquista consiste en cambiar todos los nombres de las calles que “atenten contra el Régimen Nacional Sindicalista y el Gobierno del Movimiento Nacional” cambiados en su día por los Ayuntamientos de la República “y marxistas”.

Hasta noviembre del 39 no se cambia Francesc Layret por Rosellas, esta vez no por el anterior nombre oficial, probablemente porque Perutxo tenía una grafia catalana y porque debían ignorar de queiken se trataba específicamente y ante la duda… El trabajo de meditar sobre los nombres recayó sobre la Falange local que propuso dos alternativas para esa calle Rosellas o Capitán Hernando Prats —finalmente nombre adscrito a una calle de Santa Eulalia.

Cuando bien entrada la democracia se modificó y se oficializó el nomenclátor en catalán, la calle Roselles recuperó la grafía correcta y Francesc Layret su calle en Collblanc. Pero en Pubilla Casas, como consecuencia del diseño de Puig Gairalt en 1925 que diseñó para esa zona un ensanche de ciudad jardín, muchas de las calles abiertas tomaron nombres de flores y Amapolas fue una de ellas. Hoy, la calle Amapolas sigue existiendo y es una de las pocas rotuladas en castellano en el nomenclátor hospitalense para no darse de bruces con la calle Roselles del Centro.

Esa calle Amapolas, nacida en 1948 y desde 1960 sin salida, tiene un pedacito de historia porque en el entresuelo del número 28 se fundó en los años 70 la Asociación de Vecinos de Pubilla Casas, La Florida y Can Vidalet, que se llamaba así incluso después de aparecer la de La Florida y que se fundó con el nombre de los tres barrios vecinos —Can Vidalet siempre perteneció a Esplugues, aunque algunos vecinos siempre han reivindicado su incorporación a l’Hospitalet— por temor a que el gobierno civil franquista restringiera los permisos para nuevas asociaciones de vecinos.

Por lo que corresponde a la calle Roselles, cabe señalar que en uno de sus bajos nació la Llibreria Perutxo —existente hoy todavía en la Rambla Just Oliveras— que tomó el nombre precisamente del primer rótulo de esa calle y mantiene todavía un pequeño núcleo de viviendas catalogadas, las casas del 7 al 11, del 23 al 25 y del 29 al 33, muestra del tipo de residencia original de planta y piso.

Por Lluís Berbel y Jesús A. Vila

La calle Pau Sans

Retrato de medio cuerpo de Pau Sans i Guitart. (1836-1900). Extraído del Archivo Municipal de l’Hospitalet.

Pese a que durante la época de Franco muchas calles de l’Hospitalet cambiaron su nombre, especialmente aquellas de honda significación democrática o catalanista, hubo una, dedicada a un personaje nacido en la ciudad, que se mantuvo, si bien se castellanizó el nombre. Nos estamos refiriendo a la calle de Pau Sans, en el distrito de Sant Josep, entre Prat de la Riba i Avinguda Carrilet. Entre 1939 y 1988, la calle Pau Sans se llamó oficialmente Pablo Sans, pese a que Pau Sans i Guitart  fue un político catalanista de reconocida entidad.

Nacido en l’Hospitalet en 1836 y muerto en Barcelona al albor del siglo (1901) fue ingeniero industrial especializado en redes ferroviarias y a la vez político y poeta. Pudo estudiar gracias a la relativa estabilidad familiar puesto que su padre regía una taberna en la calle Mayor, donde vivió con sus padres y hermanos hasta el fallecimiento del padre, hacia 1850-55. La madre, era originaria de Sant Feliu y él era el mayor de ocho hermanos. Convertido en ingeniero, residió un tiempo en Zaragoza como técnico de la compañía de los Ferrocarriles de Zaragoza a Pamplona y Barcelona y más tarde se convirtió en ingeniero-jefe de movimiento de la Compañía de Francia, donde tuvo que abandonar el cargo en un conflicto obrero por dar la razón a los maquinistas que tenía bajo sus órdenes. Fue el primer director de La Tracción Ferroviaria Ilustrada, revista de contenido obrerista en defensa de los intereses de los ferroviarios y ya con cincuenta años fue nombrado ingeniero municipal de la ciudad en un momento de considerable flujo de nuevas instalaciones industriales. Vinculadas con esta temática del ferrocarril fueron sus primeras obras: La locomotora en acción (1868) para uso de maquinistes y fogoneros, Guia de maquinistas y fogoneros de ferrocarriles (1888), Preguntas y respuestas relativas á la conducción y conservación de las locomotoras (?), Colección de problemas de aritmética con aplicación a la industria (1887), y Detalles elementales de la construcción y funciones de la locomotora (?). También escribió la memòria económica El porvenir industrial de Zaragoza (1885) y multitud de artículos técnicos en revistes especializadas del sector hasta 1896.

Vinculado estrechamente a l’Hospitalet durante toda su vida, participó activamente en la fundación del Casino de l’Harmonia (1866) entidad de configuración progresista muy activa durante el sexenio revolucionario (1868-1874) y dio clases de aritmética y geografía en el Ateneu Obrer por lo menos durante los años 1886 y 1887.

Además de ingeniero y escritor de libros técnicos destacó por su numerosa producción poética, en muy buena parte inédita y compilada en el fondo a su nombre, del Arxiu Municipal. Algunos poemas fueron publicados en La Renaixença, donde fue redactor desde 1866, firmados como Pau de Provençana (1882) y otros en La Il·lustració Catalana (1866). Varios de esos poemas (Festa Major, Enyorament…) están dedicados a la ciudad, y hay otros como Un trist record, 1714 (1885) a la efeméride del 11 de septiembre de 1714. Escribió entre 1854 y 1895 también relatos y diversas piezas teatrales, una de las cuales, Lo dia del cop (1889), fue estrenada en dos de las entidades más vigorosas de la ciudad, el Casino de l’Harmonia y el Casino del Centre. En la Fiesta Mayor de 1890, la Societat Coral La Campestre estrenó una de sus canciones más conocidas, La locomotora, con música de Antón Vaqué.

Su prestigio literario le llevó a formar parte del Jurado (como secretario y mantenedor) de los Juegos Florales de Barcelona de los años 1887 y 1888 junto a personalidades de las letras como Jacint Verdaguer, Àngel Guimerà o Marcelino Menéndez y Pelayo.

Como político fue el primer presidente de la Lliga de Catalunya (1887) y más tarde de la Unió Catalanista. Fue el primer firmante del “mensaje” a la Reina Regente en mayo de 1888 hecho por la Lliga  y que se considera, por su dimensión histórica y por el listado de reivindicaciones, uno de los textos fundacionales del catalanismo político, a la vez que participó activamente como representante de l’Hospitalet en la elaboración del documento de Les Bases de Manresa (1892).

Esta activa participación supondría uno de sus últimos actos públicos. A partir de 1894, los achaques de la vejez y sus penalidades familiares (en pocos años mueren un hijo de 13 años, una hija de 19 y su mujer), le mantienen recluido hasta que fallece en octubre de 1901.

Curiosamente, habrá que esperar hasta 1923, unos meses antes del golpe de Estado de Primo de Rivera, para que l’Hospitalet le dedique una calle. Es en junio de 1923 y la decisión incluye la autorización bilingüe del rótulo, aunque en la Guía Oficial de 1928-1929, la calle Pau Sans se encuentra rotulada en catalán. Se mantiene como carrer Pau Sans hasta 1939, en que se castellaniza el nombre sin que, curiosamente, desaparezca del nomenclátor. Se ve que pesó mucho más el carácter local del personaje que su trayectoria pública. Por una vez se impuso el sentido común. En octubre de 1988 se oficializó el nombre que mantiene en la actualidad.

Por Luis Berbel y Jesús A.Vila

“El hacinamiento es una de las mayores fuentes de contagio“, según Milagros Pérez Oliva

Foto de Milagros Pérez Oliva

21 de septiembre de 2020

“El principal factor de riesgo de contagio del virus, diferencial, es pertenecer a una comunidad socio-económica vulnerable porque las condiciones de vida en que viven estas personas hacen que esten más expuestas a entrar en contacto con este virus”, manifestó  Milagros Pérez Oliva, periodista y especialista en temas sanitarios, en una conferencia organizada por la entidad “Tres Quarts, Cinc Quarts” de l’hospitalet bajo el título  “Més enllà del Covid-19”.

“El virus progresa y se contagia más allí donde hay unas condiciones de vida más proclive a las condiciones de contagio: convivencia, hacinamiento y mucha gente junta”, subrayó Milagros Pérez.

Con una ejemplar exposición realizada, la periodista se manifestó una ferviente defensora de la sanidad pública. Consideró que “ha sido una de las grandes conquista sociales que tenemos en España” y es uno de los activos más importantes de los últimos 40 años de democracia. “Tener un sistema universal y gratuito y que nos protege a todos por igual sin hacer ningún tipo de distinción ni por situación económica, ni lugar de nacimiento ni por condición de género ni de raza, es una riqueza extraordinaria”, sentenció Milagros.

La asistencia asegurada

Tener asistencia asegurada es uno de los mayores niveladores que tenemos. Factor de equidad de primer orden, sin él, la cohesión social no existiría como tal y  estaríamos hablando de otra cosa”, afirmaba la periodista. Y añadía: “Si precisamente hablamos de cohesión social es porque tenemos dos pilares del Estado de Bienestar  que son: el sistema sanitario y el sistema educativo. Ambos proporcionan asistencia y garantizan educación y sanidad gratuita para todo el mundo. Garantiza la igualdad de oportunidades para todos”.

“Tenemos un modelo sanitario excelente”, recalcó Milagros en su exposición y manifestó que “si el mejor de los modelos no tiene los recursos adecuados, no será todo los excelente que podría ser”. La falta de recursos e inversiones ocasiona que no podamos sacar todo el provecho. Todo y así, nuestro modelo resiste la comparación con otros modelos que no son de cobertura universal gratuita.

Podemos compararlo con el de Gran Bretaña, primero con un sistema de salud pública universal pero que con los recortes de Margaret Thatcher, que empezaron  incluso antes que en el nuestro, el sistema está prácticamente depauperado exraordinariamente. Su sistema está mucho peor que el nuestro. Ha habido una ofensiva ideológica muy fuerte a favor de la privatización.

Francia y Alemania

Otros modelos que son de cobertura universal pero no de provisión pública como pueden ser el  francés y el alemán garantizan la equidad porque garantizan la cobertura universal pero son más caros.

Podemos decir que nuestro sistema, entre los recursos que dispone y los resultados que obtiene, en todos los estudios comparativos aparece como uno de los más eficientes del mundo. Con menos recursos obtiene los mismos resultados que otros sistemas que son más caros.

España gasta un 6,4% del PIB en la sanidad pública, aún estamos lejos de la media europea. Pero si comparamos, nuestro sistema con los liberales o ultra liberales como funciona en EE.UU., no hay color. Milagros dio algunos datos sobre el sistema americano.

Familias hundidas por el gasto sanitario

En Estados Unidos, se pasó de ocupar el 6,4 del PIB al 17% del PIB con las reformas de Barack Obama. Aun así, un 40 millones de habitantes no tienen cobertura sanitaria. Un 63% de las familias que se han hundido económicamente, la causa ha sido por tener que afrontar tratamientos médicos que no cubría la sanidad pública.

En España no se han hecho grandes inversiones desde hace 20 años. La sanidad pública debería subir el gasto actual en dos puntos por encima del PIB. España mantuvo el gasto medio que se realizaba a a nivel europeo hasta el 2009. A partir de aquí se produjo unas rebajas importantes. Comparando el presupuesto de 2009 con el 2015 hay una diferencia negativa de cerca de 10.000 millones. “Hay una descapitalización del sistema sanitario”, afirmó Milagros Pérez. Y añadió: “en los últimos 6 años la reposición de personal ha sido cero”

La pandemia por el coronavirus ha hecho que  toda la maquinaria sanitaria se dedicara al tratamiento de esta enfermedad. Y quedaban desatendidas otras patologías. El  resto de enfermedades, seguían apareciendo. Se dio la paradoja que a finales del mes de junio hubieron muchos enfermos con cardiopatías por no ser tratados debidamente.

Grandes Diferencias entre las CCAA

Otro hecho destacado en la conferencia, es la gran diferencia entre Comunidades Autónomas. Un ejemplo es la diferencia existente entre Asturias, País Vasco y Navarra, con un gasto sanitario superior, alrededor de un 30% superior al de Andalucía.

Se ha realizado una inversión importante en hospitales y hoy en día todos los habitantes disponen en menos de 100 Kms. un hospital e referencia

Aún así, la sanidad ha tenido poca atención política. La sanidad no ha sido la prioridad para los Gobiernos. En 10 años, 9 ministros. Y ninguno de ellos tenía ningún conocimiento.

Los retos de la sanidad es la misma para todos los países del mundo.

1.- Presupuestaria y financiación.

2.- Afrontar la nueva demanda sanitaria

2. Cambio del perfil del enfermo. (Pacientes crónicos)

4. Mayores inversiones en la  Asistencia Primaria y en la red Pública de Salud

Es necesario una humanización del sistema sanitario sino se hace, los usuarios de la sanidad pública puede irse a la privada cuyo objetivo número uno, es el desmantelamiento de todo lo público.

Por Lluís Berbel

Sed de cultura en el primer acto literario en L’Hospitalet tras la pandemia

17 de septiembre, 2020

¿La emergencia sanitaria está erosionando nuestra democracia? ¿Corren peligro nuestros sistemas democráticos por las tensiones a las que les arrastra el control de la pandemia? Estas preguntas protagonizaron el primer acto cultural público celebrado en la principal biblioteca de L’Hospitalet, la Tecla Sala, desde el inicio de la pandemia, unos interrogantes sobre los que debatieron los autores de un libro recién aparecido, ¿Son demócratas las abejas? La democracia en la época del coronavirus (Diëresis), el filósofo Antonio Fornés y el historiador y periodista Jesús Vila, ambos nacidos en Hospitalet.

Antonio Fornés firmando a la izquierda y Jesús A. Vila firmando a la derecha.

El interés y actualidad de la presentación, que se celebró coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, atrajo a un nutrido público que llenó el aforo (al 50%) de la sala de actos de la biblioteca. Quedó patente así la sed de cultura que los ciudadanos tienen tras el obligado parón del confinamiento y se demostró que, si se toman las adecuadas medidas de seguridad y distanciamiento, hay un interés manifiesto por volver a participar en eventos literarios como éste.

En el libro, los autores debaten sobre “la necesidad de que la democracia evolucione”. Y uno de los temas que más interés suscitó durante la presentación fue si las políticas municipales en Hospitalet, de urbanismo y vivienda en particular, han provocado un inesperado “daño colateral” durante la pandemia, ya que la elevada densidad de población en la ciudad habría contribuido a un mayor índice de contagios que en otros lugares. Sobre este tema, el coautor Jesús Vila señaló que l’Hospitalet nunca ha vivido un cambio de partido en su liderazgo municipal desde las primeras elecciones democráticas, hace ya 41 años, “más tiempo que la dictadura franquista”, algo que, a su entender nos debe hacer reflexionar sobre las mejoras pendientes en nuestro sistema democrático. Estas se analizan en ¿Son demócratas las abejas?, cuyo título alude a la paradoja de que una sociedad que funciona perfectamente, la colmena de abejas, no es democrática. Los autores advierten de que tal vez nos dirigimos hacia un futuro así.

Por José Ángel Martos

José Ángel Martos

Es periodista, escritor, editor y CEO de la Editorial Diëresis.

Socialistas junto con Ciudadanos impiden la apertura de una comisión que investigue las irregularidades en el Consell Esportiu de L’Hospitalet

Núria Marín, l’alcaldessa de L’Hospitalet del Llobregat

Al final del mes de septiembre, la juez que lleva el caso comenzará a tomar declaraciones

16 de septiembre, 2020

L’Hospitalet. -A finales del mes de junio, y en uno de los últimos plenos que celebró el Ayuntamiento de L’Hospitalet, Socialistas y Ciudadanos impidieron que se formara una comisión para la investigación de las irregularidades denunciadas en el Consell Esportiu de la ciudad. ERC, L’Hospitalet en Comú y PP votaron a favor y solicitaron también que el Ayuntamiento se presentara como acusación particular para preservar los derechos de la ciudadanía. Esta moción, también fue rechazada con los mismos votos.

Durante el debate de la moción, los tres concejales del PSC relacionados con el caso se ausentaron del pleno. Por un lado, el edil denunciante, Jaume Graell y por otro, los dos que fueron detenidos, Cristian Alcázar y Cristóbal Plaza.

Ana González, portavoz de L’Hospitalet en Comú, criticó que la alcaldesa no hubiera realizado una comparecencia pública para explicar a la ciudadanía lo que había sucedido y la actitud del Ayuntamiento. Todos los grupos municipales intervinieron en el Pleno y el impulsor de la moción, demandando la comisión, Antonio García, portavoz de ERC y jefe de la oposición justificó su demanda en que ha de haber “luces y taquígrafos” y que el consistorio “actúe con la máxima transparencia, colabore de forma activa con la justicia y que facilite toda la información a la oposición”.

El primer teniente de alcalde de L’Hospitalet, Fran Belver, ha defendido que el consistorio ha dado siempre toda la información de la que disponía a todos los portavoces de la oposición y que ahora la cuestión está en manos de la justicia, con la que ha subrayado que colaboran “desde el minuto cero”.

“Evidentemente, el PSC será inflexible con cualquier rastro de delito, cuando se demuestren y se prueben, pero no haremos juicios paralelos ni una caza de brujas”, ha subrayado Belver, que ha acusado a ERC de usar el caso y la moción para obtener rédito político.

La moción de ERC no prosperó pese a que el PSC se encontraba en minoría al tener que ausentarse los tres regidores de gobierno implicados. En el pleno se produjo la abstención de Ciudadanos, unos votos que impidieron, por la correlación de fuerzas locales, que se impulsara esta comisión de investigación y que el Ayuntamiento se personara como acusación en la causa.

Para el republicano Antoni Garcia esta maniobra fue una “pinza entre PSC y Cs para taparse las vergüenzas mutuamente”. En palabras de los miembros de C’s la posición de ERC en esta moción que no respaldaron en el pleno es “pura escenificación. Unos cuantos tweets y fotos pero que no llevan a ningún sitio”.


El juez iniciará antes de final de mes las declaraciones a los implicados y decdirá si encausa a los denunciados. Hay que recordar que el pasado miércoles de 10 junio, la Policía Nacional registró la sede del Consell Esportiu -entidad privada dedicada a la promoción del deporte escolar, cuya comisión directiva está formada por seis personas designadas por el consistorio- en el marco de una investigación en la que un juez investiga si el organismo destinó a fines particulares algunas de las ayudas públicas que gestiona, y justificó las subvenciones concedidas mediante documentación mendaz.

Entre los delitos que se investigan, hay presuntos desvíos de fondos públicos, malversación, apropiación indebida y falsedad documental.

Por Lluís Berbel

Y ahora, encima, pedalable

Hospitalet está en el mismo centro de lo que ha venido en llamarse, con más bien poca originalidad, la segunda ola de la pandemia de coronavirus. Desde el inicio de este horror, más de 8.600 conciudadanos se han contagiado, y de los siete centros de atención primaria catalanes que más casos detectan, cinco son de mi querida ciudad. Esto no puede sorprender a nadie, pues en la ciudad con mayor densidad de población de Europa, superior a los veinte mil habitantes por kilómetro cuadrado, si hay algo realmente difícil es, obviamente, mantener las distancias…

La epidemia, pese al alud de pseudoinformación que sufrimos a través de los medios de comunicación, en muchos sentidos sigue siendo un misterio, la respuesta científica ha sido, de entrada, medieval: encerrarnos en casa, lo que ha demostrado una vez más que la todopoderosa ciencia, ese dios al que presuntamente todos debemos adorar sumisamente, no es ni tan poderosa ni tan omnisciente… Pero claro, si la respuesta de la ciencia ha sido lenta y confusa, la de nuestros “insignes” políticos, como suele ser habitual, ha ido mucho más allá de lo que cualquier mente medianamente sensata podía esperar. Así durante los meses que han pasado desde marzo hasta aquí, nuestros políticos nos han dicho que no habría más allá de algún contagio aislado, que lo de la mascarilla era absurdo y egoísta, que puedo correr sin mascarilla por la calle, pero no andar, que he de mantenerme siempre a 2 metros de todo el mundo salvo en el metro, el avión y en el ave, en cuyo caso sí puedo apretujarme sin problemas, porque al parecer en esos espacios el Espíritu Santo ejerce una protección especial sobre los seres humanos que hace innecesaria toda prevención. Pero eso sí, solo en el interior de los artefactos, pues la última vez que tomé un avión, hace unas dos semanas, los auxiliares de vuelo, sabedores de las limitaciones divinas, me obligaron a mantener las distancias en toda la cola de embarque, para ser enlatado después, cual sardina de Santoña, en el interior del repleto avión…

Pero queridos ciudadanos, no nos preocupemos, porque nuestro queridísimo gobierno municipal no es como el resto de políticos y ha dado con la tecla que resolverá de una vez el problema de las distancias en esta pequeña Calcuta, feliz expresión acuñada por el periodista y amigo Jesús Vila, en que nos ha tocado vivir: la nueva red básica pedalable (no sé si esta última palabra existe en realidad…). Magnífica idea que nos sitúa en primero línea de lo “moderno” y lo “fashion,” ¡claro que sí! Que la medida sea mínimamente eficaz o un absurdo total da absolutamente igual, lo importante es el postureo, aquí lo significativo es que Hospitalet sea “pedalable” (menudo horror de palabra), que podamos pintar minicarriles imposibles con alegres colores, eso es lo importante.

A estas alturas, espero que la mayoría de ustedes, queridos lectores, me estén calificando de reaccionario, es a lo que aspiro, pues nunca como ahora uno puede sentirse tan orgulloso de declararse antimoderno.    

Para los “modernos” dejo el diseño del Hospitalet “pedalable” (pero, ¿no les da risa la expresión?), porque por supuesto, en una ciudad en la que si todos sus ciudadanos decidimos salir a la calle en el mismo momento, literalmente no cabemos, efectivamente lo que se hace imprescindible son más carriles bici… Pues total, pese a que actualmente es ya prácticamente imposible circular por nuestra colapsada ciudad, por sus estrechas calles donde la gente vive hacinada y resulta absolutamente imposible aparcar, en Hospitalet se sigue construyendo de forma desenfrenada con la aquiescencia y el beneplácito de nuestro ayuntamiento, y cada palmo de tierra que queda libre se convierte, en pocos meses, no en un parque, sino en un nuevo edificio.

Así que, ¿por qué no? Añadamos a ese caos más ciclistas incívicos que con sus bicis de quince kilos impulsadas por la fuerza motriz de dos piernas se mezclarán alegremente con coches de más de una tonelada de peso y ciento cuarenta caballos de potencia, ¿qué puede salir mal?

Sí, ya sé que es reaccionario y poco moderno decir que con ridículos carriles bici no se lucha contra el coronavirus, que lo que deberían haber hecho todos los alcaldes democráticos de Hospitalet es oxigenar la ciudad, frenar la construcción y diseñar parques y zonas verdes, pues eso sí que estaría contribuyendo ahora, de forma efectiva, a la lucha contra el coronavirus. Pero yo solo soy un antimoderno que cree que Hospitalet no es Holanda, sino una ciudad mediterránea, ¡qué sabré yo comparado con los modernos!

Antonio Fornés

Antonio Fornés

Doctor en Filosofía y licenciado en Humanidades por la Universidad Ramon Llull de Barcelona. También se diplomó en Ciencias Religiosas y completó tres másters, entre ellos el de Edición de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor del libro Viaje a la sabiduría, Reiníciate, Creo y Las preguntas son respuestas, Es colaborador de Radio Nacional de España y de distintos medios escritos.