L’Hospitalet, el paraíso de la venta o alquiler de habitaciones, la co-propiedad de viviendas y la inversión especulativa

Plataformas, empresas y particulares sin escrúpulos se inventan fórmulas para aprovecharse de la necesidad de vivienda especialmente para jóvenes y hacer negocio

Algunos propietarios de viviendas acuerdan con sus inquilinos realquilar habitaciones para así evitar los topes legales en los precios del alquiler, mientras aparecen empresas de venta de habitaciones y también ofertas para inversores en habitaciones. Por cada habitación de alquiler ofertada en las plataformas, hay 22 personas de media que se interesan por ella.

Los elevados precios y la enorme competencia para acceder a una vivienda en alquiler siguen provocando que muchas personas no tengan más remedio que acudir al alquiler de habitaciones. Esta situación ha provocado que el número de contactos que recibe cada habitación ofertada en las plataformas haya alcanzado las 22 personas interesadas, según un estudio publicado por idealista con datos del segundo cuatrimestre de este año. Este número ha sido menor que en el caso de la vivienda completa, gracias a que la oferta disponible de habitaciones ha crecido un 24% en el último año.

El mercado de las habitaciones es el negocio inmobiliario más floreciente en l’Hospitalet. Varias son las fórmulas que han aparecido en la ciudad, tanto de alquiler como de venta en régimen de copropiedad, pero también han surgido otras de reclamo a los inversores interesados en comprar estudios y apartamentos a una empresa que se compromete a gestionar su alquiler temporal.

Realquiler especulativo

Algunos propietarios que tienen viviendas arrendadas acuerdan con sus inquilinos realquilar habitaciones para que ambos obtengan beneficios. De esta forma, el inquilino que tiene su contrato de alquiler en regla puede ver compensada total o parcialmente la renta que tiene que abonar realquilando, por ejemplo, dos habitaciones. Mientras, el propietario de la vivienda también obtiene un extra añadido sin ver sus ingresos limitados por los topes a los alquileres establecidos por la Ley de Vivienda y el Govern de la Generalitat por la declaración de l’Hospitalet como zona de mercado residencial tensionado, lo que restringe el precio de los nuevos contratos y la actualización de los existentes a un índice específico.

También se da el caso de propietarios de viviendas que directamente alquilan sus pisos por habitaciones, superando igualmente los límites de precios establecidos legalmente. Incluso hay casos en Bellvitge en los que sus propietarios han convertido el comedor en dos habitaciones que alquilan junto a las tres habitaciones con las que cuentan las viviendas, todas ellas con llave en la puerta. El precio del alquiler en estos casos es de 500 euros por habitación de media, que multiplicados por 5 habitaciones supone unos ingresos de 2.500 euros sin declarar, pagando en efectivo, lo que se conoce popularmente como “en negro”. Además, los propietarios se niegan a que los inquilinos puedan empadronarse y así evitan cualquier control fiscal. En estos casos, los inquilinos de las habitaciones solo comparten el baño y la cocina.

Pero los casos más lacerantes son los que sufren algunas familias que viven en una habitación realquilada: la pareja y sus hijos, con una ventana que da a la pared del patio interior y sin aire acondicionado, con el agravante de tener limitaciones horarias al uso del ventilador porque el dueño se lo prohíbe para que no se encarezca el recibo de la luz. En plena ola de calor. Son decenas de familias en habitaciones que ven limitado el uso de los aparatos de ventilación, obligados por sus caseros. Para darles solución, Cáritas ha abierto sus centros como refugios climáticos para que se puedan refrigerar, al tratarse, principalmente, de un problema de salud, según señalan los responsables de su centro polivalente en l’Hospitalet, donde acogen a madres con sus bebés durante el día para que los puedan amamantar y refrescar, pero que al atardecer deben regresar al “zulo” de su habitación, por la que pagan unos 400 euros de media.

Hipotecarse, más barato que alquilar

Cada vez más ciudadanos descubren que pagar una hipoteca puede ser más asequible que alquilar. Así lo revelan diversos estudios recientes, que muestran un fuerte cambio de mentalidad en cuanto al acceso a la vivienda. Y es que, durante décadas, comprar una vivienda ha sido percibido como un paso inalcanzable para muchos españoles, especialmente entre los jóvenes. Sin embargo, la tendencia parece estar cambiando. En muchas ciudades como l’Hospitalet, si se mira la mensualidad, la cuota mensual de una hipoteca ya es inferior al precio de un alquiler, marcando un giro significativo en la mentalidad de quienes buscan acceder a una vivienda.

Este cambio se está produciendo por un contexto donde los precios del alquiler continúan disparados (han subido un 10 por ciento interanual), mientras que las condiciones hipotecarias, a pesar del entorno económico, se han mantenido relativamente estables y con tendencia a que el Banco Central Europeo (BCE) siga rebajando los tipos de interés. El resultado: en l’Hospitalet resulta más barato pagar una hipoteca que alquilar.

Los expertos hipotecarios de Wypo señalan que la foto del mercado en septiembre de 2025 consolida y amplía la tendencia ya visible a cierre de 2024: la presión del alquiler supera a la de la compra financiada, aunque la entrada exigida para la hipoteca sigue siendo la principal barrera para muchos ciudadanos.

Los límites a la propiedad

Otra modalidad en boga en l’Hospitalet es la venta de habitaciones, ya que al reducir el precio de compra, al ser compartida, se pueden conseguir hipotecas por una cuota de aproximadamente lo que supone el alquiler. Además del encarecimiento de la vivienda, la principal limitación para la compra es que los bancos suelen financiar como máximo el 80 por ciento del valor de tasación o del precio de compraventa (el menor de los dos) para una vivienda habitual. De manera que el comprador debe de disponer de al menos el 20 por ciento en efectivo más aproximadamente otro 15 por ciento para abonar los impuestos y gastos de notaría y registro de la propiedad.

En cuanto a los impuestos, el del IVA en el caso de vivienda nueva supone un 10 por ciento del valor escriturado, al que se ha de añadir un 3 por ciento del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD). En el caso de que la venta sea de segunda mano, el impuesto a abonar es el de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que asciende al 10 por ciento escriturado, a lo que hay que añadir un 5 por ciento adicional para tasación y otros costes como los gastos de notaría y el registro de la propiedad.

Si la vivienda a adquirir supone, por ejemplo, un precio de 200.000 euros, se debe disponer de un ahorro previo de unos 70.000 euros para aspirar a que una entidad financiera te conceda una hipoteca.  Otro inconveniente es que los bancos tienen establecidos límites de solvencia y endeudamiento. Éste último concepto supone que el importe de la cuota hipotecaria mensual no debe superar, en la mayoría de los casos, el 30 o 40 por ciento de los ingresos netos mensuales del solicitante, tras descontar sus otras deudas. Por ejemplo, para una persona que cobre el salario mínimo interprofesional, su límite de cuota hipotecaria se establecería en unos 650 o 700 euros mensuales.

También hay límites de edad. Aunque no hay uno establecido legalmente, las entidades financieras suelen establecer una edad máxima para la cancelación total de la hipoteca que se sitúa alrededor de los 75 años. A mayor edad del solicitante, menor será el plazo de amortización que se podrá ofrecer, lo que puede resultar en cuotas mensuales más elevadas. En todos los casos, cada banco realiza un estudio detallado de la situación económica y financiera de cada solicitante para tomar una decisión. Y cuando los ingresos son bajos, los problemas crecen. De ahí que la opción de compra compartida de viviendas, o de habitaciones se plantee como una alternativa mediante la fórmula legal de los indivisos.

Plataforma de copropiedad

La empresa Yorsio se presenta como la primera plataforma de copropiedad inmobiliaria en España que ofrece porciones de piso como alternativa al alquiler y un ‘Tinder’ para encontrar compañeros con los que compartir la adquisición de una vivienda en la que el salón, la cocina, el baño y la terraza o balcón son de uso compartido. Esta empresa, que ya está operando en l’Hospitalet, donde afirma tener cuatro jóvenes inscritos que aspiran a adquirir una vivienda compartida, quiere hacer líquido un mercado que no lo ha sido hasta ahora y dar salida a ese indiviso, que es el porcentaje que corresponde a cada copropietario de la futura vivienda. Si un piso tiene cuatro habitaciones a alquilar, a cada firmante le correspondería el 25%, como ocurre en el reparto entre iguales en una herencia o un divorcio.

Portavoces de Yorsio afirman tener un algoritmo propio con el que, a partir de un test de personalidad a los interesados, puedan encontrar a los compañeros de piso ideales según su perfil, así como las propiedades más afines. Además, en su cartera cuentan con inmobiliarias que les ofrecen su propio paquete de activos, e incluso una promotora con la que planean construir un proyecto desde cero porque quieren “que los estándares de calidad sean altos”.

Estudios en venta para inversores

Otra empresa, Kora Mostra, acaba de lanzar en l’Hospitalet un nuevo complejo de estudios de su línea “flex living” de alquiler temporal en un edificio que levantará en el solar situado en la avenida del Carrilet, 275, muy cerca de la Rambla Marina. El complejo cuenta con 253 apartamentos y más de 2.000 metros cuadrados de zonas comunes que aportan valor añadido y que combina la comodidad de una residencia flexible urbana, como si se tratara de un hotel, pero con espacios dedicados al relax, la gastronomía, el trabajo, el intercambio de ideas y áreas específicas para el desarrollo de actividades culturales. Por ejemplo, en la planta 14 se dispondrá de una piscina, además de contar en la primera planta con cafetería-restaurante, terrazas, coworking, gimnasio, etcétera.

Los apartamentos constan de una habitación con cocina abierta (americana) un baño y balcón y tienen unas superficies de 29 metros cuadrados hasta 52 metros cuadrados, caso en el que la habitación es cerrada y dispone de un salón con cocina americana y terraza, además de baño completo. Los propietarios de cada apartamento podrán disponer de una semana gratis al año y la empresa Kora se encarga de alquilarlos ofreciendo un 4% de renta fija neta de gastos, sin que el propietario-inversor tenga que asumir gasto alguno de gestión, estructura o mantenimiento del apartamento, salvo el IBI. También ofrecen una rentabilidad variable en función de los resultados reales de la explotación, señalando un objetivo de rentabilidad global estimada (fija + variable) que se mueve en torno a un 7% anual neto de gastos.

Las condiciones indican un plazo de primer ciclo de explotación de 10 años más otros 10 años renovables. Los precios varían según la altura de los apartamentos. Por ejemplo, en las primeras plantas, los estudios con 29 metros cuadrados de superficie suponen una inversión de 184.000 euros más IVA, mientras que el mismo estudio en la planta 12 asciende a un precio de venta de 201.000 euros. En cuanto al apartamento de 52 metros cuadrados en una planta segunda sale por 260.000 euros.

La forma de pago de esta inversión inmobiliaria habitacional es de 10.000 euros a la firma del contrato de reserva más el 15 por ciento del coste a la firma del contrato de compraventa y otro 15 por ciento cuando se hayan realizado los cimientos, en el segundo trimestre de 2026. Otro 15 por ciento se abonará en el cuarto trimestre de 2026 en otro hito de obra y el 55% restante más el IVA a la entrega del bien en escritura pública, que se supone se realizará en el cuatro trimestre de 2027. Además, la promoción cuenta con 71 plazas de parking a un precio unitario de 25.000 euros y que tendrán las mismas condiciones de rentabilidad que los apartamentos. Al precio de los apartamentos habrá que sumarle el mobiliario, de 10.000 euros en el caso de los estudios y 12.000 euros para los apartamentos.

Vies i Ponts

A l’Hospitalet, aquesta nostre ciutat, que tot sovint oblida el seu cognom: “del Llobregat” tot i que bona part del seu territori, dels seus 12 km2 i escaig, sigui un regal del riu que ens dona i ens ha donat vida. Encara que el riu estigui lluny dels barris de la ciutat hi ha ponts a l’Hospitalet que es fan imprescindible creuar per la vida quotidiana de moltes veïnes i veïns.

De ben segur no son ponts tant romàntics com el de Madison, als EUA, ni tant artístics com els de París, Budapest o Dublín per damunt dels seus rius, però els “nostres” ponts son part del paisatge i fan possible superar la llarga cicatriu de les vies del tren i faciliten la comunicació entre els barris.
Tot i així aquests ponts, en la seva majoria són poc coneguts, més enllà del veïnat que els utilitza. Potser la excepció és el pont d’en Jordà, el pont que comunica La Torrassa i Santa Eulàlia i que, durant molts anys ha fet possible l’accés al Metro del veïnat dels barris del Samontà. La seva forma metàl·lica ha esdevingut una de les icones de la Ciutat.
Ara mateix, desprès de molts anys i de diverses promeses i licitacions, l’Ajuntament ha decidir iniciar les obres per renovar les escales mecàniques que li donen accés des de Santa Eulàlia. Era una obra esperada, però que es queda curta. El mateix pont necessita de manera urgent una renovació. Hi ha esquerdes, forats i molt de òxid en la seva estructura. Encara més, les escales mecàniques son essencials pel seu accés, però segueix fent falta un ascensor que faciliti el pas a les persones amb mobilitat reduïda.

Seguint les vies hi ha un altre pont, també metàl·lic i també entre els límits de Santa Eulàlia i La Torrassa, en pont de Ca n’Alòs, també conegut com a Pont de la Vanguard, que facilita l’accés des de Santa Eulàlia a la Sala i a les piscines municipals, superant les vies de la línia de Vilanova. Aquest pont no disposa d’escales mecàniques ni a un cantó ni a l’altre, substituïdes en tot cas per unes llagues rampes d’uns tres braços. El seus nom ve d’una de les masies més important de la Ciutat, Ca n’Alòs. La masia, que va subsistir fins els primers anys 70, just val costat de la fabrica de la Vanguard, va ser comprada pel propietari de la fàbrica i desmuntada pedra a pedra. Ara tot plegat està en parador desconegut. En tot cas, se’n conserva la memòria en el pont i en el nom dels carrer.
Seguint el camí, hi ha el pont de Matacavalls que permet superar les vies de la línia de Martorell, comunicant el barri de Les Planes amb el de Sant Josep. Tampoc disposa ni d’escales mecàniques ni d’ascensor, només d’una llarga rampa de tres cossos. Abans aquest era un pont de pedra que va resistir fins ben entrats en anys 60.

Més enllà hi ha dos ponts, lligats a les estacions de ferrocarril, el de la estació de Bellvitge que hauria de facilitar el pas entre Gornal i Bellvitge, i el pont de la estació de l’Hospitalet centre que serveix per connectar la mateixa estació i la Rambla de Just Oliveras amb el barri de Can Serra. Tot dos ponts, més aviat unes passarel·les, disposen d’ascensors. La qüestió és que, especialment en el cas de la estació de Bellvitge, el servei d’ascensors està aturat la majoria de dies, el que de manera evident, no facilita la mobilitat.

A la Ciutat, a més d’aquests ponts que serveixen per superar les vies del ferrocarril, hi ha uns altres ponts que superen aquestes vies per sota. Són els ponts de la Riera Blanca, del Torrent Gornal, de la Vanguard, de Torrent  del Lloro, aquest només per vianants, el d’Isabel la Catòlica, el de Can Buxeras i el de la Riera del Canyet. Només atenent els noms ja es veu que la seva construcció va anar lligada més a superar els obstacles naturals, en aquest cas les rieres i torrents de la nostra geografia, que no pas a facilitar la comunicació entre La Marina i el Samontà.
Tot plegat però forma part del patrimoni de la Ciutat i cal no només facilitar la seva conservació, sinó també i de forma especial, facilitar-ne la mobilitat pel conjunt del veïnat. Al mateix temps fa falta també reconèixer el paper fonamentat del riu Llobregat, del cognom de la Ciutat, facilitant-ne l’accés, donant suport a la feina d’anys dels Padrins del Riu Llobregat, i, perquè no?, fent un monument al riu Llobregat que ha fet possible el terreny en el que vivim i suporta avui les tones de ciment dels blocs.

Escolars en l’apadrinament del riu el març de 2025

L’Hospitalet presenta una taxa ridícula de prestacions de l’Ingrés Mínim Vital, tenint en compte l’elevat de risc de pobresa endèmica de la població

El reportatgeL’absència d’una política activa de Serveis Socials implica que una gran part de les famílies que es podrien beneficiar de l’ajut, no coneguin els seus drets

L’Hospitalet, amb 2.021 prestacions de l’Ingrés Mínim Vital (658 euros mensuals) a data de juny de 2025, presenta una taxa de 72,2 prestacions per cada 10.000 habitants, amb una població oficial de 279.993 habitants censats i una renda mitjana familiar de 41.190 euros. Aquestes dades, que s’han pogut recollir d’una recerca efectuada per elDiario.es, gràcies a una sol·licitud tramitada a través de la Llei de Transparència, situa la realitat dels municipis de tot el país d’acord amb la renda familiar mitjana i la penetració d’aquest subsidi en el conjunt de la població més precaritzada.

Les conclusions de l’estudi assenyalen que les dades mostren un interessant abast de l’ajut en els municipis amb rendes més baixes, de manera destacada al sud peninsular, tot i que de manera molt irregular en el conjunt del país, amb algunes localitats força empobrides amb escassa implantació de l’IMV.

Segons dades extretes de l’Idescat, l’any 2023 (les darreres publicades) els indicadors territorials de risc de pobresa i exclusió social a Catalunya es registraven aplicant algunes dades sobre taxes d’escolarització als 17 anys, nombre de famílies monoparentals, nombre de famílies amb tres fills o més, població provinent de països en vies de desenvolupament i percentatge de persones que viuen soles. Les dades de l’Hospitalet fixen un  81,5% en la taxa d’escolarització; el 3,1% pel que fa a famílies monoparentals; el 4,2% de famílies amb tres fills o més; el 35,6% de població immigrada i, entorn del 29%, la població que viu sola. La xifra de l’Hospitalet pel que fa al registre d’immigració és la segona de Catalunya darrere de Salt (40,8%), però en aquest cas la taxa d’escolarització és una mica més baixa (70,5%), la de famílies nombroses més alta (13,6%) i una mica menor la de població que viu sola (25,9%). Pel que fa a famílies monoparentals la xifra és molt semblant (3,3%).

En el conjunt del país una de cada cinc persones residents es troba en risc de situació de pobresa (gairebé un 20% del total) xifres que son superiors en algunes comunitats com Andalusia (29%), Extremadura (27,5), Castellà-La Manxa (27,4%) o Múrcia (26,9%).

El contrast entre la taxa de prestacions de l’IMV per cada 10.000 habitants a Salt i a l’Hospitalet és, en aquest sentit, extraordinàriament eloqüent. A Salt es registren només 819 prestacions a juny de 2025 però, en canvi, la taxa per cada 10.000 habitants és de 241,6 (en front del 72,2 de l’Hospitalet) tenint en compte que la població de Salt en prou feines arriba als 40.000 habitants (33.904). Aquesta mateixa taxa de prestacions a Badalona, per exemple, és de 103,6, mentre que a les grans capitals disminueix una mica: Madrid (86,5); Barcelona (55,7). A les localitats de l’entorn metropolità del tamany demogràfic de l’Hospitalet, també son relativament moderades, però no tant com a l’Hospitalet: El Prat 81,6; Cornellà 79,5. A altres municipis com Gavà o Viladecans encara son menors (63,7 i 67,9, respectivament) i ja no diguem a municipis com Sant Just Desvern on la taxa només arriba al 22,5%.

Com a curiositat, al municipi de Darro a Granada, la taxa de l’IMV és del 743,4 per cada 10.000 habitants, mentre que a Gurb (Barcelona) a l’altra extrem només és del 3,7.

La realitat és que segons l’AIReF (Autoritat Independent de Responsabilitat Fiscal), el 55% de la població amb dret a l’ajut no el rep. La penetració de la prestació és més gran en els municipis entre 20 i 50.000 habitants (taxa mitjana de 172 prestacions per cada 10.000 habitants), mentre que a les ciutats més grans (per sobre dels 250.000 habitants) com l’Hospitalet, la taxa està a l’entorn de 122. L’Hospitalet, amb 72,2, està exactament 50 per sota de la mitjana de les grans ciutats, qüestió que hauria de preocupar a l’Administració Local, especialment al departament municipal de Serveis Socials de qui depèn en molt bona part la informació sobre beneficis a la població més precaritzada.

Segons l’European Anti-Poverty Network (EAPN), la plataforma d’entitats socials que lluiten contra la pobresa i l’exclusió social a la UE, el 43,7% de les persones que viuen en zones d’altes taxes de pobresa no han sol·licitat l’IMV perquè el desconeixen. En altres casos hi ha el temor, estès, a declarar una situació endèmica de pobresa si es tenen fills per por a que l’Administració et tregui la custòdia, qüestió que es falsa: segons la mateixa EAPN, un 20% de les famílies que tenen dret a l’ajut, no el tramiten per les dificultats burocràtiques i d’entesa de la sol·licitud, de manera que l’Administració municipal és l’encarregada de fer molta feina en aquest sentit.

També s’ha posat de manifest en algunes comunitats, no a Catalunya, les dificultats per compaginar la Renda Mínima Autonòmica amb l’IMV. Les dades de Catalunya indiquen que al 2019, 32.166 llars rebien l’ajut autonòmic que va passar a ser de 92.415 al 2020; 55.441 al 2021; 104.144 al 2022 i 51.374 al 2023. L’IMV va ser de 11.431 al 2020; 29.424 al 2021; 28.245 al 2022 i 32.092 al 2023. Per la qual cosa, la RMA no ha suposat cap impediment a casa nostra per l’aplicació de l’IMV.

Autoestima, cultura i ganes de treballar

Feia quasi un any que no agafava la bici, una estranya malaltia muscular m’ho havia impedit, sortosament resolta gràcies a l’entestament i perícia de la meva metgessa de capçalera. I un cop recuperat, el primer que vaig fer és tornar a agafar el camí del riu que, ves per on, no fa pas gaire em van dir que el nou consistori, que de nou només sembla tenir una afició per deixar de costat al voluntariat, havia pres la lloable decisió de netejar el camí.
Santa innocència!, no la meva òbviament, sinó la del qui creia que alguna cosa havia millorat. El camí sembla net, algú ha passat i ha recollit infinitat de plàstics i merda varia, no sé si els serveis de neteja o un grup de voluntaris, perquè en tot el seu recorregut està sembrat de sacs de plàstic, com si un d’aquests últims haguessin fet la feina, esperant, possiblement, que els serveis tot seguit els recollissin després d’haver-ho pactat. Això és el que imagino, perquè els serveis de la neteja sempre van acompanyats d’un vehicle i aquest no ha sigut el cas. I és que els sacs, tots ells, estan rebentats amb la merda escampada per la vegetació. Mira per on, ara tenim la mateixa merda de plàstics, amb l’afegit dels sacs!
Haig de reconèixer que, dos dies després els sacs havien desaparegut, juntament amb part de la merda escampada, el que em fa pensar que l’operació no era del voluntariat sinó dels mateixos serveis de neteja, descoordinats probablement per motiu de les vacances.

Malauradament no tot acaba aquí. Des del començament del camí, just on els usuaris i els treballadors de l’hospital aparquen els seus vehicles, es poden veure cents de quilos de porqueria antediluviana, això últim per dir alguna cosa. Restes de sabates, milers de plantilles sobretot, se suposa que fetes d’un material més resistent que les pròpies sabates, ampolles que deuen tenir més de deu anys, i restes de productes difícils de qualificar per la seva antiguitat. I això ens fa pensar sobre el que hi deu haver enterrat, suposem que per deixar material d’investigació a futurs arqueòlegs, cosa que no se’ns havia ocorregut. De fet, si ho pensem amb una mica de perspectiva, d’aquí a mil anys, els nostres descendents agrairan tanta cura del nostre govern municipal per deixar enterrades proves de la nostra cultura; perquè si remenen més enllà, a Cornellà o el Prat, van aviats, allí no trobaran res per estudiar.

Fora bromes, penso que el problema de l’Hospitalet ja no solament és de mal govern. Això podria ser explicable si després d’una o dues legislatures la cosa canviés o, si més no, es reduís considerablement, perquè donaria a entendre que, bé o malament, s’intenta posar remei, però queda claríssim que no és el cas. Cap govern, empresa o particular, repeteix els mateixos errors durant decennis si no és a propòsit o perquè tant se li’n fot. El problema de la brutícia de l’Hospitalet, la seva deixadesa, és estructural i cultural. No hi ha altra explicació. L’ajuntament va a cops de queixa, sempre i quan aquesta afecti al seu electorat. Si els contenidors arrebossen merda no passa res, si algú es queixa sí, llavors es posa remei. Si enfront una plaga de cuques ningú diu res, es fa els ulls grossos; tanmateix, si alguns veïns o botiguers es queixen, l’ajuntament es belluga, però només al lloc localitzat de la queixa —això de la pudor dels carrers i les rates és una altra cosa: les solucions deuen ser massa complexes, encara que no tant per les ciutats veïnes—. La neteja dels carrers ha millorat, però segueix sent deficient. Avui mateix i en ple agost, he pogut comptar un plàstic gran a cada deu metres, sense comptar les llaunes i ampolles diverses. Això, al final del carrer Barcelona, on la concentració d’habitants és bastant minsa, principalment en ple agost.

Aquesta cultura de la deixadesa i del mínim esforç es reflecteix clarament en el camí del riu. No cal netejar on la gent no hi viu o només circula momentàniament, per anar del seu barri o casa, a un espai verd i cuidat per a passejar, evidentment fora del municipi. Cal netejar aquests pocs cents de metres que no serveixen de res?  Ningú s’hi quedarà. Comparativament amb els de les ciutats veïnes són lletjos a parir i, fer-los bonics i interessants no aporta diners, no s’hi pot edificar. Els hospitalencs només utilitzen el camí del Prat, de Cornellà o de Sant Boi, per gaudir-ne. Pel de l’Hospitalet estrenyen el pas i intenten no mirar. De fet, ni tan sols saben si és l’Hospitalet.

Pel que fa a la merda dels aparcaments de la Residència passa el mateix. El personal sol ser d’altres ciutats, mentre que els usuaris hospitalencs hi van molt de tant en tant, i quan ho fan és per situacions que els hi fa pensar en altres coses. No surt rendible netejar-los. A més, si ho fessin es descobriria un munt de caus de rates, i això al govern municipal no l’hi acaba de fer el pes. Igual les hauria de censar o, fins i tot, empadronar.

Fa molts anys, el meu amic Josep Manuel, que en pau descansi, sent director del paisatge urbà de Barcelona, després que li cridés l’atenció sobre que constantment hi havia gent escombrant els carrers per recollir el que la gent llençava, em va explicar que era un mètode educatiu. Si la gent veu a un treballador escombrant o que acaba de passar, no llençarà res a terra. A poc poc anirem convertint una societat acostumada a embrutar la ciutat, a una que farà tot el possible per mantenir-la neta, em va dir. S’ha de dir que ho van aconseguir, però per això es necessita una cultura molt desenvolupada i ganes.

Ara bé, què podem esperar dels hospitalencs, que veuen com el seu propi ajuntament tant se li’n fot si la ciutat està neta o bruta? Sorprès estic quan veig els immigrants sud-americans o xinesos del meu barri, intentant introduir envasos de vidre i plàstics en uns contenidors on no hi cap una ploma. Em faig creus quan veig que el problema no és d’ells ni dels seus costums, sinó d’un govern que possiblement cap d’ells ha escollit. Personalment, estic fart de viatjar al tercer món, principalment a l’Àfrica. I allí hi ha de tot, però en general la gent és més sensible a la neteja, pot ser perquè els seus governs municipals intenten que les seves ciutats s’assemblin a les europees del Primer Món. Encara sort que no coneixen l’Hospitalet, una ciutat que creu que ho és per la seva ubicació o per decret, però que no ho sembla.

Òbviament, a aquests llocs també hi trobes ciutats on la gent passa olímpicament de la neteja, encara que haig de confessar que cada cop menys. Ara bé, aquestes ciutats curiosament estan habitades per persones convençudes que hi són de pas, que hi viuran uns pocs anys i marxaran tan aviat com sigui possible. A aquest Tercer Món són ciutats habitades per gent de fora, que mai se sentiran ciutadans d’elles, que treballen pel turisme o serveis de grans grups hotelers concentrats a espais d’interès turístic, on trobar un habitatge és gairebé impossible. No obstant això, si la ciutat està governada per gent amb cura i amor propi, es nota com amb el pas dels anys la situació canvia, i on fa deu veia un carrer ple d’escombraries, ara se’m fa difícil trobar plàstics pel carrer. Sembla ser que la gent del país els ha deixat de llençar a terra.
Certament, és un canvi brutal per una ciutat del Tercer Món, on tots els paràmetres socials dirien el contrari.

Com ho han aconseguit? Doncs amb treballadors escombrant constantment i entitats de voluntaris que periòdicament fan neteja de plàstics als afores de la ciutat, pels seus camins i platges, amb molt rebombori mediàtic i crides del mateix ajuntament. Entitats que el consistori cuida i ajuda, i, sobretot, on té la suficient cura de, tot seguit, passar amb un camió per recollir els sacs.

No és cosa de ser primer o Tercer Món sinó tenir autoestima, cultura i, per descomptat, ganes de treballar.

A l’Hospitalet, els pobres compten menys que mai

Dies enrere a la sortida de l’escola la meva neta em va dir: “saps Pau?, vindrà un noi a viure a casa”. I després de preguntar-li sobre qui era i a quina habitació s’instal·laria, vaig descobrir que el xicot era alumne de l’Institut Llobregat, i que els seus professors havien fet una crida solidària per xarxes socials, perquè, gràcies a oferir-li un ordinador, havien descobert que dormia sota un pont.

La història d’en Mohamed és molt llarga i feixuga, però el que ens interessa d’ella és el que ara mateix fa, que es pot resumir en el fet que és un estudiant brillant, extremadament net i treballador, tant és així, que no tindrà problemes per accedir a un grau superior. Donades aquestes circumstàncies, és del tot lògica la sorpresa dels seus mestres en descobrir que vivia sota el pont de Vallcarca, la qual cosa era coneguda feia temps per l’Ajuntament de Barcelona, que no havia fet res al respecte fins que no es va fer públic.
Sortosament, en Mohamed estava empadronat a Barcelona, no a l’Hospitalet, encara que això últim hagués sigut impossible. A l’Hospitalet una persona no es pot empadronar tan fàcilment, ni tan sols vivint de lloguer en una habitació, a menys que el llogater ho accepti, cosa quasi impossible. Però imaginem que en Mohamed ho hagués aconseguit. Doncs si volgués continuar estudiant, ara mateix viuria a casa de la meva filla a Pallejà o d’algú com ella a l’Hospitalet. I és que, a diferència de Barcelona, que té quinze centres d’alberg temporal repartits per tota la ciutat, l’Hospitalet només en té un i col·lapsat, sense comptar que a Barcelona hi ha set més, d’altres associacions, sota el suport municipal.

Exacte, en Mohamed ha tingut sort, i amb ell la resta de la societat que l’ha acollit, perquè està rebent una meravellosa educació que rendirà fruits, molt probablement al nostre país. Una societat que s’ha estalviat la part més complexa i onerosa de la seva vida, la criança del Mohamed, des del seu naixement fins als vint-i-dos anys, quan ja es pot valdre per si mateix.
En Mohamed ara mateix viu al Centre Residencial de Sarrià-Sant Gervasi, amb 100 places, és a dir, més encara que l’únic centre de l’Hospitalet; però també té activitats comunitàries, hort i jardí, i, el que és més important, en Mohamed podrà seure enfront d’una taula amb el seu ordinador i estudiar.
Paradoxalment, la gestió d’aquest centre barceloní està externalitzada i gestionada per l’empresa, Suara Serveis, SCCL, que en principi és una cooperativa sense ànim de lucre (Més informació interessant sobre aquest centre).

Podria haver-ho fet igual a l’Hospitalet en Mohamed? Visualment no ho podem testificar, perquè quan vam preguntar si podíem entrar per veure com eren les instal·lacions, la directora ens va remetre a l’Ajuntament, quan la seva gestió està completament externalitzada per a Suara Serveis, SCCL, la mateixa empresa que a Barcelona. I quan ens vam dirigir a l’empresa, aquesta ens va respondre el mateix. No obstant això, creiem que a en Mohamed li hagués sigut molt difícil.

No és difícil trobar algú que ha passat pel Centre d’Alberg Temporal dels Alps de l’Hospitalet per a fer-se una idea. Només cal anar entre els moltíssims desnonats que hi ha per tota la ciutat, per a trobar un munt de persones que han viscut uns dies, setmanes o, en el pitjor dels casos, mesos, sense cap altra alternativa. I, per esbrinar la situació del centre, això és el que hem fet.
La primera que hem trobat, una família trencada per un desnonament: una mare amb un fill i una filla que s’han vist obligats a separar-se. A la mare, malalta crònica, amb càncer i diabètica severa, els serveis socials li van aconseguir una plaça al Centre. Ens diu que a les set del matí s’esmorza i a les nou has de sortir al carrer, sense que importi com et trobis, faci bon o mal temps. Et pots quedar sempre que ho decideixin el metge i l’assistenta. Sense el vistiplau d’un dels dos, vas al carrer. Ens explica que, donat el seu estat de salut, molts cops li feien figa les cames, i altres tot el cos, però no valia la pena queixar-se, havia de marxar tant sí com no. Ens diu que a les dues del migdia donen el dinar i des de les tres fins a les set i mitja, has de tornar al carrer. Quan li pregunto per l’alimentació es posa a plorar. Segons ella, l’alimentació es basa principalment en caldos, sopes i purés. El cas és que va entrar amb 78 quilos i va sortir amb 55. El seu metge la va ingressar a l’hospital i un cop recuperada li va dir a la seva filla que mai més la deixés en aquest Centre (textual). Dit això, ens explica que el Centre funciona amb una espècie de jerarquia, on els més antics tenen una sèrie de prebendes. Si en ve un de nou, els últims en arribar li han de deixar la plaça i dormir al passadís, sigui l’hora que sigui, mentre que els antics mantenen la seva. L’ascensor només el poden utilitzar els més antics, els monitors i els residents amb muletes, cadira de rodes o caminadors. Ens diu que, tot i això, el tracte dels monitors és excel·lent, els valora amb un deu. Fan el que poden amb els pocs recursos de què disposen.

Òbviament, només amb aquesta persona no en teníem prou. Vam creure que la seva malaltia la podia condicionar, per la qual cosa vam buscar d’altres, però aquest cop que ens parlessin principalment de l’alimentació. Aviat vam trobar una parella que dormia a l’entrada d’un garatge, i quan els hi vam preguntar ens van respondre que preferien dormir junts al carrer que separats al Centre; que anaven a recollir menjar, que amb el que els hi donaven anaven molt justos, però com ajuda estava bé. Mirem al voltant i no veiem cap ampolla de vi ni cerveses. No fan l’olor típica de qui beu. Sobre això, recordo el que em van explicar durant la tancada de gent sense llar ni papers, a la Casa de la Reconciliació. Més d’un em va confessar que era millor el carrer que acabar a Els Alps. Llavors vaig suposar que per la disciplina horària de la tarda, que no deixava gaire marge als joves que intentaven guanyar-se la vida fent de missatgers o repartint publicitat.

Un dels residents, emperò, a més d’explicar que l’alimentació era molt correcte, ens va dir que ell en tenia prou, però també va reconèixer que menjava poc. S’ha de dir que, per la seva invalidesa, aquesta persona quasi no es belluga, per la qual cosa no necessita gaire aliments, i també havia viscut molts anys al carrer. I a poc a poc vam anar descobrint que més de la meitat de la gent que recull aliments o ha viscut al Centre, estava satisfeta amb la quantitat i mitjanament amb la qualitat. Uns en tenien prou, altres havien de reforçar-ho. A vegades, poques, el menjar no valia res i havien de buscar-se la vida, principalment els que tenien menors. Al contrari del primer testimoni i un altre que no ens va donar gaire confiança, tots han confessat que l’alimentació està molt equilibrada, amb verdures, carn, peix, purés, llegums, etc. Pels entrevistats, que han sigut molts, només podem dir que més o menys la meitat confessen que la quantitat és una mica justa, mentre que per l’altre és suficient. Un 40% aproximadament reconeix que hi ha dies, molt pocs, que no se la menja; mentre que el 60% restant se la menja sempre; i han sigut pocs els que s’han negat a parlar amb nosaltres. S’ha de dir que els que s’han queixat de la qualitat i la quantitat són aquells que l’entrevistador ha aconseguit que s’obrissin més, després de demostrar que els garantia la confidencialitat. És a dir, que entre els que no es queixen ni una mica, hi podria haver un petit component de desconfiança i por.

A tot això, un ex-resident, després de donar la seva opinió, ens pregunta si coneixem els protocols dels serveis socials per entrar al Centre, perquè allí hi ha de tot, persones que volen refer la seva vida, altres que se’ls hi ha girat la sort i uns quants que viuen al Centre i després tripijuguen amb droga a la placeta que hi ha al davant.

Un cop tancat el cicle d’opinions, el següent que hem fet és esbrinar quin pressupost té el Centre els Alps, i ens trobem amb això, datat el 2021, que no és el pressupost sinó un document d’intencions o el que l’Ajuntament estava disposat a pagar, segons el que creia que havia de ser, on surt la xifra d’1.754.022,20, IVA exclòs. Dins el qual s’especifica que el preu de cada esmorzar no pot superar els 2,90 €, i 5 per cada dinar i sopar. És a dir, 12,90 € diaris per persona. Al full 9, fins i tot es determina el benefici de l’empresa, un 7%, la qual cosa no deixa de sorprendre. Ara bé, si revisem els pressupostos del 2025 de l’Ajuntament, que creiem que han sigut prorrogats des del 2023, a la pàgina 116 veiem que la xifra és d’1.719,895,00 €. 34.127,20 €, menys del que prèviament es va calcular. És a dir, que l’Ajuntament està convençut que des del 2021, el cost de la vida no només no ha pujat sinó que ha baixat substancialment. I això es pot veure en el contracte signat amb Suara Serveis, on s’especifica que el preu de l’esmorzar serà de 2,61 € i 4,89 € cada dinar i sopar. En altres paraules, tot i que en aquests quatre anys els aliments han apujat bastant, el pressupost alimentari per persona i dia ha passat de la intenció de 12,90 €, a 12,39 €.

Abans de continuar ens agradaria aclarir que l’Ajuntament està obligat a publicar-ho tot. No obstant això, per a una persona normal, sense bons coneixements administratius i informàtics, trobar uns documents com els anteriors és una heroïcitat. Ara bé, hem de reconèixer que ens ha sigut impossible esclarir el que paga l’Ajuntament de Barcelona a la mateixa empresa. Suposem que hi és, però després d’unes quantes hores i, fins i tot, la utilització d’eines d’intel·ligència artificial, hem desistit. Els mecanismes de transparència de l’Ajuntament de Barcelona et porten d’una ratera a l’altre. En vista de la qual cosa, pensem que el portal de transparència de l’Ajuntament de l’Hospitalet és millorable, però comparativament és mil vegades millor que el de Barcelona.

No obstant això, en el Periódico trobem aquest article, on veiem que el 2022, l’Ajuntament de Barcelona va destinar 3.380.000 € als menjadors socials, on es van servir al voltant de 522.000 àpats amb un cost mitjà de 6,47 € cada un d’ells. No sabem si dins d’aquest pressupost està la gestió i el personal, però tot indica que la majoria del personal és voluntari.

Dit això, el reportatge podria explicar el perquè el menjar del Centre és una mica escàs o massa just, però no que a vegades (poques) un bon nombre d’usuaris prefereixi llençar una part. Per variar, l’Ajuntament ha externalitzat un dels serveis més importants, el de donar menjar i habitatge a la gent més vulnerable de la ciutat. I, a sobre, ho fa de manera mesquina, amb poques places i mirant d’estalviar en el més important: el menjar; encara que al nostre parer, 12,39 € hauria de ser suficient, tant pel que fa a la quantitat com a la qualitat.

Arrodonint: el 2022 l’Ajuntament de Barcelona tenia un pressupost de 15 milions de €, mentre que el de l’Hospitalet 1.800.000; és a dir, el de Barcelona 8,3 vegades més gran, per una població que supera només en un 5,8. En aquest sentit, la diferència de pressupost és molt important, i es reflecteix en què una ciutat com l’Hospitalet només tingui un Centre d’aquestes característiques i més petit del que es necessita. A això li hem d’afegir que, pel seu urbanisme demencial, a l’Hospitalet el percentatge de gent vulnerable és superior que a Barcelona. Llavors no ens ha d’estranyar que tanta gent visqui al carrer i algunes famílies acabin trencades i vivint com poden, a cases d’amics, ocupant habitatges o llogant minúscules habitacions, sense possibilitat d’empadronar-se i, per tant, de poder entrar dins el circuit dels serveis socials. Si fóssim mal pensats diríem que l’Ajuntament ho fa a propòsit, per evitar que el nombre oficial de persones vulnerables que necessiten el seu ajut es dispari.

Segons el mateix Ajuntament, al Centre dels Alps es preparen 48 menjars diaris i 200 “pícnics” per menjar al carrer. Nosaltres, després de passar molta estona durant dos dies veient com entrava i sortia gent del Centre amb bosses de menjar, no hem vist ni la dècima part de la necessària per endur-se tants pícnics, però sí que moltes persones s’enduien entre dues i quatre per a la resta de la família. A Barcelona, en canvi, diàriament se serveix menjar a 1.446 persones, amb un pressupost per persona molt similar. Llavors, on està la diferència?
– Donat que algunes oficines dels Serveis Socials posen tots els entrebancs possibles per donar la documentació de Risc d’Exclusió Social, i que molts ciutadans que viuen a habitacions o al carrer no es poden empadronar, a l’Hospitalet pocs són els “afortunats” que poden gaudir del servei.
– A Barcelona en bastants casos el servei no està externalitzat a una empresa, sinó que depèn d’associacions de voluntariat amb finançament directe, de l’Ajuntament o dels mateixos centres. En alguns ens hem trobat que els mateixos usuaris participen en la gestió i els menús, o en altres ens trobem amb un servei de companya per persones grans i fràgils.

El resultat comparatiu és tan brutal que mostra el que és una ciutat del primer món, enfront d’una que ho intenta però no pot, només amb un carrer de separació.

Rates, brutícia i xaboles, al centre de la ciutat

Rates i xaboles a l’Hospitalet, i no unes quantes rates sinó moltes, i tampoc al riu, on ja coneixem el seu estat d’abandonament, almenys l’últim cop que m’hi vaig acostar, sinó al mig de la ciutat, a l’altra banda d’on viu la gent, al carrer Caterina Albert —entre Sant Josep i Bellvitge—, en edificis més o menys moderns d’una ciutat que es jacta de ser del Primer Món.

En principi, quan vaig treure a passejar el gos del meu amic, amb certa ironia vaig pensar, guaita!, la sort que tenen els veïns de poder gaudir des dels balcons la natura més ferotge al mig de l’Hospitalet, si no fos, és clar, pels trens que no paren de passar i les xaboles enganxades al seu mur. Però aviat em vaig adonar de l’error. Un cop estàs dins, la ferocitat de la natura no es veu per enlloc, d’ocells no en veus gaires, però sí petits arbres que volen créixer no se sap com i moltes plantes quasi tan altes com una persona, que s’han d’anar esquivant amb el gos perquè envaeixen el camí. I, compte en deixar-lo anar, millor que no es desviï, perquè sota les plantes hi ha un munt de rates que de dia no es deixen veure si no són mortes, però de nit corren arreu. Però no tot queda en això, perquè a mesura que vas caminant et trobes amb neumàtics mig enterrats, plàstics, llaunes, mobles desintegrats amb el temps, a saber quant, i un matalàs.

No sé de qui és la responsabilitat, si de la RENFE o de l’Ajuntament, però sí qui ho pateix, els veïns, per la qual cosa l’últim responsable és el govern municipal. Si el terreny fos propietat d’un ciutadà, segurament l’Ajuntament ja l’hauria obligat a tancar-lo; i d’estar ple de rates, el mateix Ajuntament li hauria fet un requeriment, emplenat de sancions i enviat una brigada de neteja. Òbviament, nosaltres no tenim per què saber qui és el propietari, però sí el responsable. I està molt equivocat qui cregui que el govern municipal no sap que aquest problema existeix. No calen denúncies o avisos per part dels veïns, l’ajuntament coneix perfectament el problema i és conscient del risc que comporta pel veïnat, altra cosa és que es faci el beneit.

Avui el meu amic m’ha dit que dies enrere per fi algú va aclarir una mica la selva. No gaire tros per cert, però sí el suficient per deixar a la vista algunes rates mortes i els forats dels seus caus. Certament, és una llàstima. A qualsevol altra ciutat del nostre entorn, el seu Ajuntament ja hauria convertit aquest espai en un preciós parc, possiblement amb una zona per a gossos, un altre per concerts o espectacles a l’aire lliure o mil coses més. Si mireu el planell del Google entendreu el que dic. Però estem a l’Hospitalet, i si no es pot edificar, encara que sigui tocant les vies del tren, no val la pena matar-se en fer res. Ja ho vam veure durant molts anys a la Remunta, un espai abandonat fins que el van convertir en blocs de pisos vorejant les vies, lletjos a parir per cert, venuts amb la promesa que el tren desapareixeria; òbviament sense donar data, perquè ningú pot assegurar si serà durant aquest segle o el vinent.

No és el mateix amb les vies del Gornal. El febrer del 2023, la ministra Raquel Sánchez va assegurar que a finals del mateix any es presentaria el projecte de soterrament a informació pública, requisit indispensable per començar les obres. Naturalment, ningú s’ho va creure, ni els del seu partit ni els seus votants, i encara menys la resta de mortals. I és que la cosa dura des del 1998, quan es va construir l’AVE i tothom es va sorprendre que la resta de vies no se soterressin al costat. Des del 2010 els successius governs prometen “periòdicament” (cada cop que hi ha eleccions) el soterrament, tot i saber que no està en els seus plans complir-ho.

Dit això, calculin el que es podria haver fet durant tot aquest temps. Des de posar una filera d’arbres per cobrir el mur de les vies, que ara ja serien adults i haguessin canviat el paisatge, fins a crear un petit parc natural temàtic, amb un espai per muntar concerts, etc. I a l’altre costat del carrer Narcís de Monturiol uns horts urbans, per exemple. Però això seria fer agafar un nou mal de cap als nostres pobres regidors. Millor deixar tot tal com està, amb rates, escombraries, putrefacció i xaboles; i si algú es queixa, sempre queda dir que la culpa la té la Generalitat.

La sanció d’AMB a Moventis no aconsegueix amagar la gran responsabilitat de l’administració supramunicipal en el problema del transport metropolità

Moventis reclama 400.000 euros a set delegats sindicals pels danys ocasionats pel conflicte i imposa condicions laborals esclavistes a conductors immigrats

El passat 12 de febrer vam publicar un reportatge sobre la vaga d’autobusos de l’empresa Moventis a l’Hospitalet, que cal dir, si l’AMB hagués fet el seu treball o, almenys l’hagués fet amb un mínim d’honestedat, aquesta vaga no hauria existit i, tant la ciutadania com els conductors no haurien sofert cap perjudici. Dies després del reportatge ens vam assabentar que l’AMB havia imposat una sanció a l’empresa, és a dir a Moventis, per valor de 85.000 €. Òbviament, havia sigut una coincidència, la nostra revista no és tan seguida com per a tot això. Tanmateix, això és el que va passar.
A primera vista vam pensar que la xifra estaria basada en un estudi dels perjudicis ocasionats a la ciutadania, és a dir, que l’AMB continuava passant-se pel forro, mai millor dit, els drets i perjudicis ocasionats als treballadors.

A l’article 145, punt 2 de la llei 9/2017, de 8 de novembre, de Contractes del Sector Públic, es pot llegir clarament que un dels requisits que s’han de tenir en compte a l’hora d’establir el contracte és la conciliació familiar i la protecció de la salut, entre altres coses: “la conciliación de la vida laboral, personal y familiar; la mejora de las condiciones laborales y salariales; la estabilidad en el empleo; la contratación de un mayor número de personas para la ejecución del contrato; la formación y la protección de la salud y la seguridad en el trabajo; la aplicación de criterios éticos y de responsabilidad social a la prestación contractual”.

S’ha de dir que, excepte la contractació de més persones, aquestes premisses ningú se les ha llegit; l’empresa per descomptat, perquè segons la doctrina ultra lliberal, és la part que ha de fer el possible per evitar-les; i l’AMB tampoc, se suposa que per indiferència, estultícia o, encara pitjor, complicitat. Ara bé, pel que fa a la contractació de més treballadors, ens trobem que es refereix als que porta del Perú, amb contractes indignes, amb la sospita que els hi cobren els cursos de formació dins els 400 € que els hi retiren, amb l’excusa d’una bestreta que cap d’ells mai ha vist. De fet el seu sou final, un cop se’ls hi ha restat tot el que toca, sigui legal o il·legal, puja un xic més de 700 €. Després de les queixes rebudes, es veu que l’empresa ha complementat una part dels viatges que els treballadors fan diàriament des de Malgrat a l’Hospitalet i viceversa. Amb aquest salari, l’empresa Moventis i l’AMB esperen que un conductor d’autobús sobrevisqui a Catalunya.

Però anem al que importa. El perquè reprenem aquest tema si amb la sanció dels 85.000 €, tots els partits semblaven satisfets, òbviament els apoltronats a l’AMB. I és que no tot acaba aquí, perquè l’empresa, un cop va rebre la sanció, va presentar una demanda de 400.000 € a set delegats sindicals com a indemnització pels perjudicis generats.

Òbviament, el primer que ens vam preguntar és d’on treia l’empresa aquesta xifra, si l’AMB, se suposa que després d’un conscienciós (pel temps que va trigar, entenem) estudi, va valorar amb 85.000 € el perjudici generat als usuaris i a la ciutat. Una de dos, o l’empresa va fer l’estimació al tuntún, o l’AMB, amb els peus. Perquè la diferència entre 400.000 i 85.000 dona 315.000, que és el que l’empresa dona per suposat que ha deixat de guanyar (ara ens assabentem que l’empresa els hi vol cobrar la sanció a part). S’ha de dir que els dies de vaga no són remunerats, per la qual cosa l’empresa no afegeix els salaris a l’equació.

I ens preguntem com una empresa pot aplicar l’Article 41 de l’Estatut del Treballador, si indirectament està reconeixent la pèrdua d’uns beneficis astronòmics per uns pocs dies de vaga. Òbviament, en presentar una proposta un 24% més baixa que la del seu rival més pròxim, tant l’empresa com l’AMB eren conscients que qui ho pagaria serien els treballadors, perquè enfront una proposta tan baixa, temerària en aquest cas, l’AMB va demanar a l’empresa una explicació detallada sobre com afrontaria les obligacions contractuals. La resposta no podia ser altra que una reestructuració del treball per fer-lo més rendible. És a dir, sacrificant bona part dels guanys dels treballadors, provocant incertesa en els horaris i destruint la conciliació familiar.

Per ser més exactes, obren al nostre poder les condicions de treball d’un dels nous treballadors peruans, de la seu de Malgrat, que són els que a poc a poc estan suplint als nacionals, on s’estipula que, a part d’altres que només es poden donar a un país tercermundista, el treballador farà 220 hores mensuals o, el que és el mateix, 50 hores i 48 minuts a la setmana. Això ha hagut de ser aprovat per l’AMB o, si més no, ha fet com qui no ho veu perquè l’interessava. On també ho ha fet, aquest cop molt conscientment perquè està assabentada, és en l’enorme absentisme laboral. Mentre estem redactant aquest reportatge és de 110 treballadors, el 38% de la plantilla, per estrès laboral i problemes psicològics provocats pels constants canvis d’horari, incertesa i davallada d’ingressos, calculats al voltant de 500 € mensuals que, multiplicats per 289 treballadors, dona 144.500 € al mes d’estalvi que, a dia d’avui, entre tots puja a 680.000 €. No són, doncs, d’estranyar els beneficis astronòmics que l’empresa insinua, quan diu que ha deixat de guanyar 400.000 €. El que ja no s’entén és que l’AMB hagi acceptat aquesta barbaritat, llevat que hi hagi connivència, perquè tanta estultícia per part dels seus serveis tècnics i jurídics és impossible, o això volem creure.

D’altra banda, la Llei 9/2017, de 8 de novembre, és una transposició a l’ordenament jurídic espanyol, de les Directives del Parlament Europeu i del Consell 2014/23/UE i 2014/24/UE, de 26 de febrer de 2014. I com qualsevol polític i jurista sap —o hauria de saber—, en cas de conflicte, les lleis i directives dictades pel Parlament Europeu estan per sobre de les dictades per cada un dels països membres de la Unió Europea. Per la qual cosa, l’article 41 de l’Estatut dels Treballadors, en el cas de contractacions amb licitació que depenen de la primera llei, és a dir totes, s’ha de cenyir a aquesta. L’empresa no el pot utilitzar fora de les condicions que imposa, en aquest cas les que hem publicat en negreta.

Malgrat la poca visibilitat que tenim com a digital, per ser molt nou i d’àmbit local, esperem que algú de l’AMB llegeixi aquest reportatge, encara que sigui tangencialment. Amb tant directiu i assessor, segur que un d’ells li dona una ullada.

Com es pot veure a la seva web, l’AMB té un Gerent, un Director de Serveis Generals, tres Directors només pel que fa a la Mobilitat i Transport, dos Caps de Gabinet, divuit Assessors d’Àrea, quaranta-un de Tipus A i trenta de Tipus B (aquests últims se suposa que a mitja jornada), amb uns salaris que els conductors mai podrien somiar (a l’enllaç surt el de cadascú), i unes dietes deu vegades superiors a la dels mateixos conductors, sense comptar les indemnitzacions per participar en els Consells. I, segurament, amb molta cura pel que fa a la conciliació familiar.

La radicalització en clau ideològica dels grups municipals impedeix que una oposició tan fragmentada tingui cap utilitat a efectes de ciutat

El pragmatisme del PP i l’ideologisme de Vox contrasten a l’hora d’aconseguir que les mocions que presenten al ple tinguin el suport que caldria

Una lectura sobre l’èxit de les propostes portades a aquest darrer ple municipal tant pel que fa al govern —que és qui redacta l’ordre del dia—, com pel que fa als grups municipals en les seves respectives mocions, explicaria no solament la manera de treballar els continguts sinó, especialment, l’objectiu tàctic d’allò que es porta al ple per tal que s’aprovi. Ja s’ha informat en aquest digital, un munt de vegades, la poca utilitat de les mocions dels grups municipals que s’aproven però no s’executen. Però n’hi ha una altra, d’utilitat: posar de manifest la sintonia de les propostes per part de la majoria del Consistori o, en ocasions, mostrar la debilitat del govern concitant el suport de la resta de grups.

En aquest sentit caldria dir, en una panoràmica dels resultats de les votacions de les mocions presentades en tots els plens, que el PP és el grup municipal que més adhesions recull en les votacions de les mocions que proposa, seguit d’ERC-EUiA i, a certa distància els Comuns i Vox, que és el que menys suport rep, en general.

Les raons poden ser diverses, però tenen un element comú i és que mentre el PP centra les seves mocions en aspectes ciutadans que reclamen millores, obviant tots aquells aspectes ideològics que podrien provocar en la resta de forces un rebuig d’entrada, la resta de forces —de menys a més, ERC, Comuns i Vox—, fan exactament el contrari. És a dir, Vox no aconsegueix gens de suport de la resta de forces, no tant per les millores que s’entendria que contemplen les seves propostes, com pel fet que sempre vol destacar la radicalització de les postures ideològiques que defensa, que en la majoria d’ocasions eclipsen aquells aspectes on la resta de forces podrien estar d’acord. D’aquesta manera, les mocions de Vox poden servir per la seva estratègia de radicalisme ideològic —que sembla molt poc útil en el context ciutadà— però son absolutament ineficaces pel que fa a la millora de les condicions de vida de la ciutat i dels seus ciutadans. Aquesta tendència a marcar identitat ideològica també s’observa en ocasions en el grup municipal d’ERC-EUiA i força més en els Comuns. I aquestes actituds actuen en relació inversa a lèxit de les mocions presentades.

És curiós observar això que afirmem, en el ple de dimarts passat on Vox, com sempre, va veure rebutjada la seva moció per tots els grups excepte pel PP, en alguns punts, i els Comuns exactament igual en les seves quatre mocions, excepte en alguns punts que van rebre el suport d’altres forces.

ERC-EUiA, per contra, va veure com s’aprovaven tres de les seves quatre mocions (una d’elles només en alguns punts), mentre que el PP, de sis mocions presentades va veure aprovades dues per unanimitat, tres amb el vot contrari només del PSC —una d’elles només amb l’esmena socialista d’un punt— i la única que va perdre, perquè va votar conjuntament el govern amb Vox (11 vots a favor i 16 en contra).

Dels 42 punts de l’ordre del dia, hi havia 3 peticions de paraula i 17 mocions dels grups municipals. Dels altres 22 punts presentats pel govern, 13 van ser aprovats per unanimitat, 6 no requerien votació perquè era només donar compta al ple i els altres 3 no es van aprovar per unanimitat pel vot contrari de Vox en uns casos i l’abstenció del PP en una modificació de crèdit.

El govern, de les 17 mocions presentades, tret les dues on participava, només en va perdre 4. A les altres 11, el vot dividit de l’oposició va permetre que no triomfessin. Això no implica que les quatre mocions aprovades contra el vot del govern s’executin finalment. Hi ha, certament molts dubtes que això passi, però el que és evident és que l’esforç dels grups municipals en les altres mocions que, de manera general, fracassen, és un esforç inútil, que potser mereixeria una reflexió.

La mala praxis de les licitacions a la baixa que aplica l’AMB, permet que empreses com Moventis converteixin el servei de transport urbà en una disbauxa

Els grups polítics municipals del govern o de l’oposició, obligats a reclamar contractes justos que garanteixin que el servei s’adequa a les necessitats de treballadors i usuaris

Dies enrere, mentre anava a comprar em vaig trobar amb una gran aturada d’autobusos, alguns amb gent dins i d’altres completament buits. I em vaig dir, ja hi som! És la vaga! Però no, només estaven esperant que es dissolgués la manifestació en contra de la visita del rei.
Els conductors estaven a les portes dels seus autobusos i no em vaig resistir de parlar amb ells sobre la vaga, de la qual en sabia molt poc. Vàrem parlar i em van explicar coses que creia d’una altra època, del segle XVIII o XIX, mai de l’actual a un país d’Europa; i ens vàrem passar els contactes per parlar més tranquils des de casa i, fins i tot, amb una trobada.

Per posar-nos en context, la problemàtica de les línies d’autobusos de l’Hospitalet ve de lluny, i parteix del que està hipotecant els serveis públics en general, la maleïda privatització i la contractació mitjançant concursos fets amb desídia o mala voluntat per part de l’AMB.

Tots recordem l’Oliveras, una empresa familiar que va ser adquirida per Mohn, S.L., també una empresa familiar fundada el 1939 a Viladecans. Mohn va ser l’encarregada del transport municipal fins al desembre del 2021, quan el holding Grupo Avanza va guanyar el concurs.
Com ho va fer?
Doncs perquè l’administració, en aquest cas l’AMB, va imposar un preu màxim més baix que l’anterior. És a dir, demanant duros a quatre pessetes. I és que, el que no pot fer l’Administració, és reduir els preus dels bitllets a costa del servei, i encara menys perjudicant  la butxaca i el benestar dels treballadors, que és el que va acabar passant amb conflictes i tensions.
El més lògic és pensar que l’AMB hagués après la lliçó. Però no va ser així, i el 2022 l’empresa Monbus-Julià va aconseguir el contracte amb una oferta temerària, és a dir encara pitjor que l’anterior, creant malestar entre els usuaris i conflictes laborals.

En ofertes públiques, els licitants normalment es regeixen per unes regles establertes sota paràmetres econòmics, funcionals i socials, basats en unes directrius europees molt clares, extrapolades en la Llei 9/2027, de 8 de novembre. En aquesta llei ni el Reial Decret Llei 3/2020 de 4 de febrer no diuen res sobre els valors que els organismes contractants han de donar a cada paràmetre. En el cas de l’AMB aquests paràmetres es regeixen exclusivament en la part econòmica i mediambiental, donant molt més pes a la primera que a la segona:
1. Criteris dependents d’un judici de valor (fins a 8 punts)
Aquests criteris s’avaluen subjectivament segons la qualitat de les propostes:
– Gestió de les alteracions sobre la programació del servei (5 punts màxims).
– Gestió de les parades terminals del servei (3 punts màxims).
2. Criteris quantificables de forma automàtica (fins a 92 punts)
Aquests criteris es basen en dades objectives i mesurables:
– Producció anual de quilòmetres útils elèctrics: fins a 12 punts.
– Punts de càrrega addicionals en les cotxeres aportades per l’empresa adjudicatària: fins a 10 punts.
– Reducció de terminis per a la disponibilitat d’equipaments embarcats: fins a 3 punts.
– Formació específica en atenció a les persones usuàries: fins a 5 punts.
– Increment del nombre d’inspeccions contra el frau: fins a 5 punts.
– Cost unitari (Cu): fins a 57 punts (el factor més determinant en la puntuació global).
Que tot s’ha de dir, han demostrat ser poc eficaços.

Per esbrinar quines ofertes són anormalment baixes, la Diputació de Girona va publicar un treball de dos matemàtics, altre cop només pel que fa a la part econòmica i sobre el qual nosaltres tampoc estem massa d’acord. No obstant això, serveixen per donar una mica de seguretat al licitant i una guia al licitador per estudiar la seva proposta. Però sembla ser que aquest no és el cas, donat que l’AMB segueix deixant-se enlluernar amb ofertes esperpèntiques de licitants que, només repassar els mitjans locals d’on treballen, qualsevol tècnic les tiraria enrere. Aquest és el cas de Moventis. I és que siguin els tècnics o els polítics de l’AMB, algú va donar per bona una oferta impossible, a una empresa conflictiva arreu on actua, no només a l’Hospitalet, també a Premià, al Vallès, a Mallorca, on va manipular els tacògrafs i va ser sancionada per frau a licitació pública.
Però no només són aquests els problemes, sinó que també han sorgit per manca de manteniment, amb incendis recurrents d’autobusos i a saber què més sense ser tan visible, i no només a la nostra ciutat, també a Mataró, a Lloret, a Montbeliard (França), i a Pamplona, on fins ara els treballadors ni tan sols tenen lavabos. Ara mateix estan a punt d’anar a la vaga per maltractament, retallades salarials, expedients disciplinaris sense cap raó, i manca de manteniment. I, el que és pitjor, aquesta empresa també fa transport escolar, uns contractes que caldria mirar-se amb lupa tenint en compte tot el que ja sabem.

Però anem al que ara mateix ens importa, que és el conflicte laboral dels conductors amb l’empresa Moventis, que precisament parteix de la impossibilitat de l’empresa a mantenir les condicions que es va trobar després de guanyar el concurs, forçant els empleats a treballar durant dos mesos sense calendari, és a dir sense saber quins dies treballarien, quines hores i a on. Passats aquests dos mesos, l’empresa va imposar uns horaris completament caòtics, impedint la conciliació familiar. Va deixar de comptabilitzar les hores d’entrada i de sortida, i de les vacances. Va penalitzar les baixes. L’únic acord que treballadors i empresa van aconseguir pactar després de molts esforços, va ser incomplert per aquesta. L’empresa tampoc es va presentar a les mediacions de Treball. El resultat dels canvis ha fet que cada treballador perdi entre 300 i 600 € mensuals, la qual cosa sembla inacceptable. No obstant això, els treballadors continuen insistint en negociar amb l’empresa, la qual no només es nega sinó que segueix pressionant a l’altra part, exigint més velocitat en els recorreguts. De fet, el que sembla intentar l’empresa és que els treballadors amb contracte antic s’acabin afartant i marxin.

De resultes de tot l’anterior, el setembre del passat any, els sindicats CCOO i USO convoquen una assemblea de treballadors amb assistència majoritària. Els treballadors amb els qui parlem no ens saben donar una xifra exacta, però creuen que vorejava el 70% de la plantilla de conductors/es, que si valorem els que no hi van poder assistir per raons familiars o perquè estaven treballant, hem d’entendre que fregava la totalitat, en la que es va votar per la vaga. Que, per cert, es manté els pròxims dos dijous, dies 13 i 20, de 9:30 a 17:30 i els dissabtes 15 i 22 d’aquest mes.

A tot això, els treballadors amb qui hem parlat ens expliquen que les nòmines contenen errors recurrents, d’importants sumes de diners, sempre a favor de l’empresa. Estem parlant de molts cents d’euros, que després de reclamar els hi són retornats, però a la següent nòmina torna a passar el mateix, i així mes rere mes. D’aquesta manera, l’empresa aconsegueix un finançament extra, sense interessos i per part dels treballadors, que ho fan involuntàriament.

Però no tot acaba aquí. També ens trobem que, amb l’excusa de no trobar conductors a Europa, que en realitat es podria traduir en no trobar-los disposats a treballar en condicions tercermundistes, aquesta empresa ha muntat una oficina al Perú per contractar-los i dur-los a Espanya. La qual cosa, dins la immoralitat que representa, legalment seria acceptable si no fos perquè la intenció és la d’explotar a aquests nous treballadors vorejant l’esclavitud, no només tal com ens mostren les condicions contractuals i nòmines que hem rebut dels afectats, que no publicarem aquí perquè encara que els noms estiguin esborrats, per detalls del text, l’empresa podria descobrir de quins es tracta i represaliar-los.

Pel que fa als conductors peruans, una de les condicions a l’arribada és que el nou treballador s’ha de comprometre a obtenir el Certificat d’Aptitud Professional en el termini de tres mesos. Un cop passat aquest termini, si el treballador no l’ha aconseguit, se li retirarà el permís de residència. En les nòmines, al treballador se li descompten uns quants cents d’euros com a bestreta, que el treballador mai ha vist. Però això no és tot, aquests treballadors sud-americans treballen principalment a Sarfa i Autocars Calella, empreses del holding, i quan l’empresa els necessita per cobrir la vaga o uns dies determinats, els trasllada a l’Hospitalet o a on sigui, molts cops obligant-los a fer 10 hores, entre dotze i catorze entre anada i tornada de Malgrat, sense que a la data de l’elaboració d’aquest reportatge hagin rebut cap contraprestació econòmica.

És obvi que ens trobem enfront d’una empresa que creu viure al Tercer Món o al segle XVIII. No cal anar a l’actual Argentina; a l’Espanya de les 37,5 hores que el govern ha pactat amb els sindicats, hi ha empreses que guanyen licitacions públiques, que somnien amb la doctrina Milei, és a dir imposar setmanes de 60 hores i, a poder ser, sense vacances.
La pregunta que ens fem és: com és possible que l’AMB hagi passat per alt totes les alarmes, la seguretat dels usuaris i els vianants, i la vulneració dels drets fonamentals dels treballadors i de les condicions contractuals?
Hem de creure que els funcionaris o polítics encarregats de la negociació i les condicions, no es van mirar l’historial de Moventis? No es van parar a pensar que la seva oferta era impossible?
És bastant normal considerar que això és molt difícil. I si no va ser per un mal càlcul, cal creure que es va actuar amb plena consciència, sabent perfectament el que passaria tard o d’hora.
Els tècnics de l’AMB podrien respondre que la llei no deixa que el licitador deixi fora un licitant, malgrat que sigui pel seu historial d’incompliments o per una proposta anormalment baixa. Però això no és realment així. Tant a la primera Llei esmentada com a la segona, a l’article 69, es reflecteix exactament el contrari. És llavors quan el licitant ha d’argumentar la seva proposta, demostrant que pot complir, no només les condicions establertes pel licitador sinó també les socials que imposa la primera Llei esmentada. Aquesta llei, en el seu article 211, explica que, de no complir-se el que està contemplat, el licitador està autoritzat a retirar-li la concessió. I si això no fos suficient, el punt 2 de l’article 105 de la segona Llei esmentada, explica clarament que l’empresa licitant ha de respectar els convenis col·lectius establerts prèviament i totes les polítiques de conciliació familiar dels treballadors.

Per què la part contractant, és a dir l’AMB, està fent cas omís de la Llei, i per què no va imposar dins les seves condicions uns paràmetres socials? Seria interessant esbrinar-ho, però no s’ha de ser molt expert per endevinar que el més important per l’AMB, o al menys això sembla, és que la rebaixa del preu dels bitllets afecti el menys possible al seu pressupost. Com abans hem dit, a costa dels treballadors, els seus sous, les seves vacances i, si amb això no fos suficient, de les seves vides familiars, sempre creient que seran els sindicats els que s’encarregaran de defendre els seus interessos i, de passada, la seguretat dels vianants i usuaris, amb vagues i el que faci falta.

Les raons de l’habitatge inassequible

El preus de l’habitatge puja sense control.
Excepte algunes excepcions amb polítiques sobre l’habitatge que venen de lluny, Europa està patint un problema molt greu, que afecta principalment els joves; i el cas d’Espanya és, probablement, un dels més greus si no el que més.

Els nostres dirigents, no tots sortosament, després d’analitzar el problema han decidit que l’única solució és construir més habitatges després d’alliberar sol. Creuen que només amb aquesta política aconseguiran que hi hagi prou habitatge i que aquest baixi de preu. No recorden, o això pensem, que durant uns anys, just abans d’esclatar la bombolla immobiliària, a Espanya es construïen tants habitatges com a França, Itàlia i Alemanya juntes. No obstant això, com tots recordem, els preus seguien pujant sense control.
De què serveix construir, si finalment es fa per especular?
Sense cap dubte es tracta d’una indústria, el producte de la qual és de primera necessitat, per la qual cosa el seu preu no importa; i segons la cultura econòmica lliberal, no té gens d’importància d’on surtin els diners, es pagarà encara que sigui robant. I és que no fa pas gaire, mentre feia el seguiment d’un desnonament a l’Hospitalet, el servei jurídic d’un banc ho va deixar molt clar quan el desnonat li va dir que amb el que la família guanyava, o menjava o pagava la hipoteca. L’advocat del banc va respondre que la hipoteca era prioritària sobre el menjar, i jurídicament tenia raó.
Control!, la paraula que hem anomenat abans és l’exacte, és el que es necessita per aconseguir que l’habitatge no sigui un problema; i una política productiva més humana i intel·ligent, perquè no es converteixi en un factor desestabilitzador.

Per a tenir una idea del que passa amb l’habitatge, el seu altíssim preu, que excedeix amb molt el del sentit comú, i el perquè hi ha tanta falta, s’ha d’analitzar el seu cost.
Construir un edifici de 5 plantes amb 4 habitatges per planta, d’uns 100 m², té un cost aproximat de 2.100.000 €. El cost real abans de les llicències, permisos i tràmits és bastant més baix, donat que aquests s’emporten entre el 25 i el 30% del preu de l’obra. A aquests 2.100.000 € se’ls hi ha d’afegir el cost del terreny i el marge comercial. I en el terreny és on el preu final pot canviar molt, perquè a Espanya, segons la ciutat i la Comunitat Autònoma, el preu per m² pot anar dels 85 als 300 €.
Ara bé, l’augment del cost de l’habitatge a Espanya, des del 2014 fins aquest any 2024 és a dir, en deu anys, ha sigut el següent:
Costos laborals:                   +30%
Costos de materials:            +35%
Cost del sol:                         +18%
Tot això amb un augment de l’IPC del 23%. És a dir que, o ens enganyen amb l’IPC, o els costos de la construcció a Espanya han pujat molt més que el cost de la vida.
Ara bé, quant ha augmentat el preu de l’habitatge en el mateix període? Doncs el 95%
Com s’entén això? Per l’especulació.

Malauradament, a Espanya una gran majoria només vol viure a unes poques àrees urbanístiques. Aquests mapes publicats per l’ABC ens mostren amb xifres i municipis aquesta dolorosa veritat. D’aquí que els polítics parlin de la manca de milions d’habitatges, i d’això també que a alguns llocs el terreny costi deu vegades més que a altres. I no només per les expectatives de trobar feina sinó, en molts casos, per la dificultat del transport. Però centrem-nos en la feina. L’economia de la gran ciutat majoritàriament acostuma a ser de serveis, que és una de les que reporta menys rendiment salarial, per la qual cosa el treballador es veu incapaç de trobar un habitatge a prop del seu lloc de treball. Això comporta que hagi de llogar una habitació o viure lluny d’aquest lloc de feina, havent d’afegir el cost del transport a la seva butxaca i a la del municipi, a més de les emissions de gasos hivernacle.

És fàcil caure en la temptació de l’exemple de Viena i d’Àustria en general. A Viena, on el 60% de l’habitatge és municipal, podem trobar habitatges de lloguer per 300 € al mes, mentre que a Barcelona o Madrid, trobar una habitació per 500 € és molt difícil.
Com és possible?, ens preguntem. Primer i tal com hem explicat, a Espanya la demanda es concentra a unes quantes ciutats o àrees urbanístiques, que a més coincideixen amb una explosió turística. La gent vol viatjar i nosaltres no podem ni volem impedir-ho, que és el cas principalment de Barcelona. El 2019, just abans de la pandèmia, aquesta ciutat, amb 1.702.547 habitants i 101,35 km² segons l’ajuntament, va rebre més de trenta milions de visitants, és a dir 154.641 diaris o, el que és el mateix, 1.526 visitants per Km² . I donat que la ciutat només pot oferir 86.504 places hoteleres, aquesta pressió demogràfica, segurament la més elevada del món, repercuteix sobre l’habitatge i el seu preu, tal com s’explica a la web d’Ecologistas en Acción, en un estudi, s’ha de dir que molt senzill i poc desenvolupat, però que clarifica bastant la situació.

Però no tot és el preu de l’habitatge, perquè, fins i tot a llocs on ens sembla que és barat, el nostre jovent, és a dir el seu principal demandant, no el pot pagar. I és que malauradament, el sistema capitalista o de mercat no funciona amb l’habitatge.
I per què?, us preguntareu. Doncs perquè l’habitatge és un bé de consum amb limitacions. És a dir, no es pot construir en quantitat i sense fre. L’habitatge no és un cotxe o una televisió, que passat un temps es llença i se’n compra un altre. Per la qual cosa, per a mantenir el sistema només hi ha una solució: que cada any costi molt més que la resta de béns, convertint-se en una aberració del mateix capitalisme.
A causa de això, i segons “El Observatorio de Vivienda de Galicia”, https://www.observatoriodavivenda.gal/es/actualidade/el-60-de-las-viviendas-en-espana-se-compran-al-contado al voltant del 60% dels habitatges espanyols de “luxe” es venen al comptat, principalment a inversors majoristes i estrangers, és a dir a grans tenidors o estrangers que venen a invertir per especular. A Catalunya, la proporció és inversa, https://laciutat.cat/catalunya/30-dels-pisos-comprats-catalunya-2024-tenien-hipoteca el 30% es venen sense hipoteca, però també coincideix amb grans tenidors i estrangers. Qui la vol per viure, quasi sempre joves parelles que busquen el seu primer habitatge, necessita una hipoteca, molt més a l’àrea metropolitana, on són més cares. Per contra, qui la paga al comptat la vol per dividir-la i llogar-la com apartament turístic.

Dit això, la nostra societat es troba amb un problema afegit, s’ha de dir que no inesperat ni involuntari, donat que ha sigut conscientment (el contrari demostraria que els nostres governants són molt més estúpids del que cal imaginar) provocat per la mateixa aberració. Els salaris dels principals consumidors d’aquest bé, no només són massa baixos sinó que estan descompensats amb la resta.

Com es pot veure en l’anterior gràfic, la bretxa salarial dels joves vers els preus de l’habitatge https://www.enalquiler.com/precios/precio-alquiler-vivienda-l-hospitalet-de-llobregat_31-9-23880-0.html no ha parat de créixer, però el que més ha crescut en els últims vint anys, nou vegades segons el Banc d’Espanya, és la riquesa dels més grans vers els joves, és a dir els pensionistes. https://www.bde.es/f/webbe/GAP/Secciones/SalaPrensa/IntervencionesPublicas/DirectoresGenerales/economia/Arc/Fic/IIPP-2024-05-14-gavilan-es-or.pdf

I com que un gràfic val més que mil paraules:

El resultat de la precarietat i la dificultat a trobar un habitatge estable i digne, com era d’esperar, ha passat factura en la salut mental dels nostres joves, que són els que paradoxalment mantenen el país, provocant un augment de malalties derivades de l’ansietat i depressions. https://www.20minutos.es/noticia/5638220/0/vivienda-imposible-salud-mental-jovenes-sueldo-madrid/
Segons aquest mitjà és per no trobar un pis de lloguer, però la realitat encara és més dura. Els joves que l’aconsegueixen també pateixen el mateix problema, perquè no tenen cap seguretat d’habitatge, no saben el que hauran de pagar un cop s’acabi el contracte o si els faran fora. A causa de això, no és d’estranyar que la majoria dels desnonaments siguin per impagament del lloguer i no de la hipoteca, i que l’últim any hagi augmentat, precisament entre els més joves.

L’Hospitalet no escapa a aquest problema, però amb una peculiaritat. A la nostra ciutat es poden trobar pisos buits, els que s’estan construint i que ens volen fer creure que per estar protegits són assequibles, però que pocs poden o volen pagar, i molta demanda d’habitatge econòmic (no hem pogut conèixer el percentatge de pisos adquirits per grans tenidors).
Aquesta situació, tot i ser recorrent a quasi totes les ciutats importants, a l’Hospitalet es pot veure més. I és que comparativament, cada cop és més difícil trobar algú que pagui un dineral per viure a la ciutat més densament poblada d’Europa, sense els serveis més bàsics, com llars d’infants, escoles amb espais naturals, parcs per on passejar, carrers ben cuidats, nets i amb poc soroll, etc. Òbviament, si busques un lloc per viure i el teu salari et permet pagar més de 400.000 € https://realadvisor.es/es/precios-viviendas/municipio-l-hospitalet-de-llobregat, prefereixes mil vegades anar al Prat o a Sant Joan, on es construeix sense la mateixa densificació i amb bons serveis al voltant, sense tant de soroll, amb carrers nets i cuidats, més seguretat, i espais naturals on prendre el sol o l’aire i, fins i tot, sortir al carrer amb bicicleta sense arriscar la vida.